Estuvo muy tentado en quedarse en casa de Hachi, sobre todo por el takoyaki. Pero lo esperaban en casa, y de seguro, ya de muy mal humor, así que no le quedó más opción que irse. Con su mochila en un brazo y la de Jimbe en el otro, corrió las pocas calles que le quedaban.

La cena fue... interesante, por decirlo de alguna forma. No se llevó muchos regaños, por más sorprendente que sonara, aunque, justo como se lo temía, nadie pudo salvarlo de un puño de amor.

No le prestó demasiada atención al resto de la noche, pues la comida estaba buena. A pesar de que los adultos hablaban bastante, él no escuchó. Aunque sí notó a Sabo actuando raro, como distante. Parecía más un invitado, que parte de la familia. Lo que le pareció rarísimo, teniendo en cuenta que el rubio podía ser aún más sociable que él a veces. Iba a preguntar, pero se detuvo.

De repente, la conversación le llamó un poco más la atención. Habían dicho su nombre y, ninguno de ellos, parecía demasiado contento con lo que fuera que estuvieran discutiendo. Cosa que no le era desconocida, más últimamente, era poco común.

¿Y ahora qué hice?

Makino debió de haber visto la duda en su cara, pues le dio una pequeña sonrisa, que más que tranquilizarlo, lo preocupó. Definitivamente, algo pasaba, algo que los tenía a todos nerviosos y tenía que ver con él.

Cansado de no entender qué demonios pasaba, terminó de comer y fue a su habitación. Ya vería a quién preguntarle más tarde. Si bien él no sabía mentir y ellos sí, algunos eran bastante malos guardando secretos, sobre todo si se trataba del menor de la casa. Por más que no le gustara, tendría que usar eso a su favor.

•

Mientras tanto...

•

—Te lo digo en serio, Cora-san. Estoy seguro, el aroma era el mismo— reiteró por tercera vez Law a su incrédulo padre.

—¡Pero qué mala suerte tienes! ¿Y dices que se tomó el tren en la estación Sabaody?

—Pues sí. Me lo encontré un par de calles antes, pero no sé de dónde venía o hacia dónde iba. Así que no me sirve de nada— suspiró, derrotado.

Estaba apoyado en una pared, con la mirada baja, mientras su padre lo miraba con lástima, sentado en el sillón, con los cigarrillos lejos para no quemarse mientras conversaban. Intentó darle ánimos.

—Ey, no te desanimes, por algo se empieza. Ahora al menos tienes una zona un poco más específica como referencia, ¿no? Es mejor que nada.

—Es casi lo mismo que nada, pero en fin— comenzó a caminar hacia su habitación —tengo tareas qué hacer, te veo a la hora de la cena— y se encerró.

—Hasta luego, Law— lo miró triste, antes de levantarse para ir a cocinar, cigarrillo ya en mano, teniendo poco cuidado con el, ya probable, incendio que causaría.

Ya en su habitación, Law estaba recostado en su cama mirando al techo, casi con resentimiento. Sentía que mientras él se acercaba, aquel omega se alejaba más de él. Pero era inteligente, sabía que si tenía paciencia, sería recompensado. Podía esperar, de mala gana, pero podía.

* ═════「♡」・°・「♡」═════ *

La verdad, es que esperaba poder actualizar un par de días atrás. Me cuesta un poco recordar y seguir con la trama que dejé hace un año.

De todas formas, estoy muy agradecida con quienes me siguen leyendo. Hacen que valga mucho la pena ♡