002. first day of school




     NI SIQUIERA ME SORPRENDÍ cuando lo primero que visualicé a través de la ventana era una densa niebla. Aquí nunca se podía ver el sol. Era como tener tu propia jaula para toda tu vida.

Me tomé mi tiempo para alistarme con la ropa que había escogido la noche anterior. Al menos mi rutina no había cambiado. Me levantaba súper temprano para cambiarme y maquillarme. Nunca me hacía esos maquillajes extravagantes: corrector, polvo, blush, máscara de pestañas y gloss.

Miré mi reflejo en el espejo de cuerpo completo. Pantalón jean hasta la cadera, un top color rojo oscuro, un cinturón plateado y una chaqueta de cuero negra con unos botines negros para combinar. Era perfecto para mi primer día. Rápidamente, me puse los accesorios finales: Una cadena de oro con forma de estrella, unos anillos de plata y pulseras compradas en la playa de Arizona.

—Avs —escuché a Bella llamarse a la vez que tocaba ligeramente la puerta—, ¿estás lista?

Busco mi mochila negra de Vans. Cuando la encuentro al lado de mi cama suspiro de alivio.

—Sí, Bells —respondo alto lo suficiente. Pongo mi mochila en uno de mis hombros y camino hacia la puerta—. Súper uper lista.

Bella sonrió a medias mientras nos dirigíamos a la pequeña cocina para desayunar.

—Buenos días, papá —lo saludé con una sonrisa. Escuché a mi hermana saludarlo de forma baja también antes de sentarse a mi lado.

Papá y Bella eran muy introvertidos, así que era mi trabajo parlotear durante el desayuno para que no sea incómodo. Merecía un premio, nunca había hablado tanto tiempo sin recibir el mismo entusiasmo.

Cuando papá finalmente se fue, Bella comenzó a examinar la casa entera. Suspiré sin querer meterme en eso. Claro, había que ser un tonto para no darse cuenta de que Charlie no había superado a mamá. Obviamente, Bella lo recuerda más, tenía la edad suficiente cuando nos fuimos mientras que yo era apenas una bebé.

—Bella —mi hermana se dio la vuelta al escucharme—. ¿Nos vamos? No quiero llegar tarde. Tenemos que recoger nuestros horarios.

Ella asintió.

—Cierto.

Sonreí mientras la seguía en dirección a su auto "nuevo". Entramos y nos abrochamos los cinturones.

—Dios, realmente espero que tengamos la mayoría de las clases juntas.

Bella consiguió encender el auto.

—Sería un sueño hecho realidad —la escucho decir—, pero no sucederá.

—Tal vez suceda —la miré feo ante su negatividad—. En Arizona no teníamos clases en común porque era una escuela muuuuy grande y había muchas personas. ¿Aquí? Por favor, me sorprendería que hubiera más de 100 alumnos.

La vi sonreí mientras prestaba atención al camino depresivo de este pueblo.

—Está bien, pero no puedes decir ese tipo de cosas en lugares públicos, Avery. Alguien puede oírte.

Ruedo los ojos. No me quedaré aquí mucho tiempo. Lo que piensen las personas de Forks se lo pueden meter por el culo.

Luego de unos minutos, localizamos la preparatoria. El edificio era deprimente, tal y como cualquier lugar de aquí. La verdad ni siquiera parecía una escuela, y no pensaría que fuera una tampoco a no ser por el cartel que decía: "Forks High School". Fruncí el ceño al leer más abajo "Home of the Spartans".

—Recuérdame, ¿porqué estamos aquí?

Mi hermana esperó estacionar la camioneta antes de responderme.

—Mamá no estaba feliz.

—Claro —mascullé al abrir la puerta.

Ignorando las miradas que recibíamos probablemente por ser las nuevas y por la curiosa camioneta de Bella, cierro la puerta y me dirijo al lado de mi hermana para comenzar andar.

—Linda camioneta —una voz interrumpió nuestra paz. Podía sentir su ironía y burla.

—Métete en tus asuntos.

—Gracias —dijo Bella al mismo tiempo que yo. Comenzamos a subir las escaleras de la entrada—. Ese es el tipo de cosas que no puedes andar diciendo.

Suspiré irritada por estar teniendo esa conversación.

—Bells, te adoro. Pero el remedio para un loco es un loco y medio —ella no me respondió, sabiendo muy bien que tenía razón—. ¿Siquiera sabemos dónde es la oficina?

Dejamos de andar para pensar. La vi haciendo una mueca al mirar los pasillos.

—¿Crees que deberíamos preguntar?

—Definitivamente —asentí obvia. Me giro hacia un grupo de chicos y sonrió mientras me acerco—. Disculpen interrumpir. Mi hermana y yo somos nuevas. ¿Saben dónde podemos conseguir nuestros horarios?

Un chico rubio me sonríe.

—Último pasillo a la izquierda —me responde. Sonrió amable antes de voltearle para mi hermana, siendo detenida por el mismo rubio—. ¿Cuál es tu nombre?

Me giro fingiendo una mueca triste.

—Soy Avery, pero enserio estamos atrasadas y debemos irnos. Gracias por la ayuda.

Agarro a mi hermana y comienzo a caminar con ella, acelerando mis pasos.

• • • • • • ✿ • • • • • •

     BELLA Y YO NO COMPARTÍAMOS la mayoría de las clases, como lo había previsto hace unos minutos atrás. Porque sí, esta secundaria tiene más de 100 alumnos.

Reviso mi horario nuevamente de mala gana. Trigonometría a primera hora. Genial. Simplemente perfecto. Un Lunes de ensueño.

Cuando entré al salón correspondiente gracias a los papeles guías que una señora nos había dado a Bella y a mí, pude notar todas las miradas en mí. Tuve que aparentar que no me importaba.

—Señorita Swan, ¿cierto? —asentí, intentando no mostrar mi irritación. Todos aquí sabían absolutamente todo de todo mundo al ser un pueblo muy pequeño—. ¿Bella o Avery?

—Avery.

—¿Por qué no te presentas a la clase?

Tuve que guardarme las palabras que Bella había especificado que no debería decir en voz alta. Suspiro hondo mientras giro mi cuerpo a dirección de los alumnos.

—Soy Avery —comienzo con algo simple—, soy de Arizona —pude notar que querían saber más, entonces fingí mi mejor sonrisa y continué—. Mi papá es el jefe de Policía. Me mudé para pasar más tiempo con mi papá.

Una mentira. Me mudé porque mamá quería viajar con su esposo, quien es jugador de baseball.

—Y yo soy el profesor Varner —dijo el maestro, sonriendo amablemente a la chica—. Bienvenida y puedes tomar asiento.

Gracias a Dios.

Cuando comienzo a caminar lentamente hacia las sillas, me doy cuenta que varias personas parecían querer que yo me sentara a su lado. Analizando cada una de ellas. Tengo que escoger con mucha precaución en estas cosas, estaré con esa persona lo que resta del año.

Finalmente, diviso a una chica de cabello corto y oscuro. Cada una de sus puntas parecían apuntar a una dirección diferente. Sus ojos eran negros y tenía la piel tan pálida que parecía de porcelana.

Ella me sonreía cuando me senté a su lado.

—Hola, soy Alice —me saluda la chica.

Sonrío de vuelta, no queriendo parecer grosera.

—Avery —en el momento que me presenté, me sonrojo un poco—. Eso ya lo sabías, claro.

Ella ríe de una manera risueña.

—Seremos grandes amigas, Avery.

No respondí, pero tenía el presentimiento de que ella tenía razón.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top