Capítulo 25: Rescate
Rogue Cheney
Entré corriendo por el recinto que Rufus nos había indicado, pero había tantos pasillos que así no acabaríamos nunca, así que decidieron dividirse ¡No volví a ver a Rufus y eso no me daba buena espina! Últimamente Rufus había estado demasiado encima de Sting y no es que estuviera celoso ¡Que es probable que un poco! Era simplemente preocupación por el carácter de mi compañero y todos sabíamos que Sting no era precisamente de ese carácter que calmaba los asuntos, cuando se agobiaba se le notaba, era del carácter de Natsu, de ir a la suya, de tener muy claras las cosas ¡Tal y como yo las tenía con él, sólo sexo! Sting nunca ponía sentimientos en sus relaciones, pero era algo que yo lo asumía con tal de estar un poco más cerca de él. Rufus no aceptaba eso, quería más de lo que Sting estaba dispuesto a darle y desde luego... a nuestro maestro lo que menos le gustaba, era que le presionaran.
Me fui con Natsu por el primer pasillo de la izquierda y pude ver a Erza con Mirajane desplazarse a la derecha por el segundo pasillo. A Laxus ni le vi, ya hacía un rato que se había marchado con Gajeel. Seguí a Natsu por el pasillo sin parar de correr ¡No podía oler a Sting aún! y eso me preocupaba, porque no sabía donde lo tenían, no sabía cómo estaba ¡Si le habían hecho algo les mataría a todos!
Una cosa era que me rebajase y le permitiera a Sting tener sexo conmigo cuando quisiera intentando demostrarle que no me importaban los sentimientos y otra ¡Es que no tuviera sentimientos! Porque los tenía, amaba a Sting y sólo por eso, sólo por poder pasar unos minutos más con él a su lado, era capaz de callarme todo lo que sentía y dejarle hacerme lo que quisiera. Era la única forma de que él quisiera siempre repetir conmigo, porque no le presionaba, no le agobiaba, estábamos en su juego.
~ Se dará cuenta – me dijo de golpe Natsu y entendí que se refería a Sting.
~ Esta muy obsesionado con vosotros – le dije – no sé que le hicisteis.
~ Es joven – me dijo Natsu – no sabe lo que quiere, pero se dará cuenta, créeme, no somos nosotros. Solo le pedí ayuda porque necesitaba quitarle el miedo a Gray de que la gente le tocase y Sting me daba confianza. Tuvo mucho cuidado con él y supongo que ese proteccionismo le hizo suponer que sentía algo por él, pero no es cierto, le ha pasado como a todos los dragones, siempre queremos proteger algo que es importante, es instinto, no amor.
~ ¿no crees que sienta nada por Gray?
~ Ni de coña – me dijo sonriendo – Gray es mío – me soltó de forma posesiva – Gray se lanzó al reto para demostrarme a mí que podía hacerlo, siempre nos peleamos así que siempre está intentando demostrarme que es mejor que yo ¡Es tan fácil de manipularle! – me comentó con una amplia sonrisa
~ No entenderé nunca vuestra relación – le comenté – os provocáis, os retáis, os insultáis y os decís cosas sucias mientras hacéis el amor y luego... os olvidáis de todo eso y solo veo confianza de Gray en ti, solo veo como os queréis.
~ En el sexo todo vale – me dijo – la cuestión es excitar a la otra persona, pero una vez pasa, puedes ser todo lo romántico que quieras y puedes querer a esa persona con locura sin tener en cuenta las burradas que le hayas dicho antes. Hazme caso con esto, a Sting parece que le gusta controlarlo todo, pero no es cierto, le gusta que le controlen a él, le gusta que le provoquen, te lo aseguro – me dijo sonriendo de nuevo y me lo creí ¡Porque le había visto en el sexo!
Me quedé pensando, ¿Por eso pensó que le gustaba Gray? Porque jugaba con él, porque le seducía haciéndole perder el control que él creía tener, entonces no estaba enamorado de una persona, sólo le excitaba la situación de ser dominado. Teniendo eso en cuenta, creo que la próxima vez iban a cambiar muchas cosas, porque yo creí que sólo le gustaba dominar, tal y como era Natsu, dominante por naturaleza.
~ ¡OH! – exclamó Natsu moviendo la nariz – camino correcto - me dijo y yo olí el aire, podía oler a Sting, pero era una presencia muy débil, debía estar al fondo del pasillo pero había más olores, por lo menos uno se acercaba a gran velocidad. – sigue corriendo en cuanto abra – me dijo Natsu
Le vi activar en su puño el fuego y lanzarse hacia delante, hacia aquella robusta puerta de madera que se hizo añicos en cuanto la tocó. Seguí corriendo tal y como me había dicho él viendo a Sting en una plataforma siendo su cuerpo engullido por algo, un líquido que lo estaba metiendo hacia una máquina ¡Ya casi estaba entero dentro!
Uno de Raven Tail intentó bloquear mi camino, pero fue Natsu quien lo apartó de mi para que siguiera corriendo intentando alcanzar a Sting ¡No iba a hundirse allí! ¡Tenía que sacarle! Natsu intentaba quitarme a todos de mi camino y se quedaba tras de mí bloqueándoles el paso intentando que no me dieran alcance. Ya estaba en las escaleras, estaba subiendo y llegué hasta Sting, pero aunque le hablé, no contestó, no podía. Ni siquiera sé si me podía escuchar, pero iba a sacarle de aquí. Estaba prácticamente hundido y aunque tiré de su cabeza hacia fuera no había forma de liberarle ¡me desesperaba ver como se hundía y no podía sacarle!
~ Vamos Sting – le grité – Voy a sacarte de aquí.
Apoyé el pie en la máquina intentando empujar también con él para sacarle, pero era inútil, al final yo mismo acabé metiendo las manos en el líquido para cogerle de los hombros ¡si se hundía él, nos hundiríamos los dos! ¡No iba a soltarle! Enrollé mis manos en sus axilas haciendo fuerza hacia fuera y se movió un poco, pero no lo suficiente para que aquel líquido lo soltase. Grité sacando toda la fuerza que tenía ¡llegué a activar la Dragón Force! Lo notaba en todo mi cuerpo. ¡Se movía! Su cuerpo estaba saliendo lentamente. Aún escuchaba a Natsu tras de mí metiéndome prisa mientras contenía a todos aquellos tipos ¡Natsu también iba a necesitar ayuda para luchar contra todos ellos!
A medida que el cuerpo de Sting salía, podía ver como sus ojos volvían a tener su color habitual ¡Se estaba despertando!. Sólo faltaba un poco más, sólo faltaba que le sacara las piernas de aquella maldita máquina.
~ ¿Rogue? – escuché la voz de Sting casi en susurro y me alegré de oírle, me alegré de que estuviera recuperando la conciencia. - ¿Natsu? – preguntó de golpe cuando yo terminaba de sacarle y caíamos ambos al suelo, él sobre mi cuerpo por el impulso que llevábamos.
Desactivé la Dragón Force y Sting intentaba recuperarse en el suelo, aún no se había movido de encima de mí y no quería meterle prisa ¡Pero Natsu necesitaba ayuda! Le abracé por la cintura recostando su cabeza sobre mi hombro ¡estaba desorientado! Y su voz sonaba muy suave, como si no hubiera estado demasiado tiempo sin hablar y no pudiera hacerlo ahora. ¡Le costaba articular palabras! Pero no sé si era que le costaba hablar o que le costaba pensar.
~ Has venido – me dijo en susurro – has venido a por mí, Rogue.
~ Sí, claro que he venido a por ti ¿Cómo iba a dejarte aquí?
Natsu seguía luchando y aunque quería ayudarle, no podía dejar a Sting aquí solo sin protección en el estado en el que estaba. Menos mal que la puerta lateral literalmente... explotó y tras ella, se veía truenos. Laxus entraba en ese momento con Gajeel enfadado quejándose sobre "que este sitio era un maldito laberinto". Aún no había terminado de decir su frase completa, cuando la puerta del otro extremo salió volando dejando ver a una Erza enfadada y una Mirajane que sonreía y saludaba a Laxus frente a ella.
Laxus suspiró exceptivo por lo que veía y luego se unió a un necesitado Natsu para dar pelea. Desde luego Fairy Tail era único, porque por mucho que quisieran ayudarse, ahí estaban Natsu y Gajeel quejándose el uno del otro, criticándose y burlándose entre ellos. ¡No podían ponerse serios ni en estas situaciones!
Los brazos de Sting se aprisionaron ahora a mi cuerpo ¡Al menos empezaba a poder moverse! Podía escuchar su respiración, como intentaba normalizarla y me miraba, me miraba como si no se creyese que estaba allí con él. Abrí mucho los ojos cuando le escuché gimotear ¿Estaba llorando? ¿Frente a mí? Ni siquiera cuando nos venció Natsu en los juegos lloró, sólo le vi llorar cuando creía que habían matado a Lector. ¿Por qué estaba llorando ahora? Le abracé más a mí intentando calmarle.
~ Lo siento – se disculpaba ahora – lo siento Rogue
~ Ya está Sting, estoy aquí, estoy contigo.
~ Lo siento – volvió a repetirme – siento no haberme dado cuenta que eras tú, creí que ya no podría decírtelo – y ahí seguía llorando.
~ Te queda mucho tiempo aún para decir cosas – le sonreí – eres el maestro más pesado que conozco – intenté bromearle y él me sonrió.
~ Rogue... - me llamó levantando su mano con dificultad hacia mi mejilla acariciándola.
¡Me besó! Allí frente a todos y le dio igual. Tampoco sería yo quien le dijera que no era el momento o le interrumpiese, porque realmente, llevaba mucho tiempo soñando con esto, con un beso cálido y tierno en vez de los besos agresivos y pasionales que siempre tenía Sting. Jamás había sido tan tierno como en aquel momento, jamás había disfrutando tanto un beso suyo como lo estaba haciendo en este. Disfruté su suavidad, su ternura, su delicadeza, casi podía percibir su propio sentimiento.
~ Te quiero – le oí pronunciar cuando se separó de mí y ahora el que lloraba era yo, pero no lloraba de tristeza, lloraba porque nunca creí que Sting fuera capaz de decir aquellas palabras.
Le miraba paralizado, aquellas palabras me habían dejado congelado en el sitio pensando si era de verdad o me lo estaba imaginando. ¿De verdad Sting sentía algo tan profundo por mí? Tanto tiempo soñando con que él me mirase con los ojos con los que ahora estaba mirándome y yo no tenía otra cosa... que quedarme ahí helado. ¡Y yo que pensaba que Sting sólo me quería para el sexo cuando estaba mal! No me dio tiempo siquiera a contestarle, porque Natsu vino a nuestro lado cargando a Sting a su espalda para sacarle. Me levanté también del suelo siguiéndoles.
~ No me hables de entradas cutres ¿Vale? – le dijo Natsu a Sting cuando ya lo tenía a su espalda, sacándole una sonrisa al rubio.
~ No me quejo de tu entrada, me habría parecido grandiosa incluso si te la hubieras comido, lagartija – le soltó Sting intentando animarse - ¿Dónde está Rufus? – me preguntó Sting de golpe y me sorprendí que preguntara por él.
~ Hace rato que no le he visto – le respondí.
~ Joder – exclamó y no entendía que pasaba – hay que volver al gremio ya, van a por Gray.
~ ¿Qué van a por quién? – escuché gritar ahora a Natsu pegándole un puñetazo a uno de los tipos que Laxus había lanzado hacia nosotros – no van a tocar a Gray – gritaba – el primero que le ponga una mano encima se las verá conmigo.
~ Es Rufus – decía ahora Sting – es una trampa, Raven Tail quiere nuestras lácrimas y mientras estemos aquí ocupados, está marchando el otro gremio oscuro sobre Fairy Tail. Quieren a Gray.
~ Pues no lo van a tener – dijo Natsu enfadado – tendré que hacerles ver a puñetazos que Gray es sólo mío y se queda conmigo.
~ Gray Fullbuster no se quedará contigo – escuchamos una voz ronca al fondo de la sala – porque Gray no tendrá ningún futuro – volvió a sonar de aquella sombra que se aproximaba ahora entrando al bullicio.
Olía como Gray y sabía que tenían que estar relacionados, pero no entendía como. Natsu se paralizó también al reconocer el olor y Sting aún desde la espalda de Natsu lo miraba.
~ Natsu... - escuché a Sting – vete al gremio ya, búscale.
~ Natsu – escuché esta vez a Laxus hablarle – lárgate de una vez, saca a Sting de aquí y busca a Gray, nosotros nos ocuparemos de esto.
~ Pero... - intentó decir Natsu.
~ Que te largues – gritó esta vez Erza
Salí corriendo siguiendo a Natsu y tanto Erza como Mirajane nos abrieron el paso hasta el largo pasillo. Natsu aceleró el paso y creo que era para quitarse las ganas que tenía de volver allí dentro a ayudar a sus compañeros ¡Quería salir rápido! ¡Teníamos que encontrar a Gray!
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