Ambos mexicanos estaban terminando de preparar la comida, su altar estaba listo desde mediados de octubre, únicamente faltaba la comida y prender las velas, al rededor de las 8 pm todo estaba listo, habían escrito unas calaveritas literarias (claro que en lenguas indígenas pues no todos sabían español) y las colocaron en el altar, al no contar con fotos de la época Sur utilizaba unas de sus pinturas donde retrataba a las representaciones en la mejor manera que podía y usaban las pinturas para el altar, finalmente fueron a dormir, algo más temprano que de costumbre.

El reloj dio la media noche y aquella puerta que dividía el mundo de los vivos y los muertos fue abierta, las almas comenzaron a salir lentamente, cada alma empezó a seguir alguna luz que lo llamaba, la luz de la ofrenda que se le hizo, siguiendo las flores de cempasúchil, poco a poco se fue llegando con sus familias, pero ¿Qué tal si nos centramos en las representaciones? Azteca y Tlaxcalteca al llegar se miraban mal, como cada año que se veían, haciendo que Maya u Olmeca tuvieran que intervenir

—No entiendo por qué quieren pelear a cada momento que se ven, no se pueden matar ya ¿Qué necesidad hay si no pueden satisfacerse con la muerte de su enemigo?—Regaño Maya como de costumbre
—Mejor utilicen este tiempo para comer y disfrutar un poco, es solo una vez al año—Recordó Olmeca a ambos adultos que se miraban mal el uno al otro
—Padre, Tenochtitlán nos dejó pozole y tamales—Avisó Tlatelolco con una sonrisa
—¡Papá! Itza dejó los escritos divertidos otra vez—Habló Chichen, gemelo muerto de Sur, todos llamaban a las calaveritas literarias "escritos divertidos" pues para ellos eso es lo que eran

Decidieron empezar a comer y beber, había varios tipos de comida (desde enchiladas hasta tamales) y bebidas (desde agua hasta pulque), cuando ya se había terminado la comida, algunos decidieron quedarse en el altar a leer los "escritos divertidos" mientras que otros decidieron explorar un poco la casa, después de todo en un año podían cambiar mucho las cosas, Azteca y Maya se dirigieron al segundo piso y entraron a cuartos distintos, ambos deseaban ver a sus hijos al fin y al cabo solo podían hacerlo una vez al año.
El azteca entró a la habitación de su hijo, este estaba dormido ajeno a la alma que lo miraba con ternura

—Te has vuelto fuerte—Murmuró el azteca mirando aquellas heridas que cubrían al mexicano, el azteca observó la habitación notando varias fotos, con Sur, los latinos y algunos estados, la habitación parecía bastante ordenada para ser de su hijo, seguramente había ordenado ese día

El azteca paseo un momento por la habitación encontrando cosas extrañas que no conocía y varios libros en español que apenas y podía leer, volvió al piso de abajo donde la mayoría estaba reunido en el altar hablando, uniéndose a la plática.

Por otro lado, Maya entró a la habitación de su hija, mirando todo con detenimiento, la habitación era diferente al año pasado, solto una pequeña risa a sabiendas de que su hija cambiaba su habitación al menos 3 veces al año por lo que nunca la encontraba de la misma manera que el año pasado, observó las fotos, notando como había una foto de ella besando a un country de blanco con un círculo y líneas rojas, hizo una mueca de disgusto, había visto fotos donde eran muy cercanos y ya sospechaba de un romance pero ahora que lo confirmó le dio un mal sabor de boca, no creía que aquel Country fuera lo suficientemente bueno para su adorada hija, así que quito la foto del escritorio para ocultarla debajo de la cama, avanzó hacia su hija, notando que está tenía más heridas que antes

—Mi pobre niña, te terminarán destruyendo un día de estos, eso es bastante doloroso...—Suspiro con pesar, si bien queria ver a su hija preferia esperar un año que verla en el mundo de los muertos

Miró una pequeña libreta "Diario" se leía, no comprendía muy bien, por algo tenía al traductor siempre consigo, nunca aprendió español, hojeo un poco encontrando todo en español, aunque aveces habían pequeñas páginas en maya que se detenía a leer, por ejemplo una del año anterior

5 de junio de 2020

¿Decían que los mayas estaban equivocados en que el 2012 era el fin del mundo? Pues no, lamentablemente no nos equivocamos, fue España que revolvió los años y bueno, aquí andamos, listos para el fin de mundo :D

Rió nuevamente al leer la página, podía notarse la energía caótica con la que su hija lo escribió, pasó su mano por el largo cabello de su hija con cariño y salió de la habitación, pronto sería hora de volver, al bajar encontró que todos ya se estaban reuniendo para volver al mundo de los muertos, por lo que se reunió con ellos.

A la mañana, Norte encontró un revoltijo en sus libros y álbum de foto mientras que Sur encontró su diario abierto y su foto con Imperio Japonés estaba perdida (la encontró dos horas después debajo de la cama), ambos sabían perfectamente quienes habían sido.

Ayo, que tal? Alch me gustó el capítulo y vemos un poquis de Maya y Azteca uwu