Sakura se había acomodado en su nuevo hogar, aunque la sensación inquietante persistía. Una extraña incomodidad la seguía a cada rincón al que iba, como si algo no estuviera en su lugar dentro de ese mundo que solía conocer.

En la oficina central de policía, los monitores de seguridad se desplazaban entre las cámaras de la ciudad. En medio de la rutina de vigilancia, un oficial se detuvo bruscamente al ver el rostro de Sakura en una de las pantallas.

El descubrimiento le heló la sangre y envió un escalofrío por su columna vertebral. Con rapidez, localizó el archivo correspondiente a la mujer que aparecía en la grabación: Sakura Suzuki, declarada oficialmente fallecida.

La confusión y las dudas invadieron al oficial. Las imágenes en pantalla contradecían las declaraciones oficiales sobre la muerte de esa mujer. La certeza de verla viva chocaba con la información documentada de su fallecimiento.

La incredulidad, el asombro y la confusión se reflejaban en el rostro del oficial. ¿Cómo podía una mujer muerta estar ahora frente a ellos? ¿Era un error de identificación o algo más siniestro se escondía detrás de esta anomalía?

El oficial consultó repetidamente los documentos y los informes, pero las pruebas de identidad eran claras: la mujer en las imágenes coincidía con Sakura, la misma Sakura que figuraba como fallecida en los registros.

La situación inusual provocó un nerviosismo palpable. El oficial decidió investigar más a fondo, llenando su mente de preguntas mientras examinaba los datos que contradecían la realidad oficial. La preocupación se apoderó de él mientras intentaba encontrar respuestas a este enigma que desafiaba la lógica.

Una sensación de desconcierto se cernía sobre la estación de policía. El oficial se sentía desconcertado, preguntándose cómo era posible que una mujer que, según los registros, había fallecido, estuviera ahora entre ellos.

Abatido por la confusión, el oficial decidió llevar el asunto a un nivel superior. Con mano temblorosa, se levantó de su escritorio, llevando consigo una expresión de horror, y se encaminó hacia la oficina del jefe de policía.

El jefe de policía reaccionó con asombro y desconcierto ante esta revelación. Incapaz de comprender cómo una persona oficialmente muerta aparecía con vida, decidió tomar medidas inmediatas. Ordenó enviar a un inspector para investigar a fondo sobre Sakura y resolver este desconcertante y desafiante misterio.