➽22.

Si pudieras cambiar tu segundo género, ¿lo harías?

Muchos dirían que sí. Sobre todo los betas y los omegas. Los betas eran ignorados terriblemente, incluso si eran el grupo más amplio. Mientras que los omegas, sólo eran vistos como pertenencias bonitas de los alfas. Unos tiernos adornos de tiernos aromas, que les darían cachorros en el futuro.

Y todo omega que no coincidiera con esa descripción, vivía en lo más bajo de la sociedad.

Con el tiempo, las personas cambian, cosa que logró que la situación mejorase. Pues la igualdad aún estaba lejos, pero el maltrato se estaba alejando también, lo cual era, al menos, un paso en la dirección correcta.

Las cosas cambian. Pero algunas, no lo hacen.

Ser un omega en celo, era algo indescriptible. Ninguna palabra creada, podría decir lo bella y placentera que era ese tipo de experiencias. Siempre y cuando el omega tuviera pareja, de preferencia, alfa.

Por lo contrario, ser un omega en celo, sin compañía, era una de las peores cosas que el cuerpo podría experimentar. Y no sólo por la necesidad física, sino también, la emocional.

Luffy sentía como si le hubieran echado encima algo horriblemente caliente, como si tuviera fiebre, como si estuviera encerrado en un horno. El cuerpo entero le temblaba, pidiendo a gritos algo, alguien que él no tenía, cosa que sólo le frustraba. La frustración era demasiada, y en un estado tan delicado, con amargura le hacía llorar.

Y así, con el cuerpo ardiendo como el infierno y la mente por las nubes, le atacaron sus pensamientos. Pero había algo distinto, aquella ocasión era especial.

Porque las fantasías borrosas que lo atormentaban, habían tomado forma. Ahora, las manos calmando su piel, tenían tatuajes en los dedos. La voz que le susurraba al oído era entendible, era ronca y sonaba segura.

Y la mirada sobre él, se había teñido de gris.

Más adelante, cuando bajara de su calentura, se sentiría quizá culpable de haberse imaginado de tal forma con su nuevo amigo. O quizá no.


• En un corto momento de lucidez, se preguntó qué estaría haciendo Law... •

- Por última vez, imbécil, que no he visto a tu novio, ¡así que ya déjame tranquilo!- se quejó Law, harto. El otro alfa, gruñó.

- ¡¿Entonces por qué mierda estás nervioso?!

- ¡No estoy nervioso, estoy hasta la...!

- Con permiso, niños. ¿Me ayudan con las bolsas? Ah, hola Kid. Hace mucho que no te veía, ¿cómo está tu mamá?- interrumpió Corazón, con una gran sonrisa en el rostro, cargando algunas bolsas de compras.

Inmediatamente, los dos alfas se callaron. Y, mirándose de manera fulminante, se dieron vuelta para ayudar, pretendiendo que no estaban peleando. Sin mucho éxito.

- Sí, ella está bien, le manda saludos. Ah, ¿qué hace por la calle sólo? ¿No le acompaña nadie a comprar? - preguntó Kid, mirando mal, o bueno, peor a Law. Quién se tomó la molestia de contestar él mismo.

- Casi siempre le ofrecemos ayuda pero no la acepta. Generalmente puede comprar sólo sin problemas, de todas formas, así que no hace falta que te preocupes, amigo.

Lo último había sido dicho casi con veneno. Y es que no podían pelearse directamente estando Cora cerca. Law, porque no quería angustiarlo, y tampoco quería recibir un sermón. Por su parte, Kid realmente no podía faltarle el respeto, no a un omega así, y mucho menos si era Cora.

Aquel rubio le ponía banditas cuando se raspaba jugando con Law cuando eran niños, lo dejaba quedarse a comer y a dormir en su casa cuando se le diera la gana y hasta le ayudaba con sus tareas, pues sus padres habían nacido siendo más humildes y no tenían la educación que aquellos de la familia Donquixote tuvieron siempre.

Ah, y él tampoco quería recibir un sermón.

Así que de mala gana, se guardaron los insultos para luego, acompañando al omega de camino a casa. Cora y Kid iban por delante, manteniendo una charla tranquila, mientras Law los seguía en silencio, aparentando estar distraído.

Sin embargo, estaba buscando muy disimuladamente a Killer con la mirada, si tenían suerte, se lo cruzarían. Nunca lo admitiría en voz alta, pero había quedado algo preocupado. Después de todo, el omega no le caía para nada mal, incluso si tenía un muy cuestionable criterio a la hora de hacer amigos, el alfa pelirrojo siendo una prueba de aquello.

Pero bueno, todos tenían sus defectos y Law, cuando podía, no juzgaba.





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"Vaya sorpresa tan sorprendente" - yo, leyendo una historia escrita por mí.

¡Buenas! Ha pasado rato.

Esta historia me genera cosas que hacía mucho no sentía, a la hora de escribir.

Porque tengo muy muy claro cuál quiero que sea el final.

¿Cómo voy a llegar a ese final? Sabrá Dios porque yo no sé.

Pero bueno, por algo se empieza.

¡Espero que lo estén pasando muy bien! Se acercan las fiestas y también se acerca mi cumple. Así que, entre fiesta y fiesta, voy a intentar actualizar antes de año nuevo.

Ya estoy cerca de terminar mi curso, así que seguro pueda sin problema alguno.

Nos leemos pronto💜💜💜

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