Capitulo 4-1: El rescate de la peliroja
El rescate de la pelirroja.
"Juggernaut, Juggernaut. Ha despertado el Juggernaut"
Año desconocido.
Iluminando su camino por el sombrero. Se adentró a las cuevas profundas con una misión: encontrar a aquella pelirroja que había visto tan solo momentos atrás.
Quizá ya estaba muerta, ese era la mayor posibilidad. Ya había visto de primera mano lo que ocurren con muchos niños que entran al inframundo sin tener idea de los monstruos que lo habitan, son los primeros en morir y en convertirse en comida de monstruos.
¿Por qué la estaba ayudando en primer lugar? Por lo regular esa situación le habría dado igual y se habría retirado. No le debía nada a Ana, incluso le tenia rencor guardado por haber impedido que se convirtiera en mensajero tres meses antes. La respuesta era simple, se vio reflejado en ella cuando perdió a Martha, la memoria de ver a su amiga muerta hizo que tomara aquella decisión.
Ahora, se encontraba cada vez más adentrándose en las cuevas profundas. Caminando con rapidez y esperando poder encontrar a aquella pelirroja de cabellos rojos que fue bastante cortante con el momentos atrás.
***
¿Cómo había llegado a eso? Esa era la pregunta que Reiko se hacía mientras esquivaba el ataque de un Holder, perdiéndolo de vista por culpa de que el sombrero solo iluminaba hacia adelante, obligándola a voltear.
Los Holder en esencia son arañas gigantes con un brillo morado en su abdomen. Siendo rápidas y letales, pudiendo mirar en la oscuridad gracias a sus múltiples ojos y escuchar ruidos gracias a su sentido del odio, sin agregar que sus telarañas ayudaban bastante.
Estaba recogiendo piedras doradas con tranquilidad, como encargo del gremio, pero en su camino se encontró con un chico y un Holder muerto, el chico fue bastante grosero antes de irse, era exactamente igual que su madre.
Nadie tenía fe en ella, nadie creía que ella sería capaz de ir a las cuevas profundas y regresar ¿Qué les hacía creer eso? Lo averiguo en el mismo instante cuando apareció el primer Holder.
Sus patas eran duras, su velocidad de reacción era mayor que la suya y cada golpe era fuerte que le costaba trabajo poder bloquearlo.
Acorralada en la pared, apenas alcanzo a esquivar aquella telaraña que le habría llevado a la muerte. Sin embargo una de las ocho patas del Holder le lanzó un ataque que apenas alcanzo a bloquear y su espada salió volando.
Solo faltaba que recibiera el golpe final, sin embargo, el Holder emprendió la huida, como si hubiera visto algo que no quisiera ver. Dejándola a ella sola, dejándola humillada, el enemigo huyo justo después de que le había vencido.
Pronto, comenzó a sentir una gran presión, un miedo irracional. Tomo uno de los cristales que tenía guardado en el saco de su uniforme y esta se hizo invisible... o más bien logro camuflarse entre la cueva, apago la luz de su sombrero, lo que sea que estuviera ahí no podía verle o moriría.
***
Apretaba con fuerza sus puños mientras caminaba de nuevo entre la oscuridad. Su respiración era pesada y sus pasos eran muy fuertes pero silenciosos, estaba molesto, muy molesto.
Ni él sabía porque se sentía así, pero estaba demasiado molesto. La ira se estaba acumulando dentro de él y dentro de poco iba a explotar.
Siguió caminando a donde había visto a aquella elfa, cada vez con mayor velocidad. Llego a la zona por segunda vez en el día, algo se sentía diferente, no por la oscuridad, tampoco por el hecho de que aquel cesto seguía ahí y la masa a ese punto ya estaba seca. Era como si algo estuviera ahí y fuera demasiado peligroso.
Al observar mejor la zona, noto que habían signos de combate. Se adentro aun mas, mientras que esa extraña presión que sentía se hacia mas y mas fuerte.
La presión que se sentía en aquel lugar era enorme, de repente la zona que iluminaba el sombrero comenzó a reducirse poco a poco hasta llegar a la una distancia demasiado pequeña.
"El alto"
Aquello vino a su mente. Sabía que era malo, y sin embargo, miro a aquellos ojos rojos que estaba a una distancia frente a el cuándo lo noto.
"El alto" nadie sabe de su apariencia. Es un monstruo que aparece en la oscuridad y reduce muchísimo la luz de los sombreros, no son muy comunes de ver pero cuando aparecen es una muerte asegurada, pero, su instinto le dijo una sola cosa: "Mira aquellos ojos rojos"
Frunció el ceño y miro aquellos ojos, ojos que eran del tamaño de cuatro ojos humanos que miraban directo a su alma. No sentía miedo o ganas de huir, algo, algo dentro de él le gritaba que el monstruo no le haría daño. Pasaron los segundos... diez segundos, veinte, treinta, cuarenta, en total paso casi un minuto hasta que finalmente aquellos ojos se cerraron y la luz volvió a la normalidad.
El monstruo se había ido y la presión del lugar se esfumo.
Dejo escapar un sonido de alivio, sintió su sudor pesado y sus manos comenzaron a temblar. Era la característica de este monstruos, incluso los más valientes no pueden resistir el miedo al ver esos ojos, aquellos ojos sacaban los peores miedos.
Iluminando más, comenzó su búsqueda por aquella chica. No había nadie, no encontró nada. Como él se temía había llegado tarde y aquella chica quizá ya era comida de Holder.
Choco contra la nada... más bien choco contra una chica que estaba con un hechizo de invisibilidad, la chica cayó al suelo. Era aquella misma elfa que había visto momentos atrás, la misma pelirroja que había dicho que se fuera.
— ¿A quién buscas asaltar con eso?
Pregunto, escucho como aquella persona inhalo fuerte y casi pega un grito antes de que volviera a ser visible.
—Tu.
— ¿De casualidad te llamas Reiko?
La elfa se sorprendió de aquello.
—S...si ¿Cómo sabes mi...?
No le dijo nada. Al verla sentía un ardor dentro de el, algo se estaba acumulando y necesitaba ser liberado... se contuvo, no podía desgastarse por cosas que no le eran de su incumbencia.
—Tu madre te está esperando en la superficie, y si no quiere terminar como una masa humana entonces lo mejor es que vengas conmigo.
— ¿Por qué debería de creerle a un vagabundo como tu?
Aquella respuesta desagradable hizo que pusiera una cara de asco al ver a Reiko.
— ¿Cómo te atreves a mirarme con esa cara? ¿Sabes que rayos soy?
—Solo sé que eres Reiko y tu madre Ana junto con Ximena te esperan en el gremio. Asi que lo siento que tenga que ser yo el que venga en tu búsqueda.
Reiko le lanzo un puñetazo, el solo lo detuvo con una de sus manos, otro golpe se dirigió a sus abdominales. Lo único que sintió fue una ligera molestia, al sentir las manos, noto que ella quizá no tomaba mucho las espadas, eso era algo muy malo según su intuición junto con corazonada.
— ¿Quieres continuar con este lamentable show?
—Púdrete.
—También lo deseo, pero antes de que seas convertida en masa de Holder cuéntame ¿Por qué estás en este lugar donde los Holder matan a niños como moscas?
—¿Y eso a ti que te incumbe?
—En nada en realidad —Soltó el puño de Reiko —Solo me extraña que alguien como tu este en este lugar y que no hayas salido huyendo en cuanto viste aquella cesta.
—¡No soy una cobarde!
— Deja de jugar y acompáñame. No quiero tener la necesidad de noquearte y quedar como un secuestrador.
Escucho como Reiko dejaba escapar un resoplido de enojo. Era una niña mimada.
—¡Muévete! —Dijo con dureza —No quiero que un Holder o ese monstruo conocido como "El alto" regresen aquí y terminemos en una mala posición.
—¿Desde cuándo me das...?
—¡DESDE ESTE MOMENTO! —Le grito. Reiko solo se quedó callada y se asustó cuando le lanzo una mirada asesina —¡Muévete de una vez! ¡Y piénsalo dos veces antes de volver aquí!
Reiko se quedó callada y comenzó a seguirlo. Ella solo murmuraba cosas y sabía que eran sobre él.
—Me llamo Aidan, por cierto. Aunque no importa, dudo que después de esto nos veamos de nuevo.
Solo miraba hacia atrás para verificar que Reiko aún le seguía, ella seguía detrás de él. Le miro y solo le lanzo una mirada de desaprobación ¿de dónde venía aquel sentimiento? No lo sabía en realidad pero en ese momento sentía un gran desprecio por ella.
***
"Los mensajeros, tienen los tornillos flojos" Aquellas palabras de su madre resonaron con fuerza en su cabeza en ese momento, palabras que poco a poco estaban comenzando a tener sentido al ver a Aidan quien le estaba guiando.
—Oye, ¿Cómo es que eres tan fuerte?
El chico hizo un sonido de "¿mmm?" confundido, era como si aquella pregunta no se lo esperara y no tuviera una respuesta.
—No lo sé —Respondió el chico —Hace mes y medio desperté estando ya aquí en Ofiria, no recuerdo nada de mi vida antes de eso. Quizá debí de haber sido aventurero pero no creo, nadie me ha reconocido aquí ni en el gremio. Lamento decepcionarte y no tener una respuesta clara.
¿Amnesia? Era lo más obvio si el chico decía la verdad, pero, sentía que algo no andaba bien, como si algo no estuviera en su sitio con ese chico, como sí.. La estuviera llevando a un lugar indeseado.
—¿Cómo es que mi madre te encontró?
—Eso no es asunto tuyo.
El tono con el que le contesto no le gusto para nada ¿Quién se creía que era?
—Oye ¿Por qué no me hablas con más respeto?
No respondió. Era como si ignorara aquella pregunta.
Los dos siguieron caminando, con tranquilidad, a paso lento pero seguro. Pronto, Aidan hizo que se detuviera, estaba tenso, como si supiera que algo estaba a punto de venir.
—Reiko... No... Mires... Arriba.
Seguido de eso, una especie de líquido espeso cayo en el hombro de Aidan. Era algo muy familiar, era algo que ella habia visto muchas veces: Era saliva.
Un vampiro.
— [Técnica del destello]
Desenfundo su espada, la hoja de esta se cubrió de destellos, no miro hacia arriba, cuando vio la saliva comprendió el porqué, ese era el peor error que se podía cometer contra un vampiro.
Ambos sabían que la luz de sus sombreros les estaba manteniendo a salvo, si alguno de los dos miraba hacia arriba, entonces el vampiro tendría oportunidad de poder quitarle el sombrero y desaparecer su única fuente de luz, lo que los dejaría una muy mala posición para poder pelear.
—Sigue caminando Reiko... muy... despacio, intenta imitar lo mismo que yo hago.
Reiko trago saliva, sabia que la situación era mala.
Vampiros, a diferencia de los típicos chupa sangre, aquí eran diferentes. Ellos nunca fueron humanos, son monstruos que pueden imitar a la perfección a los humanos pero todas sus fortalezas son destruidas por una única debilidad: cualquier tipo de luz les daña sus ojos.
Si no habían sido atacados aun era porque el vampiro no quería dañar sus ojos, a diferencia del resto del cuerpo los ojos se regeneraban de forma muchísimo mas lenta.
Aidan levanto el pie con lentitud, como si estuviera caminando en cámara lenta y Reiko le imito, debía dejar a un lado el miedo que le estaba comenzando a tener.
—[Técnica del hielo].
Su acompañante detuvo sus movimientos de forma repentina, la hoja de su espada se cubrió de un aura azul y fría.
—Reiko...
—¿Si?
—Apaga el sombrero, y enciendelo cuando te lo diga.
— ¿Estás loco?
—¡Solo hazlo! —Le dijo con dureza
Sin decir nada más, sin oponerse, depositando la confianza en Aidan a pesar de ser tan grosero con ella, apago la luz y con la esperanza de que no muriera en cuanto la apagara. Fue al mismo tiempo, como si estuviera cronometrado.
— [Ventisca]
Lo que vio se podría decir que era un verdadero espectáculo. La espada de Aidan se cubrió de un color azul que brillaba en la oscuridad de la cueva y lo iluminaba, vio un corte ascendente y lo siguiente que presencio fue una silueta humana que era la del vampiro, todo ocurrió tan rápido que no tuvo tiempo de procesarlo.
—[Estocada de hielo]
Justo cuando el brillo azul desapareció, este volvió a brillar con mas intensidad y ilumino mas la cueva, alcanzándose a ver como una estaca de hielo atravesaba a vampiro.
—¡Demonios! —Dijo Aidan frustrado, como si hubiera fallado — ¡Reiko, enciende el sombrero!
Los dos encendieron sus sombreros y su visión regreso, ahora veía algo más que oscuridad y el brillo de la espada de Aidan.
Su vista se adaptó de nuevo a la luz, y lo primero que vio fue al vampiro, con la espada enterrada en su pecho, pero no justo en el corazón.
Reiko no desaprovecho aquella oportunidad, era su momento de atacar.
— [destello impuro]
Lanzo una estocada en contra del vampiro, y justo cuando la espada toco el pecho del vampiro un destello hizo que parpadeara, la espada de Aidan se desenterró del pecho y el vampiro voló a la oscuridad de la cueva.
—Bien hecho.
El tono de humildad de Aidan de alguna manera le hizo sentirse halagada.
—No eres tan mala. Te debo disculpas por pensar que eras una inútil
—Tranquilo, alguien como tú no...
—Retiro lo dicho. Sigues siendo una arrogante y esa actitud te dejara como buena para nada un dia de estos.
Eso ultimo amargo lo que iba a decir y se quedó callada.
Mientras seguían caminando, Aidan escucho pisadas o más bien el eco de estas. No eran las suyas, ni la de otros aventureros, eran cientos, miles de pequeñas pisadas, justo más delante de donde se encontraban.
—Reiko... —Se detuvo — ¿Escuchas esas miles de pisadas haciendo eco en la cueva?
Esas pisadas eran demasiado familiares, unas pisadas que siempre escuchaba cuando estaba en las cuevas profundas y que solo significaban una cosa: peligro. Quería decir que había un grupo de Holders cerca... no, más bien había un nido cerca y eso solo significaba que sin querer tomo una ruta equivocada.... No, la ruta era correcta, lo que ocurrió fue que los Holders se movieron de sitio y ahora había un nido demasiado cerca de ellos.
—Si —Respondió Reiko, quien confirmo su enorme sospecha—¿Es una mala señal?
— ¿En serio me preguntas eso? se supone que quieres explorar este lugar y ¿no entiendes lo básico?
Ella solo le miro con furia, pero eso no importaba, lo que debía hacer era intentar evaluar la situación.
—Hay un grupo de Holders cerca. Incluso peor que eso, debieron de moverse y ahora están en nuestro camino, si ese es el caso entonces tenemos un serio problema.
***
La mirada de Reiko cambio de enojo a miedo en menos de un segundo después de decir aquello. Entendió que no era difícil hacer que la chica se calmara, pero sabía que ella en el fondo era una niña mimada... le recordaba demasiado a Sarah y las ganas de querer matarla no le faltaban.
"Pediré una buena paga por esto" pensó mientras seguía caminando.
Unos metros más adelante, Aidan logro deslumbrar una luz morada, le pidió a Reiko que apagara su sombrero y se movieron guiados por aquella luz... y vieron que pasar por ahí sería casi imposible.
Se dio cuenta que quizá por el enojo tomo un mal giro... no, no habían tomado mal la ruta, la zona le era demasiado familiar, el problema era que ahora una migración de Holders estaba en aquel lugar.
Eso lo dejo confundido ¿en qué momento pasaron esos Holder? Era cierto que las cuevas profundas tenían un enorme parecido a un laberinto, pero, incluso estando enojado se podría escuchar venir a un grupo de Holders, incluso solo uno de ellos podía llamar la atención solo con sus pisadas, eso solo lo dejaba con el hecho de que había dado un mal giro y si ese era el caso ¿en dónde dio un mal giro?
Miro a las paredes de la cueva, donde confirmo que no se habia desviado, ahí estaba una marca de mensajero. Una marca que dejaban ahí los mensajeros que pasaron anteriormente marcando una ruta segura, esa marca era reconocible para cualquier mensajero, era la marca de la ruta regular y eso quería decir que estaban en serios problemas.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top