Capitulo 3-2: Ana Uguisu. La elfa del inframundo.

Exhalo justo antes de atacar la piedra, clavo su espada dentro de esta con facilidad y justo después un destello hizo que la piedra se hiciera pedazos. ese era el poder de la [Técnica del destello], que había estado perfeccionando a lo largo de los años, y aun 12 años después era capaz de golpear tan fuerte como lo hacía desde el primer día. Suspiro, estaba aliviada de que a pesar de su inactividad y su estilo de vida, aun era capaz de defenderse ante cualquier monstruo que se le pusiera en frente... aunque su trabajo ya no consistía en enfrentarse a monstruos... al menos no a los que ella esperaba.

Enfrentarse a aventureros y a sus jefes era bastante agotador. Incluso para alguien que estuvo trabajando diez años de mensajera, sin embargo preferia pelearse con su jefe por cualquier tontería a tener que estar enfrentando a monstruos que intentaran atentar contra tu vida y comerte hasta los huesos.

Guardo su espada, y solo pudo escuchar unos aplausos. Era su hija, Reiko Uguisu. Quien le miraba con brillo en sus ojos, un brillo que ella tuvo alguna vez en su vida.

— ¡Eres increíble, mama! Yo tengo que darle dos o tres golpes para poder romperla.

—Tienes que practicar, cariño. —Le dijo acercándose a ella sonriendo. —Pero recuerda, esto tiene que ser usado solo para defenderte, no para ganar fama o para atacar...

Reiko escucho atenta todo lo que le estaba diciendo, podría decirse que era bastante entusiasta. No entendía de donde ella saco la idea de que quería ir al inframundo, en el fondo ella quisiera que no fuera, pero, también sabia que sobreprotegerla la llevaría al mismo limbo en que ella cayo y al final del dia cometeria los mismos errores.

Forzada, tuvo que comenzar a enseñarle a Reiko a cómo defenderse... y resulto que ella era bastante talentosa. En poco tiempo domino la [Técnica del fuego], no estaba bien pulida pero el poder dominar las [sub técnicas] con rapidez era algo bastante impresionante, luego comenzó a enseñarle la técnica del destello. Cualquier madre estaría orgullosa de que su pequeña aprendiera rápido. pero había un enorme problema, uno que hacía temer que ella cometiera una enorme locura de la que nunca se perdonaría.

—¿Cuándo poder ir al inframundo mama? —Le pregunto con entusiasmo —Quiero ver a un monstruo real y conocer la mejor forma de poder acabar con el.

—Aun no. —Dijo con asertividad

—pero ¿Por qué? Ya se pelear con la espada a la perfección, puedo arreglármelas para...

—Puede que seas talentosa, hija, pero el inframundo no es un juego.... —Interrumpió —... ¿sabes al menos que clase de monstruos hay en ese lugar?

—Sí, están los Holders

— ¿Cuáles más?

Reiko no respondió. Eso le decía lo que le temía, no llevaba el conocimiento necesario para ir al inframundo.

—No solo están esas arañas gigantes en el inframundo. Hay una inmensa cantidad de monstruos ¿no has leído los bestiarios?

Reiko miro abajo avergonzada.

—por eso mismo no podrás ir al inframundo. Podrás tener las habilidades, pero no tienes el conocimiento. Asi no vas a poder sobrevivir mucho tiempo en el inframundo.

—pero mama...

—Sin peros. Cuando yo comencé en esto me hicieron leer todo el bestiario en solo un día, y fue porque no me quedaba opción.

—Aun asi, quiero llegar a ser como tú, Mama...

—No, tú tienes que ser mejor que yo. Por esa misma razón es que no te estoy permitiendo entrar al inframundo.

Reiko dejó escapar un quejido. Ignoro aquello, ese era otro motivo por el cual no le estaba permitiendo ir al inframundo.

—Atácame.

Reiko le miro confundida.

—¡Vamos! —Su asertividad hizo que Reiko diera un salto —¡Atácame! ¡Cualquier ataque basta!

Reiko desenfundo su espada y le ataco con una estocada que ella desvio con facilidad. Luego un corte que bloqueo y otro corte que igual bloqueo.

—Si no puedes hacerme un rasguño, entonces no estas lista.

Eso pareció activar un botón en su hija, quien le ataco con todo lo que podía múltiples veces. No dudaba en que ella tenía talento, pero a medida que bloqueaba más y más ataques podía notar como su hija cada vez se frustraba más y más. En uno de los cortes ella bloqueo y la miro a los ojos.

—¿Ves a lo que me refiero? No conoces a tu enemigo y no intentas hacerlo, aun cuando las dos entrenamos todos los días —Ella usando su mayor fuerza, logro empujar a Reiko y que cayera al piso —Si no intentas conocer a tu enemigo entonces siempre vas a perder.

Reiko se levantó con rapidez y ataco con todo lo que podía. Solo pudo negar con la cabeza. Eso hizo que su hija gritara y lanzara un torpe ataque con mucha fuerza que esquivo, una patada fue suficiente para mandarla de nuevo al suelo.

— ¿Crees que gritando vas a superar a los monstruos? Así no vas a llegar demasiado lejos, morirás en la capa Zero, donde mueren la mayoría de las personas que hacen lo mismo que tú.

Reiko chasqueo la lengua de frustración, mientras trataba de recuperar su espada para tratar de continuar, pero la pateo para alejarla.

—También eres lenta en situaciones de desventaja. No debes perder nunca el tiempo chasqueando la lengua, no deberías de hacer eso. Es mostrar debilidad al enemigo.

—pero... los monstruos no tienen conciencia. —Dijo enojada

—Oh si, créeme que la tienen Reiko —Enfundo su espada. —Ellos pueden incluso oler tu miedo. Cualquier forma de debilidad es la muerte, si quieres ser aventurera o mensajera debes saber que hay que tener la mente en alerta en todo momento. Un momento de distracción significan muerte, en lo único que todos somos iguales en el inframundo... es la muerte.

Reiko dejó escapar un resoplido de frustración.

—Y frustrarte también causara tu muerte. Si esto fuera un combate a muerte te habría ganado en poco tiempo.

—pero... eres súper fuerte, mama.

—Incluso alguien débil puede vencer a alguien fuerte Reiko. Una de las siete grandes potencias podría perder contra cualquiera si dejan que la arrogancia les ciegue ¿sabes quiénes son las siete grandes potencias?

—si

— ¡pero dime quienes son! ¡No me digas solo que sí! ¡Por ese motivo siempre repruebas en la escuela!

—El dios elfo Luthais, La Heroína de la oscuridad, Laplace, El vampiro de la muerte, Flor de hielo la elfa de la ultra violencia y Rosa Negra.

—Ellos están entre las siete grandes potencias porque no solo confían en su habilidad física, también usan la cabeza y es lo que falta a ti, Reiko. Lee todos los bestiarios y llénate de conocimiento, eso te va a ayudar y incluso te va a salvar la vida para cuando las cosas se pongan muy feas.

—si... mama

Respondió Reiko con frustración mientras se levantaba a buscar su espada.

—Bien, dejémoslo por hoy. Yo tengo que volver al trabajo, cuida la casa en mi ausencia.

***

Al llegar a su oficina, suspiro al ver las estanterías llenas de expedientes y su escritorio desordenado, recordó que horas antes había dejado su trabajo a medio hacer para tomarse un momento de relajación ordenado por el jefe mayor Urano. Al final termino pasando el tiempo entrenando con su hija, algo que de alguna manera le relajo.

Apenas llevaba unos minutos en su oficina, acomodando todos los documentos que dejo sobre la mesa cuando alguien entro, era Ximena, la empleada a la que más le tenía cariño y quien más confiaba, tenía mucho sudor en su frente, cuando pasaba eso quería decir que algo malo pasaba.

Decir que era ella en quien mas confiaba no era porque era buena en su trabajo, de hecho debio de haberla despedido hace mucho pero tenia una cualidad que le era muy útil y porque era su mejor amiga, a quien conocio en un momento oscuro.

¿Cuáles eran dichos planes? Simple, ella sin que nadie más lo supiera formaba parte de una facción secreta del país de Ofristran, país donde se encontraban, una facción que estaba en contra de una gran amenaza que llevaba siglos oculto y que estaba volviendo con fuerza.

¿una simple jefa de recepcionistas podía hacer eso? Sola no, pero ella tenia a ciertos aliados que le estaban ayudando y uno de ellos era el jefe mayor quien le había mandado a descansar unas horas atrás.

—Jefa, tenemos una situación.

No pudo evitar llevarse la mano a la frente, tenia algunas ideas de que algo habia salido mal mientras estaba entrenando con su hija, no es que se arrepintiera de eso pero los problemas era algo que ella odiaba.

—Ay no ¿Julie volvió a vomitar a un aventurero por su embarazo? —En ese momento algo hizo clic en su cabeza, se supone que esa empleada debería de estar en casa.

—No, al menos de momento.

—¿Cómo que de momento? ¿Ella vino aun cuando tiene licencia maternal?

En ese momento se puso de pie para ir a hablar con la empleada... más bien a regañarla por no aprovechar su licencia de maternidad y ponerse en riesgo a ella y a su bebe.

—¡No, jefa! ¡No es ese el asunto!

Eso no le alivio, esperaba que fuera eso. Al menos tendría un problema menos y podría terminar sus deberes que le quedaban.

—Entonces ¿Cuál es el problema? Espero que eso no acabe con mi buen humor que tengo en este momento.

—Vera... ¿recuerda que sospechábamos de ese trio de imbéciles estaba asesinando a mensajeros para cobrar el seguro del superviviente?

—Así es.

—Bueno... el trio está muerto y eso ha echado a la basura todas nuestras sospechas...

Se escuchó un crac en la oficina, era la pluma que estaba sosteniendo y se había partido a la mitad. Estaba luchando para no comenzar a gritar y controlar la ira que se había encendido en ella en ese momento.

El gremio sospechaba que tres individuos: Clark, Sarah y Dogger estaban formando equipo para asesinar a mensajeros en los trabajos de grupo para cobrar los seguros de supervivientes, debido a esto, se le otorgo el trabajo de investigar a estos tres sujetos. Todo fue fácil al principio, después de todo ella tenía acceso a los archivos del gremio y a los cristales archiveros y encontraron cosas bastante interesantes.

Lo primero y lo que más resaltaba era la cantidad de dinero que tenía el seguro, cincuenta mil bits. Una cantidad bastante considerable y que daba un buen colchón económico.

En sus días de mensajera había escuchado de aquel seguro, eso era de conocimiento universal para cualquier mensajero, pero conseguir ese seguro era difícil, más por la forma en que funciona la mensajería.

Los mensajeros en su mayoría no son controlados al cien por ciento por el gremio, siendo algo parecido a "recaderos" de los cuales el gremio aprovecha, así que estos lo único que tienen que tener es el permiso del gremio para poder ejercer y utilizar el uniforme de mensajería que el gremio proporciona, no tienen limitaciones como las familias de aventureros, los cuales si son controlados por el gremio... al menos la gran mayoría de las familias.

Además, ser mensajero es ridículamente fácil, cualquiera puede ser mensajero incluyendo niños debido a los pocos derechos infantiles que existen en el país, por le casi cualquier niño podría convertirse en mensajero, pero ¿Por qué un niño iba a querer eso? Era otro de los principales problemas del pais.

Una alta tasa de niños eran de la calle, y como forma de huir a aquello van al inframundo. Eso ultimo lo sabía muy bien después de haber vivido un tiempo en la calle durante su infancia.

Sabía que estaba siendo hipócrita al querer restringir que esos niños se convirtieran en mensajeros pero tampoco podía seguir permitiendo que mas niños murieran de la forma tan horrible como había ocurrido con su hermana años atrás. Esto la tenía en un gran dilema.

La mayoría de los mensajeros, venían de la calle y los más fuertes sabían lo que era vivir esa dura vida, por eso, un seguro con esa cantidad de dinero era algo que no se podía ignorar. Además, ese seguro tenía un agujero muy grande, si los mensajeros estaban desaparecidos por dos días el seguro se emitía y si dichos mensajeros desaparecidos reaparecían el gremio no obligaba a reembolsar aquel seguro

— ¿Esos tres están muertos? ¿Es seguro aquello?

—Aún están investigando y buscando los restos... pero encontraron la cabeza de Clark en el tercer piso... solo eso... aún se están buscando a los otros dos.

Suspiro. El trabajo de dos meses había sido tirado a la basura y con eso ya no tenía formas de poder controlar ese seguro y por ende, convencer al gremio de controlar a los mensajeros.

—¿Quién fue el mensajero que sobrevivió?

—Aidan.

—¿y ese quién es?

—era el chico que sobrevivió al último trabajo en grupo y impidió que el seguro del superviviente se cobrara la última vez.

Recordó ese asunto una semana antes. Aquel trabajo fue un desastre según las palabras de Clark, sin embargo eso era lo que querían para sospechar más de el, sin embargo ese chico apareció con vida y arruino los planes de Clark, y también le ayudo a ella, puesto que la declaración del chico le decía que ahí había algo extraño.

—¿Cuál era su estado cuando llego?

—Estaba demasiado herido y apenas podía mantenerse en pie. Es un milagro que llegar aquí en primer lugar, me sorprende que pasara todo eso sin que fuera atacado.

—Entonces debió ser algo demasiado malo —Dijo mientras tiraba su pluma a la basura y sacaba otra de su escritorio — ¿y que paso con el soplon del que me hablaste?

—El era el soplon.

—¡¿Qué?!

El grito de Ana se escuchó hasta el pasillo. Luego de eso respiro con profundidad antes de volver a hablar.

—¿Me estás diciendo que el soplón fue el que sobrevivió? ¿Segura que el tipo es de confianza?

—Este —Ximena giro sus ojos a otro lado, como si fuera una niña intentando mentir.

—Ximena —Le miro con severidad, se había dado cuenta que ella le estaba ocultando algo. —¿Sabes que soy la única que esta impidiendo que te despidan?

Ximena suspiro antes de responder y sacar de su sostén lo que parecía ser una bolsa, haciendo que sus atributos regresaran a su tamaño normal.

"Elegiste el peor lugar" pensó pero se lo guardo para no herirle sus sentimientos.

Dentro de la bolsa había lo que parecía ser algunas anotaciones y cartas. Al leerlas noto que eran de Clark, una evidencia bastante fiable que podrían ayudarles, quizá no todo estaba perdido.

— ¿De dónde sacaste esto?

—el soplón es bueno robando —respondió Ximena —Hablé con Aidan, le ofrecí dinero a cambio de hacernos ciertos favores.

Con eso comenzó a surgir una preocupación para Ana.

— ¡Ximena! ¿Le pediste que hiciera eso aquí en la oficina?

—si ¿hay algún problema?

Ana se levantó de su asiento y fue a una de sus estanterías donde saco un cristal, esta emitio una especie de holograma donde tomo una hoja de papel y la coloco en el holograma, muchas letras brillaron y ahí se escribió lo que parecía ser un guion pero en realidad lo que era es la conversación que habían tenido Aidan y Ximena, acto seguido tomo otro cristal igual de su escritorio y lo coloco escondido de nuevo en su estantería.

El cristal que había sacado la guardo en su bolsillo.

—Menos mal me dijiste. Tenemos más pruebas de que hay una red de estafas de cobradores de seguros, y tambien nos libramos de problemas por tener grabación de esa llamda.

Una vez dicho eso. Saco una hoja de su escritorio y comenzó a escribir.

—Espero tener una conversación con el muchacho en algún momento... mientras... Iré un rato a visitar el redil. Si es todo lo que tienes que decirme, retírate Ximena. Hay mucho trabajo por delante y son casi las seis de la tarde, habrá aventureros que están regresando.

Cuando le dijo eso, Ximena se retiró mientras escribía en la hoja. Quizá habían perdido lo más valioso, pero ahora tenían algo bueno a lo que aferrarse para poder avanzar después de meses de atasco.

Cuando Ximena cerro la puerta, fue cuando ella le puso llave para que nadie mas entrara. En su rostro se comenzo a formar una especie de masa que tomo forma de una mascara negra, saco de sus bolsillos un cristal de comunicación y de esta se mostro una especie de interfaz y una imagen que mostraba a otra persona enmascarada.

—Jefazo... —Dijo con naturalidad. —Los tres sospechosos están muertos, asi que no podremos saber si forma....

—Ya me he enterado, es algo desafortunado pero era de esperarse.

—¿Deberiamos investigar mas?

—No, confirmamos que esos tres no sabían nada de quien buscamos. Lo que me interesa ahora, es ese muchacho. Llevamos tiempo mirándolo y seria un buen miembro.

—¿Quiere que lo investigue mas?

—Si, me gustaría tenerlo con nosotros.



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