«Los dioses».


—Bienvenidas—la voz de la mujer de cabello color chicle resonó en el despecho, que aunque pequeño muy lujoso, ella reposaba en una silla de piel color negro que al parecer, poseía ruedas giratorias, por otro lado, no se podía apreciar de torso para abajo, pero la parte superior mostraba un atuendo de camisa blanca que se encontraba notoriamente desabotonada, mostrando un gran escote, y con una americana negra cubriendo sus hombros, su rostro denotaba alegría al ver a las dos jóvenes aspirantes a héroe que se hallaban en frente de ella, apenas unos metros de distancia—a la agencia Hayashi.

—Gracias por esta oportunidad.—pronunciaron la rubia y pelirosada al unísono, ambas vestían sus trajes de héroe, el cual de la segunda había sufrido varias modificaciones, siendo el de la primera más novedoso, dado que no había podido usarlo en su momento un extenso número de veces; este pronunciaba sus curvas, dado que era un traje completo de licra adherido a su moldeado cuerpo, llegando hasta el cuello, el cual era subido e iniciaba una carrera triangular de color amarillo intenso hasta la zona del ombligo, finalizando con unas botas negras con cordón, por supuesto ella siempre llevaba el pelo recogido en una coleta, esta era afirmada con un lazo, el cual, sus fibras tenían el mismo grosor que una cuerda delgada, destacando el amarillo de nuevo, tras eso, no podías evitar fijarte en sus pequeñas orejas con unos pendientes triangulares del mismo color que el rayo.

—Que educadas, parece que alguna ha sido reformada.—se burló la adulta de la pelirosada, la cual se encontraba sonriendo de forma macabra.

—Ha sido un largo tiempo Suzume-san.—pronunció la de cabello corto,intentando disimular su malestar.

—Puedes llamarme tía, pero me vale, ha sido profesional.—sonrió ampliamente.

—¿Cómo se encuentra?—preguntó la rubia con preocupación, no era desconocido la información sobre el secuestro de sus dos hijos, dado que todos los profesionales estaban implicados en el caso de cierta forma. Esto se había descubierto tras los sucesos del grupo liderado por Overhaul, había sido un golpe bajo para la afamada heroína y por supuesto su marido, el cual se sentía culpable de sobremanera a causa de ser tan solo un mukosei, tras el resultado de no poder proteger a sus dos hijos, los cuales fueron arrebatados de los brazos de su padre en un desayuno común, poco después de la salida de Suzume,algo que apuntaba a ser planeado.

—No puedo decir que bien—suspiró apoyando su mentón en las manos, las cuales entrecruzadas intentaba soportar el peso en sus hombros decaídos—pero son mis pequeños, los entrené para que se adaptasen a grandes dificultades.

—Creo en ello, bestia.—murmuró la rosada de lado.

—¿Has dicho algo?—sonrió Suzume, Tora negó—bien, es un asunto al que escapa de nuestras manos en este momento, por lo tanto os debo pedir que centréis vuestra atención en las tareas pendientes—ambas asintieron incómodamente—como ya sabéis habéis sido llamadas para finalizar parte de vuestras prácticas en empresas, por lo que desempeñareis vuestro trabajo con un superior y profesional a cargo de forma conjunta, dado que nos encontramos con falta de personal a causa de la actual problemática—la rubia alzó la mano—¿sí?

—¿Quién será nuestro superior?

—Ella puede parecer joven y sin experiencia, pero es un diamante en bruto.—entonces el sonido de una puerta siendo golpeada resonó enla habitación, ambas chicas se giraron ante el sonido.

—Adelante.

—Disculpe Blanche-san, he venido ante su llamado.—la voz de la mujer era firme y aparentemente seria, ante las tres personas se encontraba una peliazul  de cabello liso muy largo y ojos de igual color, la cual poseía una piel tersa y blanca, vestía un traje de cuero blanco con múltiples cremalleras en diversas localizaciones del traje, finalizando con unas botas de tacón blanco y una diadema con puntas de igual color, el atuendo poseía dos rayas azules en los extremos del traje.

—Oh, aquí está vuestra superior, su nombre es Bina.

—Actualmente, es mi nombre real.—sonrió suavemente la nombrada.

—Es un agradable nombre, es un placer conocerla Bina-sempai, mi nombre es Izumi Reika.—Reika acercó su mano para recibir un apretón devuelta, junto a una sonrisa.

—Un placer, Hayashi Tora.—la pelirosa inclinó su cabeza y la contraria asintió.

—Es un placer tener dos lindas chicas a las cuales puedo enseñar.—dijo juntando sus palmas.

—Seguro que aprenderéis mucho de Bina—Suzume le sonrió—por favor, enséñales el procedimiento.

—Afirmativo.—expresó recibiendo la orden, la muchacha concluyó la reunión mostrando un gesto militar de respeto y saliendo de la habitación, las tres jóvenes salieron de la habitación dejando a la jefa, la cual ya se encontraba mirando los expedientes de las muchachas junto a sus fotos.

—Ellas han avanzado mucho, ¿eh?—sonrió para sus adentros—¿qué debería hacer con esta información?—su vista sobrevoló hacia un sobre en blanco, sacó de su interior las dos hojas y retomó su lectura a cierto punto—la clave está en la liga de villanos, ellos mantienen una alianza con un grupo denominado Van Gogh—ella suspiró—esto se volverá algo grande.

—Bien chicas, haremos una patrulla.—afirmó la peliazul, las tres se encontraban en la entrada principal de la agencia, la peliazul había sido tan amable como para darles una visita guiada del centro y poder indicarles el mejor plato  de la cafetería. Ahora era el momento de trabajar, pero tanto Reika como Tora parecían sentirse bien recibidas a causa de los agradables gestos de su superiora.

—Bina-sempai—la mencionada asintió ante el llamado de Reika—¿debemos usar nuestros nombres de héroe ahora mismo?

—¡Oh,por supuesto!—sonrió ampliamente—deben verlo como nombres enclave, respetan su intimida y les entrega una forma de lo que significa su ideología de héroes—ese dato sorprendió a Tora,dado que ella estaba en lo cierto—y bien, ¿quiénes son entonces?—Reika la miró confundida.

—Hestia.—la peliazul observó a la de cabello rosado, algo sorprendida, su expresión cambio a una más neutral.

—Eso me recuerda, había una mujer que también uso ese nombre como heroína.—Tora asintió.

—Así es.—la pelirosada creyó que le daría mayor importancia pero ignoró por completo la historia, la muchacha no parecía una persona entrometida.

—¿Cuál es el tuyo Reika-chan?—preguntó Bina alegremente, ella mantenía ambos brazos tras su espalda.

—¡Storm!—las contrarias abrieron la boca sutilmente.

—Es bueno, cliché, pero bueno.—comentó Tora burlándose, mientras llevaba su mano a la boca, bufando.

—¡Tora!—la contraria sonrió, mientras que la peliazul reía suavemente.

—Es maravilloso Reika-chan.

—¡Gracias Bina-sempai!—la rubia parecía feliz de que alguien valorase su elección, para ella había sido difícil encontrar un nombre que la re-definiese de nuevo, dado que había mantenido muchas identidades a causa de la liga de villanos.

—Tengo una pregunta.—Tora alzó levemente su mano, la peliazul asintió ante su acción.

—Claro, adelante.

—Usted ha dicho que un alias , nos entrega privacidad y refleja nuestra ideología—habló con lentitud—entonces, ¿por qué usted mantiene su nombre real?—la mayor observó a Tora con seriedad, aunque brevemente, para después sonreír.

—Eres una chica muy observadora, vas al punto me gusta.

—Tora—la nombró Reika—tal vez, sea privado.

—No, realmente me agrada ese nombre, refleja fuerza, poderío, como una diosa guerrera.

—¿No te avergüenzas al decir algo así?—Reika sostuvo el hombro de Tora.

—¡Tora, no seas maleducada!—la mencionada miró a su amiga con ojos vagos.

—Ella se cree una especie de diosa, Rei.—la peliazul, observó a dúo de amigas con curiosidad para después estallar en una carcajada.

—¡Realmente eres directa!

—Debo serlo por el bien de la humanidad.—sostuvo Tora.

—¡No inventes!—le recriminó la rubia.

—Bueno—detuvo su risa—es el momento de enseñaros el oficio.

Las tres comenzaron a caminar tranquilamente por las calles de la ciudad, ir vestida con su traje de héroe y que los transeúntes la observaran, le hacía sentir extraña, como si ese no fuese su lugar del todo, o por lo menos eso rondaba en la cabeza de Tora, la cual hasta hace poco ella había caminado por estas mismas calles, aunque, a diferencia de este instante, aquellas habían sido publico de un odio irascible y poco racional para ojos ajenos. Después de todo, ¿quién podría ver una triste huérfana en ella? Era mucho más fácil juzgar y ser juzgado. 

Según caminaban la heroína les indicaba cuales eran los lugares más seguros y los dados a la violencia, después de todo, un año te daba la posibilidad de observar, analizar y memorizar localizaciones prioritarias.

—Pese a ello, no penséis que esos lugares seguros no deben pasar por un reconocimiento, precisamente podemos conocer esa información porqué diariamente circulamos por las áreas indicadas.

—Lo veo lógico.—añadió Tora.

—Sí, es importante tener un examen global.—añadió Reika, la peliazul observó a las niñas con detenimiento, se detuvo y miró a su derecha, ya habían recorrido gran parte del perímetro en poco tiempo mientras hablaban, ahora se hallaban a la vera de un parque muy bullicioso, donde podías descansar y relajarte tomando un delicioso helado casero, Bina señaló el puesto.

—¿Porqué no descansamos un rato?—las dos observaron el lugar señalado, ambas se preguntaron si era lo adecuado al estar en pleno otoño, pero finalmente el trío se dirigió con lentitud, aunque con muchas ansias a aquellas mesas de madera redondas que se encontraban rodeadas de tres encantadoras sillas del mismo material, cada una tomó asiento y las adolescentes suspiraron ante reposar sus traseros tras tanta caminata.

—Vosotras dos tenéis buena resistencia—Tora y Reika la miraron atentas—han pasado muchos aprendices a lo largo del año, y sin duda, os lleváis el premio.

—¿Resistencia?—musitaT ora, la peliazul asiente con una sonrisa.

—Muchos no sobreviven al ritmo constante, la presión, el estrés de ser observado, ser un héroe no solo implica esfuerzo físico requiere de mucho entrenamiento mental, y trabajar en tus habilidades sociales amplia tus horizontes en muchos aspectos.

—¿Cómo cuales?—preguntó Tora, curiosa ante sus palabras.

—Por ejemplo—Bina elevó su dedo para iniciar la explicación—si no logras crear un vínculo con tus compañeros, no podrán apoyarse en ti cuando realices una acción grupal, ya sea un rescate, como una persecución...—Tora reposó su espalda en el asiento pensando en ello.

—Bina-sempai.—habló la de pelo largo.

—¿Sí, Reika-chan?

—¿Cómo puedes hacer que las personas confíen en ti?—la pelirosada cogió al vuelo la reveladora pregunta de su mejor amiga, podía leerla con tan solo escucharla, sabía perfectamente que esa pregunta era una búsqueda de iluminación.

—¿Hablamos de alguien o de ti misma?—preguntó la mayor, apoyando su rostro en ambas palmas, ella sonreía con suma serenidad y reflejaba tal compresión empática que provocaba cierta seguridad en su persona.

—Co-conozco a alguien—Tora la observó con atención—que pasó mucho tiempo sola, tanto que tuvo que correr buscando ayuda—la peliazul asintió—esta persona tuvo momentos felices, pero poco después la oscuridad regresó para llevársela lejos de aquellos que amaba.—incluso si conocía a Reika, y sabía que hablaba de sí misma, podía reflejarse en ella, porque ambas eran iguales.

—¿Y qué le sucedió?—Reika la miró, intentando no mostrar más nerviosismo del que reflejaba, ella apretaba con fuerza sus rodillas intentando aferrarse a algo.

—Esa persona se durmió, se durmió tan profundamente que no sabía que estaba provocando dolor en la realidad—Reika clavó sus ojos azules en la mesa—no fue consciente de ese daño hasta que despertó.

—¿Regañaron a esa persona?—preguntó Bina, manteniendo esa impecable sonrisa,tal brillo reflejaba que Tora denotó interés por ella.

—No todos—negó con su cabeza—muchas personas la miraban con frialdad, susurraban a sus espaldas, esa persona tenía miedo, miedo de no encajar, miedo de no ser aceptada, miedo de no ser entendida, ella sabía que había hecho mal—las lágrimas comenzaron a llegar—pero no recordaba, y aunque hubo personas amables que abrieron puertas para ella, todavía sentía que debía un deuda.

—¿Y a caso está mal, pensar así?—Tora la observó con sorpresa, Reika mostró sus lágrimas al levantar el rostro—no recordar, no nos hace ser inocentes, pero reconocer ese error, y pelear por el bien de otros, no es inútil.

El silencio se hizo profundo, Bina sonrió amablemente, lo cual conmovió a la muchacha rubia, la que comenzó a admirar aún más a la mujer que se encontraba ante ella.

—Todos hemos hecho daño—Bina sacó de una de sus cremallera un pañuelo de color lila, el cual portaba una flor bordada, este navegó por el rostro de la rubia con suma delicadeza— pero eso quiere decir; ¿qué no podamos tener errores?

Retiró su pañuelo y lo dobló con suma dedicación, para después guardarlo, unos pasos se acercaron, la gravilla siendo removida era prueba de ello.

—Por ello, debemos batallar cada día por nosotros mismos y aquellos que amamos.

—¿Qué desean tomar?—Reika y Bina observaron a la dueña del local, aunque Tora no pudo despegar su mirada de la segunda—¡Oh,Bina-chan! ¡Es una alegría poder verte, ¿otra vez de profesora?—la mencionada rió.

—Así es, estas son—elevó su mano indicando según el nombre—Reika-chan y Tora-chan.

—¡Sin duda las generaciones venideras son maravillosas!—cuando la dueña tomó la atención de Tora esta pudo fijarse en su físico, a simple vista era la mítica mujer de mediana edad que tenía algunos quilos de más, o eso diría la sociedad, esta tenía el cabello verde y algo reboltoso, era de tez oscura al igual que sus ojos, y su grandes brazos le daban cierto respeto. Su uniforme de trabajo era bastante simple, portaba unos pantalones vaqueros con una camiseta blanca que era cubierta por undelantal naranja que portaba el logotipo del local y su nombre Peace Sign.

—Estoy de acuerdo.

—¿Será lo de siempre?—preguntó ella junto a una sonrisa, la joven asintió, fue entonces cuando miró a las dos chicas—¿y vosotras jóvenes?

—¡Un helado de fresa!—sonrió la rubia.

—Helado de vainilla y chocolate.—añadió la contraria, la señora, al parecer llamada Michi, se dirigió a la auto-caravana para preparar el pedido.

—Incluso si es otoño, los helados de Michi siempre apetecen.

—Me encantan los dulces, no tengo problema alguno.—respondió Tora mirando al cielo.

—¡Qué suerte!—exclamó la rubia con angustia—ahora que aprendiste a regular tu kosei de fuego sin duda puedes mantenerte cálida.

—Es una suerte poder tener una peculiaridad que te mantenga cálida en las estaciones frías.—añadió la peliazul con una sonrisa.

—Lo bueno es tener dos que te regulen según la época del año.—suspiró Tora recordando al bicolor, realmente eso sería conveniente.

—Oh, sí—pronunció a regañadientes la rubia—el rarito.

—¿Rarito?—preguntó Bina, girando su cabeza en confusión.

—No importa.—evitó el tema la pelirosada.

—¡Aquí tenéis!—los helados tenían una excelente pinta,aunque Tora y Bina no tuvieron problema con ello, Reika sostenía su cabeza de regreso a la agencia, pero prometiendo volver pronto,aunque esta última con una orden que sustituya el frío helado por chocolate caliente. Mientras en la distancia, una mujer de cabello carbón observaba con calma al grupo de chicas, esta portaba una capa de color negro para refugiarse del aire frío, mientras su cuerpo reposaba en uno de los bordillos del alto edificio, sus botas de tacón provocaban un sonido al tocar el material del edificio, balanceando sus piernas, posiblemente para entrar en calor.

—Mira sus expresiones—una voz fina pero dura habló mientras observaba al grupo—cada día que pasa, los héroes son más mediocres.—la azabache no miró a su compañera, la cual se encontraba a su vera,de pie, analizando su mismo objetivo.

—Esa tranquilidad que ellos tienen pronto desaparecerá.—farfulló con rencor la de ojos dorados.

—Esa niña, la de cabellos rosados—musitó en voz alta la rubia—¿es la hija de esa mujer que tanto odias?

—Sí—gruñó levantándose—de esa furcia desagradecida.

—Uf—emitió la contraria rodando los ojos—siempre tan vulgar, será por eso que Dabi-kun no te quiere para...—en tan solo un instante, el fino y blanco cuello de la mujer, estaba siendo rodeado por la brillante y ondeada guadaña de su portadora, desafiante, buscando sangre—Cielo,no es necesario que pongas esa expresión.—apartó el arma con las manos, sonriendo con malicia y con suma serenidad, la mujer no padecía tal cosa como el miedo ante las amenazas de Nuit.

—Una sola palabra más sobre el tema...—la de cabellos cortos alzó su rostro mientras retiraba su arma.

—Escucha Nuit-chan, debes calmar ese temperamento tuyo.

—¡Silencio, zorra!—los orbes dorados de la rubia, se opacaron ante el tono de la joven, aunque la contraria lo ignoró—es por eso que no me gusta trabajar con personas.—concluyó yéndose del lugar, mientras que los largos cabellos dorados de la fémina, danzaban con la brisa.

—El jefe no me paga por trabajar con bestias—la villana llevó su uña a la boca, mordiéndola con fuerza—si tan solo pudiese purificar al mundo de tales blasfemias ante nuestra raza, semejante error debe ser suprimido. Esos niños impuros que sueñan con ser ídolos—la sangre estaba cubriendo su mano—arrogantes malcriados que no veis más que vuestro propio ego, yo os enseñaré vuestro lugar.

Sus tacones comenzaron a resonar por la azotea, mientras la capa roja danzaba hasta llegar a la puerta de salida.

—Dios solo bendice a los genios, estúpidos monos.—en cuando su mano rozó la manilla, esta giró, abriendo así la puerta, tras esa acción la cerró tras de ella, encontrándose con una figura familiar al fondo del primer descanso.

—Pareces de mal humor, querida.—una voz ronca resonó en el silencioso y abandonado lugar.

—Es un placer verle, maestro.

—Parece que no te llevas bien con Nuit.

—Ella...—suspiró reprimiendo una queja—es un tanto bulliciosa, pero espero estar ala altura de sus expectativas, mi buen señor.—finalizó llevando su palma al pecho, junto a una cordial sonrisa.

—Así sea, mi querida dama—concluyó el hombre trajeado mientras encendía el puro que se encontraba en su bolsillo derecho—después de todo,el cielo espera impaciente nuestro triunfo, el día donde los héroes no sean más que esclavos de los dioses.



¡Buenas! Ha pasado un largo tiempo desde que he publicado un capítulo, mis planes se echaron a perder por causas familiares. Por si no fuese poco ha llegado a España el tan horrendo Coronavirus, por lo que la cuarentena ha provocado que muchas personas deban permanecer en sus casas, debemos llevar esta situación con calma y proceder según el protocolo. En mi caso, estoy aprovechando para escribir, mucho ánimo a todos aquellos que se están viendo afectados por el virus.

Poniéndonos en tema, estoy nuevamente organizando mis ideas, para poder finalizar la obra como se lo merece, no quisiera dejarla a medias dado que llevo muchos años escribiéndola, sería triste para mí, abandonar a Tora y a los demás a estas alturas. Espero vuestras opiniones sobre los nuevos personajes.

¡Muchas gracias por la espera!

P.D: En galería pueden apreciar la imagen del nuevo personaje.

Un gran abrazo, Kana.

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