«¡En busca de la mejor habitación!»
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Aizawa como buen tutor había explicado el funcionamiento de las instalaciones es las que los alumnos iban a residir, cada metro cuadrado era el nuevo refugio de nuestros héroes amateur, es por ello que debían hacerlos sentir, seguros y como en casa. Aunque para Tora la palabra “hogar” significaba mucho más, se preguntaba como convivir con sus compañeros, y si eso, podría acarrear conflictos, después de todo, la buena suerte no solía estar enlazada a nuestra protagonista.
La clase A había empaquetado una pequeña parte de sus habitaciones y las habían transportado a los dormitorios, Tora se había encargado de darle vida a su habitación, incluso había colocado una foto suya del campamento con toda la clase, al verla no podía evitar esbozar una sonrisa, ellos eran sus amigos, su nueva familia, por esa misma razón debía fortalecerse para convertirse en un héroe profesional. Uno que pudiese proteger y hacer sonreír a todos, justo como su querida hermana mayor le había encomendado.
Aizawa le indicó que al incorporarse de nuevo a las clases debía tener claro el nombre de héroe que querría, ya que próximamente comenzarían con una nueva etapa, una realmente importante para los alumnos, no podía ser la única que no tuviese uno.
—Un nuevo nombre...—Tora musita para sí misma, se encontraba flotando en el aire, completamente recta, con sus brazos siendo un reemplazo de almohada, piernas cruzadas, ceño fruncido—por mucho que piense en un nombre no se me ocurre nada.
Los ojos de la joven miraron hacia su escritorio, se detuvieron en la fotografía que se encontraba encima de sus libros, otra imagen importante para ella, sonrió al verla. Se sintió afortunada de poder recordar el rostro de su padre. Junto a la gravedad del aire, regresó su peso al suelo de madera de la habitación, se acercó al mueble y sostuvo la imagen entre sus manos, acarició el rostro del hombre una y otra vez, como si pudiese sentir el tacto piel con piel, observó los ojos de su progenitor y esa sonrisa tan característica.
—Papá yo en verdad... sé que no eres un villano.
Un sonido en la puerta interrumpió las lagunas emocionales de la pelirosada.
—¿Sí?—un alboroto se escuchó al otro lado, extrañada fue a abrir la puerta, encontrándose con a las chicas y chicos de su clase.
—¡Torichi!—exclamó feliz la de tez rosada, todos clavaron su vista en la nombrada, sus expresiones denotan felicidad.
—¡Tora-chan! ¡Déjanos ver tu dormitorio!—exclamó Tooru con la misma expresividad.
—¿Qué?—Tora musitó confusa.
—¡He sido bendecido por los cielos por estar en la misma planta que Tora-chan!—Mineta fue completamente ignorado.
—Las chicas han decidido hacer un concurso al mejor dormitorio.—aclaró Sero con una media sonrisa, Tora no llevaba mucho hoy tiempo en la clase pero sabía que él chico, era del “dejarse llevar por la situación” al igual que otros compañeros no tan propensos a ser protagonistas.
—¡Eso! ¡Por ello estamos aquí! Tienes que venir con nosotros, comenzaremos por las habitaciones de los chicos.—afirmó Uraraka emocionada, agitaba con fuerza sus brazos, la pelirosada apartó su cuerpo de la chica, tenía miedo de ser golpeada por su increíble hiperactivo estado de ánimo.
—Bueno, tenía planeado descansar hasta la hora de la cena y...—rápidamente fue interrumpida.
—¡Después de cenar tomará una ducha y cubrirá su perfecto cuerpo en una toalla...!—un golpe de viento llegó hasta el pequeño cuerpo de pervertido de la clase. Los chicos miraron hacia otro lado intentando no parecer interesados por la increíble capacidad narrativa de Mineta.
—Tora-san creo que te vendría bien para despejar la mente.—añadió Yaomomo con una leve sonrisa, Tora observó al grupo y sonrió junto a un suspiro.
—Está bien, iré. ¿Por dónde comenzamos?—todos sonrieron entre sí.
El grupo se mantuvo en la segunda planta, en la cual residía Tora (al lado opuesto de los chicos), Midoriya, Aoyama, Tokoyami y Mineta.
Tora observó el círculo, todos discutían de cual de los presentes de la planta actual sería el primero, la pelirosada clavó su mirada en su tierno amigo de cabellos verdes, el cual parecía evitar con nerviosismo la mirada de ella, tal vez él joven sabía lo que vendría.
—Midoriya tú serás el primero.—sentenció la pelirosada, el chico estiró su espalda con temor y corrió hacia su puerta, Tora lo envolvió en viento haciéndolo flotar, a continuación abrió la puerta de su dormitorio.
—¡No, Tora-san!—exclamó mientras pataleaba en el aire.
—Sin duda es...—susurró ella.
—¡El cuarto de un fanático!—completó la frase Uraraka entusiasmada—¡Todo está lleno de All Might!
—Eso suena extraño Ochako...—añadió con ojos vagos la pelirosada, ella rió. Tora bajó al chico del suelo, al instante entró en el dormitorio con aura de depresión.
—Siempre he querido ser como él, me encuentro avergonzado...—Midoriya parecía avergonzado por la situación.
—¿Qué diablos es esto?—preguntó Kaminari con una sonrisa nerviosa, Kirishima a su vera solo observaba sin expresión.
—Pero tengo que admitirlo, parece divertido...—se llevó la mano a su mentón.
—Hmph, que bobería.—todos observaron al chico pájaro y asintieron. Tooru y Mina empujaron a Tokoyami alejando su persona de la puerta.
—¡Demasiado oscuro y da miedo!—exclamaron los chicos.
—Bastardos.—musitó el chico cuervo.
—¡Reconozco esto! ¡En secundaria tenía uno igual!—comentó Kirishima, el cual agarraba un guardallaves.
—¿Guardallaves? ¿Qué diablos es eso?—Tora habló con desgana.
—¿Esto es lo que le gusta a los chicos?—comentó Mina curiosa.
—¡Wow! ¡Una espada!—añadió impresionado Midoriya.
—Iros de una vez, maldición.—musitó Tokoyami.
—Tranquilo cuervo-chan eres lindo igualmente.—dijo Tora junto a una sonrisa.
—¡Fuera!—exclamó con enfado, junto a un leve sonrojo.
Al terminar, se dirigieron al cuarto del rubio llamativo. Aoyama, él joven extrañamente llamativo.
—¡Es demasiado brillante!—gritaron todos.
—¿Por qué una bola de discoteca? —agarró de los hombros al chico rubio— ¡¿Por qué una bola de discoteca en el suelo también?! ¡¿Qué diablos te pasa?!
—Hohohoho.—él solo rió mientras era agitado.
—Justo lo que esperaba, déjalo Tora-chan.—dijo Tooru girándose.
—No pierdas tu tiempo con él, Torichi.—añadió Mina.
—Nadie comprende mi reluciente ser.—dijo Aoyama con lamentación.
Todos salieron del dormitorio espeluznantemente brillante. Ya reunidos la chica de gravedad cero habló.
—¡Esto es genial, chicos!—exclamó Uraraka mientras se giraba hacia la derecha—¡Solo queda una habitación masculina en este piso y es la de...!—todos se encontraron con la mirada perturbada de Mineta.
—Venid...os enseñaré algo impresionante.—dijo Mineta desde su puerta, todo se alejaron, Tora lo observó con detenimiento.
—¡Tora-chan!—exclamó feliz, hasta que una onda de viento lo dejó en el suelo—¿Por qué siempre una onda de viento...?
Todos llegaron al tercer piso, directos a la habitación de Ōjiro.
—¡Wow! ¡Es tan normal!—exclamó Mina.
—¡Es increíblemente normal!—añadió Tooru.
—No os forcéis a decir nada...—dijo Ōjiro, Tora se acercó a él y apoyó la mano en su hombro, lo miró con seriedad.
—Ánimo chico-cola.—Ōjiro rió nerviosamente.
—¿Acaso no sabes nuestros nombres o es que te parece divertido los apodos?—Ōjiro fue ignorado por Tora.
—Takahashi no es normal.—musitó Ōjiro.
El siguiente dormitorio; Iida.
—¡Muchos libros!—comentó Mina, mientras observaba las estanterías.
—¡Ese es nuestro delegado!—añadió Tooru con entusiasmo.
—Demasiadas gafas.—comentó Tora mientras se probaba unas.
—¡Son demasiadas!—Uraraka estalló en risas, la pelirosada le colocó unas gafas.
—¡Me he preparado para entrenamientos extremadamente duros!—se justificó Iida.
—Ajá, fijo que en un futuro incluso tendrás una novia con gafas. Eso querido Robot-san se llama fetiche.—comentó Tora mientras dejaba las gafas en su sitio.
—¡No tengo ningún fetiche, Takahashi-san! ¡Y llámame por mi nombre!— Iida se quejó, moviendo sus brazos.
Todos se fueron del dormitorio para ir al siguiente, a una linda y agradable habitación.
—Kouda tienes mi aprobación, los conejos son buenos, los conejos son sanos, los conejos son lindos. Y también saben bien.—dijo Tora mientras sostenía al conejo, en las comisuras de sus labios se veía un rastro de saliva.
—¡No te comas al conejo Takahashi!—gritó Kyōka, ella lo dejó en el suelo chasqueando la lengua.
—¡¿Acaso ibas a comer al pobre animal?! ¡No puedes hacer eso!—le regañó Yaoyorozu.
—Nah, tiene muy poca grasa.—contestó ella con simpleza, la pelinegra la observó con miedo.
—Es muy lindo.—comentó Uraraka, Mina y ella lo acariciaban. Tora asintió.
—Las mascotas es hacer trampa Kouda.—dijo Kaminari con molestia, el chico dulce y agradable se veía en aprietos.
Salieron del dormitorio, se encontraban en la cuarta planta, Bakugō se había retirado antes de iniciar el recorrido, ya que le parecía una gran pérdida de tiempo.
—Ya que el perro sarnoso no está, comencemos con Kirishima.—sentenció Tora junto a una leve sonrisa.
—No me importa, aunque no creo que nadie pueda comprender cuan masculino e increíble es mi dormitorio.—el cuarto de Kirishima era...¡ardiente! Sí, esa es la palabra.
—Sin duda no podemos apreciarlo.—contestó la chica alien, su expresión era seria.
—Debo decir que tú habitación estaría en mi ránking número dos de “no me gustaría tener un novio con este tipo de dormitorio”.—añadió Tooru.
—¡Uah! ¡Tu habitación es un infierno, es condenadamente ardiente!—exclamó Uraraka nerviosa.
—¡Eso es Uraraka!—exclamó Kirishima feliz, ya que alguien parecía entenderle.
—¡Siguiente! ¡Antes de que se cree un shipping sin base ni conjetura!—gritó Tora.
—¿Shipping?—Kirishima estaba confuso.
—¡Yo estaba shippeando Torichi!—exclamó Mina molesta.
—Tu no deberías shipper a esos dos, ya que tú formas parte de su shipp.—contestó obvia Tora, Mina se sonrojó y agitó sus brazos.
—¡¡Eso es mentira!!—la chica alien se fue del dormitorio.
—¡El próximo es Shouji!—dijo Tooru, cambiando el tema.
—Lo digo antes de tiempo, no hay nada interesante.—contestó el chico musculoso.
Todos se dirigieron a la habitación del nombrado, encontrándose con un gran espacio.
—¡No tienes nada, mejor dicho!—exclamó Mina.
—¿Es esto lo que llaman minimalista?—comentó Todoroki con su neutralidad característica.
—Para ser minimalista debería haber por lo menos dos muebles—contestó Tora a Todoroki con ojos vagos—esto es extremista.
—Bueno, nunca he tenido deseos materialistas, a decir verdad.—contestó Shouji.
—Creo que tener tan solo un mueble confirma tu ideología. Nos lo dejas claro.—añadió Tora.
—¡Que sepáis que este es el dormitorio de un pervertido!—exclamó Mineta, el cual salió volando al pasillo por el viento de Tora.
—Tu eres el único con mente demasiado perversa, pelo uva.—añadió la pelirosada.
—Bueno, olvida a Mineta Tora-chan, vayamos al siguiente piso.—dijo Uraraka mientras la empujaba por la espalda.
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—¿Esta es tu habitación Sero?—preguntó Tora, el mencionado asintió junto a una sonrisa—¡Nada mal!—contestó ella mientras le daba un codazo. Sero sonreía nervioso y adolorido.
—¡Es increíblemente asiática!—comentó Mina impresionada.
—¿Estas son el tipo de cosas que te gustan Sero?—añadió Kyōka.
—¡Es adorable!—exclamó Uraraka felizmente. Sero río.
—Lo que podéis ver es la diferencia de buen gusto entre los demás y yo.—dijo Sero con egocentrismo.
El grupo salió del dormitorio, como siempre ignorando todo comentario que pasase más allá de mirar la habitación.
—¿Falta alguien más?—preguntó Mina. Nadie habló, Tora miró hacia su lado izquierdo, Todoroki la miró con su típica neutralidad.
—Shōto, queda Todoroki.—habló ella, él se alarmó al ver los ojos del grupo en su persona.
«El que probablemente sea el más fuerte del aula.»— pensó Yaoyorozu.
«El que probablemente sea el más lindo de la clase.»— pensó Mina.
«La habitación de Todoroki. Mi corazón late con fuerza.»—pensó Tooru.
—Bueno, daos prisa y acabemos con esto. Tengo sueño.—concluyó abriendo la puerta de su dormitorio, el cual se encontraba en el mismo piso.
Ya dentro, Tora no pudo evitar suspirar. Sin duda, esto era anormal, como su amigo bicolor.
—¡¿De verdad que seguimos en el mismo piso?!—exclamó Sero.
—¡¿Qué pasa con está habitación estilo japonés?!—le siguió Mina.
—Oh bueno, la casa de mis padres es de estilo japonés, si no duermo con un tatami no me siento agusto.—confesó el bicolor con total naturalidad.
—Hablas de ello como si fuese algo sencillo de hacer. No es una almohada, Todoroki Shōto-dono.—habló Tora, el heterocromático lo miró neutro.
—¿Qué hay de malo?—preguntó él inocentemente.
—¡¿Cómo que, qué hay de la malo?! ¡¿la preguntas es cómo diablos lograste hacer esto?!—exclamaron Mineta y Kaminari con desagrado.
—Me esforcé mucho.—contestó con simpleza el bicolor.
«¡¿Qué diablos pasa con este tío?!»—pensaron el combo pervertido.
—Todoroki, vas hacer que te golpeen.—dijo Tora preocupada.
—¿Por qué?—preguntó él.
—Parece que los tíos populares están a otro nivel.—dijo Satou con una sonrisa nerviosa.
—Oh, ahora te toca a tí. ¿No es cierto, Satou?—habló Kirishima, él asintió.
Tora esperó en el pasillo a que Todoroki cerrase su habitación, mientras el resto del grupo se dirigía a la siguiente habitación. Él la miró con curiosidad al darse cuenta de su presencia.
—Sin duda parece que estás en otra liga mitad-mitad.—ella se fue riendo, dejando algo desconcertado al bicolor.
—¿A qué se refiere?
Ya en la siguiente habitación, todas las chicas parecían estallar de emoción, no era por el espacio, ya que era simple, si no por las maravillosas dotes culenarias de Satou, él cual no había dudado en preparar unos cuantos dulces para sus invitados.
Todas habían caído bajo el encanto del mundo de los dulces, sobre todo una en específico.
—¡Torichi¡ ¡deja dulces para el resto, no seas golosa!—exclamó Mina, mientras tiraba de la bandeja de pequeñas magdalenas de chocolate. Tora se resistía con fuerza.
—¡No, son míos!—refunfuñó la pelirosada como una niña pequeña.
Todos observaban la escena impresionados, la imágen que tenían de la chica no era la de una amante de los dulces.
—Es linda en otros sentidos, después de todo.—añadió Kaminari, los chicos asintieron.
—Gracias a esto, estamos viendo un lado de todos que no habríamos poder ver en otra situación. Pienso que es maravilloso.—comentó Yaomomo con una sonrisa, todos asintieron.
—¡Hey, ya podemos ir al siguiente dormitorio!—exclamó Mina, la cual parecía estar acalorada por el forcejeó entre Tora y ella. La pelirosada la miraba con desdén, todos sonreían nerviosos.
De alguna forma después de visitar la habitaciones, algunos de los chicos quedaron con un mal sabor de boca. Exigían igualdad de condiciones, aunque Mineta tenía las peores intenciones del mundo. Una nueva competición iniciaba, las chicas debían participar, ¿quién tiene la mejor habitación? Por supuesto, eso incluía a nuestra lindas alumnas.
«Por fin pondré alimentar mi perversión, mis ojos almacenarán cada pequeño rincón de las habitaciones de las chicas. Podré morir en paz.»
Mineta estaba deseando comenzar.
Nos encontramos en la habitación de Jirō, alma roquera que respira música. Tora no había hablado demasiado con la chica, pero parecía ser alguien quién podría mantener una conversación seria con ella, por eso le agradaba.
—Woah, sin duda te gusta la música...—comentó impresionada Tora.
—Bu-bueno me criaron en ese ambiente.—contestó ella, Kyōka unía ambos dedos índice avergonzada.
—¿Tus padres son músicos?—preguntó ella, mientras miraba uno de los muchos póster de su compañera.
—Bueno mi padre ama el Rock.—contestó la joven pelinegra con una sonrisa.
—Que envidia... ojalá pudiera tener algo así.—comentó la pelirosada mientras observaba las cuatro paredes del dormitorio, Kyōka se quedó extrañada ante su respuesta.
—¡Hay instrumentos por todos lados!—exclamó Kaminari impresionado.
—¿Eres capaz de tocarlos todos?—preguntó Yaomomo, la dueña del dormitorio asintió.
—¡Después de todo Jirō es una amante del Rock!—añadió Uraraka entusiasmada.
—Sin duda esto...—musitó Kaminari.
—No es nada femenino.—concluyó Aoyama.
Al instante los claves de Jirō perforaron los ojos de ambos chicos, después de todo... La estupidez se paga.
—¡Siguiente!—gritaba Tooru emocionada por qué viesen su dormitorio. Tora sonrió y miró a Jirō, la cual parecía estar algo apagada de ánimo.
—Hey—le tocó el hombro&yo creo firmemente que el lado femenino de una chica no se basa en sus gustos, y tú eres encantadora.—sonrió con gentileza, la de cabello negro se sonrojó.
—Gracias Takahashi...—contestó mientras dirigía su vista al suelo.
—¡Tora está bien, Jirō-chan!—la pelirosada tenía una amplia sonrisa, lo cual pareció contagiar a su compañera.
—Kyōka, ya que te voy llamar por tu nombre también prefiero que me llames por el mío.—contestó ella imitando su gesto. Tora asintió.
—Por cierto, ¿qué tal si me muestras como tocas la guitarra la próxima vez?—preguntaba Tora mientras caminaban apoyadas en los hombros de la otra.
Mientras se dirigían a la siguiente habitación, ambas hablaban de sus gustos personales, hasta que llegaron a la puerta de su linda y agradable amiga, Tooru, la cual abalanzándose a los brazos de nuestra protagonista chillaba de la emoción por mostrarle donde dormía.
—Es lo más femenino que he visto.—declaró Kaminari con una sonrisa, Tora pudo notar como los ojos de Jirō estaban clavados con desdén en la espalda del rubio, no quiso darle importancia.
—¡Sin duda! ¡Se respira feminidad!-exclamó Mineta—como esta cómoda...—este abría el cajón con perversión en su mirada.
—¡Mineta ya basta!—gritó Tooru molesta, Tora se acercó a la velocidad de la luz al chico, aplastando su cabeza contra el suelo.
—No deberías respirar el mismo aire que Tooru, asquerosa cabeza de uva.—dijo Tora con frialdad.
Todos observaban como Mineta parecía desfallecer de placer por los golpes de Tora.
—No sé si decir que me gustaría ser él o no.—musitó Kaminari, todos asintieron, otros miraron neutros la situación.
—¡La mía! ¡Ahora toca la mía!—exclamó Uraraka.
La habitación de la chica gravedad cero, era simple y bonita. A continuación Yaoyorozu mostró su dormitorio, mostrando una vez más, que los niños de élite están a otro nivel. Ella era dueña de cuatro paredes llenas de mobiliario regio, obviamente de la mayor calidad. Finalmente llegó el turno de nuestra pelirosada.
—¡Sólo queda Tora-chan!—exclamó Uraraka entusiasmada.
—Oh sí...—la pelirosada fue interrumpida por su profesor.
—Takahashi acompáñame.—ella asintió, se dirigió a sus compañeros y se disculpó por no poder mostrarles sus dormitorio, dejándolo así para otra ocasión.
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Ambos habían llegado hasta el comedor, nadie se encontraba allí a excepción de dos individuos. Uno de ellos sin duda alguna era All Might, y una figura más menuda y de baja estatura estaba a su vera.
—¿Reika?—Tora logró musitar su nombre, la rubia se giró finalmente, y observó con ojos llenos de culpa a su hermana.
—Taiga...—musitó, negó con la cabeza—Tora, siento que debas aguantar mi presencia, estoy segura de que no quieres verme ahora pero yo...
Los delgados pero tonificados brazos de Tora envolvieron a la rubia con fuerza, un nudo se formó al instante en la garganta de Reika, como resultado un gimoteo se emitió a través de su boca y a partir de ese punto solo se escuchó el llanto lleno de culpa de la chica. Tora no emitió ni una frase llena de malicia u odio hacia su persona, solo repetía su nombre una y otra vez, mientras que restregaba su mejilla contra la de su hermana menor.
—Reika, lo siento.—dijo ella finalmente, la rubia se separó y le recriminó.
—¡No debes disculparte! ¡No tienes la culpa de nada! ¡Yo soy la que estaba confundida, equivocada! ¡Fui estúpida, me dejé llevar por las ideologías de Shigaraki! ¡Yo!
Reika no habló más, ella sabía que era una gran pecadora.
—Eso ya no importa, nada eso importa ya. Lo importante es que tú y yo volvemos a estar juntas. ¿No crees?—por primera vez una sonrisa llena de brillo se representó en el rostro de la pelirosada, Reika sostuvo las manos de Tora con fuerza, para finalmente unir sus frentes.
—Juntas; “diferente árbol y raíces, pero hojas del mismo color...”—Reika recitó con suavidad, sus ojos cerrados permitieron tranquilidad.
—“Bajo el mismo cielo y sol, nos fundimos en la calidez.”—concluyó Tora, mientras lloraba.
—Sin duda, no hay nada más hermoso que la familia ¿no crees Eraser?—habló el símbolo de la paz.
—Sin duda.—contestó con una sonrisa sincera.
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¡PLUS ULTRA MEGA!
¡Dios mío! ¡Pensaba que nunca acabaría el capítulo! Puede que vosotros estéis como; Kana-sensei muere.
Pero yo estaba muriendo de verdad, di mil vueltas a este capítulo, hasta dar con algo aceptable. He de decir que van a cambiar muchas cosas, a partir de ahora no me basaré tanto en el manga, y eso es porque en BNHA hay muchísimos arcos, y eso me dificulta mi historia principal, así que, aunque respete parte del manga, tomaré más en cuenta mi idea principal.
Debo comenzar a crear mis propios arcos y organizarlos, y puede que haya datos que no coincidan con la trama original, pero espero que me lo perdonéis.
También las relaciones amorosas serán modificadas, y descritas de forma diferente, espero que os gusten.
Debo informaros, que modificaré algunos capítulos en cuanto tenga algo de tiempo, esto es porque hay cosas que considero que he adelantado bastante por culpa de los shipping, y al mismo tiempo cosas que veo sobrantes. Por ello cuando los modifique en su totalidad os avisaré en una nota de escritor como ahora mismo.
Recordar que el apartado de personajes siempre estará en constante actualización, ya que se van añadiendo personajes. A su vez, debo preguntaros si queréis mantener en pié, los apartados CURIOSIDADES y PREGUNTAS AWARE.
Creo haber visto en algún fic, que cuando se preguntan cosas, los escritores crean un diálogo entre autor y personajes para hacer una entrevista a los personajes, en los cuales los lectores les hacen preguntas, si os parece mejor esa idea dejar un comentario.
Ahora, las preguntas anteriores tienen sentido, pero no todas se cumplen en el siguiente capítulo, por ejemplo una de ellas era para saber en qué planta debería estar Tora. Y se encuentra en la misma planta que Midoriya, ya ha ganado Tokoyami.
Bueno, por ahora eso es todo, me gustaría que dejarais un comentario sobre el capítulo, y que respondáis según lo que he escrito.
Os quiere vuestra Kana-sensei.
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