Me desperté nada más los rayos del sol comenzaron a salir, eran las séis de la mañana. Aunque tenía pensado levantarme un poco más tarde, los nervios no me dejaron apenas dormir ¡Hoy empezaba mi viaje como entrenador!

Me senté en el borde de la cama a la vez que me frotaba los ojos, tenía tanto sueño... pero de nada me serviría intentar volver a dormirme, no lograría conciliar el sueño por intentarlo una vez más.

Comencé a vestirme y a terminar de preparar mi mochila. Necesitaba llevarme tantas cosas que dudaba de que me entrase todo en la mochila, quizá debería pedirle a alguien que me ayudase, pero mi padre aun estaría durmiendo. De pronto caí en la cuenta; con todas las emociones vividas ayer aún no había visto a Eevee, quizá podría ayudarme a ordenar un poco ¿A quién intentaba engañar?, sólo buscaba una escusa para ver a mi pokemon.

Cuando por fin terminé de vestirme cojí la pokeball en mis manos y sin pensarlo mucho apreté el botón rojo y la lancé en el aire. Y así, me reencontré con Eevee... cuando pensé que lo había perdido para siempre, pero no era así, ella estaba aquí, conmigo. Mi Eevee.

Nada más verme se lanzó a mis brazos, una lágrima de alegría y alivio salió sin permiso de mis ojos. Abracé a Eevee intentando calmar su nerviosismo y sus quejidos lastimeros; lo último que quería era que mi padre despertase enfadado por nuestra culpa y cambiase de opinión respecto a mi viaje.

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Horas más tarde, cuando el sol ya había salido por completo. Me encontraba en la puerta de mi casa, ya me había despedido de mi padre; pero este me había dicho que esperase en la puerta de casa mientras iba a buscarme algo... No podía dejar de preguntarme ¿qué será?

Llevaba mi mochila de pikachu conmigo.
Eevee se encontraba subida a mi hombro, no la había metido en su pokeball porque ella no me había dejado, al parecer no quería separarse de mi. Esto tampoco me molestaba, yo tampoco quería separarme de mi pequeña Eevee.

No pasó mucho tiempo cuando mi padre regresó, quizá unos diez minutos o menos. Pero no venía solo, a su lado se encontraba un hombre joven vestido con una bata de laboratorio, que ya no era un muchacho, tendría quizá unos treinta años. Me miraba fijamente con una sonrisa, como intentado saber si yo era una buena muchacha, solo por mi apariencia; porque no podía meterse dentro de mis pensamientos... creo que si pudiera hacerlo lo haría. Su mirada estaba comenzando a ponerme algo nerviosa, algo habitual en mi (aunque solía ser callada eso no significaba que fuese extremadamnete tímido, pero tampoco era agradable que te mirasen como si quisieran leer tu alma), asique decidi romper la incómoda situación presentandome, a mi y a mi pokemon.

-E.encantado, me llamo Aratani y ella es mi pokemon Eevee.- Eevee hizo un pequeño gruñido para nada agresivo, creo que intentaba presentarse. Miré a mi pokemon con gesto divertido, es tan adorable...

-Yasahiro, soy científico pokemon. Trabajo en el laboratorio de Ciudad Petalia- Se presentó.

-Encantado de conocerle Yasahiro...

-Dime Hiro- Me interrumpió con su socarrona sonrisa- Tu padre me ha dicho que emprenderás un viaje como entrenador pokemon... siempre creí que vendrias a ayudarme al laboratorio al terminar tus estudios.- Suspiró- Ya que eso no será posible... al menos tendrás que hacerme un favor, para ayudarme en mi investigación.

-¿Qué favor?- Le pregunté temerosa ¿Acaso pretendían hacerme trabajar en el laboratorio? Lo único que quiero es tener una aventura como entrenador, ya... trabajaré después.

-Quiero que completes una pokedex.

-Una pokedex... ¿qué es eso?- Hiro dejo su sonrisa y comenzo a mirarme con gesto serio.

-¿No le has explicado nada a tu hija?- Le dijo Yasahiro a mi padre mientras negaba con la cabeza. - Yo te lo explicaré Aratani. La pokedex es una enciclopedia virtual portátil de alta tecnología que los entrenadores Pokémon llevan consigo para registrar las fichas de todas las diversas especies Pokémon con las que se encuentran durante su viaje como entrenadores. En general, cuando se cumplen ciertos requisitos, la capacidad de la Pokédex se puede aumentar permitiendo almacenar datos de otros Pokémon, que no son comunes, como los legendarios y los Pokémon que no son originarios de esa región. A dicha Pokédex "ampliada" se la conoce como Pokédex Nacional.

-¿Y.y me quieres dar una?-Pregunté asombrada.

-Por supuesto, en esta región hay mucha variedad diferente de pokemons y me sería de mucha ayuda que recogieras información sobre ellos- Me dijo a la vez que me hacía entrega de lo que supuse que era la pokedex.

-M.muchas gracias...-Respondí aun asombrada.

-Deberás venir a visitarme de vez en cuando para enseñarme tus progresos. Y eso es todo... deberías irte ya rápidamente hacia el lago, los chicos te están esperando.

-¿C.chicos?- Carraspee mi voz para evitar seguir tartamudeando... en verdad estaba muy nervioso.- ¿Qué chicos?

-Te ayudarán con el viaje. Al igual que tu también tienen una pokedex y un único pokemon inicial, aunque... el tuyo no es un pokemon inicial en toda regla.

-¿A que te refieres con eso..?- Ese Hiro no podía estar insinuando que Eevee no era mi pokemon, espero que no se refiriese a eso. Fruncí levemente mi ceño.

-Me refiero a... ¿sabes qué? Pregúntaselo a los chicos si quieres ¡Te estan esperando!

Para hacer esta fic no me basearé en los videojuegos ni en la serie original.