- Viento -

Pov Hiro

Mis pies seguían el paso de Miguel, en ocasiones lograba pasarle con mis pasos torpes, pero parecía no importarle. De hecho, me tomaba con más facilidad para bailar, era un intento de improvisación para no quedar mal.

La gente que estaba a nuestro alrededor nos daban ánimo, no lo veían como una burla o un show de comedia. Parecía que querían seguir viendo cómo lo íbamos a terminar. De nuevo volví a toparme con la mirada de Miguel, de nuevo aquella familiaridad llegó a mí como un escalofrío, pasando por cada rincón de mi cuerpo. Él me sonrió de  una manera dulce, podía sentir cómo mis mejillas se estaban calentando poco a poco, estaba completamente seguro que estaba sonrojado en aquél instante. Todo nuestro alrededor se estaba desvaneciendo, solo perdiéndome en el cambiante color de sus ojos, no estaba equivocado, eran los mismos de aquella serpiente emplumada. Pensé que solo era una simple coincidencia, pero dentro de mi pecho dolía y a la vez una extraña nostalgia lo inundaba.

-¡Ey chinito, te falta esto!- habló uno de los danzantes colocándome un penacho de plumas. Intenté acomodarme un poco ya que en el acto, me lo había colocado haciéndome tapar mis ojos. Oí cómo Miguel se reía de mí, en verdad me sentía algo avergonzado, pero no duro tanto cuándo hizo algo y me sorprendió bastante. Con una amplia sonrisa tomó otro penacho y se lo colocó, sin dejar de bailar. El público seguía pidiendo que continuarán con el baile,  él no dudo en hacer una especie de reverencia para todos ellos, dio media vuelta y tomó un poco de cenizas que provenían  de un pequeño cuenco con incienso. 

Pasó sus manos pintadas de negro y se pintó su rostro, una punzada llegó a mi corazón. Miré a todo mi alrededor y parecía distorsionarse todo lo que observaba. Aquella calle se estaba transformando en un lugar semejante a las antiguas pirámides que vimos en nuestro paseo anterior con mi familia. El aroma de incienso estaba por todo este nuevo lugar , antorchabas iluminaban en la oscuridad, el sonido de cascabeles no dejaban de sonar con intensidad. Miraba algo extrañado por lo que estaba pasando, sacudía mi cabeza para volver de ese trance. Sabía perfectamente que se trataba de una ilusión como las últimas veces.

Pero cuándo una leve voz dijo mi nombre, levanté mi mirada y de nuevo estaba frente de aquella serpiente. Esos ojos no dejaban de verme intensamente, su cuerpo se colocaba a mi alrededor cómo si fuera a tomarme, estaba listo para alejarme pero aquella mirada me hizo confiar en él. Noté como la serpiente se acercaba a mi rostro, inconscientemente cerré mis ojos esperando a lo que pasaría.

-Miguel...-

-¿Si?- de inmediato abrí mis ojos al escuchar su voz. Miguel me tenía cerca de él, la música había acabado y el sonido de la gente aplaudiendo, ya habíamos acabado de bailar. -Lo hiciste muy bien, Hiro.

-¿Hacer qué?- estaba desconcertado, pues había estado en una ilusión de nuevo y estaba seguro que en ningún momento yo continuaba bailando. Estaba aterrado sin moverme.

-¡Oigan! ¡Saluden a la cámara!- gritó uno de los bailarines, quién ya tenía una cámara frente a nosotros. Miguel corrió para ver la fotografía, daba brincos emocionado por ello, cómo si nunca hubiera visto que era una fotografía. Cada vez era mas raro, pero no me quejaba por ello, me quité el penacho para dejarlo en su lugar; una mujer hermosa de cabellos oscuros me miraba desde lo lejos, detrás de todo el público que ya estaba dispersándose. Pensé que aquella mujer estaba mirando a otra persona en la misma dirección, sin embargo, su sonrisa me hizo concluir que estaba viéndome a mí. Su rostro también me hacía algo familiar, estaba a punto de moverme a donde ella estaba de pie, pero de inmediato una mano se posó en mi hombro haciéndome saltar de susto.

-¡Mira Hiro, el mitotiani me regalo estas dos fotografías! ¡Uno para mi y el otro para ti!...¿Pasó algo?- No dije nada y volví a mirarle a donde estaba aquella mujer, pero ya no estaba allí. De nuevo coloqué mi atención en Miguel pero, aquella sonrisa parecía haberse desaparecido en unos segundos. Su mirada mostraba una expresión de odio y estaba también estaba dirigida en aquel mismo punto de aquella mujer.

-¿Miguel...?...

-¿Dijiste algo?- de nuevo una leve sonrisa volvió a formarse en sus labios. ¿También vio a aquella mujer? Si fue ese el caso, ¿Habría algún motivo para verla con odio?. De inmediato el móvil de Miguel comenzó a sonar, me dio las fotografías para que se los sostuviera mientras tomaba aquella llamada. Mis ojos se abrieron de golpe y mi rostro se transformó en un color carmesí, había ignorado el cómo me encontraba en ese instante a su lado en el momento de la toma. Aunque, también me hizo reír un poco de la manera en la que estamos. En verdad, a Miguel le queda muy bien con penacho.

-Perdón Hiro, era mi hermano. Me llamó diciéndome que tu hermano mayor te estaba buscando ya que tenían una comida pendiente con tu amigo Kubo.

-Buscando...¡Demonios! Olvidé de nuevo ponerle sonido a mi móvil. -de inmediato saqué mi teléfono y tenía ya varias llamadas perdidas de Tadashi. Lo más seguro pensó que me había a algún lugar peligroso o peor aún que haya encontrado una manera para apostar cómo en las peleas robóticas. Sabiendo que fue un pasatiempo de cuándo era más joven.- De seguro, debe de estar molesto...

-¿Molesto? jajajaja tranquilo Hiro, mi hermano Héctor logró calmarlo un poco. Al parecer encontraron cosas en común. Aunque... no creí que estuviera interfiriendo con tu amigo.

-¿Qué? No estás interfiriendo en nada. Además es un amigo que conocí en este viaje, su abuelo nos ayudo mucho en la exposición. Me contó mucho sobre las deidades de aquella época.

-¿Así? ¿Qué tanto?-sonrío burlonamente, cosa que me hizo verle con una ceja arqueada.- ¿no te dijo que los dioses eran guapos y fuertes? 

-¿De qué diablos estás hablando, Miguel?

-Jajajaja estoy jugando, perdón. Solo quería saber tu opinión.

-En serio, a veces pienso que estoy hablando con un completo loco. Nadie sabe cómo eran los dioses, excepto por características simples como su piel o sus ojos. Además, hablo mucho sobre el dios Tláloc ya que es su favorito. Me contó que su abuelo había encontrado la reliquia de ese dios, así que acordamos que me lo mostraría.

-Wowowowo, ¿Tiene una reliquia del dios de la lluvia?

-¿Si?...y claro que yo quería verlo en persona así como el que estaba en el templo de Quetzalcoatl y...

-¡¿Puedo ir?!- me tomó de los brazos con fuerza, ni siquiera logré terminar mi oración. Sus ojos parecían brillar de emoción, cómo un niño que se enteró por su nuevo juguete.- También quiero verlo con mismos propios ojos...me gusta mucho sobre nuestra cultura y nuestros dioses...y mi hermano es seguidor de Tláloc, ¡Estará fascinado!

-No lo sé...aún no te conoce...y mucho menos conozco si a él le molesta...

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-¡Para nada me molesta, Hiro!- dijo Kubo quién ya nos estaba recibiendo a la puerta de su casa. había intentado hablar sobre visitas extras, pues resulta que Miguel y su hermano Leo querían ve sobre las reliquias que su abuelo había descubierto. Mi tía Cass estaba bastante contenta porque ya había hecho más amigos en estas vacaciones y Tadashi, bueno él estaba mas sorprendido de cómo pude relacionarme tan fácilmente.

-Lamento que esto pasará.

-No, está bien.De hecho, mi abuelo me ayudo en la cocina he hicimos un inmenso festín.Oh pero que descortés, mi nombre es Kubo. Es un gusto conocer a más amigos de Hiro y que estén interesados en la historia prehispánica.- sonrío he hizo una leve reverencia.

-Es un gusto, mi nombre es Miguel y él es mi hermano menor Leo. También es un gran gran...seguidor de Tláloc.

-Leo es un gusto.- habló el hermano de Miguel quién no tardó en regalarle una leve sonrisa a Kubo.

-Bueno pasen, están en su casa. 

-Muchas gracias mi niño. -respondió mi tía, el cual no tardamos en entrar a su casa. Pero antes de continuar nuestro paso, mi hermano me detuvo antes para hablar conmigo.

-Oye, no quiero que te estés metiendo en problemas, estaba totalmente preocupado que te ocurriera algo por la ciudad. Siempre mantén el sonido de tu teléfono encendido. 

-Tadashi, por favor ya no soy un niño. Lo bajé porque quería relajarme un poco. Además, Miguel es un buen chico, por nada me ha dejado estar solo.

-¿Y él no te ha hecho nada malo?-yo me quedé en silencio y recordé el beso que nos dimos en los baños de aguas termales. Claro que de nuevo me sonrojé pero miré a mi hermano negandole con mi cabeza.- Esta bien... te voy a creer pero voy a mantener un ojo sobre ustedes dos. Su hermano también tenía dudas sobre ti. 

-¿Eh? ¿De mí? ¿Y que le dijiste?

-Pues creo...que lo mismo que piensas de tu amigo Miguel.- sonrió y siguió a donde estaban los demás, en verdad a veces suele ser algo exagerado pero a veces suele sorprenderme bastante. 

-Abuelo, han llegado nuestros invitados.- habló Kubo quien nos mostraba y nos invitaba a pasa a su sala. Su abuelo se levantó y nos recibió con una gran calidez. No tardaron en colocarnos unos deliciosos aperitivos en la mesa de centro, por mi parte no dejaba de observar todo el lugar. Había muchos objetos de índole histórico, también fotografías de antiguas excavaciones por toda la república mexicana. En esa sala en la que nos encontrábamos, había una amplia ventana donde podía verse los árboles del bosque de Chapultepec, nunca me había dado cuenta de la ubicación de la casa de Kubo, pero logré conocer el gran castillo que se podía ver entre la cima y los árboles.

-Veo que ya vistes el castillo, ¿Verdad?- habló su abuelo quién me hizo volver mi atención a los demás.

-Si, no me había dado cuenta. Pero también tiene su historia verdad, sobre la batalla de Chapultepec en 1847. Si es que no me equivoco.

-Estás en lo correcto. Ese castillo tiene guardado varios secretos y misterios, pero más emblemático sobre la participación de los niños Héroes.

-¿Niños Héroes?- pregunto Miguel algo desconcertado. El abuelo de Kubo lo miro extrañado, incluyendo me también a mí. Fue una pregunta algo extraña, pues él era de aquí y debía saberlo, sin embargo, su hermano menor tomó un poco de té que nos habían preparado y suspiro al terminar.

-Ay Miguel, en serio, ahora entiendo por qué reprobaste la materia.- noté que le dió un pequeño codazo en su costado derecho, el cuál Miguel no tardó en mirarlo y comenzar a reír de manera extraña. Claro que la incomodidad se terminó al claro intento de su broma.

-Bueno, si tienen hambre podemos pasar directamente a comer.- comentó Kubo con una sonrisa amable.

-Oh no te preocupes mi niño. Nosotros no tenemos hambre por ahora, pero si ustedes quieren...

-Oh no, muchas gracias señora Hamada. Mi nieto y yo estamos más emocionados por darles un paseo por nuestra casa. ¿Sabía usted que nuestra casa lleva más de 100 años en pie? Mucha gente de nuestro barrio tiene muchas leyendas.

- Lamento interrumpir abuelo. Pero, Hiro y sus amigos quieren ver más de tus descubrimientos prehispánicos. ¿Puedo llevarlos a la sala?

-Con gusto que pueden ir.

-Yo quiero preguntarle a usted, sobre los platillos típicos de aquí. Quiero llevarme algo de México para mí café en San Fransokyo. - el abuelo de Kubo asintío con su cabeza y nos hizo una seña para separarnos de ellos. Tadashi me hizo una señal de que me estaría vigilando, yo solo reí al creer que me trata como un niño. Los cuatro salimos a un amplio pasillo que daba a un patio central, en medio había una fuente muy hermosa con detalles coloridos dentro de ella. Había alrededor diferentes flores hermosas típicas de la región, incluyendo las flores de cempasúchil.  El sonido de la zona era tan relajante, las aves del bosque pasaban cantando y eso hacía que el ambiente se volviera más hermoso.

Kubo nos  siguió guiando hasta una gran puerta de madera, en dónde a un costado tenía una placa de metal con el grabado de "estudio". Nos había explicado que está sala lo seleccionaron para colocar todos los descubrimientos de las investigaciones de su abuelo en las pirámides y ruinas de la antigua Tenochtitlan. Incluyendo las reliquias del dios de la lluvia Tláloc. Las puertas se abrieron y parecía que estabas frente a una entrada al pasado, todo estaba lleno de fotografías, máscaras, flechas, arte, vasijas de la época. Miguel y Leo estaban totalmente sorprendidos, yo estaba totalmente emocionado con la necesidad de gritar. Sonreía ampliamente al ver cada rincón de la habitación, pero cuando mi vista se ubicó al fondo de la sala; en una caja de cristal estaba la vasija y el cerro de Tláloc. Brillaba como si hubiera hecho apenas unos momentos, me acerque para observarlo y podía ver perfectamente los colores de turquesa bañando aquella reliquia. Los detalles del cetro en forma de serpiente, algo similar a la de Quetzalcóatl, sin embargo está estaba enroscada y con la boca abierta dejando ver una pequeña dentro de ella.

- Es hermoso...

-¿Verdad? Es mi favorita, siempre vengo aquí cuando está lloviendo. Me hace sentir cercano a Tláloc.- suspiró Kubo como si estuviera perdidamente enamorado- cuándo mi abuelo me contó sobre su historia, me quedé totalmente flechado. Podría decir que me he convertido en un fiel seguidor, aunque no hago ofrendas o altares en su honor. Mi fe está en él.

-Sabes yo también me enamoré cuando supe de este tema. Aunque nunca tuve un favorito, siempre estaba interesado en saber sobre el dios de la serpiente emplumada. - Kubo me miró con una sonrisa tierna, dejando salir una risa pequeña, la cuál no tardó en ser acompañada por Miguel y su hermano.

-¿Qué es tan gracioso, Miguel?- hablé algo molesto. Miguel solo se sorprendió e intento calmarse dándose un poco de aire.

-Disculpa, no fue por burla. Sino que...ambos se vieron tan ...¿Lindos?

-No empieces con eso de nuevo.

- ¿Lindos?- preguntó Kubo quién se había sonrojado.- jajajaja es la primera vez que alguien dice un cumplido así de raro.

- Jeje discúlpanos. A veces somos algo tontos y decimos cosas sin sentido.- respondió ahora Leo quién se acercó a nosotros, colocandosé frente a la reliquia.- una pequeña pregunta...¿Porqué colocaron el cerro dentro de la vasija?

-Bueno, así lo descubrió mi abuelo. Y bueno al darle su mantenimiento y limpieza, lo dejo cómo estaba. Concluyó que era una reliquia conjunta por lo cuál lo dejo dentro.

-Antes no ocasionaron sequía mundial...-susurró Leo.

-¿Qué dijiste?- pregunté inmediatamente ya que lo había escuchado.

-¡Ah! Dije ...que...que...esto parece como un sueño ancestral. ¡Difícil de creer!

-Y luego dicen que yo soy el de las cosas raras. Me alegra mucho que la familia de Kubo lo tuviera en buenos cuidados. Mi hermano está más que agradecido.

-¿En serio?

-Ah, si. Es que, yo también soy un fiel seguidor de este dios. Y me hace feliz que cayó en buenas manos. - dijo Leo mientras le tomaba las manos de Kubo. En verdad son tal para cuál, haciendo cosas extrañas.

Seguimos haciendo nuestro paseo por todo su hogar, la noche estaba acercandosé y los cielos se habían nublado. La comida había Sido todo un éxito, mi tía había conseguido un sin fin de recetas para llevar a nuestro café. Kubo y yo nos volvimos más cercanos gracias a está invitación, también Miguel y Leo no se habían quedado atrás. También había descubierto una parte de él, tan apasionado por la historia cómo yo. Después de todo, la conclusión que tenía sobre él había cambiado totalmente, no es tan raro como parece.

Nuestra charla siguió hasta llegar a las 11 de la noche, el abuelo de Kubo nos había invitado a quedar, pero nosotros debíamos regresar por nuestras reservaciones del hotel. Pero, como siempre Tía Cass hizo de las suyas, dejándome quedar con los demás. Tadashi replicó a la propuesta pero, en cierta forma estaba en un lugar seguro y con buenas personas; así que no tuvo más que aceptar. Después de unos minutos que se había retirado mi familia Kubo nos guío a unas habitaciones que tenían desocupadas para visitas, eran muy amplias y con una hermosa decoración mexicana. Miguel miraba toda la habitación con mucho detalle, hasta abrió la ventana para que un suave viento soplará, dejando el aroma a suelo húmedo.

- Supongo que aquí dormiremos Leo y yo. ¿Cierto?- preguntó Miguel mientras miraba a su hermano que no dejaba de charlar con mi amigo.

-Bueno, hermanito...creo que haremos un cambio de planes.

-¿Qué?- lo hicimos de manera unísono. Mirándonos entre si, mi corazón palpitaba como loco dándose a la idea de que solo estaríamos él y yo solos.

-Si, Leo aún tiene muchas preguntas y bueno yo estoy dispuesto a contestarle todo.

-Kubo...pero yo...

-Ay Hiro. Tranquilo, prometo que después te lo compensaré con lo que tú quieras. Así que los dejamos descansar, bonita noche. -sonrió y cerró la puerta de la habitación. Yo me quedé sonrojado frente a la puerta, estaba totalmente nervioso. Era la primera vez que estaba por más tiempo a solas con Miguel, sin embargo, miré de reojo para ver lo que estaba haciendo; pero el solo estaba sentado a mitad de la cama con brazos cruzados. Observándome con una sonrisa ladina.

-¿Qué?

-Pues, ¿Qué de qué?.

- Sólo quiero decirte que esa cama será tuya, yo dormiré... -miré a mi alrededor para buscar en dónde dormir aparte- aquí en el sofá.

- ¿Ah? ¿Porqué? Si la cama es muy amplia.- seguía sonriendo, pero sabía perfectamente que se burlaba de mí.

-Ah...ya dije Miguel. No quiero que al final hagas cosas extrañas... cómo en los baños.-di media vuelta para acomodar el sofá.

-Y dále con que te voy a hacer algo malo. Sabes, eso de los baños no te forcé, otra somos chicos. Malo que fueras una mujer y pudiera tomarte sin tu consentimiento.

-Miguel...también suele pasar con chicos sabes.

-Si...pero, a ti jamás te haría daño. Jamás.- me detuve al escuchar lo último, está vez su sonrisa ya no estaba en su rostro. Su mirada estaba decidida y seria.- pero si dudas de mí. Puedes dormir en dónde quieras, yo no voy a  obligarte. - se levantó y se acercó a mí. Tomó el cojín y me señaló la cama, él estaba dispuesto para cambiarme el lugar.

No dije nada más y tomé su propuesta. Pasaron un par de horas y no podía cerrar mis ojos para descansar, observaba a Miguel desde la cama y noté que él estaba completamente dormido. Podía notar su incomodidad en el sofá, pero aún así él acepto por no estar a mi lado. Me sentía mal por dudar de él, quería confiar completamente pero había algo dentro de mí que me hacía confundirme más y más. 

-Miguel...- lo llamé algo fuerte para despertarle, pero no reaccionaba a mi llamado. Me levanté y caminé para moverle. - Miguel...despierta...

-Mmmm...Mitztemoa ...noyollo...- susurró aún estando dormido.

-Jajaja...ahora estás hablando en náhuatl, pero no me oyes a mí. Miguel despierta.- moví su cuerpo con más fuerza, pero esta ocasión logré mi cometido.

-Hiro....¿Hiro?...¿Qué pasa?...- se sentó en el sofá para estirarse un poco.

-No podía dormir...necesitaba disculparme. Y quería ver si querías venir a dormir más cómodamente.

-Je...sabes no estoy molesto, ni nada similar pero, no necesitas disculparte. Entiendo. Pero, ¿Estás seguro de que duerma contigo?

-Esblo más que puedo hacer. Has estado algo incómodo aquí...así que...- no terminé mi oración cuando los labios de Miguel se posaron en mi frente. Me miró y sonrió tiernamente, podía sentir como mis mejillas ardían de calor. Tenerlo así de cerca me hacía sentir más nervioso de lo que estaba.

"Tzitzimitl"

Un leve susurró entro por la ventana acompañado de un frío viento. Me quedé quieto por lo que estaba oyendo, sentí como si algo me estaba pidiendo salir de la habitación. Este parecía provenir de lo más profundo del bosque. Me acerqué a la ventana y de nuevo esa voz me llamaba.

-Miguel ...¿Tú escuchaste eso?...- lo miré por unos segundos y volví mi atención al bosque. Estaba a punto de brincar la ventana para seguir aquella voz, pero la mano de Miguel me hizo detenerme, su rostro estaba totalmente inexpresivo cómo si supiera que había allá afuera. El sonido de la lluvia estaba dando una clara alerta de lo que venía, aquél viento era dudoso....

...uno en el cuál estaba confundido en volver a ser libre.

CONTINÚARA........



Hellloooooo gente bonita al fin volví a reportarme con esta historia. Uffff ya estaba muriendo por no saber que hacer o como continuar pero gracias a la música, logré sacar más ideas locas 🤣🤣🤣🤣

¿Creen que la identidad de Miguel está cerca por revelarse? ¿Quién será aquél encargado de los vientos?

¿Teorías?

Notas, para no crear confusión. Estoy tomando datos verdaderos de la historia prehispánica y también le echo más de mis ideas de la historia para complementar. Si tienen algunas dudas pueden escribir y preguntar, también se vale que lectores aporten con datos de historia 💕💕☺️☺️ entre todos aprendemos.

Y bueno las palabras que se usaron en este cap son :

Mitztemoa noyollo : Te extraño 💕
Tzitzimitl: demonio o diablo. También tiene cierto significado como monstruo o espíritu.
Mitotiani: Danzante o bailarín.

Espero que les haya gustado este capítulo y nos veremos en el siguiente. 💕💕 Tranquis voy en calma y calma en actualizar así que estén al pendiente 💕☺️☺️

Los amo!!!!

Beka-san~












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