Capítulo 11: Ayudadme

Natsu Dragneel

Lloré y lloré allí tirado, le recordaba sentado encima de mí, besándome, mordiéndome el cuello, intentando excitarme, aparentando que estaba bien con sus sonrisas y yo lo estaba matando, se estaba desangrando por dentro y no lo había visto ¡Aguantó por mí! ¡Aguantó todo lo que le hicieron sólo para que me soltasen a mí! Sabía que se estaba muriendo y no me lo dijo, se calló todo el dolor, se calló el miedo e intentó calmarme a mí.

Estaba sentado bajo un árbol pensando en eso, llorando e intentando ver si llamaban a algún doctor, pero nadie venía por aquel maldito camino. Sólo quería saber algo de él, quería que me dijeran si estaba bien, quería que salieran a decirme algo antes de que entrase yo más cabreado de lo normal, pero visto que no salían, iba a entrar.

Preparé el puño para volver a destrozar aquella puerta que ahora habían intentado arreglar y no había quedado muy bien cuando una mano agarró mi muñeca deteniéndome mientras apagaba el fuego.

~ Tú siempre tan impulsivo – escuché a Sting - ¿Me cuentas que ocurre?

~ Quiero entrar ahí ¿es que eso no puedes verlo?

~ Eso lo veo, ¿Para qué?

~ Tienen a Gray retenido ahí y voy a entrar a sacarle – le dije y no les debí convencer mucho por mis lágrimas, así que me rendí – Se está muriendo – le confesé

~ Hemos visto como te sacaban a patadas – me dijo Rogue - ¿Tú idea es volver a entrar a lo energúmeno e impulsivo para que vuelvan a sacarte a patadas? - me preguntó.

~ ¿Tenéis una idea mejor? – ambos se miraron y sonrieron.

~ Mira Natsu –empezó Sting – como yo lo veo, quieres sacar a Gray, pero cuando entres por esa puerta hay dos opciones, o te capturan o te tendrán un buen rato entretenido con ellos, por lo que no llegarás nunca donde le tienen.

~ Les daría tiempo hasta a sacarlo del gremio y cambiarle de ubicación mientras tu derribas gente – me detalló Rogue.

~ ¿Por qué no vas directamente a por Gray a la sala donde lo tengan?

~ Porque lo tienen allí – le señalé una zona del terreno con más gente todavía.

~ Eso no es un problema – me dijo Sting – nosotros entramos por delante, perdemos el tiempo con ellos, les pegamos algún puntapié y aquellos tíos vendrán corriendo a por nosotros, seremos tu distracción para que puedas ir a por Gray.

~ ¿Por qué ibais a ayudarme? sois de Sabertooth – les pregunté cabreado.

~ Vale, si no quieres nuestra ayuda... que te diviertas tumbando puertas – me dijo Sting empezando a caminar con prepotencia hacia el bosque de nuevo.

¡Era Gray y se moría! No tenía tiempo de estar discutiendo con ellos, tenía que entrar ya. Mi maldito orgullo como siempre jugándome estas pasadas. Si gray había sido capaz de humillarse hasta este punto por mí, yo no podía ser menos.

~ Ayudadme – les pedí y ambos se quedaron paralizados en el sitio mirándome – Ayudadme por favor, tengo que sacarlo.

~ Vale, vale, no hace falta ponerse así – me dijo Sting – vete a esconder, cuando veas que esos guardias vienen a por nosotros, entras a por Gray – me miró esta vez muy serio – ¿Rompiste la puerta de una patada? Qué entrada más cutre.

~ Fue de un puñetazo – le rectifiqué indignado

~ Lo que sea, siempre tan impulsivo Natsu ¿Cuándo cambiarás?, voy a enseñarte como se entra en un gremio oscuro ojos caídos – me dijo Sting guiñando un ojo a su compañero.

Mientras iba a esconderme pude verles combinando sus fuerzas ¡Se quejaban de mí de impulsivo por romper una puerta de un puñetazo y ellos iban a volar medio gremio con su técnica secreta! Escuchaba el ruido de ambas fuerzas combinándose y de pronto, el silencio más aterrador de todos justo cuando sus brazos se estiraban hacia delante lanzando toda aquella energía. Fue una explosión brutal, eso tenían que haberlo visto hasta en mi gremio casi. Más de media sala estalló y muchos de los del gremio ya estaban en el suelo.

~ ¿Crees que hemos llamado lo suficiente la atención de ellos? – preguntó Rogue hacia Sting.

~ Si tienes dudas podemos repetirlo – comentó con una sonrisa mientras veían como los que seguían en pie se juntaban delante de ellos.

Me quedé escondido como me habían dicho viendo como les pateaban el culo hasta sin utilizar magia, aquellos dos parecían pasárselo en grande, sobretodo Sting que luchaba hasta con las manos en los bolsillos y en cuanto podía pateaba el culo de alguno mandándoselo hacia Rogue con una gran sonrisa. Pero tal y como ellos dijeron, cada vez salían más intentando que perdieran el tiempo sin poder llegar hasta la sala de Gray. Por lo menos tenían también razón en que los guardias de la pared que daba a la celda donde tenían a Gray retenido se estaban marchando para ayudar a sus compañeros contra los dragones gemelos. ¡Menuda cacería de dragones acabábamos de montar en unos segundos!

Me acerqué corriendo hacia el muro pero allí no sentía nada ¿Seguro que Gray seguía allí? Quizá con todo lo ocurrido lo habrían trasladado a otra zona, quizá hasta lo hubieran sacado de allí para llevarlo a algún médico, pero claro, luego pensé en aquel cabronazo y lo macabro que era y desde luego, la idea del médico se descartó en mi cabeza, como mucho le habría curado lo justo para mantenerle vivo y seguir torturándole como estaba haciendo.

Rodeé el edificio para intentar encontrar el olor de Gray, intentar localizar exactamente donde estaba, si estaba bien y finalmente lo encontré, estaba en otra sala y no estaba solo, había alguien con él, alguien de quien conocía perfectamente ese olor, alguien a quien iba a cortarle la polla. Podía oírle al otro lado hablar con alguien que lloraba ¡Tenía que ser Gray! Iba a entrar, estaba a punto de destrozar la pared y pensé que sí Gray estaba en medio y fallaba, le daría a él ¡No podía permitirme darle a él! Pero tampoco podía permitirme dejarle allí solo. ¡Tenía que entrar y ojalá él se diera cuenta de que estaba aquí y se apartase!

~ Vamos, dime algo sucio, puta – escuché al otro lado y no lo pensé dos veces.

Me cabreé mucho, tanto que me lancé contra la pared de piedra encendiendo las llamas y cuando quise darme cuenta, tenía en mi mano ardiendo la cabeza del rubio y a la velocidad que iba yo, acabé golpeando con él mismo a otro de sus compinches lanzándolos contra el otro extremo. Gray estaba en el suelo tumbado, apartándose de mi ataque ¡Se había dado cuenta! Me conocía demasiado bien, sabía lo impulsivo que era, sabía que rompería el muro para ponerme delante de él y protegerle.

~ Saca tu mierda de polla que no voy a dejar de ella ni las cenizas – le dije de golpe ante el asombro de todos los allí presentes mientras encendía en mi mano una bola de fuego - ¿Te parece suficientemente sucio o quieres que te diga algo más?

Me incorporé en la sala aquella sin siquiera girarme a ver el agujero que había dejado en la pared, pero mirando de reojo a Gray apoyado contra la pared mirándome con ojos llorosos pero agradecido de que hubiera entrado en este momento. Se llevó la mano a los ojos e intentó dejar de llorar, pero podía escuchar sus sollozos.

~ Natsu – Me alegré de verle.

~ Ya te lo dije Gray, si tú no puedes pelear, yo lo haré por ti – le dije sin mirarle, posando mis ojos en aquel rubio que tanto odio se estaba ganando por mi parte – vamos, ven con todo – le dije encendiendo mi brazo y sacando una sonrisa de excitación.

Gray intentó levantarse ¡Algo que yo veía imposible como iba! Mientras me decía que iba a pelear conmigo. Nada más levantarse, cayó y mi brazo tuvo que enrollarse en su cintura evitando que se golpease en el suelo.

~ Gray... ya te dije esto una vez, pero te lo repetiré... los enfermos deben descansar – le dije ayudándole a sentarse de nuevo apoyando su espalda en el muro mientras le tocaba el cabello y bajaba mi mano por su mejilla para ofrecerle una dulce caricia – quédate detrás de mí, acabaré en un momento y nos iremos a casa.

Seguía viendo en su abdomen aquellos moratones y supuse que como llevaba un tiempo pensando, sólo le habían curado lo justo, en cualquier momento volvería a desmayarse, no podía permitir que luchase estando así. Iba a atacar cuando una voz conocida a mi espalda llamó mi atención al momento.

~ ¿Cómo te va Gray? No tienes buena cara – escuché a Rogue.

Venía sólo, por lo que supuse que Sting seguía ocupado en la zona principal machacando a los del gremio. Por la magia que sentía venir de esa zona ¡Creo que estaba en lo cierto!

~ ¿Puedes sacarle de aquí Rogue? – le pregunté esta vez muy serio mientras activaba mis llamas a mi alrededor.

~ No, no quiero irme sin ti – se quejaba Gray – Ven con nosotros Natsu.

~ Gray – le llamé de forma seria – no puedo pelear si estoy preocupado de que algo te pase, por favor... ve con Rogue.

Rogue se mantuvo al margen de nuestra conversación, pero finalmente tras un suspiro, se encogió de hombros y cargó a Gray a sus hombros.

~ Lo siento Gray – comentó Rogue – su versión es más convincente que la tuya – le dijo antes de empezar a correr sacando a Gray de aquí.

Supongo que tenía demasiado odio dentro de mí en este momento, hasta mis propias llamas pedían a gritos hacer cenizas a aquellos tipos que tenía frente a mí pero no podía luchar con todo mi poder si tenía que estar pendiente de no hacerle daño a Gray. Menos mal que Rogue se lo llevó.

No podía dejar de mirar mi brazo, le estaban saliendo escamas y todo era por culpa de este odio que sentía, por culpa de todo lo que le habían hecho a Gray, tenía tanta rabia dentro que tenía que dejarla salir por algún lado. Me acerqué caminando hacia ellos y a cada paso, las llamas se clavaban en el suelo rompiéndolo a su paso, rodeándome por completo mientras seguía avanzando. Intentó volver a cogerme con su gravedad ¡Un truco que ya había visto! Y que ahora podía esquivar.

Lanzó una y otra vez sus ataques mágicos y uno tras otro fueron repelidos por mi magia. Ya estaba para darle el puñetazo cuando se dispuso a hablar cabreándome aún más.

~ Vamos, puedes ganar mucho dinero con él – me decía o intentaba convencerme.

~ Me das asco – le dije con un tono serio – no me importa el dinero, sólo quiero llevarle a casa.

~ No soy el único que buscará a ese crío – me dijo de golpe – pagan mucho por él.

~ ¿Quién le está buscando? – le pregunté pero no contestó - ¿Quiénes le quieren? ¿Quiénes van a pagar por él?

Él sólo sonrió y me di cuenta de que parte del gremio estaba rodeándome. Con fuego en ambos brazos los junté creando una gran bola de fuego a mi alrededor que empezó a expandirse por la sala acabando con mi maldito problema. Cuando las llamas se disiparon, los cuerpos estaban en el suelo y el líder corría a bastante distancia de mí. Fui a seguirle, fui a empezar a correr, pero Sting que venía por mi espalda, me retuvo el brazo impidiéndome ir.

~ No seas impulsivo – me dijo – estás solo y no sabemos lo que puede tener preparado él. Volvamos, ya tenemos a Gray, si lo volvemos a encontrar le detendremos, sabemos quién es.

Me fastidiaba tener que dejarle marchar, pero tenía razón, yo estaba solo frente a él y no podía dejar a Gray ahora mismo solo tal y como estaba. Era mejor retirarse por ahora ¡Le tenía de vuelta conmigo! Y eso es lo que importaba en este momento. Estaba a salvo ¡Por el momento!

~ Se dieron cuenta de que estabas aquí con tanto jaleo – me dijo con una sonrisa intentando disculparse porque me habían encontrado.

~ Da igual – le dije – los retuviste el tiempo suficiente, tengo a Gray.

~ Genial – me comentó - ¿Qué pasa?

~ Ese tío ha dicho que están buscando a Gray, que hay alguien que pagará una fortuna por él ¿por qué? ¿Quién? – le pregunté.

~ No lo sé – fue la respuesta de Sting - ¿Vas a decírselo? – me preguntó.

~ ¿A Gray? No, no quiero que viva temiendo que van a por él, prefiero que piense que este asunto se zanja aquí.

~ No vas a poder protegerle siempre – me comentó Sting - ¿Qué vas a hacer? ¿Acompañarle hasta al baño con tal de vigilarle?

~ Si tengo que hacerlo, lo haré – le dije muy serio – no se lo digas – le amenacé aunque me parece que no hacía falta, no diría nada.

Ya volvíamos hacia casa cuando me pareció que alguien nos observaba, no sé porque, pero me giré para comprobar que el gremio estaba destruido por mi ataque, aquella bola de fuego debió haberse visto hasta en el pueblo, pero aparte de las ruinas, no había nada más.

~ Volvamos a casa – le dije a Sting que se había parado a observarme.

Cuando llegué al pueblo, Rogue me esperaba en la plaza con el resto de mi gremio ¡Todos habían venido! Wendy ya estaba curando a Gray ¡menos mal!

~ Chicos... ¿Qué hacéis todos aquí?

~ Nunca abandonamos aun compañero ¿Te acuerdas? – me comentó Lucy con una sonrisa.

~ Saliste tan rápido que no te pudimos seguir – comentó Erza – hemos cogido el primer tren que salía de madrugada.

Ahora que me daba cuenta, había pasado toda la noche, porque el sol empezaba a salir por el horizonte de aquel mar. Sonreí ¡Ni de eso me había dado cuenta! Estuve demasiado concentrado en sacar a Gray, en sus heridas, en ayudarle.

~ Volvamos todos juntos a casa – dijo Mirajane con esa sonrisa suya tan especial que provocaba en todos ese sentimiento de que "estábamos en casa"

Cogí a Gray a los hombros y todos caminamos de regreso, pero a mí me seguían preocupando aquellas palabras. ¿Quién buscaría a Gray y para qué? Sting y Rogue se despidieron también de nosotros y partieron en dirección contraria hacia Crocus. Agradecí en silencio su ayuda. Sabertooth ahora tenía un buen maestro, Sting aún siendo joven, lo haría bien.


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