Nota: Holo, quiero dejarles algo que le escribí a mi hermana. Lo puse en mi página de Facebook (lugar donde estoy más ahora), aquí se los dejo.
Contiene spoilers de Avengers: Endgame.

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Después del viaje cuántico, Thor retiró su traje. Lo primero que hizo fue mirar a su alrededor. ¿Quién iba a pensar que ese palacio dorado caería después? ¿Quién iba a pensar que Asgard dejaría de existir pronto?

—Thor, tenemos que ir por la gema —

La voz de Rocket fue lo que le hizo al rubio enfocar su atención en la misión que llevaban de por medio.

—Por las celdas, es más rápido...—

Dicho eso, comenzaron a correr para entrar por donde el dios había indicado. Fue un gran error. Lo fue.
Los pies de Thor dejaron de trotar para ahora estar de pie, frente a una celda en especial.

Rocket no pudo evitar fruncir el ceño y regresar un poco.

—Thor, no hay tiempo para...

—Sólo unos minutos...

Pidió el rubio con esos ojos algo cristalizados haciendo que el roedor rodara los ojos, pero no le negó lo pedido.
Thor caminó de forma lenta y cautelosa a esa celda. Loki estaba boca arriba en la cama, sin mucho que hacer parecía que contemplaba el techo de ese lugar y Thor no sabía muy bien cómo comenzar.

Había que admitir que era mejor retirarse y evitar que le viera en esas fachas y con ese aspecto, era mejor retroceder, pero ahora su mano estaba sobre esa celda haciendo que Loki dirigiera su vista.

—... ¿Thor?

La voz de Loki era para el rubio un suave canto, a pesar de que le maldijera, en ese momento, lo era todo.
El dios del engaño seguía sin comprender la presencia de ese hombre. No había duda que era Thor, pero...

—¿Qué haces vestido así? Te ves ridículo...

El rubio soltó una risa y asintió con la cabeza. No había comentario para el pelinegro, su mente seguía sin procesar que de verdad estaba Loki frente a él.

Después del Ragnarok, estuvieron en esa nave sin rumbo con un propósito: gobernar el nuevo Asgard juntos. No como hermanos, si no, como la pareja que se dieron cuenta que eran después de la destrucción de su hogar.
Era un plan perfecto. Uno que hacía a Loki abrazarse del rubio y besar sus labios. Uno que no duró mucho gracias a Thanos.

—Loki...

Los ojos cristalizados del rubio hicieron que los del dios del engaño le hicieran mostrarse algo asustados.
¿Por qué pareciera que Thor iba a llorar?

—¿Qué clase de broma es ésta, Thor?

—No quiero perderte.

Susurró haciendo que hubiera una risa por parte de Loki.

—¿Sigues aferrado a la idea de recuperarme como hermano?

Thor apretó sus labios. Deseaba tanto poder abrir la celda y llevar a Loki con él de vuelta. Lo deseaba tanto, pero sabía que eso era prohibido.

—Te quiero, Loki, te quiero como no tienes idea.

Al ojiverde le costó entender esas palabras. Primeramente, porque ahora Thor estaba ilusionado con la mortal de nombre Jane y segundo, porque ese no era Thor. No el de siempre.

—¿De dónde vienes?

—No puedo decírtelo

Susurró Thor sintiendo como había un nudo en su garganta que le hizo apretar sus ojos para que las lágrimas no salieran. Este tipo de actitudes eran para Loki tan confusas.
¿Qué era lo que le hacía al mayor estar en ese estado o qué le hacía que actuará así frente a él?

—Debes venir conmigo.

Thor ante sus propias palabras se quedó estático. Podía jurar que ahora Rocket tenía muy abierta la boca, pero no iba a cambiar de opinión. Tenía una oportunidad para recuperar a Loki y no iba a desaprovecharla, de hecho, ya lo hacía al no abrir esa celda.

—No iré contigo, Thor

Había una risa que hacía al dios del trueno sentir que su labio inferior temblaba. El llanto se haría presente pronto y no quería que Loki lo viera en ese estado, al menos no en ese momento que tal vez sería el último para ellos.

—Thor, no puedes llevarlo, él debe seguir su curso

Rocket tenía razón, pero ahora admiraba los ojos verdes de Loki. ¿Era mucho pedir que siempre pudiera observar los ojos del dios del engaño?

—Loki, prometo que el Sol brillará sobre nosotros nuevamente —.

Las lágrimas del rubio hacían que Loki siguiera en un total silencio. No había ni siquiera una pizca de ganas de burlarse de aquel que alguna vez fue el Dios más admirable y alabado en Asgard, aquel príncipe que sonreía engreídamente. El Thor que conocía era algo tan vago a lo que estaba ahora de rodillas frente a él con las manos recargadas en esa celda.

—Thor...—

Loki hizo una señal para que se pusiera de pie y así lo hizo el nombrado. Las lágrimas seguían en las mejillas del rubio.
Lentamente el pelinegro colocó su mano en esa celda y le sonrió. Había una verdadera sonrisa que se tomaba como una invitación a que el rubio hiciera lo mismo. Así fue. Sus manos estaban separadas por ese fino cristal.

—Te amo.

Dijo sin rodeos Thor haciendo que Loki mordiera su labio inferior y ahora él sintiera un nudo en la garganta.
Nunca creyó escuchar esa oración y menos en ese lugar o por alguien que parecía no ser de esa época.

—Estaré contigo, pase lo que pase

Prometió Loki tratando de que las lágrimas del rubio cesaran, pero parecía algo imposible.
¿Había dicho algo malo? Porque Thor lloraba un poco más.

—Tienes que irte...

—Tengo que irme...

Reafirmó Thor para mirar una vez más a Loki y bajar su mano. Podía destruir esa celda, podía llevar al pelinegro con él y empezar de nuevo, pero eso crearía más problemas.

Rocket tenía razón: Él ya había perdido a toda su familia.
Su madre, su padre, Asgard, sus amigos y también a Loki.
Miró una vez más atrás y como el pelinegro pareciera ahora abrazarse un poco a él mismo.

Thor tenía la esperanza de que esa confesión fuera tratada a tiempo con el Thor de ese momento, así tal vez tendrían más tiempo y las riñas que convertirían en besos. Así, cuando perdiera a Loki, no sería con el sentimiento de haber desperdiciado tantos años en tenerlo como rival, porque no lo eran.

Nunca fueron rivales.