Capítulo Siete
Mi aventura de repisa
Había oscurecido, corría por toda la villa buscando a luffy pero aún no aparecía hasta que recordó algo, Nakano sonrió y se encaminó al bosque, como era que olvido eso.
— ¡luffy!.— gritaba por los alrededores del oscuro bosque.— ¡luffy, se que estas aquí!.— camino hasta que escucho unos sollozos sobre ella, al alzar la mirada ahí vio al mugiwara.
De un gran salto subió al árbol, se acomodó junto a su hermano y le acarició la cabeza.
— ay tonto...— susurra esbozando una pequeña sonrisa maternal.— desafiando a todo el mundo, tienes enemigos poderosos.— enumeraba.— pero aún eres tan vulnerable conmigo, como un niño chiquito.
Luffy no responde y la abrazo Sorpendiendola pero corresponde el gesto.
— no dirás nada?.— pregunta y este negó.— quieres que me quede aquí contigo?.— luffy asintió aún abrazandola, su cabeza estaba escondida en el pecho de nakano.— esta bien, puedes llorar todo lo que quieras.
Y obedeció a su hermana, lloró todo lo que no se atrevía a llorar estando con sus nakamas, el si confía en ellos plenamente pero le hacía mucha falta ese cálido abrazo maternal que solo podía sentir de Nakano, sus gestos de preocupación y sus palabras llenas de un amor tan especial además de los besos en la mejilla que te transmiten ese "todo estará bien".
Esas palabras que solo una madre puede decir y hacerte romper en llantos buscando consuelo.
— sabes, Sabo cuando vino a esta isla lloró igual que tu.— mencionó divertida.— están todos hechos unos hombres fuertes y valientes, pero lloran como unos crios.— soltó una suave carcajada.
— Sabo estubo aquí?.
— no hace mucho la verdad, fue hace unos meses.— comentó recordando al rubio.— es más alto que yo ahora.
— el tiene la fruta de ace ahora.— dijo luffy un poco más tranquilo.
— eso supe, los de la marina están hechos unos locos al enterarse.— sonrió orgullosa.— fue graciosa su reacción.
— ¡espera!.— exclama luffy sorprendido.— ¿¡trabajas para la marina!?.
— en ocasiones, solo me reuní con ellos y los Shichibukai una vez ace unos años.— le confesó.— ahora sólo hablo con Garp y fujitora-san.
El mugiwara fruncio el ceño levemente al escuchar el nombre de su abuelo.
— se lo que piensas luffy, pero créeme...también está muy dolido por la muerte de ace aún.— hablo seriamente.— no le digas a nadie lo que te diré, pero garp hiba a asesinar a akainu.
—...¿que?.
— eso fue lo que escuche de unos marines novatos, no estoy muy segura pero yo creo que es verdad.
Luffy guardo silencio, tenía sus dudas ya que en aquella guerra el le declaró que serían enemigos para siempre, pero el veía sinceridad en los ojos dorados de su hermana mayor, ella jamás le mentiría con algo así.
— en fin..— suspiro la pelinegra.— estas más tranquilo ahora?.
El mugiwara bostezo y paso su mano por sus ojos.— estoy cansado.— responde y rápidamente se queda dormido, hiba a caerse de la rama donde estaban pero de un rápido movimiento Nakano lo atrapó estando ya abajo del árbol.
— shishishi, ay luffy.— lo sostuvo entre sus brazos.— es hora de irte.— camino de regreso al sunny cargandolo.
— te extrañe mucho hermana.— murmura entre sueños el monkey aferrándose a el cuello de ella.
— también yo mi pequeño monito.— responde de igual manera para no despertarlo.
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Después de unas horas llegó finalmente al barco, lo bueno era que aún estaba oscuro y las estrellas brillaban en su máximo esplendor, subió lentamente al sunny y extrañamente los mugiwaras estaban allí esperándolos.
La primera en acercarse fue robin acompañada de chopper en su forma humana, Nakano les entregó a un dormido luffy y sonrió cálidamente.
— tener un hermano pequeño un poco loco, es algo que preocupa a una hermana mayor.— hablo suavemente.— seguramente los pondrá en peligro más veces que ahora.
<< no tienes idea.>> pensaron al unísono los mugiwaras.
— cuiden de el por mi.— hizo una reverencia.— y lleven esto con ustedes porfavor.— les extiende su libro de vida.— no puedo salir de aventuras, pero el si.— se refiere al texto antiguo.
Antes de irse, se acerca a luffy y le besa la mejilla para luego marcharse del sunny.
— dijo lo mismo que ace y sabo.— rio Zoro ante la coincidencia.
— claro que si, son hermanos después de todo.— sonrió Nami conmovida.
— luffy tiene unos suuper hermanos.— lloraba emocionado franky.
— muy bien hora de irnos.
— ¡si!.— respondieron todos menos luffy.
Luego de zarpar, algo los hizo querer voltear a la isla y al hacerlo quedaron boquiabiertos.
Nakano se despedía y una luz blanca la cubría totalmente, de ella emanaban unas pequeñas esferas de luz y poco a poco hiba desapareciendo.
(Imagen referencial)
A su vez, el libro que robin tenía en sus manos brillaba hasta que dejó de hacerlo y Nakano desapareció.
— ella...— balbuceo Sanji.
— desapareció.— finaliza ussop.
— no totalmente.— contesta la arqueologa.
Ahora Nakano podría cumplir su sueño, podría navegar por el mar de grand line al lado de su pequeño hermanito.
Pero sus aventuras serían estando sobre una repisa...
.FIN.
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