DIEZ
Sora's POV.
—La perra está loca. Te lo digo Sora, yo de ti, la corto en pedacitos y la tiro al río.
—Esa podría ser una buena idea.
—Me choca que pretenda ser la madre que nunca fue contigo. Yo fui más mamá que ella.
—Por eso vine, tengo que ponerle un freno a todo esto antes que alguien le ofrezca una nueva vida y reclame sus derechos de progenitora sobre mí.
—No me gusta que andes sola por las calles Sora. Eso me pone repelus siempre.
—Tranquila, cuando regrese a la casa te llamo.
—¿A ese infierno? Sabes que el apartamento es demasiado grande para mí.
—Y tú sabes que no permitiré que te lastimen.
Diviso la cafetería donde me citó Seol.
Me quede dos días en el apartamento de Mini por dos cosas, uno: quería tener un mísero respiro de mi casa y dos: reviví muy buenos recuerdos que aunque avivaron mi dolor, no fue tan duro como creí, también sonreí un poco.
Seol me llamo esos dos días y cuando estaba por quemar mi celular le respondí. Gruño, gritó y maldijo todo lo que pudo, hasta que nombro al abogado de oficio que tenemos y capto toda mi atención. Él maldito parasito del estado cobra exagerados honorarios y siempre tiene cara de idiota para decir la misma frase.
"Estoy trabajando en ello. Es complicado".
Ah, pero para cobrar sus "horas" laborales, no es complicado ni mucho menos. Lo que más me molesta de todo, es que la mitad del abogado la pago yo y la otra mitad el juguetesexualadinerado de Seol. Y ya que su trabajo es mediocre y deficiente, no necesito seguir invirtiendo en un parasito, el país ya tiene mucho de esos.
No apelare, no refutare, no demandare a nadie, porque simplemente no tengo un motivo para hacerlo. Por lo mismo mandare a la quinta porra al abogado de mierda que solo busca tener más dinero y espera tener mi aprobación para poner un pie frente a la BIGHIT y conseguir un soborno, que diga, un acuerdo igualatorio, como él le llama.
Bajó del taxi y respiro hondo, esto va a ser peor que cuando le dije a Seol que podía irse a la mierda con su cuento de "se la víctima para que te vaya bien"; entendí perfectamente como logro sobrevivir tantos años sin la ayuda de la tía Yuki o la mía, claro que no le duro mucho la lastima, pero si lo suficiente. Impulse mi cuerpo adelante dando pasos lentos, cruce la puerta corrediza automática y los vi en una mesa tras una especie de columna no muy ancha.
Seol hace contacto visual conmigo y me llama con señas, el abogado levanta la mirada y sonríe cual vagabundo que está recibiendo un plato de comida después de meses sin probar algo decente. Si tan solo supiera que vine a desfigurarle esa sonrisa postiza.
Resoplo y me acerco a la mesa, miro al abogado y luego a Seol que se corre a un lado para dejarme un puesto junto a ella. Las dos tazas de café se ven humear, no llevan mucho tiempo de haber llegado. Me deslizo en la silla y pido un café cargado, lo necesito para lo que viene. Llega la orden y recargan de café las otras dos tazas. Le doy una probada al mío y la imagen de Yoongi viene a mi mente, junto un millar de recuerdos, las lágrimas van en ascenso y carraspeo para romper el maldito silencio que han creado este par.
—Al grano, por favor— Soy decente con todo el mundo, pero admito que quiero escupir a este hijo de la grandisima.
Control Sora, control.
El hombre acomoda su corbata, está más que visto lo nervioso que se encuentra teniéndome en frente, a Seol le coquetea y la manipula pero conmigo no puede. Necesitará más que sus palabritas baratas para convencerme de lo que sea que tenga pensado hacer.
—La deportación es un hecho— Cachetada mental por eso. No iba admitirlo, pero guardaba una vaga esperanza.
—Vamos Wonho, dime algo que no sepa— Hago que no me estoy partiendo del dolor por dentro y doy un sorbo más al café.
—Sé que eso ya lo sabías. Vine porque consulte con unos colegas...— Gente corrupta que querrá mis órganos en pago —...Y existe un modo de evitar la deportación.
En mi cabeza solo existen tres formas de evitar la deportación, a) pagando tres vidas de salario, b) Mintiendo y c) Hablando con Yoongi para que ambos seamos señalados. Por donde se viera era una mierda, pero en sus ojos estaba su opción favorita .
Me quedo viéndole con cara de que si continua se la parto a puñetazos. El pobre bebe café y se pone un toque más nervioso. Sus reacciones lo dicen todo, sabe que está arriesgando su pellejo si me lo dice, y presiento que Seol le ha dado el valor que necesita para decírmelo; lo que es una lástima porque no aceptare ninguna de esas tres posibilidades.
—Sé que ninguna tiene el dinero suficiente para pagar otro tipo de abogado o para mover algunas fichas dentro de la fiscalía. Eso disminuye las posibilidades, no les queda mucho tiempo y a situaciones desesperadas medidas desesperadas— Espero lo esté diciendo porque huele a que le voy a dar una patada en el culo y se quedara sin trabajo.
—Escúpelo de una maldita vez— Digo hastiada.
—Debes hacer público lo que paso. Lo que viviste con los siete... En pocas palabras hacer el papel de víctima— ¿No saben otro discurso? ¿Todos los abogados son iguales de escoria a él? Sí es así, estamos jodidos, perdidos, acabados.
¡Dios, por favor. DAME UN RESPIRO!
Cómo es que siquiera su cabecita de estafador mediocre le dio para pensar que voy a entregar a los muchachos para evitar ser deportada. ¡Dios! Nunca lo haría, así me llegue el agua hasta el cuello y no tenga más aire y deba ahogarme, jamás los usare como salvavidas.
Tengo los mejores momentos de mi vida junto a ellos. Tuve la mejor experiencia de un primer amor al lado de Yoongi, sus escasos momentos de risa, las veces que grito como idiota, o cuando se acercó tanto a mí que hizo latir mi corazón... Esa vez cuando sentí que algo revoloteaba por mi estómago, y no, no eran las lombrices estomacales. Eso era otra cosa.
(Flashback)
La noche transcurría con total normalidad. Los clientes que necesitan tener un respiro de sus vidas ajetreadas van ocupando poco a poco las mesas de Moon's. Los cuatro meseros de la noche estamos a tope con las zonas y nos sentimos muy bien con eso. La noche prometía muy buenas propinas a causa de algunos rostros famosos que se asomaban por la cafetería.
Las horas pasaban y sentía el sudor en mi frente. Había mucha gente, a mitad de año por las vacaciones era normal que tuviera tanto trabajo. Estar tan ocupada no me impidió pensar en los siete revoltosos de la madrugada, no había señal de ninguno, ni siquiera el amargado de Suga; había intentado disculparse por lo que paso en aquel fanmeeting, para nada, porque luego actuó tan frio como un tempano de hielo. Había creído que podíamos acercarnos un poco, ser más como con los otros seis, pero no, él insiste es hacerse el malote, ese que le importa lo mismo su entorno: y yo no sirvo para eso.
Aleje la imagen del señor G alias el putoamodelceñofruncido, y seguí atendiendo las mesas. Ni siquiera el CEO de BIGHIT nos había visitado y también ignore esa parte. Ninguno tenía exclusividad con nosotros, podían venir cuando se les viniera en gana, aunque si me causaba curiosidad saber porque ninguno de esa empresa había puesto su pie en Moon's.
—Sora, ven un momento por favor— Estaba por recargar mi bandeja con servilletas nuevas para una mesa que estaba siendo desocupada, cuando el señor Dan me hablo desde la cocina.
Asentí y llegue con él, tenía el celular en la oreja y escribía en una libreta. Termino la llamada, rasgo la hoja y me la entrego.
—Pedido para BIGHIT, quieren que tú lo lleves— ¿Pedido? ¿Estaban tan ocupados que no podían cruzar unos metros hasta la cafetería?
En Moon's se hacen pedidos solo para clientela exclusiva, no tenemos ese servicio para el público en general porque se gasta mucho presupuesto y se pierde el encanto de la cafetería que mantiene el anonimato como lema.
Me tomo por sorpresa, pero agarre la hoja y empecé a empacar las ordenes, no tenían un destinatario especifico así que debía ir y preguntar a quien tenía que entregar el pedido. Cinco lates, un americano, cuatro café ice, diez tartas de almendra amarga, cinco brownis y dos pay de fresa. Todo lo puse dentro de dos cajas de colgadera adornadas con el logo de Moon's una luna llena y un sol redondo, formando el Ying y el Yang. El chef me despidió con una sonrisa, me quita el delantal y salí en dirección a la empresa.
De la nada mi corazón estaba latiendo un poco más rápido de lo normal. ¿Qué le pasaba? ¿Salir a la calle le asustaba? Quizás, no salgo mucho mientras estoy en la cafetería, hace frio y es muy silencioso, es perfecto para ser raptada sin que nadie sirva de testigo. Aligere el paso y llegue a la puerta de cristal. El guarda de seguridad al verme sonrió y abrió la puerta por mí.
—Buenas noches—Saludo amable.
—Buenas noches— Incline un poco la cabeza, con la abuela Min aprendí que ser decente te abre muchas puertas.
—¿Eres la chica de Moon's? — Debía ser obvio por que traigo las cajas con el logo, pero me guarde eso y asentí.
—¿A dónde debo llevarlos? — Levante ambas cajas.
—Sube por el ascensor, tercer piso segunda puerta a la derecha.
Asentí y me despedí del buen hombre que hizo una pregunta estúpida y del que solo se su apellido, Park; decía su placa. Él se sienta en su puesto y voy al ascensor que está a pocos pasos. Llamó el ascensor, las puertas se abren, entro y oprimo el botón del tercer piso y suelto el aire por mi boca. No sé porque pero estar aquí me está poniendo bastante nerviosa.
Tranquila Sora, entregas el pedido, recibes el pago y te regresas rápido a la seguridad de la cafetería, no debes tardar más de diez minutos.
Las puertas se abren y trago grueso, salgo del ascensor y veo a ambos lados, a la izquierda una pared, a la derecha cinco puertas, dos de un lado y tres del otro, pero como estoy tan nerviosa, -sabrá Dios porque-, no recuerdo a qué lado debo ir y que puerta debo tocar ¡maldita sea, olvide que puerta es!. Podría regresar y preguntarle al hombre de la puerta, pero no quiero ser una molestia. Hago silencio para tratar de escuchar voces de algún lado... Escucho... ¿un silbido? Más bien suena a un ronquido.
Camino guiada por el silbido/ronquido, y llego a una puerta de madera marrón –igual a las demás- y tiene la palabra Estudio tallada en la parte alta. El silbido viene de adentro, empujo la puerta con cuidado para no llamar mucho la atención. Asomo la cabeza primero y observo adentro, tres pantallas grandes, un teclado gigante, dos sillas giratorias, un sofá largo y... Suga dormido.
Estaba desplayado en el sofá, el brazo derecho doblado acomodado debajo de su cabeza como almohada y el izquierdo en su frente. Su pecho subía y bajaba, estaba dormido. No había nadie más. Podía dejar las cajas sobre alguna mesa e irme, le diría al señor Dan que luego le pagarían por el pedido, no creo que el CEO Bang se niegue a hacerlo. Empuje un poco más la puerta y deslice mi cuerpo con sumo cuidado para no hacer ruido. Si Mr amarguras era un pedante en su estado normal, no me quería imaginar que pasaba si lo despertaba de su terapia de sueño.
Entre en puntitas y camine con los codos pegados al cuerpo, miraba que el chico no se moviera o se despertara, debía salir sin lesiones de esa habitación y listo. Coloque ambas cajas sobre una mesa color madera a rayas, las baje con cuidado sin emitir sonido en el intento. Respire profundo sin hacer ruido y me gire a la puerta. Le di otro vistazo a Mr amarguras y note que su piel era más blanca, debía ser la luz, aparte que se veía... ¿sexy?... Un tanto menos rudo, diría yo. Di un paso hacía el sofá y luego otro hasta que quede lo suficientemente cerca para ver sus pestañas, sus labios a duras penas se tocaban, se veía tranquilo mientras dormía, quien iba a creer que para poder tener un Suga calmado solo había que dormirlo. Ladee la cabeza queriendo ver un poco más de su rostro, sus líneas de expresión, su mandíbula, era jodidamente perfecto y eso me molestaba a la vez que me...
¡¿QUÉ HACES VIENDOLE TAN DETENIDAMENTE MIN SORA?!
No sabía que, pero algo me empujaba a seguir viéndolo. Su perfecto rostro llamaba mucho mi atención y de aquel nerviosismo solo quedo mi corazón agitándose, aún bombeaba sangre como si estuviera a punto de desmayarme o algo así. Su respiración pegaba un poco en mi rostro y mi piel se escaramuceo, se sentía raro, nunca había tenido esa sensación. Cuando tuve suficiente de ese deleite, quise enderezarme pero como soy Sora Calamidades sus ojos se abrieron de golpe haciéndome caer al suelo del susto.
¡Puto susto de mierda!
Mi trasero amortiguo el golpe y sentía arder mi piel, rayos, pararme iba a ser espantosamente doloroso. Mis ojos se alzaron al sofá, escuche el crujir del cuero mientras él se removía, quedo de lado, apoyo el codo en el cuero, abrió su mano y dejo caer su cabeza.
Oh,oh.
Sus ojos se clavaron en mí como cuchillas, estaba cortando mi capa protectora para penetrar con fiereza mis sentidos, ahora ya sabía que pasaba cuando se despierta al putoamodelceñofruncido de su terapia de sueño. No era por exagerar, pero por segunda vez ese chico me hacía pensar en mi testamento, dejaré a Mini la laptop para que vea sus doramas en alta resolución...
Estaba inmóvil en el suelo, viéndolo nerviosa, lo que era peor, no me quitaba la mirada de asesino en serie, trague grueso un par de veces y me removí para intentar levantarme, el dolor atravesó mi coxis y tuve que regresar al suelo.
—¿Qué haces aquí? — Creo que es la única frase que se sabe.
Alise la falda de mi uniforme y estire las piernas. Que más daba, ya estaba ahí, me había sorprendido viéndole, no podía negar nada porque él muy idiota se había dado cuenta.
—¿Turista? — Dije lo primero que se me vino a la cabeza.
susBIGHIT no es un puto museo— Él y sus sutiles maneras de entablar conversaciones. Cuando me dijo que no era bueno para socializar, hablaba muy en serio. Yo soy un asco en la materia pero él es tres veces peor.
Pensé que podríamos intentar acercarnos un poco ya que tengo una bonita amistad con sus seis amigos, pero él no piensa en esa posibilidad y levanto un muro de quince metros de altura para que no lo rebasen. Otra vez me rindo y dejo salir la parte oscura de mi personalidad, una, que podría ser diez veces peor que la suya.
—Un museo no, pero un hotel sí— Dije apuntando al sofá.
Entorno los ojos y vi las cuchillas apuntando a mi cuerpo, estaba casi segura que fantaseaba destazándome o algo por el estilo porque aparte curvo una pequeña sonrisa llena de maldad.
—¿Por qué? ¿Viniste a buscar habitación? Lo siento, no me gusta compartir la cama— Buen intento muchacho pero ya no me sorprendes.
Rodé los ojos y negué con la cabeza. Él y yo no podíamos ser nada, ni amigos, ni enemigos, nada. No entendía como llevaba tanto tiempo conviviendo con los muchachos y no los había matado o golpeado hasta desfigurarlos, se veía de carácter, rudo y agresivo, nada que ver con el chico dulce que dormía.
Suga se llevaba por mucho el record a la persona que en menos de cinco minutos te salta el bloque. Hice otro intento para levantarme, doble las piernas a un lado para usarlas como trampolín y cuando impulse mi cuerpo adelante me agarre sin querer de su brazo, sorprendida por lo que hice me impulse hacia atrás arrastrando conmigo un cuerpo extraño, caí nuevamente al suelo golpeando mi cabeza y sintiendo varios kilos sobre mí.
Tres centímetros separaba nuestras narices, seis nuestros labios, su respiración daba fuerte contra mi rostro y sus ojos estaban centrados en los míos. Trague grueso cuando baje un tanto la mirada para ver sus labios que se movían lentamente como si hablaran en cámara lenta, volví a verle y él estaba inexpresivo, como siempre. Sentía que se me iba a salir el corazón por la boca, palpitaba tan fuerte que escuchaba el dum-dum pegando en su pecho. Quise mover mis labios para decirle que se quitara de una maldita vez de encima y él bajó a ver los mios, se lamio los suyos y la alerta roja en mi cuerpo se prendió.
¡¿Por qué hacia eso justo en esa posición?!
El calor debió colorear mis mejillas, volví a tragar grueso y estaba rezando a cualquier ente existencial para que por favor me ayudara a salir de aquella situación. Pensé en algo rápido para zafarme por mi cuenta y vi de reojo las cajas del domicilio, y una idea vino a mí.
—Las... Las cajas— Dije, mejor dicho, balbucee.
Su posición no parecía incomodarle porque no se removió y seguía viéndome, aun a los ojos.
—Vine a traer un domicilio—Apunte con mi índice a la mesa de mármol.
Alzó la vista siguiendo mi dedo y regreso a verme sin decir media palabra ¿se le comió la lengua el gato o qué? Yo estaba incomoda por no mencionar que el corazón era un frenesí, mientras él estaba sobre mí como si fuera la cosa más normal del planeta.
Como no hacía o decía algo y solo me estaba sacudiendo mentalmente. Mordí mi labio inferior y vi su ceño levemente fruncido... Junto con sus labios... Él no estaba pensando eso... ¿cierto? -Ok, alerta de Tsunami-. Eso no iba a pasar, no con el putoamodelceñofruncido.
No lo conocía a la perfección pero las escasas dos veces –contando esta- que hemos cruzado más de dos palabras, aprendí a manejar la situación. Con él no funciona las sutilezas o ser gentil, a él se le debe tratar tan duramente como sea posible.
—O te quitas o te quito, ¿Cuál prefieres? — Mi corazón estaba acelerado pero yo agradecía a la vida por enseñarme a disfrazar parte de mis emociones.
—Las cajas, ¿Quién las pidió? — Jugaba conmigo, sus ojos me lo decían.
—Santa Claus, ¿Qué esto no es el polo norte? — Yo molesta más sarcástica, es una mezcla más peligrosa que el TNT.
Frunció más el ceño y yo no podía entender porque carajos no se me quitaba de encima, el trasero me hormigueaba y él seguía sobre mí como su fuera su puta cama.
—Casa equivocada— Respondió.
Olvide que aparte de ser el putoamodelceñofruncido también es un prodigio del sarcasmo. Se estaba haciendo el idiota, eso era más que seguro, se burlaba de mí y parecía conseguir su cometido. Era una lástima ver como se esforzaba, se había metido con la persona equivocada, iba siendo hora de que lo supiera, a ver si así dejaba de fastidiarme cada vez que nos vemos.
—Emm... Suga, cierto— Mi índice le apuntaba rozando su nariz.
Él asintió.
—¿Quieres tener hijos? — Sus ojos se abrieron como platos y pestañeaba.
—¿Por qué la pregunta?
—Porque estoy a nada de dejarte sin fabrica. ¡Te quitas de encima o te parto las bolas! — Del grito quedo de pie como un soldado cuando su superior lo reprende.
Molesta sacudí mi uniforme y me puse de pie, el trasero me dolía todavía pero ya no tenía un cuerpo extraño encima. Le dedique una mirada asesina y él se tumbó en el sofá como si nada, aquí no pasó nada, no estuvo arriba de mí más de cinco minutos, no miro mis labios y no me ahogo con la mirada. Nada de eso paso, me lo imagine. ¡Imbécil! Ignorando al sujeto en el sofá con los brazos abiertos sobre el espaldar, camine a la mesa para tomar las cajas e ir a otra habitación donde posiblemente me vaya mucho mejor que aquí.
—¿Qué haces? — Oficialmente odio dos voces, la de Seol es una y la otra... No es necesario que lo diga.
—Escalar ¿no es obvio? — Blanquee los ojos y agarre las cajas.
—Déjalas sobre la mesa— ¿Era yo o me estaba ordenando?
Lo mire desafiante, iba a tomar las cajas y salir gústele a quien le guste. Di dos pasos a la puerta y antes de que Mr amarguras dijera algo la puerta se abrió mostrando la figura de Jungkook y Jimin. Se frenaron en seco como yo. Miraron a Suga, luego a mí y por último a las cajas que colgaban de mis manos.
—Sora— Jungkook sonrió. Es tierno, dulce. Cada vez que me ve trata de sonreír para mí. Correspondo sonriendo y me acerco a los dos, ignorando al putoamodelceñofruncido.
—¿Cómo estás? — Jimin se acercó y también ignoro a Suga.
—¿Trajiste algo para nosotros? — Preguntó Jungkook apuntando a las cajas.
Las alce a la altura de sus ojos y sonreí.
—Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma ira a la montaña— Dije
Al fondo escuche como Suga escupía burlón e ignore mis ganas de lanzarle una caja en la cara. Su aura oscura comenzaba a esparcirse por la habitación y active mi capa protectora.
—Precisamente veníamos por Suga-hyung para ir a Moon's, Nam Joon hyung dijo que habían hecho un domicilio y no había llegado— Explico Jimin achinando sus ojos.
Eso me recordó la parte incomoda de lo que había pasado y pase grueso. Me estaban esperando mientras Mr amarguras jugaba con mi paciencia. Le di una mirada cortante y regrese a los dos ángeles frente a mí.
—Sí. Me perdí un poco. Entré a una habitación al azar y me encontré con ese— Lo señale ladeando la cabeza.
—Te escuche.
—No me digas—Blanquee los ojos, no era necesario voltear a verlo.
—Muchachos, dice Jin hyung que..—Jhope hizo su aparición mágica y sus pómulos se alzaron al verme. —¡Sora! — Camino hasta mí y me abrazo. No pude corresponderle por las cajas pero reí por sus impredecibles acciones.
—Hola, Ho Seok-Ah— Se separó y retrocedió un poco.
—¿Eres el domicilio? — Guiño.
—Algo así— Arrugue la nariz y reí.
Jhope miro sobre mi hombro a Mr amarguras, hizo una "o" pequeña en su boca y regreso a verme, estiro una sonrisa en su rostro y entorno un tanto los ojos.
—¿Viniste a hablar con él?
Automáticamente me congele. ¿Hablar yo con Mr amarguras? Ni que tuviera tanto tiempo de sobra, y si lo tuviera no lo perdería así, él no era justamente una buena compañía.
—¿Hablar? — Cuestione. Creo que eso no cabía en el diccionario del putoamodelceñofruncido.
—¿Y cuál es el problema? — Su ronca voz hizo eco en la habitación y me gire en mi eje para verlo. Estaba recostado tal cual como lo vi cuando entre.
—¿Por qué tendría que hablar con él? — Lo señale con el mentón.
—Todos somos amigos, Sora. No hemos olvidado lo que paso en el fanmeeting—Ni yo, pero él fingió que no pasó nada y yo no iba a estar como tonta acusando y presionando para obtener una disculpa.
Me encogí de hombros restándole importancia. Por lo visto, Suga no le contó a nadie que fue a verme la otra noche para darme una torpe disculpa, que sonó más a un "tú te lo buscaste" pero que haya esperado por mí, dice mucho y lo tome como una disculpa formal. Así que no le di más vueltas.
—Hyung ¿no tienes algo que decir?— El ángel sin alas Jimin hace acto de presencia.
Suga abre un ojo, me mira, ve a sus amigos que están atrás de mí, regresa a mí y chasquea la lengua para luego negar. Era de esperarse, un ser como él le cuesta de sobre manera decir las palabras mágicas "Lo siento", "Me equivoque", "¿Me perdonas?". Frases básicas de un ser humano. Yo no espere, ni esperaba nunca que lo hiciera, pero aquella madrugada lo intento, y lo tome de ese modo.
Como un clic, una brillante idea vino de nuevo a mí, Suga no le contó nada de esa madrugada a sus amigos y como estuvo jugando con mis emociones antes, podía devolverle el favor. Estire una sonrisa tan perversa que tuvo que quitar el brazo que cubría su frente y frunció el ceño.
—Él ya me lo dijo— Dije alargando más la sonrisa.
Suga carraspeo y miro a otro lado, sus mejillas comenzaban a colorearse y a mí me parecía divertido. Y dime, ¿Qué se siente ser el intimidado?
—¿De verdad? — Pregunta Jhope.
—No sé de qué habla— Suga se defiende y sacude la mano.
—¿No lo recuerdas? Fue extraño— Él me ve de reojo y su mandíbula se tensa. Claro que no le gustaría que los demás supieran que estuvo esperándome, es el putoamodelceñofruncido, no puede destruir esa imagen.
—¿Cuándo fue? — Jungkook me rebaso y no me perdió de vista.
Fruncí los labios como si estuviera recordando y me encogí de hombros.
—No hace mucho.
—Cállate— Demando Suga fulminándome con la mirada.
Lo mire de la misma forma y era una guerra de sostener la mirada más asesina, nos tirábamos cuchillas, navajas, cualquier arma corto punzante saltaba entre nuestras miradas.
Obtuve la victoria cuando sus mejillas se ruborizaron un poco, le guiñe y le di la espalda.
—No lo admitirás pero eso claramente fue una disculpa.
—¿Ahora sueñas conmigo? — Buena táctica Mr amarguras, pero es la chica equivocada.
—¿Porque? ¿Tu si sueñas conmigo?
Ajuste el agarre de las cajas y vi los hombros de Jin asomarse por la puerta, todas mis fuerzas se fueron a Jupiter e ignore las estupideces de Suga. Jin sonríe, yo sonrío y Nam aparece en escena, luego la cabeza de V, y el grupo está completo.
—Ok, ¿Quién de ustedes está aquí para recibir el domicilio y pagarme?— Dije juguetona.
Jin sonrió y saco la black card marcada con letras doradas del señor Bang Shi Hyuk.
(Fin del flashback).
Nadie podía entender exactamente como me sentía estando cerca de ellos, cerca de Yoongi, discutir, bromear, incluso las pataletas de su arrogante personalidad me gustaban; no destruiré esa imagen solo para obtener un beneficio que en últimas terminara por destruirme.
—Estás despedido— Solté sutilmente. Ok, no tan sutil.
—¿Qué? — Se llevó una mano al pecho haciendo drama.
—¿Eres sordo? Te lo diré despacio, ESTAS.DES.PE.DI.DO ¿así o más clara? — Alce las cejas esperando su respuesta.
—Señora por favor diga algo— El muy cobarde busco –como todos- un escudo en Seol.
—Sora ¿vas a seguir con esta estupidez? — Miro a Seol que tiene la vena frontal brotada de la irá que corre por sus venas.
—Te guste o no— Le respondí y mire al abogado. —Yo de usted me voy lentamente sin armar escándalo, antes de que suelte mi boca y empiece a gritar a los cuatro vientos que compra fiscales y casos...— Baje el tono y puse una mano cubriendo mi boca como si fuera a decirle un secreto.
—Y váyase a la mierda con sus estúpidas opciones— Quite la mano, sonreí y me recargue en la silla.
Su cara de asombro y temor me decía todo. No se lo esperaba, claro él quería seguir sacando dinero y vivir a sus anchas a costa de todo lo que me estaba pasando. Pues esta jodido. No permitiré que nadie más se apodere de mi sufrimiento y quiera hacer un teatro con el. Veo que no tiene intenciones de irse. Asiento, saco el dinero para el café, lo dejo sobre la mesa y me voy; no tengo nada más que decirle, y por su expresión de "no me lo creo", no dirá nada más.
Seré deportada, ellos estarán bien y fingiré nunca haberlos conocido.
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Sora 1 Mundo 0
Ser Sora o ser Yoongi, esa es la cuestión...
Dejare la actualización y me deslizare lentamente...Los leo en la próxima, queridos.
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