Capítulo 45: Rescate tardío

Sting Eucliffe

Corría desesperado por el pasillo seguido de cerca por un Rogue ya recuperado, o eso esperaba tras haberme reconocido, creo que ya no estaba bajo la influencia de esos demonios. Me preocupaba mucho Gray porque Natsu estaba completamente fuera de control, no era él mismo y hasta que no reaccionase, sabía perfectamente que no reconocía a su chico, quería llegar rápido antes de que cometiera algún error irreparable.

Era normal que sintiera esa terrible excitación por él, era su pareja, su chico, era lo más lógico, pero esos malditos demonios habían llegado a provocar que le atacase, que no le conociera y eso no podía perdonarlo, iba a destrozar a esos demonios en cuanto les viera. Natsu tenía que entrar en razón, quería hacerlo una vez hubiera sacado a Gray pero ahora... ahora Gray iba hacia Natsu y no podía evitarlo.

El pasillo se me estaba haciendo demasiado largo, era eterno, parecía que nunca acababa y cuando ya pude ver el cabello rojo de Erza se me iluminó el rostro, al menos Gray estaría allí con ella, pero cuando llegué, la sonrisa se me heló en la cara viendo a Gray entre los brazos de Natsu, inconsciente y quemándose porque no se había percatado aún de que estaba completamente envuelto en fuego, sus escamas ardían y estaban en contacto directo con el cuerpo inmóvil de Gray, eso no podía ser nada bueno.

- Suéltale – le grité y Natsu pareció asustarse de mi chillido, la verdad... es que estaba llorando al ver a Gray en ese estado.

Nunca había visto a Natsu en el estado en el que estaba ahora, llorando a lágrima viva por su chico sin creerse aún que había sido él mismo quien le había dejado tan destrozado. No paraba de escucharle pedirle perdón mientras abrazaba a Gray y aunque éste no podía escucharle, Natsu seguía repitiendo que le perdonase.

- Natsu, suéltale, le estas quemando – le grité de nuevo para que abriera los ojos y se diera cuenta.

Sé que le había afectado mucho verlo así, sé que le dolía saber que había sido su culpa de que Gray se muriese en sus brazos ahora mismo pero tenía que soltarlo, no sé que le habían inyectado a Natsu pero esas llamas acababan con todo a su paso, se las habían activado y puede que él no las viera, pero tenía que reaccionar, si seguía cogiendo a Gray... si seguía abrazándole lo mataría allí mismo.

- Natsu – le grité de nuevo para ver si reaccionaba y al ver que no se movía ni un centímetro y que seguía llorando abrazando con fuerza a Gray, me decidí a cogerle del brazo enfadado para soltarle.

Me quejé cuando le toqué... y es que incluso con mis escamas más duras que el diamante había sentido el quemazo. Rogue vino preocupado y me ayudó a separarlo sacando él a Gray mientras yo lo bloqueaba de los brazos tratando de que soltase de una vez. Menos mal que Rogue consiguió sacarlo y Romeo junto a Erza se acercaron a Gray por primera vez para comprobar a ciencia cierta la situación de Gray.

- Vale Natsu – le dije tratando de calmarle y aunque le había soltado, sé que necesitaba un abrazo y me habría gustado dárselo para tranquilizarlo, pero no podía acercarme más, estaba ardiendo.

Escuché a Natsu llamar a Gray una y otra vez pidiéndole perdón como un niño pequeño, llorando tumbado en el suelo y cubriéndose los ojos para no ver lo que le había hecho.

- Natsu escúchame bien – le grité acercándome a él todo lo que pude sin quemarme – tú no tienes la culpa de esto, estabas drogado, te estaban controlando.

- Es mi culpa – me dijo llorando – yo le hice esto, le he quemado vivo, soy un monstruo.

- No es cierto, Gray te quiere Natsu, reacciona, tienes que sacarlo de aquí, ayúdanos, no puedo cargarle a él y ocuparme de ti, tienes que reaccionar. Vamos Natsu... salgamos de aquí.

- No – fue lo único que escuché – es mi culpa, merezco morir aquí por lo que le he hecho, no merezco la posibilidad de estar con él, no sé por qué se enamoró de mí, le he hecho daño.

- No era tu culpa, venga Natsu.

- Yo tenía que protegerle – me gritó – le he fallado.

- No podías remediarlo, estabas bajo el dominio de esos demonios. Gray sigue vivo Natsu... así que levántate y ayúdanos – le grité enfadado – Erza... llévate a Gray – le pedí – sacadlo de aquí ya y buscad un médico, no sé cuánto aguantará con esas quemaduras.

Erza y Romeo cogieron a este Gray herido y lo sacaron de aquí con rapidez, aunque Romeo aún se giró un par de veces para comprobar que nos quedábamos con este dolido Natsu que seguía sin creerse lo que le había hecho a su chico y yo no sabía cómo iba a sacar a Natsu de este estado depresivo.

- ¿Qué hacemos con Natsu, Sting? – me preguntó Rogue mirando a Natsu tan deprimido en el suelo tirado.

- No podemos dejarle así – le comenté – en este estado está más susceptible para ser dominado por los demonios, hay que sacarle de este trance si no queremos volver a perderle – le expliqué.

- No podremos sacarlo – me dijo – míralo como está, después de lo que le ha hecho a Gray no sé cómo vamos a convencerle de que no pasa nada.

- No podemos – le dije – le duele demasiado lo que le ha hecho, si sigue así le perderemos, volverán a controlarlo, tienes las defensas por los suelos.

- Así es – escuché de golpe a Mard Geer a mi espalda acercándose hacia Rogue y hacia mí – la mente de Natsu es mía y ahora más que nunca... ya no tiene ganas de pelear contra mi control, no después de haberle hecho daño a su chico.

- ¿Lo tenías planeado? – le pregunté sabiendo que sí.

- En realidad no, pero me ha venido genial, porque Natsu me hará caso, no podréis evitar.

- Deja a Natsu – le gritó Rogue esta vez – tú plan fracasará, ya no nos tienes a nosotros.

- La verdad es que no esperaba que Sting fuera capaz de reconocer a ese crio, parece que os une algo muy fuerte ¿No estás celoso Rogue? – le preguntó Mard Geer riéndose intentando provocar una pelea entre nosotros.

- No – le dijo – sé muy bien lo que Sting siente por Gray y lo que siente por mí, Gray sólo es atracción, a mí me desea, me quiere, se excita conmigo – yo sonreí al escucharle tan seguro porque me encantaba dejar las cosas claras entre nosotros.

Mard Geer no me caía nada bien, era un tipo raro y siniestro. Sabía perfectamente que yo no era rival para él, ni yo ni Rogue... pero sacar a Natsu de aquí en este estado iba a ser realmente complicado, no podía ocuparme de pelear contra este tipo y a la vez... preocuparme de un Natsu que no levantaba cabeza, un Natsu que no podía perdonarse lo que le había hecho a Gray ahora que se daba cuenta y por mucho que le dijera que no era su culpa, él no atendía a razones, para él seguía siendo culpable del daño a su chico de ojos azules, no se daba cuenta de que eran los demonios quienes habían provocado que él le atacase.

Ya no sabía cómo levantar a Natsu de este pozo en el que estaba cayendo, Mard Geer había jugado con sus sentimientos y lo sabíamos todos, hasta Rogue lo tenía claro. Supongo que Rogue también se sentía un poco culpable por el daño que le había hecho a Gray, pero no dijo nada, sabía que ahora no era el momento, ahora sólo nos importaba ganar y salir de aquí cuanto antes, teníamos que pelear... y aunque sé que no teníamos muchas posibilidades de ganar y menos sin Natsu... teníamos que hacerlo para darle tiempo a Erza y Romeo de que sacasen a Gray de esta maldita base infectada de demonios.

Mard Geer de un golpe nos lanzó tanto a Rogue como a mí contra el muro del fondo y sentí el dolor en mi espalda al chocar, pero más que eso... me preocupaba Rogue y miré hacía él para asegurarme de que estaba bien. Él pareció pensar lo mismo cuando se giró hacia mí para comprobar también de que no me había pasado nada y es que... puede que Gray me excitase mucho y que siempre le dijese a Rogue que me encantaría repetir el sexo con esos dos cabezones como ya hicimos una vez, pero Rogue era la persona a la que más amaba, no me perdonaría si le pasaba algo a él.

- Estoy bien – me dijo Rogue sonriendo respondiendo la pregunta que yo no había realizado aún, pero es que él me conocía demasiado bien.

Asentí con la cabeza para confirmarle de que lo había entendido y miré de nuevo hacia Mard Geer que ahora se acercaba a Natsu para volver a controlarlo o eso pensé, porque no creo que tuviera otro motivo para acercarse a él si no era para capturarle... y yo le había prometido a Gray que iba a salvar a su novio... y eso es lo que haría, cumpliría mi promesa.

Me levanté un poco casi cayéndome por el dolor del golpe y lancé mi aliento de dragón directo a interponerse entre Natsu y Mard Geer provocando que éste tuviera que alejarse del dragón de fuego sino quería perder las manos metiéndolas en el láser que acababa de lanzar.

Mard Geer me miró con ojos de enfado y yo sonreí con prepotencia... orgulloso de haberle detenido por el momento mientras me limpiaba con el dorso de la mano algo del polvillo de mi barbilla y es que del golpe contra la pared... nos habíamos llenado de escombros y suciedad tanto Rogue como yo.

- No lo toques – le amenacé.

- Vamos Sting... no puedes ponerte en pie.

- ¿Quieres retarme? – le pregunté – porque me estoy encendiendo – le dije intentando que Natsu recordase lo que él era, intentando hacerle entrar en acción.

Supongo que Mard Geer estaba tan entretenido pensando en cómo destrozarme y hacerme añicos, que no se dio cuenta de que Rogue ya había desaparecido. Sus ojos de odio se transformaron en unos de sorpresa cuando a sus pies una sombra en la que se estaba hundiendo mientras Rogue salía de ella golpeándole con su aliento de dragón de las sombras.

No sé cómo pudo esquivar ese ataque, pero fue Rogue quien tuvo que alejarse de él para no recibir su golpe... aunque lamentablemente para nosotros sí llegó a darle en el hombro. ¿Cómo podía ser tan rápido? ¿Con qué diablos de magia nos atacaba? No entendía nada. Rogue se colocó a mi lado y me miró tan sorprendido como yo le miraba a él.

- Es más fuerte de lo que parece.

- Sí... esa impresión da – le dije – pero no vamos a rendirnos, por encima de mi cadáver se llevará a Natsu, se lo prometí a Gray, él no va a tocarle, le devolveré a su gremio sano y salvo, se lo devolveré a Gray.

- Si tan convencido estás de eso... - empezó Mard Geer – entonces tendrás que convencer a Natsu, porque ya te he dicho... que es más fácil de controlarle ahora que está tan hundido.

Mard Geer se acercó hacia Natsu y aunque traté de lanzar de nuevo mi aliento para evitarlo, movió un dedo y una onda expansiva salió lanzándome de nuevo contra lo que quedaba de muro. Rogue gritó mi nombre y se acercó preocupado donde ahora caía para ayudarme mientras veíamos impotentes como cogía a Natsu y éste empezaba a dejar de llorar, empezaba a ponerse en pie y supe... que ya no era Natsu, volvía a estar con esos malditos demonios y eso se nos complicaba... si no podíamos contra Mard Geer... ¿Cómo íbamos a poder contra Mard Geer junto a Natsu? Era imposible.

No sé si podía cumplir la promesa que le hice a Gray y no quería perder a Rogue en este intento, así que algo se me tenía que ocurrir... pero de algo estaba seguro... yo no me movía de aquí hasta que Natsu volviera conmigo y se reencontrase con Gray, no me movería de su maldito lado hasta que Gray no me dijera por él mismo que podía hacerlo. Iba a devolvérselo y estaba dispuesto a todo para ello. Me levanté como pude y aparté a Rogue con un suave empujón de mí dejándole sorprendido.

- Lárgate Rogue – le dije

- Sting...

- Que te largues – le grité – no quiero perderte aquí, así que lárgate.

- ¿Vas a pelear solo? ¿Estás loco?

- Ya te lo he dicho Rogue... no voy a perderte en esta batalla así que márchate, yo me ocuparé de todo, se lo prometí a Gray, no me moveré de aquí hasta que ese maldito cabezón con cerebro de llama responda, voy a llevarlo de vuelta cueste lo que me cueste.

- Pues tendrás que apañarte conmigo aquí – me dijo Rogue y me sorprendí – porque no pienso dejarte solo, somos un equipo, eres mi pareja, no voy a permitir que mueras tú aquí por protegerme a mí, soy suficientemente fuerte como para ayudarte, puedo defenderme sólo sin necesidad de que me protejas Sting – me amenazó y al final acabé sonriendo... era otro dragón, no podría convencerle de lo contrario – juntos hasta el final Sting.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top