Aizawa-Sensei, Bakugou le tiene ganas
Aizawa estaba recostado en el suelo como siempre, en lo que esperaba pacientemente a que sus adoradísimos alumnos decidieran los grupos para el proyecto que tenían que entregar dentro de una semana, cuando los gritos característicos de Bakugou y los tartamudeos constantes de Midoriya le indicaron que debía levantarse. Qué fastidio. Con lentitud, tomándose todo el tiempo del mundo, Aizawa se pone de pie, para mirar a sus alumnos, todos estaban de pie y hablando entre ellos. Varios sobre los grupos para el proyecto, y otros tratando de calmar a Bakugou, que ya estaba chisporroteando, amenazando con explotar.
— Ey — al instante un silencio sepulcral cayó sobre el salón y todos voltearon hacia su profesor con cierta inquietud— ¿Por qué tanto escándalo? — todos voltearon a ver a Katsuki y Deku al mismo tiempo, quienes temblaron con horror. Estaban condenados— Espero su respuesta — indica indiferente, arrastrando cada vocal con cansancio. Deku baja la cabeza apenado y Shouta jura que oyó a Bakugou amenazar al menor entre dientes con la condición de que no dijera nada— ¿Algo que decir, Bakugou?— comenta y el rubio da un pequeño brinco al ser el nuevo centro de atención del profesor.
— Es que profesor — se puso de pie Kirishima y Bakugou pareció horrorizarse— Deku descubrió algo muy interesante y Bakugou no quiere que se lo diga — expone. Aizawa mira en silencio a Bakugou, como cuestionandole el "por qué", para luego ver a Deku.
— Midoriya, si él no quiere que digas nada. No lo hagas. No te concierne el qu- — Kirishima habló de nuevo, justo cuando Bakugou ya se estaba relajando.
— Pero es que es sobre usted, profe — Aizawa ahora guardó silencio y miró fijo a Bakugou, como si lo amenazara. El rubio simplemente está que se quiere morir.
— Deku, nerd de mierda. Ni se te ocurra — espeta. Pero Aizawa odiaba que hablaran de él a sus espaldas, por lo que indicó a Midoriya que hablara si o si. Bakugou está espantado, y Deku tiene miedo.
— B-bueno... E-es que... N-no sé si sea cierto, creo que estoy equivocado — ríe nervioso.
— Midoriya, no me mientas. Si se trata sobre mi lo quiero saber, así que habla — ordena serio. Deku siente que el corazón se le va a salir del pecho. Inhala hondo y exhala, Aquí vamos, pensó el peliverde.
— ¡Bakugou le tiene ganas!— exclama nervioso, cerrando los ojos con miedo y bajando la cabeza con vergüenza. Sin embargo, el silencio duró más de lo esperado y solo por eso alzó la cabeza para ver a su profesor, quien no parecía tener ningún cambio.
— Ah — se limita a decir, como si la información no fuera interesante— Terminen de elegir los grupos, tardan demasiado — expresa y se recuesta en el suelo como si nada de nuevo. Los alumnos de la Clase A quedaron pasmados y no se movieron — Para hoy — ordena desde el suelo, cerrando los ojos con sueño. Entre movimientos torpes los demás acataron su orden.
Bakugou no podía creer lo que ocurrió. No le dijo nada ¿Habrá creído que era una broma? Esperaba que si, de lo contrario se mataba ahí mismo. Pero quién moriría si o sí antes ese día sería Deku. Sin dudas.
Los minutos pasaron y la clase concluyó. Aizawa ya estaba fuera de su bolsa para entonces y recibía la lista redactada que le entregó Iida con los nombres de los integrantes de cada grupo antes de que comenzaran a retirarse. Cuando ya casi estaba vacío el salón Aizawa acomodó los papeles con normalidad sobre el escritorio, y sin alzar la cabeza habló.
— Bakugou, quédate — Uraraka, Izuku y Todoroki que iban últimos lo oyeron y cruzaron miradas con sorpresa, sin embargo decidieron irse antes de que algo malo pasara. Bakugou por su parte quedó de piedra en su lugar, a nada de salir del salón.
Tenso, el rubio voltea hacia su profesor y mete una mano en el bolsillo de su pantalón. Ahora sí, luego de la posible humillación que fuese a pasar ahora mataría a Deku, por abrir la puta boca, y a Kirishima por cooperar. Los mataría a ambos, escondería bien sus cuerpos y sus nombres permanecerían en una lista en la estación de policía como desaparecidos por el resto de su vida.
Aizawa parecía muy indiferente y aún acomodaba los papeles restantes. Eso estaba bien... ¡Bien espeluznante! ¡Maldita momia con complejo de dramaturgo!. Esperó en silencio unos cinco minutos hasta que el azabache le indicó que cerrará la puerta. Ahora Bakugou si temía lo peor.
— Para ahorrarnos tiempo, te aclaro desde un comienzo que no voy a castigarte, así que deja de mirarme así — Si el rubio se sorprendió Shouta no lo notó, aunque podía asegurar que fue así. El estudiante se quedó quieto, en silencio, como si esperara a que continuara. O como si analizara lo que estaba diciendo — Ahora ¿Lo que dijo Midoriya es cierto o no?— cuestiona con ese tono apagado y desinteresado usual que a Bakugou tanto le erizaba la piel. Tarda un poco, pero opta por negar con la cabeza — Con palabras, no creo que te falte la lengua — Bakugou le saca la lengua de repente, como si se burlara y afirmara que si la tenía. Aizawa no pareció molesto ni hizo gestos, bueno, como era usual.
— No, profesor. Lo que el nerd dijo es una suposición tonta — espeta cruzándose de brazos, mirando a otro lado como si no tuviera sentido que estuviera ahí. Aizawa se apoya contra el escritorio.
— ¿Y de dónde salió esa suposición?— Bakugou lo miró y Aizawa comienza a pensar si enserio tendría que explicarle a que se refería.
— ¿Qué?— responde desconcertado. Aizawa lo mira un momento en silencio, y el rubio comenzó a desesperarse.
— Las suposiciones se originan a base de datos o información que pueda malinterpretarse o analizarse— explica desinteresadamente — Si tus amigos suponen que "Me tienes ganas" debió ser por algo que hiciste o dijiste ¿Qué fue?— cuestiona con indiferencia. Bakugou parece estar maquinando en su cabeza mil y un mentiras, y eso a Shouta le hizo algo de gracia.
— Hace algunos días jugábamos Verdad o Reto con los demás de la clase. Cuando elegí verdad Uraraka preguntó cuál profesor se veía mejor; usted o PresentMic — se encoge de hombros tras lanzar la mentira que mas creíble le pareció— Como lo elegí a usted comenzaron a molestarme — se excusa — ¿Me puedo ir?— pregunta molesto, aunque tan pronto como preguntó volteó para tomar el picaporte e irse, sin esperar respuesta del profesor azabache. Pero Aizawa se mueve más rápido y lo atrapa con sus cintas. Oh por Lucifer, estoy muerto. Se lamentó, sintiendo las cintas apretar sus brazos, cuello y por debajo de su entrepierna, presionando levemente, se parecía bastante a una fantasía que tuvo una vez. Mientras tanto, por fuera de su cabeza se quejaba y exigía ser liberado.
— Haces mucho ruido — se quejó Shouta, rascándose la mejilla con el dedo índice. Bakugou se sigue retorciendo — Sabes que no puedes romperlas, quédate quieto Katsuki— el rubio se queda estático al oírlo decir su nombre y voltea con incredulidad — ¿Qué?— Bakugou sacude la cabeza y se fuerza a regresar a lo suyo.
— ¡Suéltame, quiero volver a casa!— se queja. Aizawa vira los ojos y se acerca al rubio, sin soltar su cuerpo, pero volteándolo para quedar cara a cara.
— Me duele la cabeza, cállate un rato, maldita sea — el rubio se estremece cuando lo oye tan cerca, arrastrando cada palabra con gravedad en su voz— ¿Me vas a escuchar o seguirás retorciéndote?— el rubio pareció pensarlo un momento, y luego, de repente, se sacudió como loco unos dos segundos antes de finalmente quedarse quieto y rendirse, mirándolo como si dijera "Era un último intento". Aizawa lo mira en silencio, casi fastidiado — ¿Realmente me tienes ganas?— el rubio frunció el entrecejo, mostrándole esa mirada feroz que el azabache ya acostumbraba a presenciar en él y se dispone a gritar de nuevo.
— ¡Le dije que no, fue un malentendido, mierda! — Aizawa seguía sin molestarse y se arrima más contra el cuerpo más bajo y lo mira desde arriba. Bakugou no se dejó intimidar, pero no negaría que esa mirada ensombrecida era casi imposible de no encontrar atractiva.
— Eso me dices tú, pero esto me da la razón — responde el azabache sin molestarse en mirar lo que hacía, solo dejó que su mano tocará el bulto que crecía entre los pantalones del rubio, que se retorció levemente, inhalando ruidosamente, reacio a emitir ruido.
— Suéltame — exige con seriedad, tratando de no soltar ningún ruido penoso, mientras que Aizawa continuó acariciando con calma por sobre la tela.
— Respóndeme con sinceridad. ¿Te interesa mi cuerpo o no?— Katsuki cierra los ojos con impotencia y su entrecejo fruncido tiembla, muerde su labio inferior y baja la cabeza, ocultando el leve sonrojo que tiñó sus mejillas — A mi me interesa el tuyo — menciona de repente y Bakugou lo mira de golpe.
— ¿Eh?— suelta tembloroso, sus piernas temblaban levemente tras la continua estimulación tortuosa. Aizawa ladea levemente la cabeza.
— Me gusta tu cuerpo, tu actitud es algo insoportable pero creo que para lo que quiero sirve. Así que te lo preguntaré una vez más ¿Me tienes ganas? — Bakugou asiente en silencio, embelesado con la situación. No podía creer lo que estaba pasando ¿Era un sueño? Si era así mataría al que lo despertara — Entonces tómame — responde el azabache con calma, liberando el cuerpo del rubio de sus cintas retirando su mano del abultado miembro del héroe explosivo.
No alcanza a apartar la mano que siente que lo empuja contra el escritorio, volteándolo de golpe y dejándolo boca a bajo, solo apoyado de sus manos en el mueble. Mira hacia atrás con indiferencia, veía al rubio sostener esa sonrisa maliciosa y casi psicótica que el explosivo chico tenía, mientras metía sus dedos dentro del pantalón para bajarlo con rapidez. Con una sola mirada Aizawa podía confirmar que el miembro de su estudiante estaba más que erecto. Bakugou parecía reacio a desperdiciar la oportunidad, por lo que no tomó muy en cuenta las probabilidades de que algo pudiese salir mal después, o que hubieran consecuencias.
— Si se ofrece así supongo que no hace falta que me preocupe por tonterías ¿Verdad?— sonríe con malicia. Aizawa entiende que se refiere a una preparación. Se encoge de hombros y niega con la cabeza, sin embargo le enseña un sobre de condón, era claro que ni por toda la calentura del mundo se dejaba penetrar sin protección. Kacchan rió con altanería — Soy mucho más grande que el promedio profesor. Eso quedará pequeño — se mofa y Shouta mira la entrepierna del rubio tan pronto como este la descubre. Aha, justo lo que parecía.
— Bien, pues espero que tú tengas uno, de lo contrario esto tendrá que parar — advierte apoyando el codo en la mesa y su mentón en la palma de su mano con serenidad. Una serenidad que a Bakugou le molestaba y que quería romper hasta deshacerla.
— Créeme, siempre tengo uno — sonríe con esa malicia sádica que tanto lo caracteriza. Aizawa mira el miembro del rubio una vez más y mira hacia adelante con calma, sintiendo un leve escalofrío cuando las manos calientes del menor se aferraron a su cintura con fuerza luego de que el chico se colocará el condón.
Aizawa ahoga un gemido casi desesperado cuando el rubio entra de golpe en una sola estocada ruda. Bakugou se muerde el labio inferior y clava las uñas en la piel nívea de su profesor y clavo su mirada en la nuca del azabache, quien dejó caer su cabeza, sosteniéndose solo con los antebrazos en el escritorio, jadeando en un intento por acostumbrarse al grosor del estudiante más agresivo de su clase, pero Bakugou no se lo permitió ya que comenzó un ritmo tosco y agresivo que sacó de Aizawa gemidos ahogados y jadeos adoloridos, que aunque a otro lo habría detenido solo motivó a Katsuki a moverse aún más rudo.
— ¡Ahh!— Aizawa presiona los dientes cuando el fuerte agarre de su estudiante en su cabello lo fuerza a lanzar la cabeza hacia atrás. Oía la risa maquiavélica de su alumno mezclada con sus jadeos agitados y a Shouta le encantaba— Mierda — masculla entre gemidos, sintiendo los golpes constantes en su próstata sin pausa alguna.
Bakugou suelta su cabello para tomar el arma de captura envuelta en el cuello de su profesor más sensual — a ojos del rubio — y con ella amordazó la boca del adulto y la jaló, forzándolo a lanzar la cabeza hacia atrás, utilizando el arma de su profesor como rienda. Los gemidos se Aizawa se vieron obstruidos y la sensación de sumisión y maltrato que implementó Bakugou en él le dieron a Shouta otra oleada de placer que desató una pesa de gemidos enloquecidos.
Los gruñidos de Bakugou eran mejor que cualquier cosa para Aizawa, quién se dejaba hacer mansamente por su estudiante más ruidoso. Los insultos de Katsuki eran curiosos, eran los más habituales en él, pero no lo estaba degradando verbalmente, era como si de alguna manera le estuviera agradeciendo el dejarlo tocarlo, y Aizawa siente que eso es digno del chico educado que sabe que Bakugou puede ser cuando quiere. Y se siente orgulloso por eso.
— Mierda — masculla Bakugou, agitado, acelerando las embestidas a medida que sentía el climax aún más cerca — ¡Sensei!— gime ronco, sintiendo la oleada de placer que le recorrió el cuerpo cuando la liberación de Aizawa llegó rudamente y las paredes se comprimieron a su alrededor, empujándolo a su propio orgasmo.
Luego de unos segundos quietos, sus respiraciones comenzaron a regularse de a poco. Lentamente, Bakugou suelta el arma de captura y deja la boca de Shouta libre, haciendo más fácil la tarea de la respiración para su profesor, quien lentemante se reincorporó del escritorio hasta quedar totalmente erguido. Katsuki se quita el condón con todo el cuidado que puede llegar a tener él — que no es mucho — y con un nudo dejó el mismo en el tacho de basura, para luego acomodarse el uniforme de nuevo bajo la atenta mirada de su profesor.
— ¿Sabes Bakugou...?— el rubio lo mira — Yo también te tengo ganas — sonríe levemente el azabache, y Bakugou sonríe con malicia.
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