Capítulo 12: Calma

Natsu Dragneel

Hoy estaba cabreado y no había dormido nada bien, el maestro se empeñó en cuanto llegamos en que Wendy y se quedasen con Gray para curar sus heridas ¡A mí me mandó a casa a descansar! Algo que no podía hacer por no poder dejar de pensar en Gray. Había intentando ir al bosque a mirar por la ventana de la casa de Porlyusica, pero ésta al verme, salió corriendo detrás de mí con una escoba mientras gritaba como una loca que no le gustaban los humanos.

Al final me tocó fastidiarme y quedarme en casa preocupado. ¿Y sí iban a por él ahora que no estaba yo allí? ¿Y si querían volver a secuestrarle? ¡Yo tenía que estar allí con él! Pero el maestro no me dejaba acercarme, decía que sólo necesitaba reposo y que estaría en buenas manos con Wendy y Porlyusica. No me gustaba estar aquí en mi casa sin hacer nada, así que fui al gremio ¡Nadie me contó novedades sobre Gray! Todos estaban igual que yo, lo único que sabían es que se lo habían llevado a recuperarse al bosque.

Me quedé toda la mañana allí esperando ver a aparecer a alguien con noticias, algo que no pasó. Makarov seguía allí sentado encima del mostrador con los ojos cerrados mientras Mirajane al otro lado secaba unos vasos. Laxus bebía en la barra con Freed al lado mientras Lucy y Erza hablaban a mi lado ¡no sé ni de qué hablaban, no les prestaba atención! No me gustaba esperar sin hacer nada, sólo hacía que cambiar la vista del reloj a la puerta ¿Por qué no venía nadie a dar noticias? Entonces a pareció Wendy ante el asombro de todos, pero aunque se levantaron algunos, nadie se levantó más rápido que yo, que ya corría invadiendo el espacio de Wendy.

~ ¿Cómo está? - le pregunté alterado y Wendy se echó un poco atrás asustada.

~ Físicamente, está bien - me dijo - hemos estado curándole toda la noche - me comentó y la verdad es que parecía agotada - pero psicológicamente... no sé - me contó - le hemos preguntado pero no quiere contar nada de lo que pasó allí, se mantiene en silencio sin hablarnos.

~ ¿Dónde está? - le pregunté - Tengo que ir a verle.

~ Le acabamos de dejar en la enfermería - me dijo y yo miré a mi espalda ¡Estaba tan cerca de mí y no me había dado cuenta! ¿lo habían metido por la puerta de atrás?

Salí corriendo hacia allí y abrí la puerta al largo pasillo buscando la puerta hacia la enfermería. Por suerte no había muchas puertas y al final la vi, estaba saliendo Porlyusica de ella. Frené mi carrera de golpe y ella me miró fijamente.

~ No quiere hablar con nosotras, prueba tú - me dijo - pero por lo demás, se encuentra bien.

Le di las gracias y entré mientras ella se marchaba por el pasillo. Abrí la puerta despacio y le encontré tumbado de espaldas a la puerta, tapado hasta la mitad con una sábana. No se giró para comprobar quien entraba y tampoco habló.

~ Vete Natsu, quiero estar solo - fue lo único que soltó y me cabreó un poco.

~ ¿Qué te pasa? Me han dicho que estás bien ¿En qué piensas? - le pregunté acercándome hacia él.

~ No quiero que me veas así.

~ ¿Así como? - volví a preguntarle esta vez tocando su hombro.

Gray se giró para mirarme y luego empezó a incorporarse quedando sentado en la camilla, quitándose la sábana y sacando las piernas fuera de la camilla para dejarlas colgando. Le toqué con mi mano la mejilla y la dejé allí un buen rato, presionando para que me sintiera.

~ ¿Así como? - volví a preguntarle.

~ Así Natsu - me dijo señalándose a él - así de sucio y asqueroso - no puede evitar sonreír.

~ ¿Te has manchado con algo? - le pregunté riéndome y él me puso una cara que daba miedo, indicándome que sabía perfectamente a que se estaba refiriendo. - Vamos Gray, no estás asqueroso ni sucio - le dije - me da igual lo que te hayan hecho, me da igual lo que te hagan, me da igual si no fui el primero, siempre seré el último y eso es más importante - le comenté.

Gray ahora me miraba sin terminar de creerse mis palabras, así que con suavidad me acerqué hasta su rostro. Podía notar su respiración ahora acelerada golpeando contra mi mejilla, sus latidos rápidos y acompasados, veía sus ojos cerrarse esperando el beso y no pude evitarlo, se veía tan guapo que le giré la cara dándole un beso en la mejilla, a lo que él se quedó sorprendido abriendo de golpe los ojos, veía su decepción en ellos.

Agachó la cabeza y notaba sus manos apretarse en puños encima de sus rodillas conteniendo la ira porque no le había besado como él quería. Se levantó de golpe llamándome "capullo" y me encantó, no podía evitar reír ¡Este era el Gray que yo conocía! El que siempre se peleaba conmigo, el que me insultaba ¡Me encantaba! Me dio un empujón y me apartó de su camino para salir de la enfermería, pero antes de que llegase a la puerta, retuve su brazo girándole de golpe hacia mí, colocando mi mano libre en su nuca y acercándole tanto como para besar sus labios ¡Se quedó en el sitio paralizado! Pero no tardó en corresponderme.

Colé mi labio inferior entre medias y le obligué a abrir su labio superior dejándome entrar en su boca ¡Me encantaba rozar sus labios! A él le desesperaba cuando lo hacía sin que llegara a besarle, pero a mí me encantaba ver la cara de deseo que ponía, deseando besarme mientras yo jugaba sólo rozándole hasta que por fin decidía profundizar.

Ya estaba metiéndole la lengua cuando la puerta se abrió de golpe. Gray se asustó pero yo seguí sin importarme nada. Escuché un grito de "lo siento" mientras la puerta se cerraba de golpe ¡A Lucy le acababa de dar algo al ver la escena! Gray intentaba decirme algo, pero no quería escucharle, quería besarle, así que seguí. Escuché de nuevo voces fuera, Lucy diciéndole a alguien que mejor no entrara, pero la puerta se abrió de nuevo.

Esta vez paré de besar a Gray y ambos nos giramos hacia una Erza descolocada que nos miraba con aquella cara roja como un tomate. Se había quedado petrificada, con la mano en la manivela y mirando con la boca abierta hasta que reaccionó con un grito primero y luego con un "lo siento" cerrando la puerta. No pude evitar empezar a reírme y Gray al verme tras observar la escena, tampoco pudo evitarlo.

Al otro lado de la puerta podía escuchar a Erza hablando con Lucy, preguntándole cuando nos "llevábamos tan bien si siempre nos estábamos peleando" Lucy no sabía que responder.

~ Como te gusta dar el espectáculo - me dijo Gray sin poder parar de reír y yo sólo podía pensar que me encantaba su sonrisa, me encantaba su risa y esperaba escucharla mucho tiempo a partir de ahora.

~ En realidad... aún no he montado el espectáculo - le dije cogiéndole de la cintura para atraerle hasta mí y volver a besarle.

Le moví hasta que quedó de espaldas a la camilla y prácticamente le obligué a sentarme. No alejé mi boca de la suya ni un momento y empecé a acariciar su espalda, cogiendo el bajo de aquella camiseta y tirando hacia arriba hasta quitársela.

~ ¿Natsu? - Me preguntó Gray con las mejillas completamente rojas - Podrían entrar.

~ Que entren - le dije con una sonrisa perversa en mi rostro - Ya me ha visto un gremio oscuro follarte, me da igual quien entre, te aseguro que saldrá más rápido de lo que ha entrado cuando nos vea -le sonreí y él sonrió.

~ Y luego soy yo el exhibicionista - se quejó Gray, que ahora parecía más sonrojado que antes por mi declaración de que iba a follarle ahora mismo y aquí mismo.

Me fijé en su abdomen, más que nada para comprobar que ya no estaban los moratones, que no parecía tener golpes y estaba ileso. Rocé con mis dedos el tatuaje del gremio y luego lo besé escuchando su primer gemido ¡Pues tenía razón, sí que era sensible! Si ya empezaba a gemir con sólo sentir una caricia, creo que todo el gremio iba a escucharnos cuando estuviera en plena acción. Sonreí.

~ No te devolví las caricias de la otra vez - le sonreí y él aparte de estar rojo, se tensó.

~ Natsu no podemos hacerlo aquí - me dijo muy serio esta vez.

~ ¿Por qué? ¿Tienes miedo de que escuchen como gimes? ¿te da vergüenza?

~ Pues.... - eso para mí era un claro sí, pero a mí me daba igual, ya había esperado suficiente para estar con él, no quería perder más tiempo.

Le tumbé completamente en la camilla y él se sorprendió cuando me vio subir encima volviendo a besarle mientras le quitaba el pantalón. Gemía prácticamente a cada roce y me encantaba ver como intentaba aguantarse para que no le escucharan fuera. Por lo menos tenía una cosa segura, le excitaba que rozasen y se centrasen en su miembro, eso lo descubrí en el gremio y mala suerte para mí que tenía las manos atadas, pero ahora no las tenía ¡De esta se acordaría Gray!

~ ¡Natsu! - Dijo mi nombre entre susurros, entre gemidos mientras cerraba sus ojos

Tiré su pantalón al suelo y coloqué mi mano encima de su ropa interior acariciando por encima su miembro. Si antes gemía... ahora mucho más. ¡Cómo me gustaba lo sensible que era! ¡Cómo me gustaba que gimiera para mí! Iba a conseguir que todo el gremio le escuchase, iba a decirles a todos a modo de gemidos lo que disfrutaba Gray conmigo y sólo conmigo.

Bajé su ropa interior y cuando cogí su miembro en mi mano dispuesto a bajar para chupársela, Gray se levantó como alma que lleva el diablo hacia mí impidiéndome que lo hiciera. ¿Qué le pasaba a este ahora?

~ No lo hagas Natsu - me dijo con los ojos ahora brillantes como si fuera a llorar.

~ ¿Por qué no si quiero hacerlo? - le pregunté.

~ No... No quiero que te humilles - fue su contestación y yo aluciné.

¡Humillarme! ¿Chuparle la polla era humillarme yo? ¿Qué le habían enseñado esos tipos? No pude evitar sonreír y subir un poco más por su cuerpo obligándole a tumbarse de nuevo justo antes de recostarme sobre él y besarle para calmarle.

~ No es humillante - le dije - en realidad es todo lo contrario, cuando meta tu polla en mi boca, yo controlaré tu placer, voy a tenerte gimiendo para mí, vas a ser mío, eres tú el que estarás a mi merced, no al contrario Gray. Así que no, no es humillarse - le expliqué. - recordé la vez en el gremio oscuro y sonreí - cuando me la chupaste el otro día - le comenté - cuando aguantaba los gemidos que me estabas dando ¿Te sentiste humillado, o te sentiste fuerte? - le pregunté.

~ Fuerte - me dijo

~ Cuando la chupas Gray... tú tienes el control, así que por favor, déjame arrancarte los gemidos, quiero escucharte, quiero que disfrutes, quiero que puedas correrte si lo deseas, el sexo no es dolor Gray, te lo demostraré.

~ Es que... - intentó explicarme y yo esperé a que hablase - ellos me tocaron, me tocaron por todos lados y... cuando me tocan solo puedo pensar en ellos y eso me da miedo.

~ Entonces haré que repitas mi nombre tantas veces como sea necesario para que sepas que estás conmigo, tocaré todas y cada una de las partes de tu cuerpo para borrar sus caricias, te tocaré tanto que sólo recordarás las mías - Gray con aquello pareció relajarse.

Se relajó hasta tal punto, que su brazo que había estado fuertemente apresando el mío, cesó en su agarre y me permitió finalmente bajar hacia su miembro sin oponer resistencia. Le miré a los ojos antes de empezar a bajar.

~ ¿Con quién estás Gray? - le pregunté.

~ Con Natsu - dijo mi nombre tal y como yo le había dicho que repitiese.

~ Si vas a dudarlo aunque sea por un segundo, grítalo, repítelo tantas veces como necesites, pero quiero que te quede claro, que sólo yo voy a follarte, sólo yo voy a tocarte, yo seré quien te haga gemir y pedir por más.

Asintió y empecé a bajar dándole besos hasta que llegué a su miembro. Le oía suspirar, acelerar su respiración, mover su cadera por el placer mientras mantenía sus ojos cerrados ¡Le daba vergüenza mirarme hacer esto! Metí su polla en mi boca sin previo aviso y gimió de tal forma, que supe que jamás se lo había hecho. No pude evitar sonreír, podían haberle maltratado, podían haberle violado, pero seguía siendo ese niño inocente que desconoce el sexo, que no sabe lo que es el placer.

Noté su cuerpo tensarse por un segundo y me imaginé que volvían sus recuerdos y eso... era algo que no estaba dispuesto a permitir ¡Estaba conmigo, no con ellos! Dejé de chupársela un segundo aunque no la solté de mis manos.

~ ¿Quién te la está chupando Gray? - le pregunté y su cuerpo se destensó cuando escuchó mi voz.

~ Natsu - gimió

~ Sí Gray, yo te la estoy chupando y te gusta.

~ Sí Natsu - casi me gritó aún con los ojos cerrando - me gusta Natsu - repetía mi nombre intentando mantenerse conmigo y no perderse en sus recuerdos.

Cuando vi que estaba conmigo de nuevo, volví a metérmela en la boca. La verdad es que nunca me había fijado con detenimiento en ella, pero no la tenía precisamente pequeña, tampoco era gigantesca, era algo normal pero a mí, me encantaba chupársela, me encantaba escucharle gemir y me encantó cuando le oí gritar de placer mientras se corría. Al darse cuenta se levantó de golpe con la cara completamente roja y me pidió perdón casi sin poder sostenerme la mirada de la vergüenza, yo sonreí.

~ ¿Por qué Gray? - le pregunté - quiero que lo hagas siempre que te apetezca - le comenté mientras terminaba de tragarme su corrida y subía a besarle con pasión. Yo soy tuyo y tú eres mío - le dije - puedes tocar lo que quieras, puedes hacer lo que quieras, puedes pedirme lo que quieras.

Él continuó mi beso mientras sus manos abrían mi bragueta sacando mi miembro ya erecto. ¡Como me había excitado su grito! Tras besarle es cuando me decidí por empezar a prepararle a él mientras tocaba mi miembro con aquellas temblorosas manos.

~ Gray... necesito que hagas algo por mí - le dije.

~ Lo que quieras.

~ Necesito que diseñes algo circular, como tu polla, de éste tamaño - le dije enseñándole con mis dedos algo no muy grande.

Me miraba con dudas, pero al final, juntó sus manos y creó con su hielo lo que le había pedido. Me lo pasó y mientras yo lo guardaba no muy lejos, le pedí que chupase mis dedos ¡Quería comprobar si era igual de seductor que en mis sueños! ¡Lo era! Su lengua jugó con ellos, los metía y los sacaba como si fueran mi propia polla, como si fueran el mejor caramelo que se estuviera comiendo. Creo que ahora el sonrojado era yo.

Separé mis dedos de su boca para meter el primero en su interior, acallando su leve suspiro con mi boca ¡Quizá al principio le doliera algo, pero no sería mucho! El placer enseguida le llegaría. Moví el dedo una y otra vez abriendo su entrada hasta que estuvo lo suficiente para meter el segundo, ya ni siquiera gritaba, gemía dentro de mi boca ¡no iba a dejar que le doliera! No paré de mover mis dedos en él sacando cada vez más gemidos mientras sus manos no paraban de jugar con mi polla sacándome también gemidos a mí.

Al final eran tres dedos y cuando estuvo tan dilatado como yo quería, empecé a meterle aquel trozo de hielo con cuidado, a lo que él hizo un amago bajo mi cuerpo y empezó a reírse. ¡Desde luego dolerle... no le dolía!

~ Esta frío - me dijo sonriendo - está muy frío

~ Creía que a ti no te afectaba el frío - le sonreí.

~ Depende en qué zonas - me dijo sonriendo.

~ ¿Quieres que pare?

~ Sigue Natsu, quiero que me folles, quiero sentirte dentro de mí.

~ ¿no te duele?

~ No - me dijo - me gusta, por favor... no pares ahora.

Moví incesantemente el aparato de hielo dentro de él, no podía dejarlo quieto, el hielo podía acabar quemando de estar tanto rato quieto, así que no paré de moverlo y no paré de escucharle gemir. Sus manos que no habían parado ni un segundo en mi miembro, ahora tuve que decirle que parase antes de que me corriera de la excitación. Demasiado era para mí estar aguantando con sus gemidos, con sus besos, con sus caricias.

Saqué el aparato cuando estuve casi convencido de que si entraba ahora, no debería dolerle. Sí que es cierto que debería gritar mucho más, porque mi polla llegaría mucho más hondo de lo que lo estaba haciendo el hielo, pues le había dado una medida pequeña con tal de no hacerle daño ya la primera vez.

~ Voy a entrar Gray - le dije para avisarle y él asintió.

Me coloqué en su entrada y empecé a hundirme en él, despacio pero sin detenerme. Gimió al notar mi punta entrar en él, elevó su espalda un poco y finalmente gritó levemente cuando llegué al fondo de él. Me moví al momento para que se acostumbrase antes y sus paredes empezaran a abrirse.

~ ¿Quién te está follando Gray? - le pregunté.

~ NATSU - gritó - es la polla de Natsu

~ Sí Gray, es mi polla hundiéndose en ti ¿La sientes?

~ Sí - gritaba Gray

La verdad es que aquellos tíos tenían razón en algo... ¡Era estrecho! Por lo menos al principio, porque ahora que notaba como se abría, estaba convencido de que era por la excitación. Me moví un par de veces rápido y tuve que parar cuando creí que me correría ¡no quería acabar rápido como la otra vez! Quería que Gray disfrutase de esto, demostrarle que no tenía que tenerle miedo.

Salí de él para indicarle que se levantase de la camilla y lo hizo sin rechistar. Le incliné dejando sus brazos apoyados en la cama y me coloqué justo de pie tras él, volviendo a metérsela. Le sujeté de la cintura por miedo a que por el placer sus piernas le fallasen y se cayese. Empecé mi movimiento y ahora sí entraba más profundo que antes, ahora gemíamos los dos como gatos en celo y la puerta se abrió con un Laxus preocupado por los gritos, hasta que nos vio y salió más rápido de lo que entró con la cara blanca ¡Yo sonreí pero no dejé de darle a Gray! Una y otra vez hasta que su pecho tocó la camilla mientras yo seguía gimiendo hasta que me corrí. Me hundí en él queriendo que mi líquido entrase hasta el fondo, haciéndole mío.

Le tendí un par de pañuelos para limpiarnos y me tumbé con él la camilla cogiéndole por detrás en un abrazo mientras le besaba con ternura el cuello. Por si acaso entraba más gente. Nos tapé con la sábana, aunque no creo que a Gray le importase mucho que le vieran desnudo ¡Le había visto todo el gremio y media ciudad cuando se quitaba la ropa! Eso me recordaba... ¿Tendría que darle explicaciones a Laxus? Se había ido con mala cara al verme penetrar a Gray como un loco mientras éste gemía. ¡No sé yo si sería un tema agradable de hablar!

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