Capítulo 59: Juego de adultos
Gray Fullbuster
Cuando volvía del cementerio me crucé con Rogue que me estaba esperando. Yo venía muy contento por la promesa con Natsu y es que jamás volvería a separarme de él, podía parecer una tontería pero para mí era importante. Cuando Rogue sonrió y me comentó que estaba dispuesto a aceptar nuestra propuesta, al principio me tensé un poco pero luego también le sonreí, era mi oportunidad para que Natsu definitivamente dejase de tenerle miedo a hacerme daño en las relaciones sexuales, porque puede que tuviera miedo de volver a hacerme daño, pero a Rogue no le haría daño, eran dos dragones, no un humano, era mi única oportunidad de lograr ayudarle a superar su miedo.
Una de las cosas que me preocupaba a mí era si Natsu llegaría a tener celos o no de Sting y es que no podíamos dejarle al margen, Rogue era su pareja y en esto participaban ambos, así que me tocaría a mí estar con Sting mientras Rogue ayudaba a Natsu. Sé que muchas veces me había comentado Natsu que no pasaba nada, que él sabía cuánto le quería yo y que no quería nada más con Sting que no fuera esto... un juego, ni más ni menos. Además... Sting adoraba a Rogue, estaba enamorado de él hasta lo más hondo de su corazón, no sentía por mí nada más que respeto y una gran amistad.
Miré hacia Natsu que hablaba con Romeo muy animadamente y es que desde que habían vuelto a estar como antes... creo que ahora estaban aún más unidos si eso era posible. Esos dos eran tal para cual, desde luego Romeo quería ser como Natsu al cien por cien. Quedé con Rogue a una hora que a todos nos viniera bien y volví con Natsu saludando a Romeo y quedándome hablando con él un rato, pero enseguida nos marchamos hacia casa de Natsu.
Natsu caminó conmigo cogiéndome por la cintura y me encantaba cuando lo hacía. Con Natsu siempre me sentía protegido y muy a gusto, sabía de sobra que era el chico con el que quería parar el resto de mi vida, mi vida no era nada sin él, no podía ver ya un mundo donde él no existiera, tenía que estar conmigo.
Llegamos a casa y pudimos descansar un rato los dos solos tirados en la cama mientras nos abrazábamos y nos acariciábamos. Mentiría si decía que no estaba nervioso por lo que íbamos a hacer y eso que Natsu al verme tan alterado y preocupado, me cogió la mano intentando calmarme.
- Todo estará bien – me decía Natsu – sabes que te quiero.
- Sí, lo sé.
- Si no quieres hacer esto aún podemos echarnos atrás.
- No – le dije – quiero hacerlo, de verdad.
- Vale – me susurró Natsu a la oreja.
Cuando la puerta sonó mi corazón se aceleró aún más y es que menudos nervios llevaba encima, no podía soportarlo. Al ver entrar a Rogue y a Sting supe que ellos también estaban algo nerviosos con todo esto y aunque Natsu lo camuflaba mejor que los demás, imaginé que algo nervioso también tenía que estar por todo esto.
Sting se acercó hacia mí tras saludar a Natsu y se sentó en el borde de la cama mirándome con dulzura. Él también notaba mi estado de ánimo, lo sabía por la forma en que tocó mi mejilla con su mano calmándome y me sonrió.
- Gray... no es la primera vez que hacemos esto ¿Verdad? – me dijo para calmarme.
- Lo sé, pero estoy un poco nervioso.
- Tranquilo, todo estará bien, puedo parar si lo necesitas.
- Estoy bien Sting
Sentí la mano de Sting pasar de mi mejilla a mi nuca mientras me acariciaba con suavidad y después de aquello, vi como su rostro se acercaba más y más al mío, sentía su calidez, su respiración golpeando mi mejilla, notaba como se entreabrían sus labios y finalmente como hacían contacto con los míos con una dulzura que me iba a volver loco y es que Sting era un maldito seductor, no me extrañaba que Rogue hubiera caído en sus redes, cualquiera lo haría con los trucos que se sabía.
Me calmé un poco al sentir sus labios, ya no estaba tan nervioso y al separarse de mí, no pude evitar mirar hacia Natsu. Él también parecía bastante ocupado con Rogue, porque se estaban besando y metiendo mano así que supuse que funcionaba, era capaz de tocarle sin miedo o eso creía hasta que vi como temblaban sus manos y Rogue trataba de calmarle.
- ¿Estás mejor? – me preguntó Sting
- Sí – le dije
- Estará bien, te lo prometo – me dijo sonriendo refiriéndose a Natsu – sé que Rogue le quitará ese miedo que tiene y será todo tuyo, ya lo verás, te lo devolveremos como era.
- Vale – le sonreí.
Volví a mirar hacia Natsu y esta vez él también me miró sonriéndome y guiñándome un ojo para que me relajase. Supongo que debía dejarme llevar pero era la primera vez que veía a otro chico estar con él y en parte me ponía un poco celoso, pero recordé sus palabras, recordé cuántas cosas hacía por mí y cogí con fuerza el anillo que me había regalado y ahora colgaba de mi cuello, su promesa de estar siempre conmigo y es que era así, siempre sería de él. Le sonreí calmándome, dándome por enterado de que debía disfrutar el momento con Sting, porque una vez pasase esto... Natsu volvería a ser el que era, superaría su miedo, confiaba en Rogue para que lo lograse.
- Mírame Gray – me dijo Sting - ¿Estás seguro de que quieres hacerlo? – me preguntó dudando.
Cogí con fuerza el cuello de la camisa de Sting y le atraje hacia mí besándole esta vez yo con más pasión que la que él había puesto la vez anterior. Quería demostrarle que podía hacerlo, que estaba preparado y aunque sostenía con mi mano libre el anillo de Natsu, ante mí veía a Sting con una sonrisa. Sting cogió mi cintura atrayéndome hacia él mientras me besaba y profundizaba el beso, metiendo su lengua en mi boca para jugar con la mía y debía reconocer... que Sting me excitaba mucho, quizá algo menos que Natsu...pero es que realmente eran muy parecidos, mismo corte de cabello, ropa parecida, un físico de escándalo y sobre todo... igual de dominantes y demandantes en el sexo, eran tan parecidos...
Sus manos se colaron bajo mi camiseta tocando desde mi cintura hacia mi torso y mi espalda. Sus manos quizá no eran tan cálidas como las de Natsu pero para nada eran frías, eran extrañamente suaves para estar siempre peleando, creí que habrían sido más ásperas, pero no, eran grandes, delicadas y muy suaves.
- ¿Lo deseabas? – le pregunté cuando dejó de besarme.
- Sí Gray – me dijo – desde hacía mucho tiempo deseaba volverte a tener así.
- Pues hoy me tienes para ti – le dije en el tono más seductor que pude sacar y él no pudo evitar besarme aún con mayor intensidad.
Hacía mucho tiempo que no había estado con Sting pero aún así, recordaba perfectamente la última vez, de él me gustaba todo, era un chico increíble porque aunque a veces era un poco brusco, también sabía que era muy tierno y dulce, que se preocupaba por no hacer daño a la otra parte y que le costaba siendo un dragón tener que controlarse conmigo, tanto como le costaba a Natsu. Quizá sería bueno para Natsu estar aunque fuera una vez con Rogue, porque sabría lo que era estar con un dragón y no tener que controlarse tanto, creo que era bueno para él poder desfogarse de vez en cuando y quizá... incluso para Sting era bueno aprender a controlarse un poco.
Sus manos tocaron mis pezones con suavidad y no pude evitar gemir levemente dentro de su boca, porque aún tenía aprisionados mis labios contra los suyos. Sus labios se curvaron en una media sonrisa como si hubiera logrado lo que quería, hacerme gemir pero es que con Sting era muy complicado no gemir, ya me había ocurrido lo mismo la última vez.
A Sting se le notaba algo más tranquilo, pero yo temblaba, mi cuerpo entero temblaba, no sabía si era por la excitación que Sting me estaba haciendo sentir o porque realmente aún estaba un poco nervioso, pero mis manos no se atrevían a bajar de su cintura. Él sonreía y cogió una de mis manos obligándola a meterla bajo su pantalón. Cogí su miembro entre mis manos y Sting gimió levemente cerrando los ojos dejándose llevar por la excitación.
Miré hacia Natsu instintivamente al escuchar a Rogue gemir y no pude evitar sonreír. Puede ser que Rogue estuviera acostumbrado a un Sting salvaje, pero Natsu podía ser mucho más salvaje de lo que era Sting, yo lo sabía, que se controlase conmigo no quería decir que se controlase con alguien más. Rogue miró también hacia Sting y este le indicó que disfrutase y es que Natsu lo había tumbado bocabajo encima de la mesa y me excité aún más cuando vi como Natsu masajeaba el miembro de Rogue y preparaba su entrada mientras Rogue sólo podía gemir.
Desde luego Natsu empezaba a perder su miedo y estaba disfrutando aunque me hizo volver a mi juego cuando me comentó que no me estaba escuchando gemir lo suficiente y me guiñó un ojo. Creo que le excitaba tanto como a mí escucharnos mutuamente, daba igual si no era con él con quien estaba teniendo relaciones, Natsu sólo necesitaba escucharme para saber que estaba allí con él. Sonreí y me concentré de nuevo en Sting.
Este bajó hacia mi miembro metiéndoselo de golpe en la boca y haciéndome gemir aún más que antes. Sentía como su boca me humedecía, como jugaba su lengua con la punta de mi miembro, como lo metía y lo sacaba a diferentes velocidades con tal de que gimiera y es que de verdad que Sting sabía perfectamente lo que se hacía.
- Vamos Gray... - escuché a Sting con voz lujuriosa al escucharme gemir tan intensamente – déjame probarte
- No – le dije susurrando entre jadeos.
- ¿Te da vergüenza? Venga Gray – dijo metiendo de nuevo mi miembro en su boca.
Claro que me daba vergüenza correrme en su boca ¿Y a quien no? Ni siquiera con Natsu me sentía cómodo haciéndolo y eso que él también solía insistir. Intenté no hacerlo, pero al final no pude evitarlo, era igual de insistente que Natsu cuando se encabezonaba en algo. Mi cuerpo empezó a relajarse cuando lo hice y noté a Sting preparar mi entrada dispuesto a entrar en mí.
Entró con mucho cuidado y entonces, escuché a Rogue gemir como un loco, agarrándose a la mesa con fuerza mientras veía como Natsu entraba una y otra vez en él, cada vez con más profundidad como le gustaba y desde luego Rogue no podría haberse imaginado que disfrutaría tanto. Sting entró por completo en mí y grité del placer al notarle tan dentro.
¿Te ha excitado ver a tu novio, Gray? – me preguntó con una sonrisa – tu entrada se ha abierto aún más cuando le has visto – me comentó – así me gusta, porque voy a hacer que disfrutes como nunca.
Sting empezó a moverse en mí y gemí, gemí igual que hacía Rogue y es que me excitaba demasiado escuchar a esos tres dragones, me excitaba ver a Natsu, me excitaba sentir a Sting cada vez más dentro dándome placer, me encantaba escucharle animarme a que le diera más paso, a que me abriera cada vez más y cuando me separó más las piernas y entró todavía más, grité como nunca al sentirle tan dentro, creo que jamás había tenido a nadie tan dentro pero me encantaba.
- ¿Quieres que siga Gray? – me dijo Sting irónico.
- Sí – le grité – si paras te mato.
Él empezó a reír y se movió en mi interior excitándose entre mi estrechez y los gritos de Rogue que le llegaban. Podía ver como Sting miraba hacia Rogue y sonreía al verle disfrutar con Natsu y entonces sentí como se terminaba de correr en mí. Sting cayó encima de mí cansado como nunca y es que creo que estar controlándose para no hacerme daño era demasiado para él.
- Joder... necesito descansar – me dijo sonriendo tumbándose a mí lado y yo sonreí también.
Natsu cuando acabó, se vino con Rogue junto a nosotros y se tumbó a mi lado abrazándome mientras Rogue se acurrucaba en los brazos de Sting.
- ¿Estás bien? – me preguntó Natsu y yo cogí entre mi mano el collar con el anillo que él me había regalado.
- Siempre tuyo Natsu – le dije sonriendo.
- Siempre mío, Gray – me contestó él sonriendo besándome.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top