003. new friends
SORPRENDENTEMENTE, TENÍA todas las clases antes del almuerzo junto a Alice, lo que me tranquilizó y extrañó. Me agradaba Alice, más de lo que me agradaba otra persona normal de Forks, sin embargo, me hubiera gustado compartir clases con mi hermana.
Alice y yo hablamos mucho en la clase de español, tanto como para hacerme olvidar el hecho de que todo mundo me miraba como si fuese el nuevo juguete. Ella me contó sobre sus hermanos y sobre su novio. Al parecer, el Sr. Cullen los adoptó y viven juntos. Era tierno en un punto de vista, pero extraño por otro.
—Entonces, ¿almuerzas conmigo? —me preguntó ella, mirándome con una sonrisa. El timbre que marcaba el final de la clase había tocado hace unos segundos—. Estoy segura que a mí familia le encantará conocerte.
Supuse que Alice no tenía muchas amigas. Estaba demasiado entusiasmada conmigo. Aunque pensé sobre la invitación.
—No lo sé —dije algo insegura mientras guardaba mis cosas—. Mi hermana debe querer almorzar conmigo.
—Invítala si la ves —dijo como si fuese un detalle no muy importante—. Debe ser igual de encantadora que tú.
Eso me sacó una sonrisa. Bella era encantadoramente tímida e introvertida. Dudo mucho que se abra tan fácilmente con Alice como yo lo hice.
Caminamos hasta la puerta y podía jurar que varias personas nos seguían de cerca.
—Está bien —acepté la invitación acomodando mi mochila en mi hombro derecho—. ¿Segura que a tus hermanos no les molestará?
Ella solo sonrió de una manera extraña.
—Ustedes se llevarán muy bien, lo sé.
Ah, entonces era por eso que ella no tenía amigas. Era muy extraña, pero me divertía y parecía ser la única que no me miraba como un alienígena.
Entonces, ahí estaba yo. Sentada al lado de Alice en una mesa junto a la ventana de la cafetería. Estaban sus hermanos y novio también. Era raro. Todos parecían tener la misma piel perfecta y pálida que Alice.
No queriendo pensar mucho en el tema, miro mi plato de ensalada fingiendo que no siento la mirada de todos en la mesa. Puedo jurar que me están sacando el alma con sus ojos.
—Ella es Avery —escucho a Alice hablar, pasando su brazo alrededor de mis hombros—. Vino directo de Arizona.
—Ya lo creo —dijo el más musculoso de todos, quien estaba al lado de la rubia que suponía que era su novia. No recordaba el nombre de ninguno—. Puedo ver el bronceado.
Pude notar como la chica rubia lo miraba antes de analizarme y verme como si fuese un estorbo. Ya, sentimiento captado. No le agrado para nada. Luego estaba el novio de Alice quien tenía la mirada perdida y otro chico que me miraba divertido. Los dos tenían el cabello igual de dorado.
—¿Cuántos años tienes? —me pregunta el que parecía estar divirtiéndose conmigo.
—Tendré diecisiete en marzo —digo sin saber si debo sonreír o no.
Eso pareció emocionar a mi única amiga hasta ahora. Me comienzo a incomodar cuando sigo notando las miradas y cuchicheos sobre mí, aunque no lo demuestro.
—Eso está cerca. ¿Qué día?
—18 de marzo —respondo, enderezándome en la silla al percibir que era la única con una posición no elegante.
Llevo una lechuga a mi boca, tal vez si como me olvide el hecho de que toda la puta escuela nos miran. Deberían meterse en sus vidas. Soy la nueva, lo sé. Pero eso no les da derecho a hacerme sentir un bicho raro.
Alzo la mirada al escuchar la risa del mismo chico. ¿Cuál es su problema? Parece darse cuenta que lo miro, ya que deja de sonreír al instante.
—Eso es genial, podemos hacer una fiesta —Alice interrumpe el momento en extraño. La vuelvo a mirar—. Los diecisiete años son muy importantes. ¿Quieres que organice tu fiesta? —parecía tan animada que no tuve el coraje de decirle que odio mi cumpleaños.
—Alice, no seas intensa —el chico habla de nuevo, esta vez dirigiéndose a su hermana—. Tal vez no quiera.
—No es eso —dije rápidamente—. Es que, no es necesario que te molestes tanto —le sonrío a mi nueva amiga.
Demonios, organizar un cumpleaños es un infierno. Me agradaba lo suficiente para no ponerle en tal tortuosa situación.
—No seas tontita —rió la chica de cabello corto—. Amo organizar eventos. Es más, ya sé cómo va a ser tu fiesta y será increíble.
Claro. Finjo una sonrisa hacia ella y luego miro mi plato. No había comido casi nada. Tal vez era mejor así, igual ya estaba acostumbrada. Además, este pueblo me deprimía un poco.
—¿Cuál es tu siguiente clase? —esta vez soy yo quien pregunta. La mía era educación física, lo memoricé porque era la única clase con la que compartía con mi hermana.
—Biología —respondió Alice y yo me desanimé. Tenía la esperanza de que Alice y Bella se conocieran para que estuviéramos juntas.
En Arizona, Bella no hacía parte de mi grupo de amigas, la verdad es que no hacía parte de ningún grupo. Se aislaba de todos a pesar de mis intentos de siempre estar juntas. Me decía que no le importaba y que le gustaba estar sola, y sabía que no estaba mintiendo, pero de igual forma no lo entendía.
—Yo tengo educación física —hablo, mirando la hora de mi reloj—. Tengo que ir a cambiarme.
—Pero no has comido nada —me sorprendí al escuchar al novio de Alice. Juré que era una estatua.
—Comeré después —le restó importancia mientras me levanto con mi bandeja—. Nos vemos, Alice —le sonrío con una extraña felicidad y miro a los demás—. Adiós, gracias por la compañía.
Alice se levantó junto conmigo, teniendo a mano su bandeja también.
—Te acompaño —dice feliz, yo simplemente la sigo hasta cruzar las puertas de vidrio y botar mi comida en la basura.
Es ahí cuando me doy cuenta de que no he visto a Bella. Frunzo el ceño mientras Alice y yo nos dirigimos a lo que suponía que eran los vestuarios.
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EN PHOENIX ERA MUY BUENA en voleibol, lo bastante para ser considerada en la media. ¿Aquí? Parecía la estrella profesional. Las chicas sabían lo necesario para estar en juego durante un tiempo, pero no sabían ataques. Mi equipo estaba ganando por el hecho de que el otro equipo dejaba caer la bola o yo cortaba y no tenían tiempo suficiente para defender.
No había tenido tiempo para hablar con mi hermana aún, pero podía sentir que me miraba cada cierto tiempo, como si ella quisiera hablar conmigo. Ella estaba en mi equipo, aunque ella nunca fue buena en deportes, la media del colegio parecía coordinar conmigo la de ella.
No fue hasta que alguien del equipo contrario atacó. Finalmente, hasta que alguien usó la cabeza. Mi sonrisa se apagó cuando me di cuenta que fue a dirección de mi hermana, que esquivó la bola con su brazo. Pronto, la bola había ido a dirección de los chicos, dándole en la nuca al chico que reconocía como el rubio que me ayudó a encontrar la oficina.
Mi hermana fue directo a disculparse, muerta de vergüenza. Un grupo de chicas me rodeó y comenzaron a elogiarme. Yo mantenía mi mirada en mi hermana, preocupada un poco. Por el rabillo del ojo vi como una chica castaña se acerca cuando Bella y el chico comenzaban a hablar más. Me dirigía cuenta que ya se conocían.
—Ya vuelvo —les dije a las chicas, sin preocuparme el mirarlas mientras me dirigía al trío que se había formado.
—Bella tiene un buen saque, ¿no? —llego al lado de mi hermana, escuchando a la chica que no conozco sonreírle al rubio.
—¿Estás bien? —le pregunto a mi hermana.
Ella me sonríe agradecida.
—Sí, solo no había visto la bola.
—Tú eres su hermana, ¿verdad? —la chica con el pelo recogido me pregunta. Veo como mira a Bella con algo de nerviosismo.
Alzo una ceja.
—Sí.
—Tu sí que estás bronceada —hizo una broma, riéndose después de eso—. A diferencia de tu hermana.
La miro un rato y luego miro a mi hermana. Parecía incómoda con ella.
—Avery —me presento, ignorándola con mi sonrisa falsa—. Soy unos meses menor.
—Juraba que eras la mayor —el rubio, a quien aún no había oído su nombre, me dijo con una sonrisa.
—Pues, ya ves que no lo soy.
—Te vi sentarte hoy con los Cullen —la castaña volvió a hablar conmigo. ¿Por qué está hablando conmigo?—. Soy Jessica, por cierto.
—Ah, claro —respondí antes de girarme a Bella—. ¿Dónde estuviste en el almuerzo?
—Con nosotros —volvió a hablar Jessica de nuevo, veo como el rubio concuerda. Ya, eso tenía sentido—. Bella no nos dijo que conocía a más personas.
Me confundo por su tono. ¿Esto era porque no almorcé con ellos? Para ser sincera, preferiría almorzar sola a qué estar más de cinco minutos oyendo a esta chica parlotear con esa voz chillona.
—No lo hago —habla rápidamente Bella.
—¿Tú ya conocías a los Cullen? —el rubio me pregunta. Frunzo el ceño, aún más confundida del por qué me están preguntando sobre ellos. Pareció darse cuenta de mi cara, porque me explicó—. Ellos nunca se relacionan con nadie más que con ellos mismos. Son raros. Deberías alejarte y almorzar con nosotros.
—¿Ni siquiera sé tu nombre? —pregunto confundida.
Sentí como Bella agarraba mi mano.
—Ven, necesito hablar contigo sobre mamá.
Me dijo guiar por ella, sabiendo que era una excusa para alejarnos. Lo agradecía, tenía certeza que hablaría demasiado si esos dos seguían con sus preguntar idiotas.
—¿Estás bien? —pregunto cuando llegamos a la esquina cancha.
—Sí —responde, y yo no le creo nada—. Pensé que almorzaríamos juntas.
Me enderezo y la miro con pena.
—Lo sé, lo siento. Conocí a una chica y me rogó para almorzar con sus hermanos y ella. Me dijo que podía invitarte y lo hubiera hecho si te hubiera visto —hecho una mirada a Jessica, quien parecía mirarme fijamente. Al percibir que miré a su dirección, apartó la mirada—. ¿Aguantaste eso en el almuerzo?
Bella miró a la misma dirección que yo y suspiró.
—Han estado a mi lado todo el tiempo. Es como si fuera... —pareció buscar la palabra ideal para describir la misma situación que yo estaba viviendo.
—Sé a lo que te refieres —la interrumpo, rodando los ojos—. Mañana almorzamos juntas, ¿sí? —ella asiente con una sonrisa—. Estoy segura de que Alice y tú se llevarán bien.
—Sí —dice más tranquila.
Comenzábamos a volver a la zona de juego cuando me acordé de un detalle. Este era nuestro primer día de escuela, pero habíamos llegado ayer en la tarde. Lo que significa que tuvimos mucho tiempo para avisarle a mamá que llegamos bien.
—Oye, ¿has hablado con mamá? —eso pareció hacerle pensar un poco antes de negar con la cabeza—. Demonios, nos matará a las dos.
—En mi defensa, creí que tú le habías escrito.
Ruedo los ojos y entramos al juego después de unos segundos.
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