TREINTA Y SIETE

Sora POV's

Recibí una llamada muy temprano en la mañana, no esperaba volver a escucharlo tan rápido, pero sospechaba el motivo porque el que me citó en GwangJu, bastante retirado de donde vivo. Claro que no era la primera vez que iría a ese lugar, conocía perfectamente aquella casa.

Sin embargo no dejaba de inquietarme nuestra reunión. Porque el motivo podía ser otro distinto al que pienso. Estoy realmente nerviosa.

Estación de Gyeongg, Gwangju.

Los poco edificos y el aire de las antiguas dinastías que representan a GwangJu traen a mi, algunos recuerdos de las veces que estuve aquí, caminando en el Dowtoon Chungjangro en la noche, mientras comía los pinchos de pescado.

—Voy en un taxi— Mini estaba muy preocupada porque yo viajaría sola, estuve escribiéndole todo el trayecto.

—Todavía puedes regresar, yo te pago lo que gastaste— realmente está preocupada.

—Tranquila, regresare completa-digo tratando de bromear.

—No trates de jugar con este tema, Sora.

—Perdón. Sólo quiero que estés tranquila, voy a estar bien, él no dejará que me pase algo malo.

—No dudo que mientras este contigo te va a cuidar, pero no lo ves si no hasta la noche. ¿Qué si te pasa algo antes de que se vean?

Ella actúa así desde que leyó los mensajes amenazantes de algunas fans, trate de convencerla de que las personas por Internet se convierten en cualquier cosa, que pueden hacer y deshacer, pero que en la vida real, no tienen el poder: Mini no es fácil de convencer.

—No saldré del edificio. Estaré en mi habitación hasta que llegue la hora.

—¿Segura?

—Si, Mini.

Suspira pesadamente.

—Si no me respondes cada hora en punto, dejaré todo botado e iré por ti ¿me entiendes?

Ella no esta jugando, habla bastante en serio, es más miro por la ventana asegurándome de que nadie me esta siguiendo o me ve sospechosamente por la ventana del auto, podría ser ella o alguien que envió para vigilarme, ella es así de sobre protectora. Tampoco la culpa, hemos vivido bastantes situaciones de peligro a causa de los fans enardecidos.

—Sí, tendré el celular en la mano siempre.

—Esta bien. Escríbeme cuando estés instalada.

—Claro. Hablamos en un rato, ya estoy viendo el edificio.

Nuestra llamada termino.

Mire al frente y alce la vista a lo que me dejaba ver el parabrisas del taxi, el joven conductor me dio una mirada por el espejo retrovisor, llevaba viéndome con curiosidad desde que me subí en la estación de buses. Ignoro su mirada nuevamente, entiendo porque su curiosidad, la ropa que uso me hace ver como un chico, pero mi voz me delata con facilidad, soy una chica, sin embargo él no se atreve a hacer un comentario.

Una vez estamos frente al edificio de trainers de BigHit, el taxi me deja en la entrada principal, no ha cambiado mucho el lugar, solo un poco más, cuidado, se ve bastante custodiado el lugar, incluso me pareció que los policías que están unas calles antes también custodian la zona.

Pague al taxista la tarifa, el joven no perdió la oportunidad de verme directamente a los ojos, no hice ningún gesto de molestia o timidez, solo nos quedamos viendo unos segundos, él aparto la mirada sonrojado, yo salí del taxi agradecí y no le puse más atención, me di la vuelta para ver la imponente entrada del edificio y los tres vigilantes que ya estaban hablando con sus micrófonos ocultos y me señalaban.

Tome aire para luego soltarlo con fuerza, ya había estado aquí, conocía a la perfección los protocolos de seguridad, pero siempre lograba ponerme nerviosa. Baje la capota de la chaqueta que cubría mi cabeza y parte de mi frente, mi cabello recogido y cubierto por una distinguida cabellera de hombre, resalto para los vigilantes. Camine a la entrada y uno de ellos salió a recibirme, si afuera del edificio.

—Buenas tardes, ¿tiene cita o reunión?— el hombre mide más que Nam Joon, realmente alto y con un cuerpo mucho más fornido que el de Jungkook, debe dar muy buenos golpes. Restando eso, su apariencia no es comparada con su mirada fría y desconfiada.

Saco de entre mi chaqueta la nota que me enviaron de traslado por un día a este edificio, con un asunto especial, también saque el móvil y marque un número que esta de elegido, rápidamente tomaron la llamada.

—¿Ya estás en el edificio?

—Sí, aquí estoy. Uno de los vigilantes quiere hablar contigo- extendí el celular que esta e altavoz para que el hombre hable.

—Hola, es un asunto de suma urgencia, el caso es especial y solo estará de hoy a mañana, en la recepción ya tienen la información y la habitación.

—Entiendo señor, confirmare la información y le daré ingreso.

—Eres muy amable. Déjame hablar con la otra persona.

El hombre hizo una pequeña reverencia y entro de nuevo al edificio, lo vi hablar por citofono y con sus compañeros.

—Dime.

—Quita el alta voz— lo hice —¿Llegaste bien?

—Sí, claro, por eso te estoy llamando.

—Sé que no debería decirte esto, pero por favor no salgas del edificio, a las cuatro de la tarde los trainers tienen posibilidad de salir un momento, no salgas.

—Tranquilo, desde que la habitación tenga comida, televisión y una buena vista, no me aburriré.

—Te llamo cuando este por salir a verte.

—Hasta entonces— corte la llamada. Guarde el móvil dentro de la chaqueta y vi la sombra del vigilante regresar a mí.

—Puede pasar, ya tienen todo listo para su estadía.

—Muchas gracias.

La remodelacion interna es mucho mas evidente, empezando porque cambiaron de sitio la recepción, ya no esta en la entrada, esta doblando por el pasillo. Recibí mi tarjeta de la habitación, es el cuarto piso, habitación 403, subí por las escaleras porque tiene menos vigilancia y porque me gusta ver los alrededores del edificio por las ventanas de algunos pisos. Algunos creen que este edificio es un Hotel de BigHit, no dista mucho de ser uno, pero solo es un lugar de residencia para los nuevos y futuros idols de la industria, es la forma de mantener

Las habitaciones no son muy grandes, tienen lo básico, algunas de ellas vienen para compartir con cuatro personas máximo, la mia por suerte es solo para mi, más pequeña y compacta. Televisión, un mini bar, una buena cama, una mesa para dos, asientos amoblados.

Me deshago de la chaqueta, es muy grande y acalorada, estoy sudando y me molesta. Uso el suéter delgado que Mini me empaco en la pequeña bolsa que he traído conmigo. Lo que queda es esperar a que llegue la hora de la reunión.

En el minibar hay agua, soda, refresco y coca, me decido por la lata de refresco, destapó y bebo para calmar la sed, se siente bastante calor, para la época o el cuarto es muy pequeño. Diviso el mando para activar el aire acondicionado y lo pongo en 2 para evitar resfriarme. Ocupó uno de los asientos y estiró los pies, creo que la noche sé tardará en llegar, estas horas serán eternas; es la teoría de la relatividad, porque cuando vine por primera vez, una hora me pareció un minuto.

Claro, la diferencia era enorme, aquella vez no estaba sola y mucho menos lista para todo lo que iba a vivir, en cambio hoy hasta puedo predecir cada uno de los acontecimientos.

Flashback...

Un mes, el tiempo pasaba demasiado rápido para mi gusto.

En resumen me siento como en una feria de atracciones donde se pueden ver diferentes puestos con diversas actividades, todo es color, risas y tu solo debes disfrutar y olvidarte del mundo exterior porque en cualquier momento la feria debe terminar y tu debes regresar.

Me había convertido en la novia de Jeon Jungkook, denominado como el chico multitalentos de la nación, o eso se leía en sus fans page. Era algo realmente difícil de creer, ni yo podía creérmelo; sonaba demasiado fantasioso.

Nuestra relación en sí, no tuvo mayor diferencia, seguíamos hablando por mensajes, cada tanto él debía cambiar de número porque los fanáticos lograban conseguirlo y él temía que algo me sucediera, me colocaba como prioridad mientras yo me moría de los nervios y le pedía que bajara el ritmo a los mensajes.

No voy a dejar de hablarte por eso.

Me respondió una vez y deje de insistir, con él es difícil llegar a un acuerdo, se empeña mucho en un punto y no cambia de parecer a menos que sea verdaderamente convincente. Me rendía muy fácil ante su terquedad.

Todo ha sido muy calmado hasta el momento. La agenda del grupo los mantiene bastante ocupados, él trata de sacar algo de tiempo para escribirme o para llamarme por unos cortos minutos y luego se va a descansar. Su atención y su trato hacía mi es algo a lo que no estoy acostumbrada y a veces me siento un poco extraña e incomoda. No sabía como reaccionar, como actuar o que decirle cada vez que él hacía o decía algo dulce respecto a nuestra relación.

Podría decirse que tenía una buena relación amorosa en ese momento, no nos veíamos mucho, pero estábamos pendientes el uno del otro, queríamos el bien del otro por encima del nuestro, sin embargo, yo no lograba verlo más allá de mi pequeño y gran amigo Jungkook; y eso me hacía sentir muy mal porque él se estaba esforzando.

Estaría mintiendo si digo que sus gestos no me conmueven, que me hace sentir cosquillas cada vez que se pone romántico en las llamadas pero más allá de eso, no sucede nada más. No me siento de la misma forma que me sentía con... Yoongi y me molesta admitir eso. Es frustrante, mi mente y mis sentimientos están demasiado conectados a él, me sigo preocupando por su salud por eso de modo indirecto busco la forma de preguntarle a Jungkook y saber de él, sigo pensando en sí esta arrepentido, en sí pensará en mí de vez en cuando; así me la paso gran parte del tiempo libre.

Para evitar esos pensamientos busco la forma de estar ocupada, bien sea en la cafetería con nuevos turnos o en los estudios asistiendo a las conferencias de la universidad, pero me cuesta mucho mantener ese pensamiento alejado, omitir su recuerdo y mandarlo al fondo de mi cabeza, me cuesta muchísimo.

Regresamos con Mini, después de una larga jornada de trabajo, la cafetería estuvo llena hasta las cuatro de la madrugada, fue bastante tiempo a comparación con otros días, el aseo termino siendo tedioso porque ya estábamos cansados, todos nos quedamos ha limpiar, ninguno se fue antes como es costumbre.

Mis pies me pedían a gritos que los colocaran en agua caliente para descansarlos, luego de descargar el bolso en la sala, pase directo a la cocina, Mini ya iba quitándose la ropa, tiende a llegar a su habitación casi en ropa interior, dice que solo así se siente descansada. Encendí la estufa y coloque una olla con agua para los pies, si no lo hacía mañana no soportaría ni una hora de pie.

Mini llego casi enseguida, arrastro la banca de madera y se sentó a un lado de la isla, se veía realmente cansada. Saque dos latas de pulpa de la nevera y le extendí una, con una sonrisa adormilada la recibió y la destapo al instante para beber.

—¿Y tu principe?— de esa forma se refiere a Jungkook.

—Imagino que aún no ha llegado al apartamento— por lo general me llama o antes de que salga de trabajar o cuando estoy llegando al apartamento.

—¿Y el tuyo?

—Me llamo mientras me estaba cambiando.

Asentí una vez. El novio de mi amiga es tres veces mas intenso que Jungkook, por eso a veces le pido consejos a ella para saber como tratar a Jungkook y no embarrarla por mi actitud tan... cruda. Empezando porque yo soy sarcástica, eso he tenido que reprimirlo mucho. Jungkook llega a tomarse muy en serio mis palabras y le cuesta darse cuenta cuando ando de broma y cuando no, lo que es irónico porque él es experto en molestar a sus mayores.

Ambas guardamos silencio, el cansancio era tal que no queríamos ni hablar, mis ojos se cerraban de a pocos y ella miraba un punto en la mesa, la cabeza le pesaba y eso signo de que pronto caería dormida.

—Sora...— llamó. Quite la vista de la lata y pase a verla — ¿puedo hacerte una pregunta?

—Pregunta— anime.

Subió la vista hasta conectar nuestras miradas.

—¿Te sientes bien con la relación que tienes con Jungkook?

Asentí sin dudar.

—¿Mejor que con Yoongi?— creo que se había tardado en preguntarme sobre el tema. Cuando le conté que había aceptado a Jungkook me felicito y dijo que me apoyaría con eso, pero también me pidió que siempre fuera sincera conmigo misma y con Jungkook; que ninguno de los dos merecía ser lastimado.

—No... Yo no he logrado ver a Jungkook de esa forma— admití apenada.

—Lo supuse— soltó un débil suspiro —No te he visto igual de idiotizada-—sonrió un poco.

Con tristeza la imite, me costaba aceptar que me había entregado de tal forma a Yoongi, que no podía llegar a sentirme igual o mejor con otra persona, en especial con alguien como Jungkook, que se ha esforzado tanto por ser correspondido.

—Tampoco te presiones por eso ¿si? Jungkook esta dispuesto a esperarte, tu solo ten presente que debes esforzarte igual que él, y si no resulta... — se detuvo un momento como si hubiese recordado algo para después seguir —No vayas a culparte por ello.

Ella me conocía bien, porque era obvio que si la relación entre Jungkook y yo no daba frutos iba a ser netamente mi culpa porque él esta dispuesto a todo con tal de que sea correspondido y lo demuestra desde el día que le dije que sí y prometió que no me presionaría en ningún aspecto, que me dejaría actuar bajo mis razonamientos y que me dejaría acercarme a él a mi ritmo. Con todo eso ¿de quien más sería la culpa? Por supuesto que mía, por no lograr corresponderlo adecuadamente. Si pensaba profundamente en ello, aceptarlo no había sido la mejor de mis ideas y eso me hacía sentir más culpable aún.

—No lo sé, Mini. No puedo dar nada por sentado ahora— preferí darle la espalda porque su mirada se había vuelto pesada para mí, ella quería hacerme entender su punto y yo estaba demasiado firme en el mío.

—Sé que es perdido decirte eso, pero igual quería decírtelo desde que empezaron a salir.

—Te preocupas demasiado— acoté. El agua comenzó a hervir.

—Tu misma has dicho que soy como tu madre. Estoy muy metida en mi papel.

Sonreí conmovida, ella se ha tomado muy en serio mis palabras.

—En serio deberías... — deje la idea a medio camino cuando sentí el vibrar dentro de mi chaqueta, saque el móvil y vi el nombre del príncipe, sonreí sin esfuerzo, después de todo siempre me gusto hablar con él en las noches.

—Por esa sonrisa imagino que el príncipe apareció— rodeo la isla y se paro a mi lado. —Respóndele, yo me encargare del agua y te la llevo a la habitación.

—Gracias— le di un beso en la cien y camine a mi habitación.

—Buenas noches, joven.

Muy buenas noches, bella doncella—desde que le dije que sí, utiliza ese tipo de apodos empalagosos.

Cerré la puerta de mi habitación y me tire de espaldas a la cama, se siente tan bien mi cama, es tan suave, tan calientita, no pude evitar rodar un poco hasta quedarse boca abajo con el celular en la oreja.

¿Acabas de llegar?— preguntó. Escucho una puerta cerrarse, imagino que de su habitación.

—No, llegamos hace un rato, estaba en la cocina calentando agua para los pies.

¿Te duelen mucho?

—Sí. Moon's estuvo a reventar casi todo el día, fue bastante tiempo de pie— con él las quejas eran naturales, Jungkook siempre me escuchaba quejarme de una cosa y otra y no me interrumpía, era como mi buzón personal.

¿Quieres que vaya a darte un masaje?—sus propuestas se han vuelto mucho más abiertas y provocativas.

—¿Desde cuando sabes dar masajes?— y yo me volví experta en tirar de su pie y bajarlo de la nube en la que se sube a veces.

Su risa baja choca con el micrófono, él se ha percatado de mi intención de evitar caer en ese ambiente seductor, y acepta eso, no se molesta.

Te sorprenderías de saber todo lo que se hacer— no solo fue lo que dijo, fue como lo dijo, hablo desde la garganta, fue tan grave su tono que sentí su aliento en mi oído.

—¿Vamos a aprovechar el horario para mayores? Ah, cierto, aún eres menor de edad— arremetí con la esperanza de que no siguiera, no se manejar este tipo de llamadas.

Se carcajeo con ganas, le seguí riendo también, es contagiosa su risa. Lo escuche que suspiro con cierta ilusión en aquel sonido, me quede atenta a que dijera algo y pegue más el móvil en mi oído.

Eres mala. No seré menor toda la vida— eso es cierto, pronto tendrá la mayoría de edad, pero ¿quien nos asegura que estaré a su lado cuando eso suceda? Nadie, porque el futuro es incierto ¿No, Yoongi?

Inconscientemente suspire afligida, el recuerdo de Yoongi me ha perseguido todo el día, cualquier cosa me lo recuerda, cualquier palabra y lo compare en muchas situaciones; incluso miraba la puerta de la cafetería con la ilusión de que el siguiente cliente fuese él llegando con su libreta su bomberyager y se sentará en su mesa habitual, pero no sucedió.

—¿Sucedió algo?— la voz inocente del otro lado me recordó que no estaba sola, no eramos mis pensamientos y yo, él estaba atento a lo que yo decía.

—Es el cansancio, Jungkook.

—¿Te he dicho cuanto me emociona que me llames por mi nombre?— si lo dijo, no lo recuerdo, hice memoria fugazmente pero no vi nada en mis registros.

—No recuerdo— respondí siendo sincera.

—Cuando me llamas por mi nombre, siento que ya no estamos hablando como amigos, si no como un hombre y una mujer en una relación amorosa— él tenía esa costumbre de dejarme sin palabras, sacaba a relucir ese tipo de pensamientos que no sabía como corresponder.

—Jungkook— baje el tono de mi voz y pegue mis labios al móvil, fue mi única forma de responder. Él merece ser querido y aceptado, aunque no sé que tan bueno sea que sigamos en esta relación, quiero esforzarme con él.

—Exactamente así, pero tiene un efecto extraño, porque aumenta mis ganas de salir corriendo a verte y olvidarme del mundo. Besarte, Sora, fantaseo con probar un beso tuyo— un nudo se formo en mi estomago. Llevamos un mes en esta relación pero no hemos podido vernos como debe ser, han sido visitas de médico, y la única vez que estuvimos más de media hora juntos, evite a toda costa cualquier situación que me comprometiera.

—No seas un niño mimado, debes cumplir con tu agenda para que quedes libre y puedas probarlos las veces que quieras.

—¿Las veces que yo quiera?— su risilla picara me hizo caer en cuenta de que me había puesto yo solita la soga en el cuello.

—Las que tu quieras... Siempre y cuando me dejes respirar, porque un beso implica robar el aire del otro. No querrás quedarte sin novia, solo porque no dejabas de besarla— cada tanto debía decir en voz alta que yo era su novia, necesitaba apersonarme de esa definición y entender mi nueva situación.

Escuche que reía por lo bajo, se escucha muy contento, su voz se escucha cansada, pero es capaz de sonreír así.

—Tengo una novia muy elocuente.

—Aquí se aburre el que quiere.

—Permiso— Mini entra a la habitación con el tazón lleno de agua caliente y un aroma terapia para el cuerpo que nos recomendaron en un centro naturista.

—Gracias— dije y deje que él escuchara.

—Nada de llamadas calientes, ¿queda claro?

—¡Mini!— dije alarmada, ¿como decía algo así a sabiendas que Jungkook la estaba escuchando? Por supuesto mi amiga estallo en risas al verme sonrojada, y él también se reía, era injusto porque yo no le veía la gracia.

—¡No la dejes muy agotada, Jungkook!— grito antes de salir despaborida de la habitación porque yo la amenazaba con ponerle un zapato en la cabeza.

Eso ultimo lo hizo carcajear con mucha fuerza, escuche el crujir de la cama, imagino que se revolcaba en la cama de lado a lado, la imagen en mi cabeza se ve muy graciosa y tierna, sonrío acompañándolo en su diversión.

—¿Te parece gracioso?

—Lo siento— intenta apaciguar su risa— es que en serio lo imaginé y me ha dado algo de vergüenza.

—Tienes una gran imaginación, Jungkook.

—No es nada que no haya imaginado antes.

¡Maldita sea! ¿Porque tiene que decirlo asi? ¿Qué espera que diga después de eso?

Suspiro satisfecho y contento, seguía riendo bajito. Me quedé en silencio esperando que dijera algo más pero él se quedó callado escuchando nuestras respiraciones.

—¿Jungkook?— llame —Oye, Jungkook— no respondió —¿Te dormiste?— sería muy gracioso si fuese verdad pero lo escucho sonreír.

—Sólo estoy imaginando que estas aquí, y me estas hablando.

Debe extrañarme mucho, está demasiado consentido. Estoy segura que no fuese por esa agenda, lo tendría muy seguido pegado a mi. Él no se reprime, tampoco es bueno esperando y le gusta tener la atención al 100%.

—¿Cuándo terminan la agenda?

—La otra semana— respondió resignado.

—Falta poco para que...

—No puedo esperar una semana más.

No sé si soy yo o lo escuché demandante. QuiZás sea yo y el cansancio. Pongo los pies dentro de la tina y siento el alivio instantáneamente.

—Pero debemos esperar.

—Mañana— soltó y se quedó callado

—¿Qué pasa mañana?

—Vamos a vernos mañana, la agenda tiene un espacio.

—¿Crees que sea prudente? Porque esos espacios son para que descanses.

—La verdad— se ha puesto tímido y eso sólo puede significar dos cosas o algo le pasó o quiere decir algo de lo que no esta seguro. —No me siento bien...

—¿Te duele algo?— me apresura a decir, parecía algo serio porque su tono bajo unas décimas, era más profunda su voz

—No es físico, tranquila... Es sólo que pienso que si te veo, me sentiré mejor.

Eso sono muy adorable, es un niño que necesita atención. Sus actitudes logran enternecerme, al punto de querer complacer sus caprichos.

—¿Dónde nos veremos?

—Cerca de donde estaremos, en Gwangyong.

—¿En qué parte exactamente?

—En el edificio de los trainers.

Un momento... Jungkook.

—¿Ya lo tenías planeado?

Sonrió tímido.

—Kookie.

—¿Qué te puedo decir? Soy un hombre muy meticuloso.

Sabra Dios desde cuando pensó en esa reunión, le gusta tener el control sobre las situaciones que lo favorecen. Es demasiado impredecible y mi corazón no está listo para tanta adrenalina.

—Entonces dime tu plan.

—Mañana te llegará una tarjeta que dará el ingreso al edificio y una habitación, nosotros llegaremos en la noche, te enviaré un mensaje donde indicará mi ubicación y ahí es donde nos veremos.

Es un plan bastante fantasioso, suena a algo fácil pero no lo es. Habrán muchas personas y debemos ser cuidadosos.

Dejando eao eso de lado, acaba de surgirme una pregunta ¿quién es su ayudante? Porque no creo que sea Seung ¿o si?

—¿Los demás lo saben?

—Entre todos pensamos en el plan.

El nudo de mi estómago se tensa, colocó a los siete en una frase y no puedo evitar pensar en Yoongi, que él hizo parte del plan de Jungkook, no lo veo en esa situación.

—Siete mentes maestras piensan mas que una— por su tono le hacía bastante gracia la frase.

—Así parece— las palabras salieron con pesadez de mis labios.

Se me hacía realmente difícil de creer que Yoongi hiciera parte del plan, se trataba de un plan para quedar con Jungkook, un plan de novios, ¿no le afectaba?

¿Porque le afectaría si sólo fuiste un pasatiempo?

Lleve la mano a mi pecho apretando la zona con fuerza. A mi si me afectaba todo, a mi si me dolía el pecho cada vez que él me mostraba lo poco que le interesaba. Admito que en parte he actuado bajo la idea de que él explote y grite a los cuatro vientos que le duele que este con Jungkook; pero con cada cosa que hago, Yoongi sólo me deja en claro que no le interesa el lo más mínimo.

Jungkook sigue hablando de lo que podríamos hacer pese al riesgo absoluto al que nos enfrentamos. Su voz llena de ilusión inundan mis oídos y buscan la manera de acallar a mi corazón que está dolido y una parte de mi cerebro que me juzga desde que acepte ser su novia.

—Las caminatas nocturnas son peligrosas, Jungkook.

—Siento que es más peligroso que nos quedemos en la habitación— rió bajito.

No quiero tener una idea equivocada pero es difícil cuando lanza tales indirectas, muy directas.

—Están llegando. Te hablo más tarde. ¡Te quiero!— terminó la llamada entre risas.

No me sorprende que la llamada termine así, lo hace cada vez que dice algo subido de tono y es consciente que puedo regañarlo o simplemente me deja en blanco; casi siempre es que me quedo en blanco. No se como reaccionar, ni que responderle, no estoy acostumbrada a ese tipo de tratos y sin querer terminó comparando está relación con la anterior relación que tuve. No es que Yoongi no sacará comentarios de ese estilo, es que era menos directo y cuando lo decía sonaba irreal que te hacía querer escucharlo hablar asi más seguido. Con Jungkook me siento avergonzada y torpe.

                             (***)

Esto desde el principio no era una buena idea. Estuve desde muy temprano meditando y analizando la situación y definitivamente no era una buena idea. Aún asi, termine cediendo y viniendo al edificio como Jungkook me dijo, la estructura no es muy vistosa, la verdad parece más un edificio financiero abandonado; imagino que el presupuesto de la empresa no es muy bueno para tener un edificio mucho mas adecuado.

La primera prueba es pasar por la recepción, tengo en mi poder una tarjeta que parece llave electrónica, tuve que vestirme con ropa de chico que se me ajusta muy bien. Después de tomar aire me paro frente al guarda que parece un gorila y me ve desde lo alto.

—¿Puedo ayudarte en algo?

Saque la carta que recibi junto con la llave electrónica, la puse frente a él para que la tomara. Sus ojos pasaron de los mios a la hoja, la tomo y la leyó.

—Un momento, por favor— de la cintilla en su cintura agarró un aparato. —Confirmenme el código zeta ache veinticuatro doce, repito zeta ache veinticuatro doce.

Registro confirmado.

—Gracias— volvio el aparato a su cintilla — puedes pasar, dobla a mano derecha y veras  el recibidor.

Aaenti para después hacer una pequeña reverencia y entrar, seguí por donde me indicó hasta llegar al recibidor. Una joven que vestia un uniforme vinotinto parecido al.de.una azafata, me atendió con amabilidad, activo la llave electrónica y señaló el ascensor.

El edificio tiene pinta de haber sido en su tiempo una pensión o un hostal, no se ve como un hotel. Llegó a mi habitación 412 y la llave me da paso. La habitación no es muy grande, tampoco lujosa, tiene lo necesario, una cama, con que cubrirse en las noches, un mini televisor, un mini bar con agua y jugo, nada mas.

«ya estoy instalada» envíe un mensaje.

«Llegaremos en unas horas. Busca en que entretenerte mientras llego»

Mi celular vibra entre mis manos tomandome desprevenida y atiendo de inmediato.

¿Ya llegaste?

—Si. Acabo de sentarme en la cama— miro alrededor, me costará entretenerme.

¿Estas nerviosa?

—Mucho. Me estoy arrepintiendo.

Mini se quedo en silencio unos segundos, respiro profundo y hablo.

No creo que él quiera arriesgarte. Confía en que las cosas saldrán bien. Además... — sé lo que dirá —dijiste que querías esforzarte en la relación.

Dije muchas cosas. La valentía me dura tanto como un suspiro, debo esforzarme pero eso no quita el peligro de la situación,eso, y que me tiene muy nerviosa no saber a que enfrentarme con Jungkook.

—Es verdad— debo mantener la calma y confiar. — Llegará hasta la noche. Tendré que buscar algo en la TV.

Podemos quedarnos a hablar unas horas.

—Tienes una cita en una hora.

Le diré que tengo algo urgente.

Mini no ha tenido un respiro como tal con su novio desde hace días, en el trabajo se queja porque quiere tenerlo un día entero; no es justo que se pierda una oportunidad de disfrutar su vida, solo por hacerme compañía.

—Si lo haces desaparecere un mes— amenace.

No me amenaces Min Sora.

—No me provoques.

Hizo vibrar sus labios y suspiro designada. Casi puedo visualizar su expresión en mi cabeza.

—Mantenme informada. Iré a comprar unas cremas hidratantes y me alistare.

—Ve a ponerte sexy.

¡Ja! Siempre estoy sexy, querida.

Reimos al tiempo. Es cierto que ella siempre viste de forma provocativa, eso la ha vuelto blanco de varias críticas de la sociedad, saber que ha lidiado con eso y se siente feliz consigo misma, me hace sentir orgullosa.

Te quiero, Sora.

—Y yo a ti, Mini.

Terminamos la llamada y deje escapar un sonoro resoplido lleno de nervios y aburrimiento. Será una larga espera y no se que tanto valdrá la pena, me cuesta no pensar en los peligros y los problemas que podrían surgir por nuestro encuentro.

Estiro la mano hasta llegar a la cabicera, sobre las almohadas descansa el mando del TV, canalear es mi única distracción.

                                (***)

Alguien toca la puerta, escucho lejos el sonido, seguramente sera en la habitación de al lado.

Abre la puerta, por favor.

De golpe quedo sentada en la cama, miro a los lados, en el TV están hablando de algo del gobierno.

¿Esta ahi?— en efecto llaman a la puerta. A mi puerta.

No supe en que momento me quede dormida, la ventana que tiene las cortinas parcialmente abiertas muestran la oscuridad de la noche, dormi cerca de cuatro horas.

Vuelven a tocar a la puerta, con mucha mas fuerza y me obligo a ponerme de pie.

¿Quien podría ser? ¿Habre sido descubierta?

Por instinto miro mi celular sin emcontrar una llamada, solo un mensaje que dice «llegamos». Solo que quien llama a la puerta no es Jungkook, él no vendria de forma imprudente a buscarme, llamando a mi puerta a viva voz.

Ahora si estoy realmente asustada porque todo apunta a que me descubrieron, saben que no soy un traineer y querrán respuestas. No puedo saltar por una ventana, llamar para pedir ayuda, ni tampoco arriesgar a Jungkook. Lo mejor será guardar silencio y que piense que he salido.

Tengo un mensaje de los chicos, abrame.

¿Una trampa?

Me quedo inmóvil a dos metros de la puerta dibujando en mi cabeza las posibles salidas de escape, saltar por la ventana parecía la unica salida para mi.

Entonces los golpes en la puerta se detienen y escucho al hombre hablar en voz alta e irritado.

No creo que este aquí... No se en que momento me deje convercer de ustedes para hacer esto... ¿Que quieres que haga?

«¿En donde estas?»

El mensaje me roba un gritito.

«En mi habitación»

«¿Porque no respondes a la puerta? ¿No hay nadie afuera de tu habitación?».

Respire profundo llenando mis pulmones de aire y haciendo latir a mi corazón, por poco y me desmayo. No nos habían descubierto y no me llevarían a prisión por falsificar una identidad.

Camine a la puerta y abrí para ver de quien se trataba, el hombre de escultura fisica muy bien proporcionada, alto, cara redonda, nariz perfilada, tenía todas las facciones de una celebridad, hasta los lentes lo hacían ver como un modelo.

—Hasta que por fin— alzo el brazo y lo dejo caer — ya me abrió... esta bien... los veo en un rato.

Apenada y con las manos juntas hacia el frente espere a que terminara de hablar. No sabía quien era, solo que tiene que ver con los muchachos.

—Hola— levantó la mano. Sus ojos se hicieron dos líneas y las comisuras se alzaron un poco.

—Me quede dormida— explique rapidamente.

—Lo noté— sonrió con mas intensidad.

—Perdón.

—En unos cuarenta minutos vengo por ti— me observó de arriba abajo, sin malicia —¿Trajiste ropa de cambio?

—¿Puedo cambiarme?

—Si, aqui también hay chicas. No tendremos problemas— hizo una pequeña reverencia — Ya sabes, cuarenta minutos.

Y se fue. Dobló a la izquierda por el pasillo, no escuche nada mas. Tuve la necesidad de ver en ambas direcciones antes de entrar, no se sabe quien escucha por los pasillos por curiosidad o por accidente.

Esto seguía pareciendome muy peligroso y arriesgado. Estábamos en el mismo edificio, la gente sabe quien es BTS, pueden reconocerlos en algún momento y si nos relacionan, seria para una situación amorosa, y eso trae consigo muchos problemas.

Respiro profundo para tener la certeza de que aun respiro. Los nervios se me han disparado haciendo que me suden las manos. No obstante, es un poco tarde para dar marcha atrás, desde acepte la llave me estaba comprometiendo. Solo me queda rezar porque nada malo sucede y que Jungkook no me de mas sorpresas.

                                (***)

Cuarenta minutos pasaron en un chasquido de dedos.

Cambie mi ropa de chico por algo mas a mi gusto, un jean negro, un saco en lana gris y mis zapatillas, me encanta vestir asi y me sirve para la noche.

Como lo prometió, el hombre paso por mi, se presentó como Shin Byung, otro mánager de los chicos. Logré preguntarle sobre Seung, esta de permiso un tiempo y Byung lo reemplaza, asi que no sabe nada de Yoongi y yo. Eso me tranquiliza un poco.

Byung me llevo hasta el parqueadero, señaló la van negra donde esperaba encontrarme a Jungkook pero no fue asi. El conductor tenia ordenes de llevarme a un sitio en específico. Por unos instantes sentí que me iban hacer desaparecer, el mundo oscuro de la fama y el entretenimiento podria contemplar desapareciones forzadas a quienes se atreven a involucrarse con un idol. Bueno, admito que exagere un poco, pero no era para descartar y fue hasta que Jungkook me envió un mensaje diciendome que estaba esperandome, que pude tranquilizarme.

—Hemos llegado. Tenga cuidado añ bajar— dijo el conductor.

Primero mire por la ventana en la acera iluminada por carteles fluorescentes, ahí una figura oscura alta aguardaba. Pase saliva, no me habia dado cuenta que tenia reseca la garganta. Jale el cerrojo, la puerta se deslizo hacia atrás y baje agradeciendo al conductor.

Mis pasos hacia la figura son torpes, lentos, un poco temerosos, entonces sonrió y aquella luz fluorescente hizo juego con su luminosa sonrisa.

—Hola— saludo tan suavemente que se sintió como una caricia.

—Hola— con él reaccionó como retrasada. Lenta.

—¿Que te pareció el plan?

—Muy misterioso y peligroso.

Sonrió grande dejando ver mas sus dientes, sus ojos se arrugaron.

—Pero todo un éxito— dijo orgulloso.

—No podemos celebrar hasta que no regresemos y nos demos cuenta en unos días que nadie nos descubrió.

Sacó las manos de su bomberyager negra, abrio los brazos y me atrapó contra su pecho. Mi mejilla choco con sus pectorales trabajados, podía escuchar claramente el ritmo de su corazón desvocado.

Reaccione despacio, solte mis manos y deslice mis brazos en su cintura, cerrando mis manos en su espalda. Jungkook suspiró y descanso el mentón en mi cabeza.

—Te he extrañado mucho, Sora.

—Oye, no fue nucho tiempo. Debes ser mas fuerte.

Su cabeza bajo hasta esconderse entre mi cuello y el hombro. Sentí las cosquillas de su respiración, tuve que ajustar.mi agarre en su espalda para no perder el equilibrio entre sus brazos.

—Contigo las fuerzas no alcanzan. Te he anhelado por tanto tiempo, cada vez que despierto me da miedo que solo haya soñado todo esto.

Y aquí aparece el nudo de culpa en la garganta, dispuesto a dejarme sin respiración, ahogandome como castigo por no corresponder a este hombre.

Nos separamos viendonos fijamente, él desbordando sentimientos, yo pidiendo perdón con una sonrisa dulce llena de culpa.

—Andando, señorita— se pone a mi lado y ofrece su brazo para que me sostenga. Me engancho a él y empezamos a caminar calle adentro.

No es muy concurrida la calle, hay nuchos establecimientos, bares, cafe bar, restaurantes clásicos, puestos de comida. Tiene un aire a Itaewon y Hongdae pero sin muchas personas alrededor. Todo parecía perfectamente planeado, las luces, las pocas personas, diferentes sonidos que armonizaban sin problema, todo en conjunto entregaba cierta tranquilidad a mi corazón, él se veía tan sereno, sin angustias, relajado, como si no fuera un idol, como una persona común que sale con su chica a caminar y hablar de cualquier cosa.

—¿Que estuviste haciendo mientras esperabas?

Caminamos despacio, sin afán, levantando a cierta altura nuestros pasos que se sincronizaron de la nada.  Alce la vista hasta él, ya me estaba viendo.

—Canalear, recuerdo encontrar un documental sobre grandes superficies pero si te soy sincera, no recuerdo mucho— confesé apenada, debi quedarme dormida al instante para no recordar ni la primera estructura.

—Te pareces a Yoongi hyung, durmiendote donde sea.

Creo que estoy condenada a tener a Yoongi presente en todo lo que haga, no importa con quien este o lo que este haciendo, algo o alguien me lo trae al presente.

Jungkook debió notar el error que cometió, se puso nervioso, corto el contacto visual, y miro al frente, hasta note que su manzana subió y bajo.

—No debí...

—Esta bien— dije tratando de sonar segura. —Me lo dicen mucho.

Él volvió a verme con asombro.

—Debí pasar mucho tiempo con él para que nos comparen de esa forma.

Jungkook sonrió de la nada, mi corazón sintió el ataque directo, su sonrisa es sin lugar a dudas su mejor arma para desarmar corazones.

Seguimos caminando por las calles menos transitadas, nos detuvimos un par de veces para probar la comida de los puestos callejeros, mi favorito es la salchicha de pescado, podria comer diez de esos y no estar satisfecha.

Hablamos de todo un poco, me contó sobre el nuevo trabajó, lo feliz que estan todos por lo bien que han recibido el album, el fancafe aumento en miembros, los están alagando a nivel mundial, reciben muchos mensajes de apoyo del extranjero, escucharlo hablar de eso me hace sentir orgullosa de los siete, porque al inicio muchas personas los menos preciaban y mas de una vez les pidieron renunciar, que hoy por hoy sus esfuerzos y sacrificios den los primeros frutos cargados de satisfacción y gozo, me hace sentir realmente orgullosa. Después el tema paso a mi, mi tiempo libre, si habia pensado en algún regalo especial que quisiera de su parte, sobre como estaba mi estado de ánimo. También tocamos temas como nuestras familias, yo desvíe un par de preguntas, mas bien me.negué a responder temas sobre Seol, no quería que Jungkook descubriera tan pronto el mayor de mis problemas  y la desgracia que aun me persigue. Él era por mucho, el brillo de esperanza en mi vida, una parte de la paz que pensé  podría conseguir con Yoongi.

—Me imagino el asco que le cogiste a esas botas— dije entre risas, Jungkook hace muchas muecas cuando esta asqueado por algo.

—Me falto poco para lanzarlas al rio— arrugo la nariz y se sacudió asqueado.

—Debiste pensar en eso antes de jugar en ese charco.

—Jimin hyung fue el que empezó.

—Aja, y tu no querías.

Empujó con suavidad mi cuerpo a un lado para que dejara de sabotearlo. Es irónico que sea experto en sabotear pero que se ponga tan timido cuando lo sabotean.

De la nada se detuvo, giro su cuerpo y se quedo viendome con una chispa de lucidez en sus pupilas que me estremecio todo por dentro.

—¿Que pasa?— pregunte confundida.

Él sonrió con todo su rostro, usa una gorra negra pero puedo ver a la perfección sus ojos, su nariz y sus labios. Sacó las manos de sus bolsillos para atrapar las mías, tomandome desprevenida, me resisti un poco pero logre dejarme llevar. Jungkook miraba mis manos entre las suyas y con los pulgares hacia circulos en el dorso, acariciando con mucha delicadeza la zona. Desde mi perspectiva este era un Jungkook asustado, tímido e indefenso, en ese momento solo queria abrazarlo y cuidarlo para que nadie lo lastimara. Sus manos mucho mas grandes que las mias, ocultaban mis pequeñas manos y su altura de una cabeza mas que la mía, se imponía y parecia que me iba absorber en cualquier momento.

—¿Sabes? Quiero trabajar muy duro para asi poder decirle al mundo que tengo la mejor novia.

—¿Como sabes que es la mejor? ¿No es esta tu primer novia? — odio cortarle las alas pero no se que mas hacer para no sentirme tan mal.

Sonrió arrugando la nariz y negó.

—Lo sé porque ninguna mujer después de sufrir tanto es capaz de hacer sentir a un.hombre tan especial.

Entrelazo nuestros dedos y cerro la mano, abria y cerraba la mano, su ansiedad había subido un grado y sus nervios se habian disparado.

—Yo sé que ahora no puedo prometerte nada, que el futuro es incierto, pero Sora, yo de verdad quiero ganarme tu corazón, que estes feliz conmigo y asi yo ser feliz contigo...— soltó mi mano para rascar su cuello y reir nervioso. —No soy bueno con estas cosas, pero es lo que siento.

Sentí las lágrimas amontonarse en mis ojos, Jungkook me estaba abriendo su corazón, estaba siendo sincero y yo, no podia responderle de la misma forma. Su corazón clamaba el mio.

No merecía tenerlo, no merecia ser querida de esta forma, no merecía un corazón tan puro, y él no merecía un amor a medias.

Apreto con suavidad mi mano sacandome de mis pensamientos. Sonrió con tanta dulzura que me empalagaba la vida.

«Es lo mejor»

Escuché la voz de Yoongi hacer eco en mi cabeza, ¿como estaba él tan seguro? ¿Como podía afirmar que lo mejor para los dos era estar separados?

Quizás Yoongi sabe que solo Jungkook me puede querer de la forma que yo quiero, que me dará el amor que esperaba recibir de él y que estaría mejor con alguien que me quisiera como él no pudo.

¿Era asi, o solo quería convercerme de que no estaba tan mal estar con Jungkook a pesar de tener el corazón destruido y obsesionado por otra persona?

Mientras yo pienso en las palabras de Yoongi y trato de darle sentido a lo que es mejor para mi, Jungkook se ha puesto a mi altura, escasamente nos  separa la solapa de su gorra.

—Dije que te esperaría— en sus ojos no había un ápice de miedo. En serio lo haría. —Quiero que te sientas bien conmigo, Sora— se enderezo, yo solo seguía sus movimientos. —Justo ahora me siento en otra dimensión por poder verte, caminar juntos y sentir que somos una pareja normal.

Puede que poco a poco comprenda lo que este hombre quiere decirme y me hace sentir. Sé que no podra ser tan intenso como lo que siento por Yoongi, eso no sucede dos veces, pero quizás «lo mejor» para mi, sea conocer otros mundos y probar suerte. Quiero llegar a sentir un poco de lo que Jungkook siente y tratar de aceptar ser querida de forma incondicional.

Esta decidido, por mi, por Yoongi y por Jungkook, daré todo de mi para que funcione y si no llega a suceder pueda tener una nuy buena razón para dejar de caminar hacia una meta que jamas alcanzare.

Doy dos pasos largos convencida de que a partir de hoy luchare con mas fuerza contra el recuerdo de Yoongi, aceptando que casi estaré luchando contra la corriente, pero no me dejaré vencer tan rápido. Me pongo en puntas hasta alcanzar sus labios, su reacción es lenta, asi que entre abro un poco los labios y atrapo los suyos para después succionar un poco y vuelvo a mi puesto.

Jungkook solo pestañea, se ve costernado, aturdido. Siento mi corazón retumbar en mi pecho, no creí que fuese capaz de hacerlo y mucho menos pensé en lo que haría después. Siento mis mejillas coloradas y él solo esta parado viendome.

Esta vez soy yo quien toma sus manos y entrelazo nuestros dedos.

—Esto es un poco nuevo para mi, tanta atención y dulzura, quizás nunca me acostumbre, pero, voy a creer que no existe mejor lugar que estar a tu lado.

Y sin previo aviso me solto, se deshizo de su gorra, me tomo del rostro y me beso. Un beso diferente al que yo le di, es un beso necesitado, lento y electrificante. No pude responder de inmediato por el impacto de la sorpresa, pero al ladear la cabeza encontré la forma de seguir su ritmo y de encajar con sus labios, Jungkook me besaba con el afán de transmitir lo que estaba sintiendo y todo mi cuerpo recibía su mensaje.

Él estaba realmente feliz. Yo no podía decir que me sentía como él, pero si, que por primera vez sentía que no me estaba equivocando.

—Te quiero, Sora— dijo sobre mis labios. Dejo un casto beso y se separo para verme a los ojos. —Gracias...

Lo abrace por impulso.

—No me robes las palabras.

Sentí sus brazos rodearme, me encerro contra su pecho y me abrazó de tal forma que no fue necesario que hablara para entender que no me quería lejos.

Fin del flashback...

—Pase por aquí.

—Gracias.

Con el paso del tiempo, deje de temerle el encontrarme con él, sabía lo que me iba a esperar del otro lado de la puerta, y en vez de miedo, estaba ansiosa.

—Permiso.

—Deja tanto formalismo, solo entra niña.

Como siempre tan elocuente y relajado. Hice lo que me dijo y entre a la oficina. Llegue hasta el sofá donde esta sentado bebiendo una copa de vino.

—Asi que Bang Shi Hyuk es amante al vino.

—Que sea nuestro secreto— descargo la copa en la mesa de cristal que adornaba el centro.

—Prometo no decir nada con la condición de que me invites la próxima vez— me senté a su lado.

—¿Y habra una próxima vez?

Pregunto herido, había rastro de tristeza en sus palabras. Sentí como se encogió mi corazón y la presión en el pecho.

—Lo único seguro en esta vida es la muerte.

Él asintió.

—¿Y bien?— frote mis manos —¿Para que viajamos hasta acá?

Recogió la copa, bebió un sorbo dándose vamentia por lo que vi, le costaba hablar del asunto.

—He instaurado la demanda, sera cuestión de tiempo para que salga la noticia— agacho la cabeza y jugaba con la copa entre sus manos.

Coloque mi mano en su hombro llamando su atención, sus ojos apenados me miraron. Apreté los labios y levante las cejas queriendo ser graciosa.

—Lo hiciste bien. Yo me encargo del resto.

—instaure la demanda, pero trate de no nombrarte. No pude. Creo que ellos igual sacaran sus conjeturas— bebió el restante de la copa.

Entre mis planes estaba la posibilidad que fuera de esta forma, él es una de las personas mas nobles que he conocido, después de Jimin, tiene su gran temperamento como cualquiera, y a su vez es un algodón de azúcar.

Bang tiene razón, aparezca mi nombre o no, la gente acomodara la historia a su antojo, lo que para ellos es real. No importa lo que se diga, porque asi de cruel es el mundo de la fama.

—Invitame a comer, tengo mucha hambre— sus ojos tristes volvieron a mi.

—Eres una mujer descarada.

—Es una de mis mejores facetas.

Puso su mano sobre la mia y se forzo a sonreír. Asintió y se puso en pie.

—Vas a tener el mejor de los banquetes. Ven conmigo.

No íbamos a salir de la oficina, pude ver claramente la habitación que está dentro la oficina. Es un cuarto donde imagino tiene conversaciones privadas o reuniones. Él no permitiría que nadie más notará mi presencia y creará un caos por verme aquí.

—Que todo sea porción doble— lo seguí y el abrió la puerta.

—Eres descarada y ambiciosa— dijo entre risas y negando.

Al menos por esta noche ambos reiremos y comeremos mucho.

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