-Guerrero-

Pov Hiro

Miguel se había quedado en silencio, podía ver lo atónito que quedó a mi pregunta. Sin embargo, no podía soportarlo, necesitaba respuestas, ya no quería que esas pesadillas llenas de dolor volvieran a mi de nuevo. Sé que es algo incoherente decirle a él, cuándo es por primera vez que lo veía y en este poco tiempo lo conociera, pero mi corazón parecía que era alguien familiar de años.

Bajé mi mirada al ver que no tenía una respuesta clara, sabía perfectamente que era algo tonto para culparlo y hacerlo responsable de ello. El suave tacto de su mano en la mía por debajo del agua, hizo que levantará mi mirada a él. Con cariño entrelazó sus dedos con los míos y lo llevó a su frente, parecía que estuviera disculpando, pude notar que sus ojos se cerraron por un rato y volvió a verme con algo de seriedad.

-Yo...-habló- yo...soy...- volvió a quedarse callada por un momento, sabía que de alguna forma se burlaría de mí, pero a veces las cosas suelen cambiar- yo soy algo torpe para encontrar palabras para ello, pero, supongo que tiene que ver con algo.

-Tú...

-No tengo una respuesta el porqué estoy en tus más peores miedos. Sin embargo, me hace sentir responsable de ello, tal vez este poco tiempo hemos hecho un lazo. Me dirás muy crédulo pero... tú siempre estás en los míos. ¿Yo te lastimo en tus sueños?

-N-no...solo qué...suelo llamarte, pero estás lejos de mí. La oscuridad comienza a tomarme sin dejarme oxígeno, cuándo vuelvo a verte estás llenó de una hermosa luz, en la cuál no puedo estar. Sin mencionar...que otros...te veo llorar y tu rostro pareciera estar llenó de heridas y sangre.

-Hiro- tomó más con fuerza mi mano- no sabes quién soy, pero, el volvernos cercanos me ha hecho creer ...que puedo ayudarte en aquella oscuridad. Ya no estoy lejos de ti...

-Miguel, de qué...- no terminé de hablar cuándo de nuevo sus labios se posaron con los míos. Está vez, no quería oponerme a él, mis latidos estaban descontrolados y mis lágrimas comenzaban a salir inconsciente. ¿Porqué el dolor de estaba convirtiendo en nostalgia? El agua y el canto de las aves me eran bastantes familiares, como si de vuelta había vuelto a regresar a aquél lugar en el que ya me había marchado por mucho tiempo.

-¿Te herí?- se separó Miguel comenzando a quitar las lágrimas en mis mejillas. Ya podía sentir el calor en ellas, pero por alguna extraña razón no dejaba de sonreír mientras lo miraba.

-No lo hiciste, Miguel. Sólo...besame de nuevo, por favor.- me miró sorprendido, pero no tardó en que un leve sonrisa se dibujara en él. De nuevo aquél ambiente se había fundido de manera inesperada, en una que no podía creer la necesidad que tenía por tenerlo a mi lado.

Pasó una hora de haber iniciado nuestro baño en esas aguas termales, cuándo decidimos salir para desayunar algo. Mientras me vestía, con algo de curiosidad miré de reojo a Miguel y noté que en su espalda tenía un enorme tatuaje. Era como una especie de serpiente que bajaba por toda su espalda y está estaba acompañada con otros detalles que asemejaban a las estrellas. Con mi dedo, me acerque para seguir el camino de aquel dibujo, noté que en segundos su piel se erizó a mi tacto; cosa que hizo reírme a su reacción.

-Ora...estate quieto. ¿Qué tengo?

-Nada, solo miraba este tatuaje en ti. No me había percatado de ello. ¿Rabieta con tus padres?

-¿Rabieta?...amm. si te dijera que es una especie de "tradición familiar", ¿Me creerías?

-¿Tradición? ¿Quieres decir que lo tienes desde pequeño?

-Bueno, si desde que tengo memoria. Mis padres nos colocaban estás marcas como signo de...haber nacido en tiempos de dioses.

-¿Cómo el horóscopo?

-Ehh si. Exacto. Solo qué más a los dioses de nuestras tierras. El mío era por ser un espíritu libre, que se mueve en los cielos en busca de la paz y estabilidad.

- Quetzalcóatl. ¿Verdad?- Miguel me miró con una amplia sonrisa y asintío con su cabeza. Parecía que había descubierto algo maravilloso que a él le encantaba, parecía como un niño pequeño cuando descubre que tienen algún juego en común.

- Habías dicho que te gustaba mucho sobre la historia prehispánica de México. ¿Verdad?- siguió hablando mientras terminaba de vestirse.- ¿Crees que tu familia te deje ir a pasear conmigo?

-Bueno, no tenía planes hoy. Aunque no veo ningún problema.

-¡Perfecto! Déjame llamar a mi hermano. ¿Te molesta si salgo un momento?

-Claro que no, aún quiero ver este lugar mientras termino de acomodar mi ropa.

-Bien, no tardó.- no tardó en salir del baño, yo solo sonreí por su comportamiento. Seguí acomodando mi ropa cundo de nuevo, desde la pequeña ventana  estaba aquél pequeño colibrí observando me con curiosidad. Era la primera vez que veía uno sin estar volando por allí, camine un poco para verle más de cerca. Su plumaje era hermoso y cambiaba con la luz del sol, pareciera que estuviera brillando todo el tiempo.

De inmediato, una imagen volvió a mi cabeza, podía sentir una suave piel abrazándome con intensidad, cuándo quería ver si rostro este no se distinguía por la luz detrás de él. Tallé un poco mis ojos para volver a incorporarme, miré de nuevo a dónde estaba el colibrí y este ya no se encontraba. Respiré profundamente y lo dejé soltar lentamente en un suspiro, me sentía más ligero cómo si todas mis penas se hubieran ido con aquellos labios de Miguel.

Con las llenas de mis dedos, roce mis labios recordando lo que había pasado hace un rato. Me sonroje de nuevo, ¿Porqué tan de repente acepté? Aún no podía creer que por un extraño me hiciera sentir de esa forma, pero aquellas pesadillas aún estaban en mí. Tampoco era muy escéptico a las cosas paranormales o el significado de los sueños, sin embargo, aún estaba interesado en saber que trataba.

Mi móvil comenzó a sonar fuerte mente, haciéndome gritar por la sorpresa, pues no esperaba que alguien me llamara. Cómo pude controlarme, tomé el móvil para ver de quién se trataba, suspiré al ver el nombre de mi hermano en la pantalla. Era seguro que ya estaba preocupado y había visto mi cama vacía, aunque ya sabía por dónde empezaría si tomaba la llamada.

- ¡¿Dónde estás?!

-Primero hermano, buenos días. Estoy en los baños de aguas termales del hotel, vine con Miguel. Al parecer ya sabía de ello y la verdad es muy recomendable.

-Dios...ahhhg... Héctor tenía razón. ¿Estás bien? ¿No te paso nada?

- No paso nada... ¿Cómo que el hermano de Miguel tenía razón? - cuándo termine de decir mi pregunta, unos segundos de silencio se presentaron del otro lado de la línea.- ¿Tadashi?

-Perdón...vino hace unos minutos a preguntar si también estaba aquí su hermano. Le comenté que no estabas y era seguro que estarías con él. Solo me dijo que estaba en buenas manos y no te pasaría nada.

-Oye, ya no soy un niño pequeño. Sé cuidarme solo. Y hablando de eso...Miguel me invitó a salir un poco por la ciudad.

-¿Irás? Ahhh... sé que si digo un no, lo vas a intentar.- paro un poco de hablar, dejando escuchar la voz de Tía Cass. Al parecer ella no estaba molesta y le parecía buena idea que me relacionara con Miguel.

No hubo más sermón en el tema y tenía hora de llegada por la tarde. Miguel también no tardó en incorporarse conmigo y salir del lugar, antes de que limpieza viniera. La verdad estaba algo apenado, pues después de nuestro beso, ambos comenzamos a lanzarnos agua como locos. Pero sin duda, nunca me había sentido tan vivo.

Después de unos cuantos minutos, nos preparamos para ir a caminar por la ciudad,  Miguel no paraba de hablar de las antiguas ciudades y sus viejas costumbres. Cómo el trueque era muy común en el comercio de l antigua mesoamérica, aunque a decir verdad, él se refirió aquellos tiempos como si hubiera sido ayer. También me habló sobre los mensajes y predicciones en el cielo estrellado, a decir verdad, me hablaba de algunos datos que pasaron por alto los libros de historia. Por ejemplo, habló sobre los huesos sagrados que los principales dioses o cómo él los llamó "padres", habían encomendado a sus hijos como responsables de la creación del hombre del maíz. Pero, cuando le tocó el turno de Quetzalcóatl, decidió llevarlos con el dios del Mictlán; pues algunos otros dioses le daban un mal uso a esos huesos. Creí haberlo leído en alguna parte, pero, todo lo que me estaba platicando parecía una plática de viejos amigos recordando las memorias de años. Mientras seguíamos nuestro paseo por las calles de la ciudad de México, notaba alguna excesa curiosidad por parte de Miguel. ¿Qué no era habitante de este lugar? Lo notaba algo disperso, a veces se distraiga muy fácil y me mostraba cosas con gran asombro. Cómo si todo está modernidad fuera nuevo para él. Sin embargo, me hacía reír; lo único que pensaba que era una buena estrategia para hacerme sentir cómodo por el tour.

En una ocasión, antes de que entramos a un restaurante de comida económica se detuvo con felicidad frente a un pequeño negocio de alimentos tradicionales. Cuándo me acerqué de que se trataba su asombro, mi rostro tomo una gran expresión de ansiedad y sorpresa. En una gran canasta se encontraban un sin fin de insectos, ya muertos claramente, preparados como un snack o comida. Miguel no tardó en hacerme unas pequeñas señas para que lo esperara, corrió a otro negocio y no tardó en salir con una pequeña bolsa de plástico. Se acercó a la joven que parecía mormurar en dialecto con sus otras acompañantes del negocio, me sorprendió el como sonaba. Podías sentir en esas palabras  una cierta calidez, aunque no podía entender nada, mi curiosidad por aprender se había encendido.

Pero, para terminar mi grata sorpresa, Miguel comenzó a responderles en ese mismo dialecto. Las jóvenes se sobresaltaron por la fluidez  que lo manejaba sin problema alguno, intercambiaron un par de oraciones y risas entre ellos; cuando una de ellas le entrega a Miguel una pequeña bolsa con insectos. Yo algo asqueado por lo que estaba comenzando a ver, estaba totalmente anodadado por la gran felicidad en que lo saboreaba Miguel.

-¿Quieres?

-¿Eh?....N-no gracias.

-Oh vamos. Son chapulines, están deliciosos más con una tortillitas muy calientitas. Ufff es delicia de dioses.

-Sé que es tradicional el platillo...pero no tengo apetito...- me miró con una sonrisa traviesa y hizo señalarme algo con insistencia. No dude en mirar a que se refería, pero cuando iba a preguntarle; no dudo en meterme un poco de su comida. Mastique desesperadamente y tragué rápidamente.

-¿Qué tal?

-Es biscoso....pero pasable.

-jajajajajajajaja te dije. Siempre te encantaba comerlos....

- ¿Me encantaba?

-¡Ah! Quiero decir que me encantaba a mí comerlos. Aún no pierdo el gusto.- yo reí un poco con lo sonrojado que se había puesto. Estábamos a punto de seguir nuestro camino cuándo de pronto, el sonar de cascabeles, flautas y tambores llamaron nuestra atención de inmediato. Ambos nos miramos fijamente, sabía que él estaba pensando lo mismo en ir en aquella dirección del sonido. Sonrió y tomó mi mano sin dudar, cuándo sentí su mano sobre la mía y comenzando a correr, un extraño recuerdo volvió a mí. En esta podía ver la espalda de Miguel con alguna especie de ropa blanca y colorida, sin olvidar una especie de sombrero con plumaje. No duró tanto cuándo volví a mi presente, si ya no eran mis pesadillas las que me estaban molestando, ahora estás "memorias" me hacían sentir más confundido.

Al llegar vimos a un grupo de gente haciendo un círculo al rededor de unos bailarines de música prehispánica. Los danzantes con penachos coloridos, tatuajes en sus brazos, pintura en su rostro y las joyas que adornaban su piel; los hacían notarse como unos auténticos guerreros. Escuchando platicas ajenas, el baile trataba sobre dos amantes que se convirtieron en montañas. Uno de ellos era un guerrero que tuvo que ir a la batalla, dejando a su princesa enamorada sola, prometiendo que regresaría para casarse con ella. Sin embargo, las malas codicias hicieron que la joven enamorada llorara y sufriera por la mentira de que su amado murió en la guerra. El guerrero regreso y también se topo con la triste noticia de que su amada había muerto de tristeza, tomó su cuerpo y la llevó a las montañas lejos de la ciudad. Mientras que él velará por su amada hasta el resto de sus días, pero los dioses hicieron el regalo de que su amor quedaría plasmado en grandes montañas, incluyendo que uno de ellos sería un volcán naciente. Cálido y vivo por el amor que tuvieron esos jóvenes. Miguel se movía a la par de la música, no dejaba de sonreírme y también intentaba moverme junto con él.

De pronto, uno de los bailarines le hizo una leve señal de invitación, lo cuál él no negó. Dió unos cuantos pasos para unirse les pero el regreso su mirada hacia mí y extendiendo su mano delante de mí.

-Ven, Hiro. Acompáñame.

-¿Eh? Pero yo no sé cómo hacerlo.

-Vámos es fácil.-tomo mi mano con fuerza jalándome  hacía el escenario. Miguel comenzaba a brincar un poco alegremente. Yo estaba totalmente apenado, no sabía cómo seguir su paso, además no sabía que estos bailes pudieran hacerse de esta forma. Tomó de nuevo mi mano para darme un poco de seguridad.- Oye, mírame a los ojos. Sólo estamos tu y yo.

-Pero yo no sé hacerlo...

-Claro que puedes, sigue mis pies. Y no dejes de verme. No te soltaré.- asentí con timidez y observé sus pasos para imitarlo. No era complicado, pero temía a qué me equivocara. Hacía mis intentos, hasta que noté iba mejorando en ello, tomé con más fuerza su mano para no olvidarme de verle. Sus ojos parecían querer entrar en mi alma, eran un café tan profundo e inocentes.

Nunca le había dado tanta importancia, pero en verdad Miguel era atractivo y sin olvidar su extraña personalidad de abuelo. Sin darme cuenta ya estaba a la par al baile con él. La gente hacía ánimo y comenzaba felicitarnos por nuestra coordinación; suspiré un poco para calmar mi timidez. No sin antes volver a mirarlo, mis ojos se abrieron de golpe cuándo noté algo sorprendente en Miguel. Aquél color café, comenzó a cambiar en varios colores; mi corazón comenzó acelerarse, eran demasiado hermosos. Estaba totalmente hipnotizado y perdido en él, todo el mundo parecía haberse detenido.

Aquellos ojos los había visto en algún lugar, no podía equivocarme en saber dónde fue ...

...pero esos ojos, los tenía aquella serpiente emplumada.

Continuará....






Hellooooo!!! Al fin me puse al tiro con esto. XD de nuevo desvelandome por actualizar pero tenía que. ❤️❤️👌👌

Una gran disculpa por perderme, pero saben que a veces hay situaciones adversas que llegan y no puedes hacer nada. Te hacen sentirte cansado, ocupado, estresado y cuándo menos lo esperas tu inspiración se va.  Pero, está vez palabras buenas llegaron a mi puerta cuando más lo necesitaba y decidí continuar ❤️❤️

Iré lentas lo sé pero no quiero dejarles sin estas locas historias que me han apoyado de todo corazón. ❤️👌💕💕

Y se preguntarán si hicieron algo más que beso, pues no xD 😂❤️❤️ apenas van tranqui la situación. ¿Habrá Lemon? Si lo habrá pero más adelantito 👌👌.

Espero que les haya gustado mucho, nos vemos en la siguiente!!!

Los amo ❤️❤️

Beka-san~

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