➽21.

Vaya, sentir sí que era raro.

Nunca se había tomado la molestia de reflexionar acerca de sus propios sentimientos. Simplemente, sintió. Con una gran sonrisa, la mente abierta y un puro corazón.

Pero ahora, sentía cierta calidez envolviendo su rostro y su pecho, ciertas cosquillas en el estómago que ni las más deliciosas comidas le pudieron dar. Era algo totalmente nuevo.

Estaba confundido.

La mayoría de las cosas nuevas que llegaron a su vida, fueron cambios de lugar y de costumbres. Cambios con la forma en que los demás lo miraban, el como lo trataban. Se le había dicho, que al presentarse como omega, era natural. Y eso no era tan de su agrado. Aunque, en cuanto a personas nuevas se trata, él siempre pudo hacer amigos, eso le gustaba.

Estaba emocionado.

Los alfas siempre intentaban mostrarse fuertes, rudos. A veces, para impresionar a algún omega. A veces, porque se sentían amenazados. Y a veces, para intimidar.

No obstante, lo primero que vio de ese alfa, fue su vulnerabilidad. Pues de la nada misma, se desmayó apenas llegó. Creando bastante revuelo tras él, cabe destacar. Aunque hubo alguien que, si bien preocupado, sorpresivamente no tuvo problema en mantener la calma.

Ese fue Luffy.

¿Por qué debería de preocuparse? Su querido amigo Chopper estaba ahí. Si alguien podía ayudar al alfa desconocido, era él. Y, justo como el omega pensaba, Chopper ayudó. Sin pedir nada a cambio, sin fijarse siquiera a quién estaba ayudando. Aunque, si había sido invitado a la casa de Sanji, de seguro ese alfa no era tan malo.

Me pregunto cómo eres realmente, Torao. ¿Por qué te miran mal Sanji, Zoro y Jimbe? ¿Por qué me miraste así? Era distinto. Y no lo entiendo.

Sentado en el asiento trasero del auto de Shanks, estaba Luffy mirando por la ventanilla. Tanto sus ojos, como su cabeza, por las nubes.

Mientras, los dos adultos en los asientos delanteros no tenían ni idea de porqué estaba tan callado o porqué casi ni se había quejado a la hora de partir. No sabían qué le pasaba. No sabían si debían preocuparse.

Aunque el pelirrojo había sentido un muy leve y no conocido, aroma a alfa. Y estaba ya listo para hacer rodar cabezas, de ser necesario.

En un departamento a las afueras de la ciudad...



-¿De verdad me estás diciendo que encontraste un omega "interesante"? No pensé que fueras de esos.

-¿Qué quieres que te diga? Supongo que todos caemos tarde o temprano. Te mentiría si dijera que me importa. Sólo quiero ver cómo es realmente. Los omegas suelen hacerse los tontos muy fácil, después de todo.

-¿Hacernos los tontos? Hasta hace poco, nos mataban y nos tiraban en zanjas, si lo que decíamos no sonaba bonito, idiota.

-Pues qué suerte que tienes de ser de esta época y no de las anteriores, ya que esa boquita tuya no está precisamente limpia.

-Eres un cerdo, Kid.

-Y tú comes como uno, Bonney. ¿Qué pasa, bonita? ¿Celosa de que no me haya fijado en ti? -sonrió con sorna, antes de tomar un trago largo de su bebida.

-Más bien agradecida con el de arriba. Ya bastantes imbéciles detrás mío tengo.

-Pues sí, si van detrás de ti, de seguro son unos pobres imbéciles.

-¡Ey! -el pelirrojo rió. Ella aprovechó para robarle una botella -De todas formas, ¿eso significa que el rubio está libre?

-¿De qué rubio hablas, loca? Explícate.

-Ya sabes, el omega ese de cabello largo y rubio, el que te sigue como patito. ¿Cómo carajo se hace llamar? ¡Ah sí, Killer! -luego de escuchar a la otra, al alfa se le fue de inmediato la gracia del rostro.

-¿Qué planeas, jodida? No pensé que fueras de las omegas raras esas que se andan dando con otros omegas.

-Pues no lo soy, qué puto asco. Pregunto por un amigo, que ya le ha echado el ojo encima.

-En ese caso, será mejor que le digas a tu "amigo", que Killer no está interesado -Bonney hizo mala cara.

-¿Y tú cómo sabes eso? ¿A parte de joder vidas, ahora también lees mentes?

-No quiero a ningún amiguito tuyo cerca de los de mi grupo. Eso es todo -se cruzó de brazos, inflexible.

-No sé ni para qué me molesto, si hablar con la pared me estresa menos.

-Pedazo de loca.

-Pedazo de inútil. Ah, por cierto, ¿dónde está?

-¿El qué?

-Vaya que eres lerdo. ¿Dónde está el rubio? Se me hace raro que no lo tengas cerca -ahí, Kid se dio vuelta, tan rápido que le sonó el cuello, hacia el sillón en el que creía, descansaba Killer.

Estaba vacío.

-Ah, mierda.









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¡Hola! Súper tarde, pero también seguro.

No puedo creer que ya pasó casi un mes :(

Los estudios me tienen reventada como globo, de verdad lo siento. Tenía algunas ideas pequeñitas en mente, pero mi cerebro estaba más concentrado en la mucha tarea que tuve (y tengo) de inglés.

Así que se hizo lo que se pudo.

Ah, también me disculpo por lo grosero del capítulo, es que simplemente no me puedo imaginar ni a Kid ni a sus cercanos hablando bien, para nada.

En fin, que por poco y las notas me quedan del tamaño del capítulo.

¡Nos leemos pronto! Espero que hayan disfrutado su lectura.

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