Capítulo 3: La misión

Natsu Dragneel

¿Qué narices me pasaba hoy? Dos veces había besado a Gray, a un hombre, ¡de mi mismo sexo!, lo que jamás esperé en mi vida que ocurriese, es más, Lisanna siempre había dicho que de mayor se casaría conmigo y aquí estaba, metiéndole la lengua a Gray Fullbuster, mi compañero de equipo, mi mejor amigo. En realidad sí sé que me había pasado, Gray siempre era frío y reservado, lo único que sabía de él era como peleaba y bueno... desde lo de la isla Galuna, supe un poco más sobre su pasado, pero realmente como él decía, tampoco es que le conociese en profundidad para ser mi mejor amigo, él en cambio me conocía, sabía que buscaba a mi padre, a mi dragón y que me había unido al gremio cuando le perdí.

Verle tan sentimental, tan vulnerable, como si hubiera retrocedido a su niñez y buscase que le protegieran, había movido algo dentro de mí, ver esa cara que ponía cuando estaba triste me destrozaba, era incluso tan tierno en cierto modo saber que sólo necesitaba que le abrazase, que no había podido contenerme y ese sonrojo de sus mejillas me había enloquecido por completo, tanto como para estar aquí sentado en su cama metiéndole la lengua.

Me separé de él, me daba la sensación como si me estuviera aprovechando de su punto débil, de que estuviera triste, de que se sintiera decaído. Además, a mí no me gustaban los hombres ¡O de eso trataba de convencerme ahora! Porque tras besar dos veces a Gray, estaba empezando a dudarlo, como siguiera así, me volvería adicto a esos besos tan dulces que tenía, porque además, me daba la sensación como si a él también le gustase ¡Me estaba volviendo loco! Era Gray, mi amigo, no podía estar besando ni a Gray ni a un hombre y encima decir que me gustaba como besaba.

~ Lo siento – escuché cuando me separé de él – sé que no te gusta hacer esto con hombres

Algo dentro de mí se rompió, quizá era esa lastimera voz, o que iba a llorar y no aguantaba verle hacerlo, siempre había visto al Gray fuerte y seguro de sí mismo, al que tenía delante de mí era completamente nuevo, tan tierno, tan dulce, tan frágil porque esa era la palabra que intenté decir esa mañana, frágil, pero en vez de eso, me salió débil, por lo que Gray se mosqueó conmigo y con razón ¡Odiaba perder a cualquier nivel y a cualquier cosa! Sólo había que haber visto como se puso en los juegos mágicos por una mísera derrota.

~ ¿Gray? ¿Te gustan los hombres? – le pregunté creyendo saber ya la respuesta.

~ No – me dijo muy seguro – o sí – rectificó al segundo dudando qué decirme - no lo sé, me gusta alguien en concreto.

~ ¿Quién te gusta Gray? – le volví a preguntar.

En verdad, si me decía que era yo, no sabría cómo reaccionar, era la primera vez que besaba a alguien de mi sexo, pero pensé que si me decía otro nombre, a alguien del gremio como no sé... Laxus, el mundo se caería a mis pies, porque en parte, quizá estaba viendo una faceta de Gray que me gustaba, estaba descubriendo como era, qué sentía, cómo besaba, podría saber cómo era en la intimidad, quizá descubrir que era lo que llamaba la atención a tantas chicas de él, porque las chicas de la isla Galuna prácticamente se morían todas por él.

~ Qué más da – me dijo – no corresponde mis sentimientos – fue su última contestación antes de volver a tumbarse, coger fuertemente la sábana entre sus dedos y darme la espalda intentando dormir.

~ ¿Podrás dormir? – le pregunté antes de volver a mi cama.

~ No creo

~ ¿Quieres que duerma contigo hoy? – le comenté intentando animarle.

En parte quería animarle, quería sentirle cerca de mí y otra parte quería solamente protegerle, acurrucarle entre mis brazos y decirle que estaría a salvo conmigo, qué estaba ahí para él.

~ Yo no tengo miedo – me dijo – no me trates como a un niño pequeño – sonreí ante su comentario.

~ Quería ahorrarme decir esto, pero... mi cama tiene un muelle salido y me lo estoy clavando todo el rato – le dije – era la excusa por si me dejabas dormir contigo

Claro que me había inventado lo del muelle y podía sonar ridículo, pero sé que era la única manera en que Gray me dejaría dormir con él, solo me preocupaba por él, quería que durmiera algo y si para ello tenía que entrar en su cama y abrazarle para que se sintiera protegido, lo haría. Gray me miró extrañado y luego su exclamación de ¡Oh! Tragándose mi historia.

~ Bueno, si es por el muelle, te hago un hueco.

Sonreí sin poder evitarlo ¡Como un niño pequeño! Dulce, tierno e inocente, nada en comparación con el Gray que yo conocía frío y sin sentimientos, el chico fuerte que se metía siempre conmigo. Cuando me metí bajo las sábanas con él, seguía dándome la espalda y dudé si pasarle el brazo por encima era buena idea o se enfadaría, al final le pasé el brazo y aunque tembló un poco, no dijo nada. Me sorprendí porque estaba frío, no mucho, pero era la primera vez que me daba cuenta que todo él era frío, supongo que por culpa de su magia. No tardé en dormirme. Extrañamente, soñé con Gray.

Estaba debajo de mí, con aquellas mejillas sonrojadas que tanto me excitaban y tan rara vez se veían en él. Sus ojos azules me miraban y tenían un brillo que jamás había visto ¡Me deseaba! Se reflejaba claramente en su mirada. No pude evitar besarle, devoré su boca sin compasión alguna, nada de besos románticos y tiernos como los anteriores, eso pasaba a la historia, quería pasión, quería que sintiera cuanto me excitaba tenerle así, quería demostrarle que su boca era mía, me pertenecía a mí. Nunca habría imaginado a Gray en este papel tan pasivo, él era casi siempre igual de dominante que yo, pero me encantaba sentir como se rendía ante mí, como gemía a cada beso, a cada caricia, como elevaba su tono de voz cuando rozaba mi cuerpo contra su miembro que ya empezaba a endurecerse ¡Si, a endurecerse por y para mí!

Besé su cuello haciéndole temblar, viendo como toda su piel se erizaba. Bajé por sus pectorales ¡Realmente se había tomado su entrenamiento enserio! Me encantaba su cuerpo, cada músculo de él, pero lo que más me gustaba, era descubrir sus debilidades, sus gemidos al rozar sus pezones, su risa al jugar con su ombligo, sus palabras que me enloquecían cuando mi mano cogió su miembro aún sobre aquella tela que no me había atrevido a quitarle, pero me moría de ganas de hacerlo. Al final se la quité y él mismo me ayudó levantando el trasero, facilitándome que me quedase con aquella prenda en la mano. ¡Había visto su miembro tantas veces pero nunca lo había deseado como hoy! Lo chupé despacio, paseando mi lengua por cada centímetro de su piel y no podía parar de imaginar su sonrojo, me encantaban los espasmos de placer que le sacudían y eso que aún estaba en la punta, ni siquiera lo había metido entero ¡Gray era tan sensible! Cuando lo metí entero le escuché gemir a tal intensidad, que su espalda se arqueó y mi miembro se endureció de golpe. ¡Sus gemidos eran música para mis oídos, me excitaban! Sólo quería que siguiera haciéndolo.

¡Era fascinante tenerle así! Era todo para mí, era mi chico, sólo mío. Me incorporé nuevamente para acercarme a sus labios, aquellos labios inexpertos que había besado la primera vez, porque recordaba a ese chico de labios fríos temblando que no sabía cómo seguir mi beso y ahora, me parecían los más dulces del mundo, los más pasionales, cargados de un sentimiento que jamás había vivido, me gustaba sentirme tan deseado por él y me encantaba hacerle gritar de placer. Me emocioné cuando empecé a preparar su entrada, su forma de chuparme los dedos para humedecerlos me volvía loco, era tan seductor, tan complaciente conmigo. Separé mis dedos de aquella sensual boca para meter el primero en su entrada, despacio y con calma ¡Sí le dolía, no me lo dijo! Pero sus gemidos me indicaban que siguiera y así lo hice, dedo tras dedo fueron introducidos en él ¡El momento estaba cerca! Quería correrme dentro de él, quería dejar hasta mi última esencia en él, hasta la última gota, quería que me rogase con aquella voz seductora que tenía que le hiciera mío, ¡Porque él era mío! y justo cuando iba a entrar... Me desperté. ¡Mi maldita suerte!

Miré hacia Gray, estaba completamente pegado a mí, lo más sospechoso de todo, es que mi brazo por encima de su cintura se había aprisionado con fuerza atrayéndolo a mí, como si no quisiera dejarlo escapar, seguramente culpa de mi sueño. Para colmo, su trasero estaba peligrosamente cerca de mi miembro, que encima había reaccionado ¡Maldita sea! Yo diciéndole que no me gustaban los hombres y ahora me pasaba esto. Me aparté un poco de él intentando concentrarme en que mi miembro tenía que bajar antes de que se despertase. ¡No podía parar de pensar en el rostro de Gray de anoche y en el del sueño! Tan frágil y tan tierno ¡Dios que volvía a excitarme pensando en sus gemidos! Tenía que pensar en algo desagradable si quería que esto bajase o bueno... ir al baño y desahogarme.

La puerta sonó de golpe y me apresure a abrir antes de que despertasen al moreno, claro que tuve que ponerme los pantalones y me escondí tras la puerta para que no notaran mi erección. Era Lucy que venía a decirnos si bajamos a desayunar.

~ Sí ya bajamos – le dije – nos vestimos y vamos.

~ Natsu ¿Qué ocurrió anoche? Escuchamos a Gray gritar.

Me habría encantado decirle que Gray estaba fatal desde ayer, que no era el mismo Gray que conocíamos, que tenía pesadillas seguramente con el demonio Deliora, pero le prometí que no diría que le había visto llorar y una promesa había que cumplirla.

~ Nos peleamos – le dije – ya sabes como somos, aprovechamos que Erza no estaba para detenernos y bueno... no quise hacerle daño a Gray, se me escapó el golpe y gritó, pero ya está mejor, me he disculpado con él y me ha perdonado.

~ Hombres... - dijo Lucy - ¿Cuándo dejaréis de pelearos? – fue su única respuesta a mi historia.

Comentó que nos esperarían abajo para desayunar, así que no tardásemos mucho ¡Ya sabíamos cómo era Erza y su carácter! Ya iba a cerrar la puerta cuando vi entrar a Happy volando, eso sí me extrañó.

~ ¿Y tú de dónde vienes? – le pregunté.

~ De la habitación de Charle – me comentó con una gran sonrisa ¡No quise preguntar más!

~ ¿Aún duerme Gray? – preguntó Happy.

~ Sí, no ha pasado una buena noche, quizá debería dejarle dormir un poco más.

Tarde cuando lo dije, porque Happy ya le estaba despertando, aún así, me dio tiempo a ver lo a gusto que dormía, la cara tan plácida y agradable que había puesto. ¡Creo que besar a Gray me había afectado! Porque ahora me gustaba prácticamente todo de él. Le indiqué cuando abrió los ojos que había que bajar a desayunar y se vistió rápido para acompañarme.

Erza estaba allí ya, hablando con Lucy y desayunando ¡Qué miedo daba Erza! Era mejor no enfadarla y desde luego, llegar tarde a la mesa, era un motivo de enfado ¡Sobre todo después de lo que me contaron con el enfado del Picnic! Creo que iba a enfadarse, pero al ver a Gray venir detrás de mí con aquellas ojeras marcadas, se olvidó de reñirnos. Comimos prácticamente en silencio y salimos rápido al pueblo para buscar a los ladrones o lo que fuera que teníamos que atrapar.

Acabamos dividiéndonos todos y no me sentó muy bien tener que dejar solo a Gray tal y como estaba estos días, pero cualquiera le decía algo contrario al plan ideado por Erza, así que no me quedó más remedio que tragar y esperar que Gray estuviera bien. Claro que luego pensé ¿Cuándo había necesitado él ayuda? Él era fuerte, puede que yo ahora le ganase, pero él tiene era inteligente, siempre tenía una estrategia para ganar aunque no tuviera tanta fuerza como yo, hacía cosas impresionantes con el hielo e incluso a veces, me ha tenido que salvar él a mí, como aquel búho que intentó comerme en la torre del cielo, al final, siempre estaba él cubriéndome las espaldas a mí. Supongo que para una vez que yo podía ayudarle, mi plan resultaba un fracaso total por culpa de Erza. ¡Maldita sea, era mi oportunidad, ahora era cuando él me necesitaba a mí!

Estaba pensando en todo esto, cuando vi salir de una tienda a uno de los criminales que aparecían en el cartel ¡Era él, seguro! Salí corriendo diciéndole que se detuviera, claro que al verme, también empezó a correr huyendo de mí. Lancé una llamarada de fuego con la intención de cortarle el paso, pero mis llamas desaparecieron mientras él tipo se escapaba riendo, diciendo algo de que las llamas no le afectaban ¡Maldición, me tocaría hacerlo a lo bruto! Me impulsé con el fuego para tomar más velocidad y le seguí por las calles. Tomé un atajo subiendo por unas escaleras hacia uno de los tejados y me lancé abajo frente al individuo rompiendo parte de la calle con mis llamas.

Cargué mi puño de fuego y lo lancé con tanta fuerza, que al esquivarlo, me metí en una de las casas frente a una familia que estaba desayunando. Me disculpé por haberles destruido la pared y haber interrumpido su desayuno y salí corriendo a buscar al tipo ¡Lucy iba a matarme! Estaba destruyendo casas. ¡Ya podía escucharla! En realidad... claro que podía oírla, estaba bajo mí diciéndome que parase de destruir todo a mi paso, pero yo no me fijé en ella, me fijé en Gray que estaba frente a ti bloqueando el camino del criminal. No sé muy bien qué pasó, porque el suelo se rompió frente a Gray y el tipo cayó en una fosa ¡Suelo de hielo! Seguro que Lucy había sacado a Virgo para excavar el hoyo ¡A eso me refería de Gray! No tenía tanta fuerza como yo, pero era listo, tenía estrategias.

~ Buen trabajo Natsu – me felicitó Gray por atraerle hacia su trampa ¡O imaginé que sería por eso!

~ En el fondo hacen un buen dúo – escuché decir a Erza – si se llevasen un poco mejor serían imparables.

Miré hacia Gray ¡Qué rapidez para quitarse la ropa! Porque en este preciso momento la camiseta la estaba tirando al suelo y creo que no se había dado ni cuenta.

~ Gray, tú ropa – le dije sonrojándome un poco al verle en calzoncillos, él se sorprendió, se disculpó sonrojándose a una velocidad de vértigo y empezó a vestirse de nuevo.

Miré hacia las chicas, se habían quedado absortas mirando a Gray, más bien su rostro sonrojado mientras comentaban lo guapo y tierno que era cuando se sonrojaba ¡Era muy raro ver a Gray sonrojarse! Aunque yo les daba la razón a las chicas de lo guapo que estaba sonrojado, sabía que no le iba a gustar nada al moreno, porque tras aquello intentó ocultar su sonrojo mientras las mandaba callar. ¡Me sorprendió verle tan vergonzoso! Generalmente iba desnudo y no le daba vergüenza. Es más, yo mismo en alguna pelea le había llegado a quitar los calzoncillos, como el día que fuimos a la playa y me persiguió completamente desnudo pidiéndome que le devolviera su ropa, así que no sé por qué precisamente hoy, se estaba sonrojando tanto.

Estaba tan entretenido viendo el cuerpo de Gray que vi aparecer a otro de la banda directo a atacarle mientras éste se vestía. Eso me cabreó mucho ¡No iba a permitir que nadie tocara a Gray! El moreno puso una cara de terror cuando me vio ir hacia él con el puño levantado cargando mis llamas e instintivamente, su hielo se expandió congelando al individuo tras él e incluso la catedral de su lado intentando bloquear mi ataque para que no le diera ¡que no tenía intención de darle a él, si no al que estaba tras él!, escuché a Lucy con un "Noooo" y lo último que recuerdo es la explosión que produjimos ambos elementos chocando. Estaba en el suelo y Gray me miraba viendo como caían trozos de hielo al suelo y se rompían ¡La catedral había desaparecido!

~ Ahí va mi renta – se quejó Lucy y yo me rasqué la parte de atrás de la cabeza

~ Lo siento Lucy, sólo quería capturar a ese – dije señalando al ahora inconsciente miembro de la banda, Gray se giró a verlo.

~ Podías avisar – me dijo enfadado – creía que querías pegarme a mí.

~ ¿Para qué iba a pegarte a ti calzoncillos? – le pregunté enfadado ¡qué poco confiaba en mí!

~ No sé, no entiendo lo que piensan los lagartos de llamas.

~ Igneel no es un lagarto – me quejé – pero que va a saber un exhibicionista.

~ ¿Qué me has llamado? – me preguntó Gray buscando pelea ¡Este era el Gray que yo conocía y echaba de menos! Por fin había vuelto, pero Erza nos separó de un coscorrón a los dos.

Del resto de la banda, se ocupó Erza y su mala leche ¡Yo no me atrevía a meterme con ella y menos después de lo de la catedral! Gray también se mantuvo al margen y eso que fue su primera y mejor amiga en el gremio ¡Ambos se llevaban muy bien! Casi siempre iban juntos hablando. ¿Podría ser Erza quien le gustase a Gray? Fue la gran duda que tuve, era un amor no correspondido, era conocido el amor de Erza por Jellal. Me pasé todo el camino de regreso, apartando de la conversación a esos dos ¡Celos! Pues seguramente, no iba a negarlo que desde anoche, quería a Gray sólo para mí, quería sus besos tiernos aunque inexpertos.

Llegamos a Magnolia y Erza se empeñó en acompañar a Lucy y Wendy a su casa porque le venía de camino, así que allí me quedé con Gray ¡Un Gray que cuando me di cuenta, ya estaba caminando por una callejuela desierta hacia su casa!

~ Ey, espérame – le grite y él se sorprendió.

La verdad es que ahora que lo pensaba, si que conocía poco al mago de hielo, ni siquiera sabía donde vivía, nunca le había preguntado.

~ Natsu, tu casa está en dirección opuesta a la mía – me comentó.

~ Oh – fue mi exclamación ¡Quería acompañarle! Pero como siempre, él tan cerrado.

Siguió caminando solo por la callejuela y le vi desaparecer por la calle principal ahora desierta. Quizá era mejor así, siempre era tan solitario, no le gustaba depender de nadie ¡Este era el Gray que yo conocía! Ya no era el Gray tierno de anoche. Fui hacia el gremio para cenar algo antes de ir a mi casa y Mirajane cocinaba muy bien, me comí todo lo que me puso en el plato y no pensé nada en Gray, me dediqué a bromear con Happy, hasta que entró Laxus con mala cara y se sentó a mi lado.

~ ¿Qué ocurre? – le pregunté.

~ Venía de una misión con mi grupo cuando me he cruzado con Gray – me insinuó.

~ Gray iba hacia su casa – le indiqué - ¿por qué me cuentas a mí esto?

~ Porque Gray es de tu equipo – me dijo muy seguro – quizá me meto donde no me llaman, pero había unos tipos hablando con él, me dieron mala espina y tenían la marca de un gremio oscuro, creí que iban a hacerle algo, así que metí en medio por si necesitaba ayuda, pero los tipos desaparecieron – me comentó – No se le veía muy bien a Gray pero me gritó que me marchase, que no necesitaba ayuda. ¿Natsu? – se giró para ver mi silla vacía

Antes de acabar la frase, ya había salido corriendo hacia la puerta. Escuché a Laxus indicarme que lo había encontrado cerca del cauce y no paré de correr hasta que llegué allí. ¡Joder! ¿Por qué no me dirá donde vive? ¿Por qué no me contará las cosas? ¿Por qué siempre se guarda todo para él mismo? ¿Tan poca es la confianza que me tiene? Lo que más me preocupaba, era ¿Qué narices tenía que ver Gray con un gremio oscuro? Sólo había estado en Fairy Tail, no podía tener relación alguna con otro gremio.

Finalmente tras recorrerme media ciudad, por fin obtuve su olor en una calle de la periferia y lo seguí hasta que llegué casi al final del cauce, frente a un puente. Allí estaba sentado, mirando el agua y tal y como decía Laxus, no parecía estar muy bien. Me acerqué hasta él y le toqué el hombro llevándome un golpe en el brazo para apartarme de él mientras me gritaba que no le tocase. Al girarse y verme sus ojos se abrieron como platos y se disculpó conmigo agachando la cabeza avergonzado por golpearme.

~ Lo siento – me dijo avergonzado por su comportamiento, como si no hubiera querido golpearme – lo siento Natsu – volvió a repetirme.

~ ¿Con quién me has confundido? – le pregunté sabiendo que era eso ¡podía ser despistado pero no imbécil! Estaba huyendo de alguien. – Laxus me ha dicho lo del gremio oscuro.

~ No es nada, no los conozco – me dijo – me los he cruzado, nada más, se han asustado al ver a Laxus y se han marchado.

Agradecí que Laxus pasara por allí, además, era uno de los más fuertes del gremio, habría protegido bien a Gray, pero ese tenía que haber sido yo, le prometí anoche que le protegería y no había estado ahí cuando me necesitaba, le había dejado solo.

~ Te acompaño a tu casa – le dije

Aunque intentó rechistar ante mi propuesta, le corté en seco con una de mis miradas, de esas que le decían claramente ¡Empieza a mover el culo hacia tu casa y calladito! Alguna vez tenía que empezar yo a ser el dominante, estaba harto de que Gray siempre se saliera con la suya con su astucia y sus tácticas.


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