Sueño

El era honesto, de eso no había duda alguna. Pero había algo en lo que nunca pudo vencer a su hermana y eso era, diplomacia. Luffy era más un hombre que hiba al choque cuando peleaba sea tanto físico como verbalmente, Nakano era todo lo contrario.

Era delicada, gentil y grácil al hacer cualquier cosa. Luffy envidiaba eso, si quería ser el rey de los piratas debía dominar la diplomacia, no era que el quisiera si no más bien sus nakamas le exigieron eso.

—¡enseñame!.

Le grito al libro que sostenía en sus manos, quien no supiera que escondia dicho libro lo tildaria de loco.

Como si de magia se tratase, el libro proyecto a una mujer de largo cabello negro y ojos dorados como el mismo oro el cual Nami amaba tanto, lucia un hermoso vestido blanco y andaba descalza.

—¿otra vez?.— pregunto Nakano algo cansada.

Luffy asintió como niño pequeño.

— esta bien, vamos.

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— muy bien Luffy, terminemos con esto.

— ¡si!.

Los demás miembros de la tripulación veían nuevamente el enfrentamiento verbal entre ambos hermanos, y una cosa era segura, Nakano ganaría otra vez.

— ¿Que es lo primero que dices cuando te presentas?.

— ¡soy Monkey.D.luffy, el hombre que se convertirá en el rey de los piratas!.— responde con entusiasmo.

Nakano suspiro, sonrio y alzó la mirada.

— y que más?.

Los demás presentes quedaron intrigados.

— como?.— pregunta el mugiwara.— a que te refieres??.

— que es lo que mueve ese deseo?.

— Ahh...pues..— titubea, estaba confundido.

— porque quieres ser el rey de los piratas?.

— el rey pirata es el hombre más libre de los mares.

— y que más?.— indagó su hermana.

— ¡¡maldicion, que difícil!!— refunfuña.— Nakano...no entiendo.— se rinde fácilmente.

— crei que era tu sueño.

Luffy abrió sus ojos con sorpresa.

— cuando puedas decir tu sueño, estaras listo para convertirte en lo que quieres.

Maldición, como odiaba eso de su hermana mayor, odiaba que lo hiciera pensar. Pero si su sueño era solo eso, ser el rey pirata, a que se refería Nakano?.

— mi sueño?.

— así es, cuando puedas decirlo estarás listo.

Simples palabras que pesaban más de lo que el creía, una vez sembrando la semilla y ella desapareció.

Pero Nakano sabia que tenía la respuesta, solo faltaba que el se dijera la verdadera razón del querer ser rey pirata, razón que ella ya sabía desde que eran niños.

Fin.