«Ai».
—
No importa cuan lejos llegaría, ni los obstáculos en el camino, tampoco aquellas voces o cicatrices en su cuerpo, era el momento de reaccionar, tenía amigos a su lado y nada más importaba, dado que contaba con el armamento necesario para enfrentar cualquier situación.
Recordaba las inumerables puertas que había abierto en difíciles situaciones, aunque la siguiente parecía peor que la anterior, la puerta metálica ante la pelirosa relucía a causa del foco yacido encima de ella, provocando un dolor de estomago a causa de los nervios, el pasillo estaba oscurecido, ni un alma surcaba aquellos suelos, era lógico teniendo en cuenta que se encontraba en una pisión de máxima seguridad.
«La tratan como una gran delincuente, esos maditos, aunque no puedo culparles».
Tora cerró sus ojos, puso su cuerpo en tensión para luego liberarse y relajarse ligeramente, miró sus deportivas blancas, perfectamente atadas, elevó sus hombro en un suave giro, colocando de forma alineada en sus hombros la sudadera lima con ambas manos, se aseguró que su pantalón fruncido estaba colocado a la perfección y se adentró en la habitación, petando levemente.
Un “adelante”, se escuchó al otro lado, la fina voz de su hermana menor provocó un temblor en sus manos, las cuales ya estaban abriendo el picaporte, al hacerlo, entrecerró sus ojos a causa de la iluminada habitación blanca.
«Esto parece un centro psiquiatrico».
—Por favor, pasa.—Tora observó a la menor, su atuendo era completamente grisaceo destacando en gran medida a causa de los tonos de la sala, la pelirosa observó una silla metálica, igual a la de la chica, y se acercó para sentarse, apróximando la silla hacia la chica.
—“No te acerques demasiado”—el adulto habló a través del intercomunicador, ella rechinó sus dientes, asintiendo ante la orden—“guarda distancias”.—y así lo hizo, no lo suficientemente lejos, pero tampoco lo suficientemente cerca como para tomarse de las manos.
—Lo siento.—la de cabellos lila la miró confundida.
—¿Por qué te disculpas?
«Que te traten como una persona altamente peligrosa».
—Olvídalo—resopló—es mejor que me disculpe por mi propio comportamiento.
—No comprendo.—realmente no lo hacía, llevaba mucho tiempo sin entablar una conversación normal con otro sujeto que no fuese Chisaki, ¿cómo podría acostumbrarse de nuevo?
—Me encerré durante una larga temporada en mi habitación, incluso sabiendo que habías pedido verme.—Shiro la miró sin expresión alguna, simplemente se limitó a recolocarse levemente en la silla, sin mover sus dos manos las cuales hacían de cómoda para la otra.
—Puedo comprenderlo—Tora la miró por primera vez, directamente a los ojos, nunca había sentido algo así, verse reflejada en los ojos de otra persona de una forma tan...ópaca y sin vida—soy una asesina—la pelirosa cerró sus ojos con fuerza, como si fuese a llorar—una villana, un ser despreciable para los ciudadanos normales y los héroes.
—Te equivocas.
—¿En qué me equivoco?—preguntó con el mismo tono ápatico—he matado personas a mi corta edad, me han entrenado para ello, yo no dependo de ninguna droga para que me controle.
—¿Cómo sabes lo de la droga?
—Estudié durante todos estos años las investigaciones de Chisaki, conozcó el poder de esas balas.
«Oh, se refiere a eso».
—¿Crees que me refería a otra cosa?—Tora la observó de nuevo, pensó en lo perspicaz que era su hermana menor, de apenas dos años de diferencia, la pelirosa negó, entonces ella pareció tomar aire—necesito pedirte un favor, sé que no debería poder obtener ese derecho, pero...—Shiro tomó con fuerza ambas manos, haciendolas un solo puño—necesito saber quién soy.
Tora no habló, por lo que la chica volvió a tomar la palabra.
—¿Quién soy?—entonces Tora no dudó, debía hacerlo, prometió ser valiente, todos la apoyaban.
—Tal vez sea frustrante para tí, sorprendente o incluso puede que sientas odio, pero te conozco.
—¡Lo sabía!—el brillo en sus ojos era completamente diferente a cualquiera que haya visto, realmente ella se alegraba por ello, fue la primera vez que pudo ver ese tipo de expresión en ella.
—Shiro, tú nombre real es Ai—la chica observó a la mayor con la boca levemente abierta, impulsandose ligeramente hacia delante—tú eres mi hermana menor.
Un silencio sepulcral llenó el interior de la sala, su boca abierta se cerró como un oscuro hoyo, los orbes de ambas se repelieron al instante.
—Tú eres mi hermana mayor—tomó una bocanada de aire—¿es por ello que me miraste en aquel entonces de esa forma?—la pelirosa asintió entristecida.
—Lo siento, antes de que comiences a pesar cosas que no son, debes creer mis palabras, nuestro pasado en más complicado de lo que piensas.
—¿Nuestro?—Tora asiente.
—Te hablaré de nuestra familia; tienes una madre, un padre, una hermana mayor, y a mí.
—Es una familia grande...—musitó, la pobrecilla no sabía que decir, estaba abrumada.
—Lo es, pero antes de que crees cualquier hipotesis en tu cabeza, debo decirte, que ninguno te abandonó, te robaron de nosotros.
—¿Fui raptada?—Tora asintió con decisión, sus brillosos ojos provocaban la fe de Ai en ella—¿qué sucedió?
—Hace diez años acontenció una batalla entre dos bandas Yakuzas, la primera la conoces a la perfección.—le diría la verdad de todo, aquellos datos que había leído en los documentos en el interior de la llave.
—Overhaul...—Tora asintió.
—La segunda era una banda de segunda categoría pero que había tomado poder en los últimos años, gracias a una pequeña ayuda externa, esta fue recompensada por tu secuestro.
—¿Quién fue?—Ai apretó sus puños mirando al suelo.
—All For One—contestó la contraria—él siempre quiso tomar venganza contra los héroes, escogió nuestra familia.
—¿Por qué haría eso? ¿Existe un héroe en nuestra familia aparte de tí?
—Nuestro padre, él es Hayashi Izanagi, debes saber quién es si investigaste sobre mí.
—Cuando se me fue encomendada la misión de encontrarte, Overhaul se limitó a decirme quién eras y cuales son tus habilidades, desconozco los nombres de héroes que no sean los actuales.
—Entonces, ¿él no te habló de los renegado o muertos en combate?
—No, sería información absurda.
—Cierto es...—Tora llevó la mano derecha a su mentón mientras dirigía su mirada al suelo.
—Entonces—la pelirosa la observó—¿si AFO ordenó secuestrarme porqué acabé con el bando del abuelo?
—¿Abuelo? ¿Te refieres al ex-líder?—la contraria asintió—según el informe, hubo un gran choque de fuerza, un incendio fue provocado a causa de las llamas, inculparon a nuestro padre diciendo que el había preparado el escenario, haciendose ver como inocente, matando a su hija menor y escapando del lugar, de esa forma lo reconocieron como un renegado de la alianza de héroes.
—Entonces los Yakuza fueron los culpables...
—Seguramente aquellos que fueron contratados por AFO, debieron de causar el incendio inculpando a papá.
—Tengo hermanas...—la pelirosa la escuchó musitar aquellas palabras con cierto toque de alegría en su voz—mamá... ¿dónde está mamá?
—Ella...tiene prohibido verte por ahora.
—¿Por qué?—Tora la miró, rompiendo la esperanza en sus ojos—claro, soy una villana.—la primera risa que escuchó su hermana mayor de ella, fue una emisión seca y triste.
—Escucha Ai, esto es importante—la mencionada la observó con suma concentración—ellos no pretenden dejarte salir, has cometido delitos pero por desgracia para ellos, sigues siendo una menor de edad.
—¿Qué quieres decir eso?
—Lo sabes bien, como mucho tendrás que hacer trabajos comunitarios y vivir en un centro de menores como rehabilitación.
—Pero yo...
—¿A cuántas personas has matado?—esa pregunta le daba miedo, le aterraba saber cuantas vidas fueron arrebatadas por la linda niña que se encontraba en frente de ella.
—No lo recuerdo.
—¿A qué te refieres?—preguntó nerviosa la pelirosa.
—En los inicios no lograba concentrarme en las misiones que me eran encomendadas, Chisaki se limitaba a entrenarme día y noche, pero cuando llegaba el momento no era capaz de cumplir ordenes, por eso, aprovechando la llegada de Eri-chan, me usó.
—¿Usarte? No comprendo Ai, se más concreta.
—Él comenzó a investigar la regresión molecular de Eri, me usó como prueba.
«No».—Tora apoyó la frente en sus rodillas mientras cerraba sus puños con fuerza, entonces se alzó de golpe tirando la silla.
—¡Maldición! ¡Ese maldito hijo de perra!
—Es por ello, que no logro recordar muchos de mis asesinatos.
—El descontrol de ira...
—Así es, cuando la bala se introduce en tu organismo tu fuerza aumenta pero pierdes el uso de razón.—Ai se levantó, observando a su hermana con ambos brazos hacia abajo, Tora respiró profundo.
—De todas formas eso nos puede ayudar, Reika tuvo que hacer una rehabilitación hospitalaria y después trabajar para la Yuei.
—“Olvídate de esa idea”—la voz del mismo hombre resonó en la sala—“las circunstancias de esa chiquilla estaban grabadas la mitad de las veces, e incluso te rebelaste al sistema educativo, esta vez ellos no pueden intervenir, tu hermana está bajo nuestra vigilancia”.
«Maldito cabrón...»
Tora olvidó el ojo avisor del adulto que la observaba atentamente a través de las cámaras de vigilancia, rápidamente se acercó a su hermana y la abrazó, envolviendola con su calidez.
—No importa que pase, siempre estaré de tu lado, Ai.
—Tora-san...
—Somos hermanas, nunca lo olvides.—Tora chocó su frente contra la de la muchacha, sonriendo ampliamente, ella imitó su gesto.
Entonces unos hombres vestidos de negro, tomaron del brazo a la pelirosa llevándola lejos de su hermana.
—¡Ai, eres Hayashi Ai!—la de cabello violaceo sonrió ampliamente, y asintió.
—
—No puedes desobedecer así como así, no están jugando Hayashi.—Aizawa la había llamado al comedor de los dormitorios, ahora mismo sus demás compañeros estaban reunidos en el salón discutiendo a saber qué sobre el festival cultural, después de todo ella ignoraba ese hecho a causa de todo lo acontecido.
—Sé que no será tan fácil pero, ella es mi hermana menor.—el adulto suspiró pesadamente, la observó con sus ojos caídos, su antebrazo que estaba apoyado en la mesa pasó a situarse en sus rodillas junto al contrario.
—Estás en el punto de mira de todos, ¿entiendes eso?
—No logro enterder lo que no sé que debo comprender.
—Realmente eres buena con las palabras, ¿eh?
—Aprendo de los mejores.
—Escucha, ha sucedido algo mientras te encontrabas encerrada en tu dormitorio.—Tora se tensó.
—¿Le pasó algo a mí madre?
—No es ella, pero sí alguien más de tu familia.
—¡¿Y ahora qué?!—Tora golpeó la mesa con fuerza, haciendo que rebote a causa de su kosei.
—Tranquilizate primero—ella resopló—tu tía denunció la desaparición de sus dos hijos.—Tora amplió sus ojos aterrorizada, negó con la cabeza.
—No, no puede ser...
—Tus primos están desaparecidos desde hace una semana, decidimos decirtelo cuando tu mente estuviese capacitada para afrontarlo mejor.
—¡¿Cómo quieren que afronte estas cosas?!—se levantó esta vez, golpeando su mano derecha contra la mesa.
—Hayashi, calmate—Aizawa la miró de forma indescriptible, aunque estaba segura que intentaba calmarla de la mejor forma posible, el azabache comprendía las dificultades por las que pasaba la muchacha y el porqué de su comportamiento despechado—ayudaremos a tu hermana, el tipo que intenta encerrarla no es alguien del agrado de la Yuei.
—¿A qué se refiere?—preguntó interesada y algo más serena por sus palabras, sentandose así de nuevo.
—Hideoshi Yuugo, poseedor de una gran empresa y actual capitán del cuerpo secreto policial—Aizawa se acercó a la pelirosa—se rumorea que tiene una organización secreta para abolar la sociedad de héroes.
—Otro subordinado de AFO...—musitó Tora, el profesor asintió ante sus palabras—¿cómo saben de ello?
—Shizume ha estado investigandolo desde un largo tiempo, precisamente por ello creemos que incluso tiene que ver con esa desaparición “repentina”.
—¿Repentina?—alzó una de sus cejas.
—Después del rescate, le quitaron su habilidad a Overhaul.
—¿La liga de villanos?—preguntó percantandose de esa probabilidad, él asintió.
—Ellos atacaron la ambulancia en donde se encontraba, cogieron las balas y le arrebataron su habilidad.
—Eri-chan...—musitó Tora con tristeza.
—Ella está bajo nuestro cuidado, el mismo día del rescate tu tía había encontrado cierta información clasificada firmada con el alias de Hideoshi Yuugo, el mismo que estaba en los documentos de investigación de Chisaki.
—Entonces está diciendo, que a espaldas del líder real de la banda de Overhaul, este hizo un trato con Hideoshi Yuugo, relacionandose inconscientemente con AFO.
—Posiblemente Chisaki se cuestionaba su aparición, sin embargo, acepto el trato, ese hombre tiene una empresa de farmacos y aleaciones, él era el que le proporcionaba todo el material para las balas.
—Pero si saben todo esto, ¿por qué no lo detienen?
—¿Recuerdas tus palabras en el pasado?—Aizawa la observó con tranquilidad, ella ladeó su cabeza ligeramente—“la sociedad de héroes está podrida”, en cierta manera eso es cierto, existen personas que viven como garrapatas de nosotros. Estas personas son las que impiden que tomemos a Hideoshi como criminal.
—¿Qué podemos hacer, entonces? Tenemos los papeles pero no podemos incriminarlo.
—Debemos pillarlo con las manos en la masa, pero mostrarlo a todo el mundo.
—¿Los canales de comunicación?—preguntó la pelirosa, él asintió.
—Pero debes abstenerte de participar en esta misión.—Tora se levantó de golpe, sorprendida por esa nueva noticia.
—¡¿Está de broma?!
—Escucha, por tí se perdonó a una ex-criminal, ¿ahora también meterás maza?
—¿Y qué debo hacer, limitarme a mirar?—preguntó con ironía.
—Efectivamente, límitate a ser una adolescente normal con problemas hormonales.—Aizawa se levantó de su asiento.
—Debe estar de broma.
—No lo estoy—él suspiró—escucha, ayudaremos a esos niños y a tu hermana de un solo tiro, límitate a mantenerte al margen sin levantar sospechas, ahora ve con tus amigos.—Aizawa comenzó a caminar hacia la salida.
—Sensei—él se detuvo mirándola de soslayo—no deje que mi hermana salga herida, encuentre a los pequeños también.
—Lo haré, es una promesa chica problema.—ella sonrió levemente.
—Confío en usted, Aizawa-sensei.—eso sorpendió al mencionado, evitó que ella lo notara, pero una tenué mueca en forma de sonrisa surco su rostro, su ancha espalda le daba cierta confianza a la muchacha.
—Yo también, Hayashi.
—
—¿Qué están haciendo?—la voz de la pelirosa resonó en el salón, en donde toda la clase A se encontraba entablenciendo una diálogo alegre.
—¡Oh, Torichi!—exclamó la de tez rosada con ánimo—¡acercate!—a la mencionada no le dio tiempo de moverse, dado que su amiga se encontraba sosteniendola por los hombros para poder sentarla en el grande sofá—¡tenemos nuestra idea para el festival cultural!
—¿Festival cultural?—musitó confundida.
—Tora-san no estuvo en clase para ponerse al día, chicos.—mencionó Midoriya algo nervioso, algunos emitieron un “oh”.
—¡Lo sentimos!—se disculpó Ashido, ella sonrió levemente.
—No pasa nada, ¿qué tienen pensado hacer?
—¡Flashmob!—exclamó Tooru con fuerza.
—Oh, ¿entonces no habrá canto?
—¿Por qué, Tora-chan?—preguntó Ochako.
—Tora es buena cantando por eso le gusta.—informó Reika la cual estaba sentada en el sofá de al lado sonriendo ampliamente, todos comenzaron a comentar con impetú sobre ese nuevo dato.
—¡Cantanos algo!—solicitó Tooru.
—Puedo ponerte algo de música—sugirió Jiro con una sonrisa serena—¿qué te gusta?
—Ella puede cantar casi todo, excepto metal.—habló la rubia de nuevo.
—Podrías mantener la boca cerrada, Rei.—sonrió de mala forma.
—Hey, si Tora-chan quiere puede cantarnos algo e incluso podemos introduccirlo en el espectaculo.—sugirió Kaminari mientras se apoyaba en el respaldo del sofá donde ella se encontraba.
—¡No es mala idea!—exclamó Ochako.
—Bastante buena para ser tú, Kaminari.—se burló Jiro con cierta sorna, el se limitó a inflar sus mofletes.
—Realmente no soy tan buena...—se escusó la pelirosada con ambas manos.
—Sería genial escuchar a Tora-san cantar.—habló Izuku con cierto brillo en sus ojos, tan entusiasmado o similar a cuando él observa los vídeos de All Might.
—¡A mí me gustaría escuchar también!—añadió el de cabellos rojos.
—Otro día, ahora prefiero...—Todoroki se colocó en cuclillas buscando música en un portatil que se encontraba en la mesa cuadrada de madera—¿qué haces?
—Dime un instrumental, quiero escucharte cantar.—Tora se quedó en silencio observando al bicolor, el cual entraba en MicTuve, nunca había conocido esa faceta suya.
—¡Oh, la idea del Flashmob fue de Todoroki-kun!—comentó entusiasmada Tooru, la pelirosada lo observó sorprendida.
—¿En serio?—él asintió neutro.
—Entonces, ¿me dirás una canción?—ella suspiró, si él se esforzaba ¿por qué ella no?
—LiSa—nombró ella con cierta rojez en su rostro—me gustan sus canciones.
—¡A mi también! ¡Sus toques rockeros son sensacionales!—comentó Jiro con una gran sonrisa mientras se colocaba a su vera, Tora sonrió.
—Sí que lo son.—le devolvió el gesto la pelirosada.
—¿Qué canción?—preguntó Todoroki, Tora llevó el dedo a su mentón.
—“Datte Atashino Hero”.
—¡Muy buena!—comentó la morena de cabello corto entusiasmada, ella sonrió.
Todoroki introdujo el nombre, el vídeo apareció a la vista en 0.1 segundos, reprodujo el instrumental y Tora tomó aire para relajarse, le ponía nerviosa “tener tanto público”, escuchó los primeros acordes, con su dedo anular tomó el ritmo iniciando la canción con su voz. Muchos de los presentes se sorprendieron al instante, algunos con su boca en forma de ''O'', otros solo ampliaron sus ojos, mientras que algunas de las chicas emitían sonidos ahogados de emoción. Ella mantenía sus ojos cerrados hasta que finalizó la parte corta de la canción, cuando abrió sus parpados se encontró con la sonrisa de Todoroki, y eso, sin duda alguna, la encandiló de sobremanera.
El silencio creado era agardable, pero algo nervioso para ella, hasta que Jiro tomó sus manos con fuerza, su expresión de felicidad era inexplicable.
—¡Ya tenemos cantante!
—¿Eh?—musita la pelirosa—¿Yo?—se señala a sí misma, Jiro asiente.
—Te parecías tanto a ella que comencé a temblar, además tu voz suena muy recatada, vas perfectamente en armonías y no pierdes la respiración en ningún momento innecesariamente.
—¡Ha sido genial, Torichi!—Ashido la abrazó por la espalda con una gran emoción.
—¡Podrías ser una idol! ¡¿Qué haces aquí?!—exclamó Tooru agitando sus brazos, todos rieron.
—Sin duda una chica hermosa tiene que cantar bien, si señor.—añadió Kaminari, Sero y Mineta asintieron.
—¡Me muero de ganas de verte con una minifalda y...!—una onda de viento apaleó la cabeza del pequeño compañero.
—Está bien, lo haré—todos sonrieron—solo porque veo que Kyoka está demasiado emocionada por ello.
—¡Hey!—golpeó levemente su brazo, ambas rieron.
Poco después todos organizaron de alguna forma lo necesario, lugar, horarios, personal, plataforma, vestuarios, coreografías, etc, para dirigirse respectivamente a sus dormitorios. Tora se encontraba subiendo las escaleras junto al bicolor, por alguna razón no se había despegado de ella desde que la vio en el salón, entonces llegaron a su habitación.
—¿Sucede algo, Shoto?—preguntó girándose hacia el, de espaldas a su puerta, él miró a su izquierda algo nervioso.
—Hacia tiempo que no hablaba contigo.—eso enterneció a Tora, lo que produjo una dulce sonrisa.
—¿Quiéres pasar?—preguntó ella, él se veía dubitativo.
—¿Debería?—eso le extrañó a ella, aunque asintió de todas formas, ambos cruzaron la entrada.
—Sientate—sonrió ella, Tora se sentó a su vera en el suelo—siento no poder ofrecerte un té, es demasiado tarde para ir a la cafetería.
—No te preocupes, es culpa mía.—demasiado formal, siempre ha sido así, Tora suspuso que después de todos los acontecimientos era normal que un muro hubiese sugido de nuevo entre ellos, los dos abrieron sus bocas pronunciando el nombre del otro, sorprendiendose por ello, no pudieron evitar reír levemente.
—Me gusta escuchar tu risa—Tora apoyó la cabeza en sus rodillas mientras las sujetaba y sonreía al bicolor, este abrió ligeramente sus ojos—es rara.
—¿Mi risa es rara?—preguntó mientras tapaba su boca, ella se sorprendió.
—¡Sí, quiero decir!—entonces se mordió la lengua, ella se llevó ambas manos a la boca—que ho-rror...
—¿Estás bien?—le preguntó el contrario, este apoyaba su mano cerca del cuerpo de ella.
—Me pu-se nerviosa, lo siento.—ella abrió los ojos después de calmar su dolor.
—¿Por qué?—¿en serio le estaba preguntando eso?
—Tu risa—comenzó con un hilo de voz—es rara escucharla, es una pena porqué es muy bonita, eso es lo que quería decir.
Un silencio se produjo, extraño pero reconfortante.
—Es extraño—comentó él, ella lo observó de soslayo, algo preocupada por su reacción—pienso lo mismo; tu risa, tu sonrisa, ver o escuchar tu voz, me agrada.—Todoroki la miró con suma tranquilidad.
Tora siempre había creído que era buena controlando sus emociones, sentimientos y expresiones en general, sin emabargo, todo ello era producido porqué no tenía razón alguna para cambiar la imagen en su rostro.
—Shōto—él musitó un suave sonido en forma de respuesta—nunca me interesaron cosas como...
—¿Cosas cómo?—repitió animándole a hablar.
—Ser una adolescente—el chico la miró con atención—es difícil, me limitaba a sobrevivir, a ser más fuerte para poder cumplir con mi odio—sus ojos intercambiaron un contacto profundo—pero desde que vine a la Yuei todo ha cambiado.
—Te entiendo, me pasa lo mismo.
—¿En serio?—preguntó ella, se sentía feliz de escuchar eso.
—Desde que Midoriya y yo peleamos en el festival cultural todo cambió en mi vida—él observó la alfombra, mientras su mano se apoyaba en el agujero creado por sus piernas cruzadas— desde que pude ver a los demás como mis compañeros, desde que pude hablar contigo, toda mi vida dió un cambio irremplazable.
Tora miró su perfil e intentó que el aire de sus pulmones se expulsara hacia fuera.
—Shōto—él volvió a mirarla, con esos orbes heterocromáticos—¿alguna vez has tenido una cita?—eso sorprendió al chico.
—¿Una cita?—ella se sonrojó mirándo al lado contrario.
—Olvídalo es una tontería.
—No lo es—se inclinó hacia ella— no he tenido ninguna.—ella lo miró de soslayo.
“¿Por qué tiene que poner esa cara?”
—Yo quisiera tener una.
—¿Quieres tener una cita?—ella asintió, él se colocó en la misma posición que antes—tengamos una, tú y yo.
—¿Qué?—Tora lo miró sorprendida, desaciendo el abrazo a sus rodillas.
—Si no quieres está bien, tal vez...—ella tomó sus manos sin moverlas a penas.
—Sí quiero.
—Entonces tendremos una cita.—habló él, intentando creer lo que sucedería.
—Sí, tú y yo.—Tora no fue consciente de lo cerca que estaban ahora que ella había tomado las calidas manos de él.
—Tora—el bicolor se acercó a ella, provocando un temblor en su espalda, ella asintió—tus manos están congeladas, ¿tienes frío?
—Oh, siempre ha sido así—río nerviosa—no te preocupes.
—¿Quieres qué te caliente?
«¿Eh? ¿Qué?»
—¿Todoroki-san?—eso le sorprendió incluso a ella, el chico tomó sus manos con más fuerza, Tora cerró sus ojos, se avergonzó por completo al abrirlos.
—¿Shōto, qué haces?—él le miró con esa ligera sorpresa que lo hacía adorable.
—Usar mi kosei, Fuyumi me lo pide cuando tiene frío en casa.—Tora no sabía si morirse con la ayuda de alguno de sus quirk o dejarse cuidar por la amabilidad del chico mitad frío-mitad calor.
—Oh, era eso.—suspiró aliviada.
—¿Qué sino?
—¡Nada, nada!
«Lo siento, Shoto, eres demasiado bueno para mí y mi mente sucia».
Lo que no sabía Tora es que Todoroki había sentido un golpe en su pecho al verla con los ojos cerrados, pero se contuvo.
—
¡PLUS ULTRA! ¡ULTRA! ¡ULTRA!
Nuevo capítulo, aquí tenemos la abertura del nuevo arco, el cual se mezclara con el festival cultural y la historia principal, avanzamos un poco con la relación de Todoroki y Tora.
Turururur
¿Qué pasará de ahora en adelante?
Kana-sensei los espera en el siguiente capítulo.
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