DIECINUEVE

Sora POV

—¿Estamos cerca? — a lo lejos escucho la voz del conductor.

¿Qué horas son?

Por la ventana veo las casas de la calle de enfrente, la vecina amante a los gatos, viuda y amargada que pelea cada vez que las hojas secas por el otoño invaden su jardín; el señor de la casa de al lado dueño de tres perros Daneses, cada fin de semana sale a pasearlos junto a su familia; o la señora Im madre cabeza de hogar, cuida de sus dos hijos, en la carrera de su vida, trabaja y debe estar pendientes de sus retoños. Sí, definitivamente he llegado a mi casa.

—Deténgase aquí— digo casi susurrando.

Este se detiene, me ve por el espejo retrovisor, no le había escuchado la voz hasta ahora, debió ver mi estado depresivo y prefirió guardar silencio, algo que le agradezco porque me hubiera sentido incomoda y quizás le habría respondido toscamente.

Pago la carrera, bajo del taxi cerrando la puerta sin ver atrás, a los pocos minutos escucho el motor del taxi bastante lejos, suspiro cansada y camino a mi casa. El frió de la noche rosa mi piel recordándome que he llorado quien sabe por cuánto tiempo, debo tener el rastro seco de las lágrimas pero no puede importarme menos; solo quiero llegar, tumbarme en mi cama y no saber del mundo por lo siguientes... mil años.

Me detengo antes de subir los tres escalones para llegar a la puerta. La fachada de mi casa luce mejor de lo que creía, he tenido que pagar dos veces para que limpien los muros porque los han llenado de mensajes poco amorosos hacía mí, gracias a una demanda que pude instaurar para castigar con dinero a quien vuelva a dárselas de artista en mi casa, puedo verla limpia y hogareña. Es una lastima que deba salir de ella, que alguien más la disfrute, pero no es como si pudiera llevármela a Yokohama, tras esas cuatro paredes, permanecen frescos partes de mis recuerdos, de mis errores, de mis miedos, de mis frustraciones, estas paredes me han escuchado maldecir y llorar infinidad de veces; y en su silencioso ambiente, me consuela porque retiene mis quejidos.

La puerta principal se abre, alguien me esta esperando en casa, pero no es Seol, esta vez no es ella. Quien me espera es alguien en quien puedo confiar mi vida, alguien que me presta su hombro para llorar, alguien a quien puedo acudir por un abrazo o unas palabras de consuelo, alguien que tiene el poder de tomar los pedazos de mi alma, fundirlos en un abrazo y reconstruirme con su cariño.

Como un niño que corre a buscar los brazos curativos de su madre, corro a los brazos abiertos de Mini, me aferro a ella sintiendo sus brazos enredarse en mi cuerpo, juntando todas las piezas de mi ser, una a una las hace encajar y las funde mientras me da consuelo.

—Vamos adentro— dice cerca de mi oído, asiento y me separo de ella.

Ya adentro, me lleva a mi habitación, sobre mi cama descansa una pijama enteriza de peluche negra con manchas blancas, la compre con... Yoongi, un día que logramos salir a Daegu y conocer las zonas menos conocidas de su ciudad natal. A un lado de la cama, sobre la mesa coqueta esta la tetera y una taza de te servida, ella había preparado todo con lujo de detalles; debió sospechar que iba a necesitar un ambiente relajado después de reunirme con Bang.

—Si quieres date un baño, te pones la pijama y bajas a cenar— sugiere ella, camina a la mesa para coger la taza de te y entregármela.

—Gracias— la recibo. La calidez que hay en el cristal viaja a mis manos apartando el frio que se apodero de mi cuerpo.

—Voy a bajar a ...— la tomo de la mano y la llevo conmigo para que nos sentemos en el borde de la cama. Le doy un sorbo largo al te olvidando que está caliente; el ardor en mi lengua no se compara con el ardor en pecho, así que lo ignoro.

De reojo veo que Mini está viendo al frente, pestañea lentamente sumida en algún pensamiento. Bajo la taza dejando que el vapor suba y caliente parte de mi rostro, aún siento esa sensación rasposa, olvide que las lágrimas son saladas y cuando se secan dan esa sensación rasposa.

—Hable con el CEO de BigHit— como los dermatólogos, fui directa al grano.

—¿Qué te dijo?

—Se negó a poner la demanda... — nunca olvidare la angustia en los ojos saltones del viejo Bang.

—Era de esperarse ¿no? Él sabe todas las implicaciones que llevan hacer eso— por su tono relajado, Mini también esperaba que fuera de ese modo.

Volví a beber del té, el líquido caliente baja por mi garganta y la calidez descansa en mi panza, poco a poco los músculos de mi cuerpo reciben los relajantes, se destensan produciendo un estado de somnolencia en mi cuerpo.

—¿Crees que...

—No, él pondrá la demanda. Aunque queramos hacerlo de otra forma, la que menos problemas trae es esa. Aquí la prioridad es salvaguardarlos a ellos; son lo más importante.

—No quiero ni imaginarme como se sentirán los siete cuando se enteren de que otra vez actuaste a sus espaldas, va a ser un golpe muy fuerte— recién caigo en cuenta que Mini ha estrechado lazos con los muchachos, es impresionante ver como se llevan también, cuando ella era la primera en alejarme de ellos con miedo a que la hiciera a un lado.

—También... hable con ellos— quizás si hablo de lo que paso dejare de sentirme una basura por haberlos lastimado.

Mini guardo un discreto silencio, no se movió de su posición, solo respiro profundo a la espera de que continuara con el relato; yo puse mis manos juntas en medio de mis piernas apretando con fuerza para no romperme más.

—Todos saben que seré deportada, no creo a verlos visto tan destrozados, ni siquiera en sus ensayos de doce horas consecutivas... Me han pedido que espere a que salga el álbum— Mini volteo a verme sin una pizca de asombro en sus ojos —dicen que este álbum será capaz de limpiar toda esta mierda, esperan que la solución sea tan efectiva como para que nadie recuerde lo que ha pasado.

—Pero tu no crees que vaya a pasar así— ella lo ha dicho. 

—Confío en que este álbum será el salto al siguiente nivel, cuando se concentran en algo no descansan hasta que lo consiguen. No tengo ninguna duda sobre eso, pero de ahí a que eso sea la calma de esta tormenta; es demasiado fantasioso de decir. 

Muy a mi pesar esa es la realidad, si me pongo a fantasear con alguna posibilidad de quedarme al lado de las personas que quiero, seré golpeada con mucha más intensidad, al punto que no pueda levantarme después de eso. Por eso me debo deshacer de la más mínima esperanza, mi tiempo se ha terminado, mi capitulo en la historia de ellos ha terminado y es el tiempo de pasar la pagina y escribir un nuevo capitulo; uno donde ya no se escribirá mi nombre junto a ellos. 

No dejo de pensar que la única forma de acabar con el dolor es desapareciendo de sus vidas, cuando me vaya, desapareceré de su radar y entonces podrán avanzar, retomaran el camino que se habían trazado desde que pisaron el escenario por primera vez.

Mini se gira completamente a mí, sus cejas caídas y sus pupilas vidriosas me hablan de su dolor. Meses más tarde de que nos convirtiéramos en confidentes, me dio la impresión de que ella era la única capaz de sentir mi dolor como propio, cuando tenía ganas de llorar pero no podía, Mini me abrazaba y lloraba por mí, cuando me dolía el alma y no decía nada, ella se pegaba a mí hablando de lo cruel que es la vida pero que la esperanza debía seguir viva; hoy puedo ver que realmente ella es mi alma gemela, siente mi dolor como suyo.

—¿Y porque no haces el intento? Espera a ver que sucede, ¿que si estás equivocada? ¿que sí resulta que el plan de ellos funciona?

—Hablaste con Yoongi ¿cierto?— creo entender porque no se sorprendió cuando le conté del plan de los chicos, Mini ya debía saber algo al respecto, con Yoongi se han vuelto buenos amigos. 

Ella niega convencida. 

—Con Jungkook...

No pude disimular mi asombro, aunque en parte me alivia que ella este en contacto con los muchachos, para cuando yo me haya ido, Mini será quien cuide de ellos, será su más grande aliada; con ella a su lado, podrán lidiar con mi ausencia. 

—Me contó sobre la idea, han trabajado muy duro para que sea un éxito, están poniendo todo de ellos en este álbum; en especial por ti, Sora.

—Lo sé— digo con rabia —y es lo que más odio de todo esto. No deben hacerlo por mi, deben hacerlo por ellos, si siguen empeñados en querer arreglar esto, el resultado va a decepcionarlos y tendrán otro sufrimiento con el que lidiar, Mini. 

—Al contrario, se están evitando uno aún mayor, porque quieren intentar todo lo que este a su alcance y no tener ningún arrepentimiento después. Ellos nunca aceptaran que te vayas, pero también saben que deben quemar sus últimos cartuchos para poder asimilar la idea una vez no estés. 

Los ojos me arden, ¿porque tuve que conocer personas tan especiales? ¿Porque alguien como yo, que esta maldita, tuvo que involucrarse con personas tan maravillosas? Tal vez Seol tenga razón, y nosotras no estamos destinadas a eso que llaman felicidad, es nuestra genética arruinar a los demás. 

Antes de que las lágrimas broten como cascadas de mis ojos, aparto la mirada de Mini, que ya ha dejado escapar un par de lágrimas.

—Dime la verdad, Sora...— sus manos se posan sobre las mías, no volteo a verla temiendo que llorare si lo hago. —Tienes miedo que si te quedas encontraras una razón para nunca irte ¿verdad?

Instintivamente volteo a verla lentamente. Sus ojos escrutan detrás de la capa protectora de mi alma. 

¿Una razón para no irme? ¿Podría ser eso posible, que exista una razón para no irme? Si lo pienso bien, no es tan falso lo que Mini acaba de decir, me aterra la idea de volverme codiciosa de nuevo, que tenga un motivo para volver a ser egoísta con los sentimientos de los demás, miedo a que regrese esa idea de que solo mi felicidad importa. Si llegase a quedarme, Yoongi se encargara de darme más de mil razones para quedarme a su lado, entre ellas, que nuestras vidas se han enlazado, de tal forma que tenemos el corazón del otro.

Cierro los ojos con fuerza dejando que las lágrimas corran con libertad y empapen mi rostro. Siento la piel de Mini rozando mis mejillas, la escucho sollozar y abro los ojos, ella también esta llorando. 

—Si me quedo, no sería capaz de quedarme con él. Ninguno de los dos merece verse desde lejos mientras nuestros cuerpos gritan por estar juntos. Lo que debía pasar entre los dos, paso y son los recuerdos más hermosos de mi vida, pero no puedo pretender que él se ancle a eso y deje pasar las oportunidades que el mundo le brinda, que te cuento son gigantescas; comparado a lo que yo le ofrezco, lo hace menos que nada. 

—Calla... cállate... ¿cómo... como puedes...decir eso... cuando lloras... como bebé?— Mini se cubre el rostro con el brazo. —No es... justo... 

—Quiero creer... que lo que estoy... haciendo... al final... valdrá la pena...— digo ahogada en mi dolor. 

Mini envuelve sus brazos en mi cuerpo atrayéndome a ella, sabe que sea cual sea las posibilidades, para mi no son suficientes para cambiar de planes, siendo esa la parte más frustrante de este complot.Me contengo de gruñir haciendo más dramático mi llanto, no quiero que ella se ponga mucho más sentimental de lo que esta ahora; estoy segura que Mini tiene muchas lágrimas y podría llorar por una semana. 

—Saca todo eso que sigues reteniendo— susurra. Respira profundo y chasquea, se esta recomponiendo. 

De repente mi celular suena rompiendo con el ambiente deprimente que se había apropiado de mi habitación, saco el celular del bolsillo de mi chaqueta, la pantalla deja ver el nombre de Jungkook... como un efecto colateral, mi cuerpo se tensa, empuño la mano ajustando el celular, siento la garganta reseca. 

Al final no tomo la llamada yendo directo al registro de llamadas perdidas, bajo la mano a la cama, no creo poder contestarle las llamadas a Jungkook en bastante tiempo. Mini frota mi brazo, recordandome que esta frente a mi. 

—¿Seguirás evitándolo?— ya no esta llorando, por el contrario se ve completamente nueva. 

—No se que decirle— digo con miedo. Solo imaginarme tener que enfrentarlo me aterra, no estoy preparada para eso. 

—Jungkook solo quiere saber de tu boca que estarás bien, sabes lo persistente que es ese niño, no se conforma con nada— se acerca y me ve con ternura. —Ambos necesitan hablar, es lo menos que puedes hacer para agradecerle lo que hizo.

¿Y estaba bien? ¿De verdad para Jungkook estaba bien que habláramos después de lo que paso? ¿Será posible que volvamos a esos tiempos donde nos contábamos todo, donde podíamos hablar por horas de cualquier cosa? ¿Volveré a sentirme cómoda hablando con él? 

Nuevamente el celular esta sonando, la pantalla brilla con el nombre de Jungkook. Llamara unas diez veces antes de desistir, porque esta en él ser así, lo mismo pasa con los mensajes, hasta que no este seguro que ha enviado cerca de 50 mensajes, no se detendrá; no ha cambiado. 

Paso de ver el celular que dejo de vibrar en mi mano a los ojos llenos de pena de Mini, no se mueve más que para darme un beso en la coronilla, estira una diminita sonrisa.

—Bajaré a la cocina para ver que cenaremos— camina a la puerta y se pierde tras la puerta. 

Con todo el peso de mi bajo ánimo, mi inseguridad y los demonios que me atormentan, me tumbó de espaldas a la cama y abrazo el celular en mi pecho. No creo poder seguir con esto, las fuerzas se me acaban, y aunque no quisiera irme, siento que quedarme aquí está consumiendo poco a poco mi esencia; me están absorbiendo la vida.

El celular vuelve a vibrar robandome un sustillo porque brinco en el colchón. Me golpetea el corazón con fuerza en el pecho, levanto el celular y  ahí está nuevamente él... me gustaría que se detuviera, que me dejara ir sin hacer preguntas, pero ya no es aquel niño, ya no tiene aquel rastro de inocencia, es todo un hombre, lo sé mejor que nadie.

Mi dedo tiembla a milímetros de la pantalla, estoy debatiendome entre cada vibrar si estara bien hablar con él en mi estado, pero Mini tiene razón al decir que es lo menos que puedo hacer por él, porque es Jungkook un antes y un después de mi historia con Yoongi.

Temerosa de lo que pasará cuando deslice el botón verde, mi dedo hace la función conectando la llamada, respiro profundo y pongo el celular en mi oído a sabiendas que en cualquier momento colgaré porque estoy teniendo un ataque de pánico; peor al que sufría en mis exposiciones en la Universidad.

Lo primero que escucho es la respiración en la línea, no se si es la suya o la mía, pero se escucha pesada, o tal vez del susto estoy paranoica. Después de eso no hay nada mas, nadie habla, yo porque mi voz esta escondida en mi páncreas y él, imagino que esta tan sorprendido de que su llamada entrará que no pensó en que debía hacer si sucedía.

Aparte de mi ataque de pánico, me esta desesperando que no pronuncie palabra alguna, ¿para que llamaba? Puede que sea un poco cruel, pero me tomo mucho coraje contestar su llamada como para que él juegue de esa manera con mis emociones.

Recién noto que no estoy respirando y dejo escapar aire entre mis labios, despacio, suave como la pequeña brisa que anuncia la llegada de la primavera.

—Pensé que estaba soñando— si voz de recién levantado envía corrientazos por todo mi cuerpo y la pena me embarga.

—Y yo que te habías desmayado— digo en un intento por aparentar que hemos regresado en el tiempo a esos dias donde hablábamos horas de cualquier cosa.

Pero no recibo la respuesta que quería, en vez de escucharlo reír, se ha quedado callado. Como pensé, esto no es bueno para ninguno de los dos, sin embargo, siento que no debería cortar la llamada.

¿Estás bien?— pregunta. No se si es una pregunta como tal o habla con ironía. —Me quedé preocupado después de que te fuiste.

Una salida muy dramática para mi gustó, tenía tantas cosas en la cabeza, más las ganas de salir corriendo de allá lo mas pronto posible, no pensé en que eso los preocuparía más de lo que ya estaban. Sigo con esa mala costumbre de causar problemas aquí y allá.

—Estoy... mejor... quizás— debería hablar con mas convicción pero con él nunca pude ocultar mis emociones.

Yo no lo estoy— hizo una pausa que resultó eterna —no creo que vaya a estar bien en mucho tiempo.

Él  tampoco ocultaba sus sentimientos conmigo, cuando empezó a tener confianza descubrí que su caparazón es tan rígido pero se puede quebrar. Siempre tan directo, sin temores así no sepa que pasará después.

—Jungkook...

Sé que te estoy poniendo en una situación difícil, pero no quiero más mentiras, Sora.

Aquí es donde me arrepiento de responderle la llamada. Jungkook tiene esa capacidad de acorralarte dejándote sin con que defenderte de sus ataques. Acorralada y temerosa, así me siento ahora.

—No creo que pueda responder tus preguntas ahora— fui sincera. Sólo sería mas doloroso.

¿Y si jugamos a las cinco preguntas?

Inventé ese juegue para él cuando empezamos a hablar, me hacía muchas preguntas que me ponían bastante nerviosa, con el juego pensaba mejor las preguntas, me daba tiempo para prepararme mentalmente.

—Tengo dos condiciones.

Te escucho.

—La primera es que yo no haré ninguna pregunta— suspiro resignado. — la segunda es que una vez se terminen las preguntas, se terminará la llamada— una buena jugada Min Sora. Suerte que aún se me ocurren este tipo de ideas.

Jungkook no es tonto, debió darse cuenta del esfuerzo sobre humano que hago para seguir en la línea.

Trato hecho, pero debes responder a cualquier pregunta que te haga— muy inteligente de su parte.

El juego que propone me pone en desventaja, debi quedarme callada y hacerle preguntas tambien, de esa manera podría desestabilizarlo mentalmente y quizás ganar algo de tiempo.

—Lo haré—  dije insegura.

Esta claro que el juego es peligroso y más tratándose de él, aprovechará esta oportunidad para mover sus cartas, porque Jeon Jungkook siempre tiene un plan bajo la manga.

¿Has hablado con Yoongi hyung?

A esto me refería, empezó por lo más fuerte, no quiere desperdiciar el tiempo que nos queda.

—No.

Sonrió.

Sigo teniendo un trato especial— dice con pesadez, con amargura. 

—Creo que si— como adolescente enamoradiza ruedo en la cama quedando en posición fetal, pegando más el celular a mi oído.

¿Que viniste a hablar con Bang PDnim?— debo admitir que es muy astuto, debí suponer que preguntaría sobre eso, igual me ha tomado desprevenida. 

De golpe me siento en la cama mirando en todas direcciones, no pensé en la posibilidad de que preguntara eso tan rápido, imagine que lo dejaría para el final; se esta adelantando. 

—Tenía que hablar con él, todo lo que ha pasado no solo nos ha afectados a nosotros ocho, hay más personas a nuestro alrededor seriamente lastimadas, él es uno de ellos— no sé a que hora dije todo eso, salió de repente de mi boca.

Él no nos había hecho preguntas sobre ti, hasta después de que viniste a verlo ... Nam Joon hyung dijo que se veía extraño. De por si ya era extraño que nos citara para hablar de lo que había pasado, en especial, cuando es él quien nos dice que debemos enfocarnos solo en el comeback.

Estoy sorprendida más no impactada por eso, los siete son bastante inteligentes, a través del tiempo han desarrollado ese sentido de razonamiento, son como esponjas absorbiendo toda la información que reciben en su diario vivir, de los chicos inocentes e ingenuos que una vez conocí, no queda rastro. Siento algo de nostalgia de haberlos visto crecer, de haber estado con ellos en esa evolución. 

—Sabes que el viejo Bang no es un dictador, él es consciente de que ustedes están pasando por un mal momento. Mi visita quizás lo hizo reflexionar sobre su comportamiento... —es una suerte que no haya perdido mi compostura —Le conté sobre Yokohama, ese debió ser el detonante.

Jungkook suspira pesado, sus labios vibran, visualizo en mi mente su figura, debe tener la mano en la frente tratando de entender lo que pasa a su alrededor, o debe estar recostado en el sofá mirando al techo dibujando las escenas que conforman este dilema de nuestras vidas.

¿Él no lo sabía? Creímos que fue el primero en enterarse, se nos hacía demasiado cruel su actitud con nosotros...

—¿Esa era la siguiente pregunta?

¿Que? ¿Eh? ¡No! Estaba hablando para mi mismo— su nerviosismo es su lado tierno, debe haberse sonrojado. 

Cubro mi sonrisa con la mano aunque no puede verme. 

¿Porque no me dijiste lo que estaba pasando? 

Nuevamente he quedado en blanco, había imaginado que Yoongi me hacía la misma pregunta, visualice varios escenarios muy al estilo de Doctor Strange y en todos no terminaba bien. No creo que con Jungkook cambie el panorama, él es un poco más razonable que Yoongi, pero también es mucho más impulsivo que Yoongi. 

¿Sora? No quiero más mentiras, estás pensando mucho en una respuesta— su voz me ha sacado de mi tormenta de pensamientos.

—Te equivocas, solo... estoy pensando en como tomaras la respuesta.

Te dije que debes responderme sin problemas, no soy un niño a quien debes proteger, Sora, creí que eso había quedado claro.

~Debiste quedarte como un niño por siempre, igual que Peter Pan~

—No te dije nada porque recién había regresado con Yoongi y no sabía como estabas realmente con eso, ¿que pensara de mi si lo busco para pedirle ayuda? ¿como se sentirá si me acerco ahora? Pensaba en todo eso. Para cuando obtuve la respuesta estallo el problema y no encontré un momento para hablar contigo, o con Yoongi...

Nunca fuiste capaz de confiar en mí...

Algo tironeo mi estomago con fuerza, el corazón se me encogió y era doloroso. No obstante, decirle la verdad ¿no lo haría sentir peor que ahora? Es mejor que piense así, nadie es excepto de sembrar rencor o odio por alguien a quien aprecia. No es la mejor forma de despedirnos, pero me asegura que no sufrirá mucho cuando no este cerca. 

—Nunca he confiado en nadie, Jungkook, no aprendí a hacerlo. Ni siquiera confió en mí, he sabido decepcionarme a mi misma de muchas formas— con Jungkook siempre he jugado a las medias verdades, primero una mentira y luego una verdad, es mi manera de protegerlo, de alejarlo de mi infierno. 

Ojala hubiese podido hacer lo mismo con Yoongi, ¿no sería más fácil vivir el hoy? Tal vez ese Yoongi que entro por primera vez a la cafetería, no se hubiera distorsionado tanto hasta convertirse en el lamentable Min Yoongi que vi esta tarde. Así es como sumo más razones para no estar cerca de ellos, de ninguna de las personas que tuve antes a mi alrededor, podría lastimarlos más de lo que lo he hecho. 

las gotas caen sobre mi pantalón, acabo de notar el mapa que se va formando en la tela, ya desarrolle la habilidad de llorar sin que se escuche mi voz quebrada, otra de las ventajas de haber previsto este conversación con él. Pero mi fuerza no durara mucho, debo terminar la conversación tan rápido como me sea posible, sin levantar sospechas.

—Te falta una pregunta— digo reteniendo un quejido que se convirtió en la opresión en mi tórax.

Tu... no vas a esperarnos ¿cierto?— podría ser mi impresión, pero creo escucharlo absorber... estará...

Empuño la mano que tengo libre, la llevo a mi pecho y remato contra mi culpa, estoy siendo muy dura con él, estoy hurgando en su herida, quisiera encontrar otro método para alejarlo, pero igual que Yoongi, él no retrocederá obediente, él querrá dar la pelea hasta que sus huesos estén hechos polvo o su corazón deje de acongojarse por lo que paso; lo que primero suceda. 

—Tu conoces la respuesta, no veo que cambie si respondo a tu pregunta.

Mucho, cambia mucho si eres tú quien la responde, y no mi miedo de no volver a verte... ¿Aun no lo entiendes, Sora? ¿El porque te he echo esas preguntas?

Creo que lo sigo tratando como un niño, un pequeño al que le puede convencer con dos o tres palabras, que no hará preguntas para conocer el tema a fondo porque no le interesa saber mas allá. Este Jungkook, es más maduro, más curioso.

Aprieto los labios, me estoy ahogando con mis propias lágrimas, mis mentiras y mis sentimientos, he caído en las arenas movedizas de mi inestabilidad, y poco a poco me hundo, no hay nadie que me pueda ayudar, no hay nadie para sacarme de aquí; pero si lo hubiera, seguiría rechazando su ayuda. 

—Jungkook...— carraspeo evitando que la voz se me quiebre, levanto la mirada al techo y trago grueso, necesito terminar esto. — Aquí no tengo nada, las personas que estuvieron conmigo todo este tiempo solo sufren cada vez que me ven, ya no tengo las fuerzas para luchar o para esperar; estoy cansada. Que ustedes me pidan que me quede bajo estas circunstancias, no solo es doloroso, es muy egoísta de su parte. 

—¿Sora estás... llorando?

—No, no lo estoy— paso saliva ahogando otra vez los quejidos —Se acabaron las preguntas, tenemos que seguir las reglas.

—¡Espera! Déjame hacer una última pregunta... por favor— su voz suplicante termina siendo la navaja que hace trazos delgados sobre mi piel.

—Es precisamente no haber seguido las reglas lo que nos puso aquí... Ustedes y yo no debíamos romper la regla de nuestros mundos, no debíamos romper las barreras para alcanzar nuestras ambiciones... No sigamos cometiendo el mismo error.

—So...

Corte la llamada, lance el celular al otro lado de la habitación, no volveré a contestar la llamada de Jungkook, como me temía, solo sería para agravar la situación; fue estúpido de mi parte creer que lo sabría manejar.

—¡¿Porque tiene que ser así?! ¿Porque no me dejas ser feliz? ¡¿PORQUE?!— grito a la nada, porque nunca tendré la respuesta. 

Con rabia lanzo las almohadas de mi cama en cualquier dirección.

Aunque sientas repudio hacía mí, en el fondo somo iguales, Sora...

Ella tiene razón, soy un monstruo, soy un desastre igual a ella. Toda mi vida he tratado de ser diferente, pero la verdad termine siguiendo su camino, no importaba porque sendero caminara, al final todos se conectaron para seguir sus pasos.

—¡¿Porque?! 

—¡Sora!— los brazos de alguien me atrapan pero mis ojos están inundados de lágrimas, impidiéndome ver con claridad. —¡Cálmate, por favor! ¿Quieres?— su dulce voz entra en mis oídos y mágicamente pierdo las fuerzas, miro mi mano en lo alto que sostiene el kumamon miniatura que Yoongi me regalo dos días después de que los visitara por primera vez y les llevara comida.

Cada recuerdo esta tan fresco como la pintura de un cuadro recién pintado, como el estuco en la pared que cubre el paso de los años... Levanto la mirada encontrándome con el rostro horrorizado de Mini. 

—... Sora... 

La voz me tiembla, al igual que las manos, las piernas, me abrazo a ella con fuerza sin soltar el Kumamon. Mini tiembla un poco pero se decide a abrazarme con fuerza, se balancea y aprieta mi cuerpo en sus brazos. 

—Esta bien, ¿si? Estoy aquí, nada malo te va a pasar, Sora, ¿si? 

Es aquí, donde mi voz se quiebra y aquel quejido que retuve mientras hablaba con Jungkook, sale desde el fondo de mis entrañas como un grito gutural, un grito que solo podría ser comparado con los de las películas de suspenso, de terror, incluso de drama. 

Lo siento... Lo siento... Lo siento... Lo siento...

Era todo lo que mi alma quería decir.


---------------------------------------------------------------------------------------Siento mucho la tardanza para subir el capítulo. 

Aquí les traigo un poco más de este pequeño drama que suena más a tragedia. No sé que decirles del capítulo, solo que algo dentro de mi se quebró.

Hoy subiré el capítulo de What is love en el transcurso del día, así que no se preocupen.

Besos y feliz día del trabajo. 





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