Capitulo 2-3: Un día normal en mensajería...

Una alarma sonó en su cabeza que lo hizo despertar. Una vez más había tenido aquella pesadilla, pero al menos en esta ocasión la pesadilla había sido menos fuerte. La había visto a ella, había visto a su amiga una vez más en sueños. El trauma de no poder hacer nada aun le tenía comiendo la cabeza.

—Martha...

Se levantó de la cama y vio el reloj, eran la una de la mañana. Era momento de prepararse para el trabajo.

El uniforme de mensajero era un uniforme bastante sencillo: una camisa blanca manga larga con guantes blancos, pantalones de color negro, botas para atravesar los terrenos del inframundo y un sombrero con el escudo del gremio para diferenciarlos de los aventureros. Un uniforme que no era apto para los cambios de climas. En su cintura tenía en cinturón de objetos que incluían tres cristales de curación, dos cristales explosivos, un cuchillo y a los lados tenia colgando las dos fundas de sus espadas, en el lado izquierdo la antigua y en la derecha la nueva espada de hoja azul.

Aun así, no quería que su amada gabardina se manchara de sangre, así que saco del ropero de la habitación otra gabardina más sencilla que no incluía esa bolsa mágica, era una gabardina sencilla que al menos le cubriría un poco del frio. Tomo su mochila de viajes, pero antes de irse miro su otra mochila. Sin pensar mucho fue a ella, tomo el fusil y la pistola mágica. El fusil se lo coloco en la espalda a un lado de la mochila y la pistola junto con su cuchillo. La pistola ahora estaba oculto por la gabardina y con eso salió de la habitación lista para afrontar un nuevo trabajo.

Al llegar al gremio, miro su reloj y vio que faltaban diez minutos para las dos de la mañana, fue a recepción a preguntarle sobre aquello. Ahí estaba ella, dormida y disfrutando de un sueño en el trabajo, si hubiera tenido algo le habría dibujado en la cara

—Ximena.

Ximena despertó con rapidez, incluso entrando en un poco de pánico.

— ¡No estaba durmiendo!

En ese momento ya estaría burlándose de ella, pero sabia que no era el momento de hacer eso, así que decidió mantener su profesionalismo.

— ¿Cuál es ese trabajo que me mencionaste ayer?

—Es un trabajo de grupo. Llevar unos paquetes al piso quince donde la familia fénix esta intentando acabar con el leviatán.

Ximena solo le sonrió, aun un poco somnolienta mientras le entregaba un papel sellado. Dándole una mirada de "ya sabes que hacer"

—Deje un Espacio para ti... —Tras eso le entrego el cristal que contenía el documento de manera mágica y el paquete —...ahí tienes todos los detalles, ahora... debo dormir... buena... suerte

Ximena cayó dormida y volvió a su quinto sueño. Aidan entendió de inmediato que eso era una fachada, al fin y al cabo no quería levantar sospechas de que ellos dos estaban planeando algo.

—Gracias, espero que valga la pena o te tiro café caliente encima.

Coloco el paquete en la mochila y comenzó a leer el papel sellado mientras se dirigía a la salida del gremio.

"Día 15 del mes solar 5 del año 1132

El gremio de Ofiria solicita:

Un mensajero que entregue con un grupo de quince mensajeros (incluyéndolo a usted), unos paquetes de diferentes objetos al piso quince del inframundo.

Los paquetes contienen: cristales explosivos, cristales de curación, cristales de sigilo, cristales de munición, cristales de mana y metil refinado para los herreros. Así que maneje el paquete con extrema precaución.

Entregarse antes de las doce de la tarde de la fecha emitida por este documento

El pago total asciende a los treinta mil bits

Ximena Rose. Aidan"

—Tenías que falsificar mi firma

Aidan solo guardo el papel sellado en la bosa lateral de la mochila, al dirigirse afuera, vio a un grupo de mensajeros esperando afuera... deseo mejor haber tomado un trabajo que le pagaran menos de mil bits.

— ¡Miren quien apareció! El mensajero que apenas tiene tres meses y se cree la gran cosa por haber hecho una entrega imposible al piso treinta.

Quien le hablo fue un hombre lobo de pelaje gris y que dejaba escapar mucha saliva por su hocico. La primera persona del trio de imbéciles de los que el gremio estaba sospechando y del que sabía que debía cuidarse en este trabajo.

—Hola, Dogger. —Dijo con poco entusiasmo. —¿También tomaste este trabajo del piso quince?

—Por supuesto, ningún tonto rechaza una oferta de treinta mil bits. —Dogger lamio su hocico dejando escapar gotas de saliva. —Eso incluso un mensajero como tú lo sabe.

—No ensucies mi gabardina con tu saliva.

Eso pareció molestar a Dogger. Quien le gruño con fuerza en un intento de intimidarlo

—Si crees que con unos gruñidos me vas a dar miedo, entonces estas equivocado. Los más débiles que yo no merecen mi respeto. Menos un hombre lobo que me intento robar en mi primer día de trabajo ¿o es que tu poco cerebro ya borro ese recuerdo?

Los dos estaban parados frente a frente... casi, debido a la diferencia de altura Dogger tenía que mirarlo hacia abajo. El metro con cuarenta y dos centímetros de Aidan destacaba con los dos metros y medio de altura de Dogger.

—¿Acaso quieres morí hoy muchacho?

—Me encantaría verlo intentarlo —Respondió con una sonrisa —Así ya no tendría que soportar esa saliva tuya que lanzas al hablar

Después de decir eso se alejó más de Dogger. No quería tener cerca a ese hombre lobo, este trabajo iba a ser el más difícil para él, pero la recompensa podría valerlo bastante.

—¿De dónde demonios sacaste ese fusil?

Esa voz chillona la había escuchado antes. No podía ser, esa enana estaba ahí una vez más para fastidiar la paz de sus oídos.

— ¡No puede ser! —Dijo Aidan indignado. —¿De verdad una niña esta intentando ir al piso quince?

Su tono de burla fue algo que irrito a la enana.

—¿QUE DEMONIOS DIJISTE?

Aun con su metro y cuarenta y dos de altura, Aidan tenía que bajar la cabeza para mirar a la enana, quien tenía la cara roja de la ira.

—¡Ah! ¡Disculpa! Olvido que tienes veinte años y que debería de respetar a mis mayores —su sarcasmo se notaba —pero me es difícil tomarte en serio con esa voz chillona y tus nulas habilidades de combate...

La respuesta de la enana fue un golpe directo a su cara que esquivo, después dio un salto hacia atrás para impedir recibir más ataques.

— ¿Sabes Sarah? Eres de esos mensajeros que se creen la gran cosa pero en el fondo siguen siendo unas ricachonas engreídas que no las quieren en su casa.

—¡Púdrete Albino! No entiendo como los piel morena y cabello blanco tienen derechos como nosotros.

Sarah le dio la espalda y dio pisotones... o una especie de pisotones evitando resbalarse por culpa de la nieve y el hielo. El resto del grupo de mensajeros solo le miraba, algunos con malos ojos y otros indiferentes. Le daba igual, no estaba ahí por validación de ellos, estaba ahí por el dinero.

Muy en el fondo quería reírse, esos dos mensajeros no merecían su simpatía para nada, Dogger era por así decirlo una especie de matón con mensajeros débiles, especialmente con niños mensajero entre los diez y trece años. El tipo les roba desde el dinero que acababan de cobrar hasta incluso la ropa.

Cuando Aidan termino uno de sus primeros trabajos, Dogger le había elegido como una de sus víctimas, la cosa termino con la victoria de Aidan y dejando a Dogger entre la nieve, enterrándolo para que entendiera que no debía meterse con él. Aunque el hombre lobo no aprendió hasta su quinta derrota, donde el hombre lobo se rindió con él.

Sarah era un caso especial, no solo era su voz chillona lo que le irritaba, era su actitud de creerse la mejor pero no demostrar nada. Gracias a las conversaciones que escuchaba de otros mensajeros, sabía que Sarah en el pasado era bastante rica... más bien su padre era rico, pero una serie de malas decisiones dejaron a su familia en la calle y ella ahora tenía que trabajar, en un principio quería ser aventurera pero termino en la rama más baja en Ofiria: la mensajería.

El resto del grupo eran mensajeros comunes y corrientes. Iban a arriesgar su vida para llegar al piso quince, algo que le consolaba un poco era que al menos no iba a tener que estar huyendo de los minotauros en el piso tres, aunque esperaba que las "cuevas superficiales" de la "capa zero" y el piso dos fueran bastante fáciles.

—¡Miren a quien tenemos aca!

Esa voz era agradable de escuchar para el, al menos no todo iba a ser malo en el trabajo.

—¡También me alegra oírte, Lucas!

Ambos se estrecharon de las manos con una sonrisa genuina. Lucas era de los pocos mensajeros a los que no quería usar sus cabezas contra martillos contra la pared. Él fue el único mensajero que le enseño lo básico de la profesión.

—Veo que tampoco podías rechazar tener treinta mil bits. —Dijo Lucas dándole unas palmadas en el hombro —Eres un niño bastante listo.

—Aprendí del que tiene más experiencia.

Lucas solo le sonrió y le dio unas cuantas palmadas en el hombro. No todos ahí eran malos.

—Bien ¿Cuál es el plan de este trabajo? No quiero separarme del grupo después de la última vez.

—Iremos juntos, en grupo según dijo el encargado.

— ¿Quién es el encargado? —Ya sabía quién era el encargado, pero si querían que el plan de Ximena tuviera éxito, debía fingir ingenuidad lo suficiente.

—Yo —se les acerco un elfo —Asegúrate de hacer lo que digo, Albino. No quiero lidiar de nuevo con una separación.

—Primero asegúrate de dar órdenes claras. Lo de la separación ocurrió porque no sabes diferenciar entre izquierda y derecha.

— ¡Me da igual por qué cometiste ese error, albino! ¡Además, debes llamarme jefe!

—No se me da la gana

El elfo le miro con furia, pero no se dejó intimidar por él.

Ese elfo llamado Clark, tenía una mala reputación incluso entre los mensajeros. Un líder inepto que de alguna u otra manera aun cuando la situación era mala no podía dejar de un lado su orgullo, lo que le había llevado en más de una ocasión en provocar fracasos en entregas de grupo. No podía entender cómo es que el gremio siempre lo ponía de encargado en esas entregas.

—Escucha Albino, te dejare las cosas claras desde el principio... aquí yo soy el jefe y tú no eres más que polvo.

—Tan buen jefe eres que en el último trabajo murieron todos menos tu, yo y tus amigos.

Clark le miro con desdén después de decir eso.

—Solo sobreviviste porque tuviste suerte. Hoy esa suerte se te va a acabar ¿de verdad crees que un cobarde sobrevive en mensajería? Yo llevo mas de diez años en esto, incluso soy reconocido.

"No eres un mensajero con título"

—Si no mal recuerdo, tú fuiste el primero en huir en el anterior trabajo.

—Porque soy el encargado, sin mí, todos iban a morir.

—Y aun así solo yo y tu banda sobrevivió, yo creo que si morias quizá el resto de los mensajeros pudo haber sobrevivido.

—yo sobreviví porque soy un mensajero excelente, no por la suerte como fue contigo.

Aidan solo le miro a los ojos antes de hablar otra vez.

— ¿Vas a odiarme todo el día o harás tu trabajo?

Clark solo le miro con enojo antes de darse media vuelta. Solo suspiro cuando lo vio alejarse de el para irse a mal hablar a los demás miembros.

—Admiro tu capacidad de que te deje en paz al instante.

—Eso es porque él sabe que no puede hacerme nada... por el momento.

Iba a ser un trabajo difícil, debía controlar dos frentes: hacer la entrega y desbaratar la mentira de Clark... o quizá, habia una tercera opción.

Su corazón se lleno de oscuridad, recordó que el seguro solo se lo daban si solo uno sobrevivia, solo uno. Miro los rostros de los demás mensajeros y el de Lucas.

—¿Qué te pasa?

—Nada.

Aun cuando Lucas le ayudo, el no lo apreciaba. Al fin y al cabo él también era un mensajero.

***

Bajar los cuatro kilómetros de la capa Zero a través de las cuevas superficiales y los primeros tres pisos del inframundo fue una tarea sencilla... estaban todos juntos, así que al menos eso se podría considerar una victoria.

El grupo estaba conformado por quince mensajeros incluyéndolo a Lucas y a él. Estaban un poco separados pero no lo suficiente para que alguien se alejara del grupo.

—Te noto más callado y pensativo de lo normal, Aidan.

—Recordé una conversación con la recepcionista Ximena.

—Ah, tu "Amiga". — Lucas Resalto la comillas antes de acerlarlo con su brazo —Dime Aidan ¿Cuál es tu relación con ella? Los noto bastante cercanos, incluso te reservo un lugar para este trabajo ¿Qué recepcionista haría algo así?

Aidan no pudo evitar poner una mueca de confusión ante aquella pregunta.

—No somos nada, solo que confio mas en ella para que me selle los trabajos.

—¡Oh! ¡Vamos! No te crees eso ni tu mismo, tienes algo con ella que no quieres revelar.

Solo suspiro antes de responder.

—Ella me dio la oportunidad de poder registrarme como mensajero, la jefa Ana Uguisu no me dejaba y ella se saltó esas normas por mi... diría que me tiene lastima.

—Le gustas. Vamos, que ella te echo un ojo y...

—Me habría dado señales, además, tengo solo doce años ¿Qué rayos debo de estar metiéndome en una relación?

Lucas le miro sorprendido.

—¿Qué?

—Nada, solo que los de tu edad ya andan por ahí teniendo enamoramientos.

Aidan solo resoplo ante eso ¿enamorarse?

—Apenas puedo con mi vida como para ponerme a salir con una mujer...

Sintió una sensación extraña al decir eso último, pero lo ignoro. A su mente vino la imagen de Martha pero la reprimió, en ese momento no necesitaba aquello, estaba en el trabajo.

—¿En qué pensabas? —Dijo Lucas intentando cambiar de tema —¿Estas nervioso porque el narcisista está a cargo? —Eso ultimo lo dijo en voz baja para que solo el lo escuchara.

—Sí, pero porque recordé una conversación con Ximena que tuve hace días. Después del fracaso de una entrega en el piso cinco.

— ¿Cuál? —Lucas se veía interesado en esa conversación.

—Sobre el seguro del superviviente.

Miro a los demás miembros del grupo, ellos seguían con su camino, sin embargo noto que habían unos que estaban bastante cerca. Clark, Dogger y Sarah. Esos tres estaban al frente guiando al grupo y eso le daba muy poca confianza.

—No seas tonto, Aidan. Si esos tres quisieran ese seguro entonces se estarían disparando en el pie. Solo una persona puede recibirlo.

—Pueden desaparecerse y reaparecer una vez que el dinero se entrega. No es la primera vez que esos tres cobran el seguro

—No seas paranoico, aquí hay otros mensajeros bastante fuertes ¿Qué te hace creer que esos tres iban a querer matarnos a todos?

Aidan le lanzo una mirada de reojo antes de responderle.

—La verdadera pregunta es porque no. Lucas, debemos estar alertas. Llegaremos al piso tres dentro de poco y creo... creo que ahí hay algo que nos va a molestar el camino.

Considerando la actitud de esos dos... o lo que había visto de ellos, no descartaba que estaban dirigiéndose a una trampa. Una trampa que se podía ver a simple vista o si simplemente estaba siendo paranoico y Lucas tenía razón.

El grupo llego al punto de transporte del piso tres. Estaban en la mini plaza, Clark se detuvo y espero a que todos estuvieran en posiciones.

Aidan miro su reloj, eran las tres de la mañana, llegar al piso quince sin retrasos tomaría quizá hasta las ocho de la mañana con el paso al que iba el grupo.

— ¡Iremos en grupos de dos! —Dijo Clark mientras se daba media vuelta —Un grupo tendrá que ser de tres, en caso de que se pregunten, ese grupo será el mío. Sarah, Dogger y yo. Los demás elijan a sus parejas para que les cuente el plan. Tomen sus horarios puntuales y hagan bien su trabajo.

Con su codo, toco las costillas de Lucas, le dijo con la mirada que sospechaba de eso, Lucas solo asintió. A simple vista pareciera que los dos se elegirían como pareja de viaje, pero en realidad ambos sabían que se dirigían a una trampa.

Los demás mensajeros no parecían sospechar nada, Aidan sintió un poco de pena por ellos pero no podía hacer nada, después de todo el se dio cuenta de que algo estaba mal por un oscuro pensamiento.

—Nosotros iremos primero, tras eso después ira cada grupo uno por uno en un lapso de veinte minutos, eso para impedir atraer a minotauros blancos contra el grupo. Sigan la ruta regular.

Tras decir eso, Clark pasó el punto de transporte. Aidan junto con Lucas se alejaron de los demás mensajeros, saliendo incluso de la mini plaza para hablar y que nadie les escuchara.

—Eso es sospechoso. Dime Lucas ¿no sospechas de algo ahora que has visto cómo actúan?

Lucas solo trago saliva.

—Estoy seguro que esos tres quieren el seguro del superviviente. Con eso entonces dos podrían desaparecer...

Lucas no tenía como responder a eso, la idea parecía demasiado loca como para poder funcionar. Después de todo un dos contra tres normalmente ganan los que tienen mayoría de números.

—Escucha, tengo una idea para arruinarles el plan.

— ¿Cuál?

—Sencillo... tomaremos una ruta alternativa... vamos por el lago congelado.

—¡Estás loco! —Lucas alzo la voz, pero la bajo de inmediato cuando otros mensajeros le escucharon —Oye, Aidan. Sé que eres fuerte pero eso es una locura, el lago congelado es peligrosísimo ¿no recuerdas que ahí reaparecen monstruos?

Miro su reloj, eran las tres con cinco de la mañana. Según sus cálculos y basado en su experiencia, en promedio cada diez minutos los monstruos reaparecían.

—Por eso mejor deberíamos de apresurarnos. Aunque si no quieres, entonces este nuestro últimos adiós ¡Hasta pronto, Lucas! ¡Te veré en la siguiente reencarnación!

Tras decir eso comenzó a caminar hacia el punto de transporte.

— ¡Oye! ¡Aidan! ¡Detente!

Lucas comenzó a seguirle, intento agarrarlo pero lo esquivo con facilidad y comenzó a aumentar su velocidad, paso a través de los mensajeros que estaban esperando su turno, quienes le miraron con malos ojos.

—Mi turno amigos. Tengo mejores cosas que hacer que estar esperando y seguir las indicaciones de un imbécil.

Eso llamo más la atención de todos los mensajeros, pero cuando intentaron decir eso ya era demasiado tarde y había entrado en el punto de transporte con Lucas siguiéndole.

Al pasar por el punto, salió de la mini plaza sin seguir haciéndole caso a Lucas y tomo el camino que le llevaría al lago congelado.

— ¡Oye! ¡Deja de ignorarme!

Lucas le agarro por fin del brazo y le obligo a verlo. Solo sonrió al ver que su plan funciono.

—Ahora estás conmigo, Lucas. Debes acompañarme al lago congelado o regresar... ya estamos en el piso tres.

—Grandísimo hijo de...

—Yo también te quiero Lucas, pero lo que nos amerita ahora mismo es llegar al lago congelado.

Tiro de su brazo para liberarse y siguió caminando a travez de la espesa niebla del piso.

—¡Oye! ¡Al menos diles a los demás mensajeros lo que esta pasando!

—Podría decirles —Se detuvo antes de darse media vuelta y mirar a Lucas —Pero tú mismo lo dijiste, un mensajero desconfía de otro mensajero ¿Qué me dice a mí que no me tiraran de loco?

Lucas no tenia respuesta para eso porque sabia que era verdad. El mismo le habia enseñado eso.

—Así que nosotros haremos el trabajo y regresaremos al piso cinco donde le joderemos el plan a esos locos... y si no pasa nada, pues solo fui paranoico pero seguí lo mismo que me dijiste el primer día que nos conocimos.

"Aunque si estoy en lo cierto, espero poder tener ese seguro para mí mismo" se dijo a si mismo en su mente antes de volverse a dar media vuelta y seguir con su camino. Lucas se quedó meditando un momento antes de volver a seguirle.

Lo cierto es que solo le dijo a Lucas sobre sus sospechas porque le caía bien, no porque tuviera un apego hacia él.

Tras unos minutos donde parecía que la niebla no tenía fin, llegaron al lago congelado que como su nombre lo decía, estaba congelado pero no por eso era un lugar seguro. Lo que había bajo el hielo era lo peligroso y no era agua fría, era una especie de calamar gigante que esperaba a que una desafortunada victima pisara el lago antes de romper el hielo bajo de sus pies y llevárselo a las profundidades, sea monstruo o sea humano.

La neblina para ese punto comenzó a disiparse un poco, permitiendo una mejor vista al piso y comenzaron a rodear el lago.

—Aidan esto es una locura —Dijo Lucas —¿por dónde nos estas llevando?

—Por un atajo, Lucas. Aunque apenas lleve tres meses de mensajería, este piso se ha vuelto un paseo por el parque —Dijo intentando sonar orgulloso, aunque en el fondo recordaba sus dos persecuciones del dia anterior que lo tenían avergonzado —Tengo mis propios mapas hechos por mi mismo sobre los mejores caminos del piso.

Lucas se detuvo, sorprendido de escuchar eso.

—¿Sabes cartografía?

—No mucho, pero al menos se hacer mapas básicos.

Tras decir eso, saco del bolsillo de su gabardina un mapa de papel que fue hecho por el, no era de un gran tamaño y se lo mostro a Lucas, quien abrió mucho los ojos al ver eso.

—Waw, no me extraña que consiguieras un fusil con rapidez y una espada de hoja azul. Tienes mucho talento para esto...

Ante eso, se detuvo y miro a Lucas de reojo. Nunca le había mostrado esa espada a nadie, a excepción de Belf pero Lucas no estaba ahí como para saber aquello. Así que solo disimulo que no dijo eso, pero algo dentro de él le decía que tuviera cuidado con Lucas.

Tomo su mapa antes de guardarlo de nuevo en su gabardina. Luego procedió a tomar su fusil.

—Sí, aun no estreno este fusil pero esperaría no tener que hacerlo hoy. —Dijo ocultando su sospecha con éxito — ¿Es bonito?

—¿Qué si es bonito? Es un masón cristal, el mejor fusil del mercado. Permite usar tanto cristales de munición como balas de técnicas. Es un arma muy buena y cara. Me sorprende que no sepas mucho de ellos.

—Soy más un hombre de espadas —Era mentira, incluso el día anterior había entrado en una tienda de espadas personalizadas creyendo que eran espadas genéricas —Aun asi, no se mucho de ellas. Soy más de las mazmorras.

—Se nota. Apenas tienes tres meses aquí y incluso has encontrado muchas rutas que te llevan por este piso, impresionante para ser un novato, además de que creciste en las calles ¿no es asi?

—Si. Soy un niño de las calles, nací y me crie en las calles, aunque, eso ya es pasado. Lo mejor es centrarnos en el trabajo.

Reviso el cargador del fusil. Dentro estaba un cristal de munición, el fusil estaba en modo cristal.

No quería sacar conclusiones aun, pero quería estar seguro de que Lucas no estaba confabulado con esos tres tipos que le caían mal.

— ¡Demonios! ¡Estas botas son bastante malas! ¿Crees que debería de cambiarlas?

Se agacho un poco, dando una posición de vulnerabilidad. Atento a su visión periférica... vio como Lucas con rapidez desenfundo su espada y le ataco con el fin de partirlo en dos.

Salto hacia un lado, esquivando la espada y haciendo que quedara enterrada en el suelo, tras eso apunto y disparo sin pensarlo. Una esfera mágica salió del fusil y dio justo en el hombro de Lucas, haciendo que retrocediera.

—¡Arh!

Lucas recibió el disparo en el hombro, haciéndolo retroceder y Aidan aprovecho para obtener más distancia. Disparo por segunda vez, pero esta vez Lucas logro repeler el disparo con su espada. Lo más rápido que pudo regreso su Fusil a su espalda y desenfundo su espada, no fue la de la hoja azul.

— ¡Eres cruel! ¡Dispararme de esa forma!

—Yo no te ataque a traición ¿estas con esos tres?

Lucas solo le miro y no respondió aquella pregunta. Aunque no confirmaba nada, Aidan sabía que no era de confianza. A partir de ese momento todo lo que Lucas le dijera era una mentira.

—Nada personal, Aidan. Necesito el dinero, quiero al fin progresar y no quedarme en este trabajo por toda mi vida

—Asi que estas planeando matar a todos esos mensajeros ¿Qué diablos están intentando hacer?

—No importa Aidan. Al fin y al cabo esto es un negocio.

—Puedo matarte ¿sabes? Y no me sentiré mal por ti, tampoco por quienes van a morir esta mañana.

—Lo siento Aidan, nada personal. Ya te dije yo que no debes confiar en ningún mensajero.

—Así que no queda de otra —Desenfundo su espada, estaba listo para el combate. —Entonces, el que gane será el que viva.

Lucas comenzó a reírse de el.

—¿Qué es tan gracioso?

—Que un cobarde como tu quiera pelear contra mí.

—Tienes razón Lucas. —Se puso en guardia, instando a Lucas a atacarle —Conocerás como pelea Aidan, permíteme presentarse al [Estilo del dios cobarde].

—Queda bastante bien para ti. Eres un verdadero mensajero ¡bah! ¡Al carajo con eso! Si no me hubieran rechazado todas las familias de aventureros no tendría que estar trabajando con sucios chicos de la calle como tú ¿Qué es eso de que en menos de tres meses logres progresar mas que yo solo porque lograste una entrega imposible? Te demostrare que no eres nadie especial.

— ¿vas a pelear o seguirás hablando como un cobarde? Con esa actitud no me extraña que todos te terminaran rechazando, incluso chicos de la calle.

—Grandísimo hijo de...

Lucas tomo iniciativa, Aidan se puso en posición de guardia y ambas espadas chocaron con fuerza. Sin embargo eso no detuvo la oleada de ataques de Lucas.

Sabía que estar a la defensiva era un error, debía voltear el combate. Necesitaba usar una [técnica] pero los ataques abrumadores de Lucas no le permitían tomar un respiro, debía esperar, mirar una pequeña abertura que le permitiera alejarse...

La abertura llego cuando recibió una estocada directo en su cabeza, esquivo por muy poco haciendo la cabeza a un lado y rosando su hombro. Aprovecho esa abertura y el lanzo su propia estocada, pero apuntando al brazo, sin embargo su espada reboto, el tenia protección en ese lugar.

Recibió un corte lateral, esquivo lanzándose hacia atrás, apenas sus pies tocaron el suelo se lanzó hacia Lucas y dio un corte descendente que este último esquivo con facilidad.

—¡TSS!

Rápidas estocadas fue la respuesta de Lucas ante eso que esquivo como pudo, sin embargo esta vez después de defenderse de todas las estocadas Lucas le pateo con fuerza y recibió el golpe en su pecho que lo mando a volar... directo al lago congelando. Mientras volaba por el Aire cayendo a su inevitable muerte, al fin tenía un respiro, unos segundos que le permitían por fin equilibrar la balanza a su favor.

— [Técnica de hielo].

Aterrizo en el hielo, enterrando su espada en esta para impedir que cayera más al centro del lago, increíblemente la espada solo hizo un corte el en hielo pero no se rompió, solo quedo un pequeño corte.

Tras detenerse, concentro fuerza... junto con mana en sus pies, y comenzó a correr de regreso a la orilla donde se encontraba Lucas, sin embargo su sorpresa fue que este también se adentró al lago congelado.

—[Técnica de fuego]

Sintió un pequeño escalofrió al ver la espada de Lucas cubierta de fuego, sentimiento que reprimió apretando los dientes.

—[Hoja de hielo]

Con su espada envuelta en hielo afilado, las espadas de Aidan y Lucas volvieron a chocar. Esta vez hubo una explosión de vapor que hizo que los dos retrocedieran.

Sus brazos vibraron y el cambio brusco de temperatura le afecto a el, y también le afecto al lago, la explosión agrieto el hielo y los dos estaban a punto de caer al agua, eso si no hubieran alertado ya al monstruo que estaba bajo sus pies. El hielo comenzó a agrietarse, amenazando con romperse todo el hielo del lago.

— [Entorno frio].

La temperatura del ambiente comenzó a bajar, y el agua volvió a congelarse, justo antes de que diera su explosión de temperatura "cancelo" la [Sub técnica]. No quería que la subida brusca de temperatura le quitara el suelo y rompiera el hielo.

Lucas estaba corriendo alrededor de el, mirándolo y buscando una abertura por el cual atacarle. No permitió que eso ocurriera, concentro fuerza y mana en los pies y corrió hacia la orilla. Lucas le persiguió pero apenas logro alcanzarle, justo cuando estaba a punto de alcanzarlo dio media vuelta y ataco con su espada aun con [Hoja de hielo], hubo una segunda explosión, pero esta vez fue mandado mas a la orilla y Lucas fue mandado más al centro del lago, el hielo comenzó a agrietarse mas y más. Esta vez no iba a salvar la situación.

Corrió a la orilla donde llego primero. Al fin, victoria, el hielo iba a romperse y Lucas caería al agua, donde el moriría o de frio o por el monstruos que habitaba en sus profundidades, sin embargo nada salió como esperaba...

Un ogro apareció de sorpresa entre la niebla justo cuando al fin había pisado tierra. Concentro mana y fuerza en sus brazos para bloquear el golpe de la maza del ogro con su espada, pero no logro pararse bien y el ogro lo mando a volar de nuevo al lago, que cada vez se agrietaba más y más.

El golpe del ogro en circunstancias normales le habría roto los brazos, pero ahí entraba el [Estilo del dios cobarde]. Al combatir, se utiliza mana, el mana es lo que permite el uso de la magia, de las [técnicas] e incluso el metil que los aventureros extraen de los monstruos es mana, durante su entrenamiento, noto que el mana se movía por todo su cuerpo al combatir e incluso cuando invocaba su amada [Técnica de hielo], así que entre más entrenaba llego a una conclusión: el mana lo es todo.

El noto que de forma inconsciente el cuerpo mueve mana incluso cuando pelea, era obvio que el físico era importante en una pelea, pero, también era importante el control del mana del cuerpo. La mayoría de las personas viven y mueren sin tener que controlar el mana y eso estaba bien, pero para Aidan, controlar su mana era vital, puesto que le daba más fuerza o resistencia en sus músculos y lo que era mejor de todo es que gastaba incluso menos mana que cuando se encontraba peleando de forma inconsciente.

Gracias a eso, incluso podía hacerle frente a los minotauros del piso tres, pero, eso sería gastar demasiado mana. Al fin y al cabo para un mensajero un combate evitado es un combate ganado.

El problema era que este combate ya no podía ser evitado y era difícil que pudiera ser ganado. Aun asi, no iba a caer ahí, no caería en ese lugar. Su orgullo se lo impedía.

El ogro pego un fuerte rugido, la niebla se despejo por completo del lago y a lo lejos podía escuchar otros rugidos... eran más ogros y se estaban dirigiendo hacia ahí.

Sin entrar en pánico se puso de pie con rapidez, quería atacar al ogro, pero Lucas se interpuso matando al ogro primero, decapitándolo con su espada aun rodeada de fuego, aquello fue tan rápido que apenas pudo verlo.

Ya no podía detener su carrera, el hielo bajo sus pies cada vez más se agrietaba, no vacilo y corrió hacia Lucas, quería acabar rápido con ese combate.

— [Espiral de fuego]

Una espirar hecha de fuego se dirigía hacia él, lo esperaba, ese ataque de la [técnica de fuego] era poderosa, pero a la vez evitable al solo ir en una dirección y también al ser un ataque lento de corta distancia, pero Aidan no quería evitarlo, tenía su forma de poder contrarrestar el ataque.

— [Cuerpo de hielo].

Desde su pecho hasta su mochila se cubrieron de una gruesa capa de hielo con rapidez. Entonces fue cuando la espiral le golpeo de lleno, podía sentir como el hielo se derretia pero era necesario para poder acercarse. La [espiral de fuego] termino, Lucas miro sorprendido como Aidan estaba cerca y este último lanzo un corte lateral que golpeo el pecho del primero y le provoco un corte profundo.

Aun no terminaba ahí, quería acabar ese combate ahí misto, siguió corriendo a Lucas, le tomo por el pecho con su mano izquierda y lo lanzo al lago con todas sus fuerzas.

Lucas voló y termino aterrizando en el lago, el cual ahora estaba mas agrietado y Lucas cayo en el agua helada. Intento salir, pero algo comenzó a jalarlo hacia abajo.

—¡NO! ¡NO!

Grito Lucas presa del pánico mientras intentaba sostenerse de uno de los bloques de hielo que flotaban en el agua.

—¡NO DE ESTA MANERA! ¡NO QUIERO MORIR DE VERDAD!

Sus gritos desgarradores se hacían más y más fuertes a medida que su pie estaba siendo jalado a las profundidades. Incluso intento usar su espada para cortar aquello que lo estaba jalando pero pronto su mano fue atrapada por unos tentáculos que solo él pudo ver.

—¡AIDAAAAAAN! ¡AYUUUUUDAAAAAAMEEEEE!

Eso último fue lo que pudo gritar antes de que fuera arrastrado a las profundidades del agua, tras eso los bloques de hielo comenzaron a unirse y el lago volvió a quedar congelado. Lucas estaba muerto. Lo único que quedo fue el silecio... al menos por unos segundos.


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