#92
6-Noviembre-2023.
Metió ambas manos en los bolsillos de su chaqueta y caminó un par de metros, hasta llegar a una pequeña zona donde el sol de la mañana alumbraba, el viento que corría entre los árboles era bastante fresco y, para ser sinceros, no estaba lo suficientemente abrigada para hacerle frente. Observó como, a cierta distancia, Bruce y Scott le explicaban algo sobre el traje cuántico y las gemas del infinito a Steve, y la preocupación regresó.
No iba a negarlo, tenía mucho miedo de lo que pudiese llegar a pasar cuando el rubio regresara al pasado. Desde que él le comentó que había visto a Peggy, un viejo temor que creyó olvidado se había apoderado de ella. Tenía miedo de que él decidiera quedarse, que encontrara la manera de estar nuevamente con su primer amor y que se olvidara completamente de ella, como si el tiempo que habían compartido juntos no hubiese significado absolutamente nada para él...
-No hagas nada estúpido hasta que vuelva.
-¿Cómo haría eso? Aquí el único estúpido eres tú.
Una leve sonrisa se formó en su rostro al escuchar aquella frase que Steve y Bucky compartían. Amaba aquella amistad que ambos soldados poseían y le fascinaba ver como, a pesar de los años, esta se hacía más y más fuerte.
-¿Todo en orden?
Sharon fue sorprendida por unos preciosos ojos celestes que la miraban con atención.
-Solo estoy nerviosa por mi esposo, el idiota se ofreció para viajar por el tiempo para devolver unas gemas mágicas que casi nos matan a todos-. Contestó en tono burlón, ocultando lo que realmente sentía.
Oh sí, Tony estaría orgulloso de verla usar aquellas armas de autodefensa que él le había enseñado años atrás.
-Tu esposo debe ser un demente-. Rebatió Rogers, para luego sonreirle con ternura y besarle suavemente la frente.
-Tenga cuidado, Capitán.
-Intente no extrañarme tanto, Agente.
El rubio se alejó de ella y subió a la base de la máquina del tiempo.
-¿Y esto cuánto tardará?- Inquirió Sam.
-Para él, lo que necesite. Para nosotros, cinco segundos-. Respondió Bruce.
Scott terminó de configurar algo en el traje de Steve y, de un salto, se alejó de aquella máquina.
-¿Listo Cap?
-Listo.
-Reino Cuántico en tres... dos... uno.
Una luz envolvió al héroe americano y este desapareció al instante.
-Y regresa en cinco... cuatro... tres... dos... uno.
Nada.
Solo silencio.
-¿Qué está pasando? ¿Por qué no está aquí?
La voz preocupada de Falcon sonó lejana para ella, todo a su alrededor empezó a volverse ajeno, como si no estuviese realmente allí. Inconscientemente las manos empezaron a temblarle, los ojos se le cristalizaron y algo en su pecho le impedía respirar correctamente.
¿Realmente la había dejado sola, para que se hiciera cargo de su pequeño hijo? ¿Acaso la había querido de verdad en algún momento? ¿Alguna vez el amor que Steve sintió por ella había sido sincero? ¿O simplemente la utilizó para intentar borrar el recuerdo de Peggy?
-Sharon ¿te encuentras bien?
Esa voz... su voz...
Las piernas comenzaron a fallarle, no podía controlar aquel ataque que su propia mente le estaba dando. Dio un par de pasos hacia atrás, en un vago intento de escapar de aquel lugar, pero sus músculos flaquearon y terminó cayendo al suelo.
-¡Sharon!
Escuchó el grito de Bucky, junto a varios pasos apresurados que se acercaban a ella, pero no veía nada; todo en su cabeza daba vuelvas y vueltas, sin cesar. Empezaba a desfallecer, a desconectarse.
Lo último que alcanzó a vislumbrar con claridad fueron aquellos ojos celestes, como un cielo despejado, pacíficos como un mar en calma, y preciosos, como aquel soldado que los portaba.
***
-Necesito un jet.
-Hola, buenos días ¿cómo están amigos? Nosotros bien, Nat, gracias por preguntar.
La pelirroja rodó los ojos ante la burla/reclamo del castaño.
-Hola Tony, hola María ¿quién de ustedes puede prestarme un jet?
-Primero que nada ¿para qué lo necesitas?- Inquirió Hill.
-Visitar a mi familia, en Rusia.
-¿Irás a ver a tus padres?- El millonario levantó una ceja, confundido- ¿No vinieron hace un par de meses, antes de que a Scott lo salvara una rata?
-Sí, pero los extraño.
-Eso sono más a una pregunta que a una respuesta-, se burló la subdirectora de Shield.
-¡Bien!- Bufó Romanoff-. Es cierto, no iré a visitarlos para pasar tiempo de calidad juntos, pero sí necesito ir con ellos. Bucky me contó de sus recuerdos, de los últimos, y está relacionado con el lugar donde me entrenaron. Sé que ellos podrán darnos respuestas.
-¡Tiempo fuera! ¿Te llevarás al mapache manco?
-Sí ¿por qué?
-Yo lo necesitaba esta semana.
-Stark, hablas de mi novio como si fuese una especie de... no sé, una cosa.
-Perdón, olvidé que eran la pareja del invierno-. Bromeó-. Solo quería pedirle ayuda, ya saben, él tiene mayor experiencia con el tema de las prótesis de brazos metálicas.
-Sí, sí, lo que sea, eso puede esperar-. Lo interrumpió Natasha-. Esto es realmente importante. No solo son los recuerdos de Buck, esto tiene que ver con Hydra y la Habitación Roja, instituciones peligrosas para el mundo entero, ustedes lo saben bien.
-De acuerdo-, suspiró Maria-, tienes razón, esto va mucho más allá que simples memorias rotas. Hay que averiguar por qué son tan importantes y qué es lo que realmente se esconde detrás de ellas.
-Todo muy bonito señoritas, me parece genial lo que dicen pero ¿qué tengo que ver yo en esto?
-Solo los reuní a ambos para saber cuál podía facilitarme un jet privado para viajar, es demasiado difícil ir con James por un aeropuerto normal.
-Shield tiene en su propiedad varios quinjets, pero son algo exagerados para una misión tan simple. Tal vez sería mejor tenerlos de reserva por si algo se complica-. Informó la mujer de cabellos oscuros.
-Tony-, Natasha ser giró hacia el genio con una sonrisa que pretendía ser adorable, pero solo logró asustarlo- ¿me prestas uno de tus aviones?
El mayor bufó con un cansancio fingido y le arrojó unas llaves.
-No lo dañes ¿quieres?
-Trataré.
-Eso significa que debo despedirme de él, lo harás explotar o algo similar- dramatizó.
-Solo si la situación lo amerita- le dijo mientras le guiñaba el ojo.
Maria y Tony se quedaron viendo como la espía pelirroja salía de la habitación, caminando de tal manera que su bello cuerpo se balanceaba de un lado hacia el otro, contorneandose. Cuando la puerta se cerró detras de ella, ambos se miraron, un tanto incómodos y sonrojados.
Natasha siempre sería Natasha.
-Em....- Hill estiró un poco el cuello de su camisa, tratando de tomar aire.
-¿Cómo sigue Sharon? ¿Despertó?- El millonario rompió el momento embarazoso.
-Aún no, Bruce le dio un sedante, al parecer estuvo algun tiempo cargando demasiado estrés o preocupaciones y eso le hizo tener una especie de colapso nervioso cuando Steve no regresó.
-Entonces ¿solo necesita tomar una larga siesta y estará mejor?
-Efectivamente-, el mayor soltó un suspiro de alivio.
-Bueno, eso me deja un poco más tranquilo-, dijo mientras se levantaba de la silla en la que se encontraba sentado-. Será mejor que me vaya, nos vemos luego Maria.
-Que tengas linda tarde Tones, saluda a Pepper y a los chicos por mi.
-Lo haré.
El castaño salió de la sala de juntas y se dirigió al living, donde Morgan jugaba con James y Alexa.
-Maguna-la llamó-, recoge tus cosas, es hora de ir a casa.
-De acuerdo papi.
La pequeña de cuatro años asintió y tomó el bolsito donde tenía sus cosas del jardín de niños.
-Adiós Lexa, adiós Jimmy-. Saludó.
-Bye Morgs-. Le devolvió el saludo la pelirroja, mientras colocaba una madera sobre la torre que estaba armando. La misma se cayó debido a la altura, haciendo que la niña se enojara y apretara sus puñitos- ¡TONTA MADERA!- Chilló.
Tony creyó ver un destello esmeralda en los ojos caramelo de la hija de su mejor amigo, cosa que lo asustó un poco, pero como se calmó rápidamente, no le prestó tanta atención.
Por otro lado, el chico rubio solo le había sacado la lengua a Morgan, debido al apodo que ella se empeñaba en usar con él.
-Hasta mañana Morgs, adiós Tío Tony.
Finalmente, los tres se saludaron con las manos y el padre del clan Stark subió a su niña al auto, le puso el cinturón de seguridad y la llevó hasta su casa, donde Pepper ya los esperaba.
Varios minutos después de su llegada, el sonido de una motocicleta entrando al garage les avisó que sus dos hijos mayores habían llegado.
-¡Ya estamos en casa!- Gritó Harley, mientras entraba, seguido de April.
-¡En la sala!- Respondió su madre.
Ambos adolescentes se dirigieron allí y saludaron a su familia.
-Antes de que arrasen con las galletas-, los detuvo Pepper, cuando notó la mirada que ellos le dirigieron al plato sobre la mesa-, vayan a lavarse las manos.
Los dos hicieron un puchero, igual a los que su esposo solía hacer, pero obedecieron. La mujer soltó una pequeña risa mientras los veía salir del lugar.
-¿Acaso pueden ser más idénticos a ti, amor?
Volteó a ver a su esposo, pero este se encontraba muy ocupado, tratando de robar galletas junto a Morgan. Negó la cabeza con diversión, había cosas que, por más tiempo que pasara, jamás cambiarían.
***
Sharon abrió los ojos despacio. Los párpados le pesaban, como si aún estuviese un poco cansada, pero hizo un esfuerzo por despertar y averiguar dónde estaba.
-Nos diste un buen susto allá afuera, guapa.
Giró la cabeza hacia la derecha al escuchar aquella voz, para confirmar que no estaba alucinando.
-Steve...- Suspiró al verlo.
-¿Esperabas a alguien más?- Preguntó el rubio, mientras se levantaba de la silla y se acercaba a ella para darle un beso en la frente y tomarle la mano.
-Es que yo pensé que... que te habías quedado en el pasado- murmuró-, con ella.
-¿Qué? ¿Por qué pensaste eso?
-Yo, no lo sé. Peggy fue tu primer amor, ese que no se olvida y supuse que, al tener la oportunidad de volver con ella, la habías tomado.
-Santo Dios, Sharon-. El blondo soltó una risa corta, al entender lo que sucedía-. Es cierto, Peggy fue mi primer amor y alguien muy importante en mi vida en aquel momento. Pero eso ya es pasado, quedó atrás. Ella encontró a su otra mitad en esa época, y yo hice lo mismo en esta. Te encontré a ti.
Le sonrió con amor, mientras pasaba una de sus fuertes manos por su mejilla, acariciándola.
-Eres la persona más hermosa, dulce, fuerte y estupenda que conocí en mis ciento seis años. Te amo más que a nada, jamás dudes de eso. Cuando pienso en alguien para compartir este alocado viaje, no imagino a otra en tu lugar. No puedo siquiera plantearme la posibilidad de que alguien mas sea la madre de James, o quien despierte a mi lado en las mañanas.
Dejó un mechón de cabello tras su oreja y acercó sus rostros, hasta quedar a pocos centímetros.
-Te amo Sharon. Eres, y siempre serás, la mujer y el amor de mi vida.
Sin permitirle decir algo más, juntó sus labios en un beso suave, pero que fue tomando intensidad a medida que los sentimientos que ambos querían transmitirse iban saliendo a flote. Steve tomó con cuidado la nuca de su esposa y enredó los dedos en el suave cabello dorado; mientras que Sharon posó sus manos en los firmes y trabajados hombros del hombre, clavando un poco sus uñas, pero sin lastimarlo. Se alejaron apenas durante un segundo pars tomar un poco de aire, pero el mayor volvió a acariciar con los suyos los labios de la menor, de una manera dulce y tranquila. Cuando volvieron a separarse, la mujer se sintió tan vulnerable y sola que abrazó fuertemente al cuello del ojiceleste.
-Nunca voy a dejarte sola, cariño, lo prometo.
***
8- Noviembre- 2023.
-Su Señora Real, debo hacerle una consulta.
-Vuelve a decirme así y te romperé la cara Thor- bromeó Valkiria, mientras lo dejaba ingresar a su casa- ¿Qué quieres saber?
-¿Qué demonios hiciste para no subir de peso en Sakaar, mientras bebías y bebías durante años?- Bromeó.
-Ay, hijo de Odín, yo no me la pasaba bebiendo- el rubio levantó una ceja-, okay, sí me la pasaba bebiendo, pero no era lo único que hacía. También me ejercitaba consiguiendo guerreros, por eso no terminé con esa linda barriga-. Dijo, mientras le daba una palmadita en el abdomen.
-Bueno... eso tiene sentido.
Ambos rieron. Pero la alegría no duró mucho, puesto que un enorme estruendo se escuchó por todo Nuevo Asgard, haciendo que el piso temblara. Alertados, ambos guerreros salieron de la casa, buscando el origen de aquel sonido.
-¿Qué fue eso?- Inquirió Thor a Lady Sif, quien llegó corriendo a su lado.
-Ese ha sido el Bifrost, alguien lo invocó para llegar aquí- informó la pelinegra.
-¿Como fue posible?- Valkiria llevó su vista al acantilado más alto, el lugar del que había llegado el escándalo.
Allí, en lo más alto de su Reino, contemplándolo todo, cuatro misteriosas figuras encapuchadas se alzaban con majestuosidad.
El rubio, junto a su novia y su mejor amiga, fueron a su encuentro, preparados para defender a Asgard de cualquier peligro. Al llegar frente a ellas, la persona de menor estatura se adelantó a las otras tres y cayó arrodillada a los pies del hombre, en símbolo de sumisión.
-¿Quienes son ustedes?- Preguntó él con autoridad.
-No somos enemigos, Majestad-. Respondió-. Somos asgardianos.
Para demostrarlo se quitó la capucha, dejando ver un precioso y largo cabello castaño, con destellos pelirrojos, junto a un rostro bello y relativamente joven. Thor y Sif enseguida bajaron sus armas y la ayudaron a levantarse.
-Sigyn ¿eres tú?
-Sí-, la mujer sonrió con alivio-, soy yo Lady Sif.
-¡Por las barbas de Odín! No hemos sabido nada de tí desde hace doscientos años ¿estás bien? ¿Qué te sucedió?
-Es una larga historia, hay demasiadas cosas envueltas, pero me di cuenta de que era tiempo de regresar a donde pertenecemos.
Recién en ese momento la pareja se percató de los tres acompañantes de aquella dama, a quienes Valkiria no había dejado de observar en ningún momento, había algo en alguno ellos que le causaba una curiosidad indescriptible. La desconocida se levantó casi de un salto y corrió un par de metros hasta donde ellos estaban, para traerlos a su lado.
-Ellos son mi familia-. Anunció, al mismo tiempo que se quitaban las capuchas.
Eran tres hombres.
El más alto y fornido tenía el cabello y la barba de color castaño, con algunas hebras algo blancas, de seguro por su edad. Además, se notaba que era un guerrero, desde la forma en que estaba parado, hasta su ropa, incluso se le notaban algunas cicatrices en el rostro. Valkiria sintió que lo conocía, que lo había visto antes en algún sitio, pero no pudo asociarlo con ningún recuerdo, al menos no en ese momento.
El segundo era un muchacho joven, pelirrojo y de brazos grandes, con unos bonitos ojos verdes que removieron algo en el interior de la morena, aunque trató de ignorarlo. Su semblante estaba serio, pero observaba todo a su alrededor con gran curiosidad, examinando cada detalle del lugar que lo rodeaba, como si sintiera unas enormes ganas de irse a explorar en ese mismo instante.
Sin embargo, cuando Valkiria vio al último visitante sintió que el corazón le daba un vuelco dentro del pecho, y casi corre a abrazarlo y besarlo con todas sus fuerzas.
Él era alto, de cabellos oscuros como la noche y rostro angelical. Sus ojos eran un par de esmeraldas chispeantes de astucia, y cargaba sonrisa ladina, la cual tenía el perfecto equilibrio entre majestuosidad y burla. Esa era su sonrisa.
La sonrisa de Loki.
Pero no. Definitivamente ese joven que tenía parado frente a ella no podía ser el hombre al que amaba... ¿verdad?
Echó una mirada a sus amigos, para tratar de averiguar si ellos estaban viendo lo mismo. Efectivamente, Thor y Sif observaban a los tres hombres, pero su atención siempre se quedaba centrada un par de segundos más en el último muchacho.
-Adalsteinn, hijo de Magnum el sabio-. Exclamó el dios del trueno, acercándose al hombre y dándole un abrazo- ¡Ha pasado tanto tiempo, amigo!
-¡Amigo mio! ¡Qué gusto me da verte!- El castaño le devolvió el saludo con alegría.
Adalsteinn, hijo de Magnum... ¡Sí! Definitivamente lo conocía, habían peleado juntos más de una vez, claro que cuando eran mucho más jóvenes. Sonrió ante aquellos recuerdos de cuando los tiempos eran bastante mejores.
-¡Brunnhilde!- Dijo el hombre al verla e imitó el gesto de Thor, abrazándola con fuerza.
-Es bueno volver a verde Ad- formuló, mientras soltaba un quejido a causa de la fuerza con que la apretaba-. Pero ya nadie me llama así.
-Además...- agregó su mejor amigo-, ahora es la Reina de Asgard.
Al escuchar aquello, los cuatro recién llegados se inclinaron ante ella, en señal de respeto.
-Mil perdones, Majestad- se disculpó la mujer.
-No hay problema- aseguró.
-Se están acercando varias personas, será mejor que vayamos a un lugar más privado para continuar hablando-. Informó Lady Sif, mientras veía cómo los curiosos iban llegando.
-Me parece bien. Sin embargo, a pesar de que conozco a Adalsteinn y el nombre de Sigyn me resulta familiar, aún no sé bien quiénes son.
-Oh, tiene razón.
La mujer acomodó su postura y comenzó a presentarse.
-Mi nombre es Sigyn, hija de Iwaldi, fiel súbdito de la corona Asgardiana. Hace doscientos sesenta años fui nombrada "Diosa de la Fidelidad" por el Padre de Todo, Odín.
Se inclinó levemente y continuó hablando. Ahora ya sabía de dónde le sonaba su nombre; hacía un par de cientos de años, cuando estaba en Sakaar, le habían llegado noticias de que Odín había proclamado a una nueva diosa. Era ella.
-Estoy casada con Adalsteinn y ellos son mis hijos, Narvi- dijo señalando al pelirrojo-, y Vali-. Ahora señaló al otro, quien la miró directamente a los ojos, causándole un escalofrío de temor.
-¡Qué muchachos tan guapos!- Exclamó Sif, haciendo que ambos jóvenes le sonriesen, coquetos.
-Y parece que son muy fuertes-. Acotó Thor-. Ustedes no perdieron el tiempo ¿verdad?
Los cuatro desconocidos, en especial los dos mayores, compartieron una mirada un tanto incómoda.
-En realidad, ellos no son mis hijos, al menos no biológicos-. Confesó Adalsteinn.
-Entonces ¿ellos son...?- El rubio no se atrevió a terminar de formular su pregunta.
-Sí, Thor, ellos son hijos de Loki.
Y fue en ese mismísimo momento, cuando Valkiria estuvo segura de que su corazón dejó de latir durante un momento.
***
10- Noviembre- 2023.
Fingió ver el estado y calidad de una ciruela, mientras realmente examinaba a su alrededor. Hacía un rato que sentía que alguien la estaba vigilando y no le gustaba para nada dicha sensación, sus experiencias pasadas no le habían dejado buenos recuerdos. Tomó algunas frutas, las pagó y comenzó a caminar en dirección a su departamento, el cual, para su suerte, estaba a unas pocas calles. Se puso la capucha en un intento de cubrirse algo más el rostro de quien quiera que la estuviese siguiendo y empezó a caminar a un paso más rápido. Sin embargo, no pudo advertir las manos que tiraron de ella al pasar cerca de un callejón.
Su espalda golpeó contra la pared, haciéndole soltar un pequeño gemido de dolor y su bolsa con alimentos. Pateó con fuerza la pierna de su agresor, logrando que tambaleara y retrocediera algunos pasos.
-¿Todos nuestros encuentros serán así? ¿O alguna vez aprenderás a llamar a la puerta como una persona normal?- Preguntó de manera graciosa, mientras volvía a arreglarse el cabello.
-Sabes que me gusta sorprederte, hermanita-. Ambas mujeres rieron juntas y se abrazaron con fuerza.
-Me gusta que me sorprendas-. Dijo al separarse-. Pero no me dijiste que venías acompañada.
Natasha hizo una pequeña señal con la cabeza y dos figuras salieron de entre las sombras. La primera a la que pudo distinguir fue a Maria Hill, apenas la conocía, pero habían tenido un par de charlas antes de que la espía americana fuese blipeada. Se acercó a ella y le dio un beso en la mejilla.
Después del saludo se giró para ver a la otra figura, quien solo estaba ahí, un poco incómodo. Tuvo que entrecerrar los ojos para verlo con claridad, puesto que el callejón era oscuro y él traía una gorra que le impedía mostrar por completo el rostro. Sin embargo, antes de que pudiese reconocerlo, un destello plateado le llamó la atención, haciendo que desviara la mirada hacia su brazo.
Y fue en ese preciso instante en que todo estuvo claro ante sus ojos.
La rabia llenó su cuerpo como si el mismísimo demonio del universo entrara en ella. Pegó un grito lleno de odio y dolor, y se lanzó contra el desconocido, golpeándolo, sin medir la fuerza, en cada sitio que podía.
-¡NATASHA SÁCAME A ESTA LOCA DE ENCIMA!
Bucky forcejeó contra la rubia, tratando de quitársela, pero ella no lo dejaba ir ni por un segundo. Su objetivo claramente era herirlo de gravedad y, si no hacía algo, sin dudas lo lograría.
-¡¿Dónde está?!- Rugió, con furia la menor- ¡¿A dónde lo llevaron?!
María tironeó de uno de sus brazos e intentó inmovilizarla, pero ella se safó y continuó gritando cosas que ninguno de los tres entendía. Finalmente, con la ayuda de ambas agentes de Shield, el pobre castaño fue libre de aquella "niña loca", como desde ese instante iba a llamarla.
-¡¿Qué demonios te pasa?!- Espetó él, arreglándose la ropa y comprobando que no le había clavado nada más que las uñas.
-¡Suéltenme!- Chilló, mientras intentaba soltarse del agarre al que las otras mujeres la sometían- ¡Te voy a matar! ¡Maldito desgraciado!
-¡Alto, alto!- Natasha se paró frente a la rubia y la miró a los ojos-. No vas a matarlo, viene conmigo.
-¡No me interesa! ¡Lo voy a hacer pedazos con mis propias manos!- Seguido de eso, lanzó un par de improerios en ruso.
-Oye, escúchame, no puedes hacerlo. Él no sabe quién eres.
-¿Qué?
La ojiverde dejó de hacer fuerza de golpe, para liberarse y relajó su cuerpo. Estaba confundida.
-¿Cómo que no sabe quién soy?
-Hydra le lavó el cerebro un par de veces, no tiene idea de tu identidad. Solo sabe que te conoce- la pelirroja sacó el cuaderno de dibujos y le mostró aquel en el que aparecía su rostro- ¿lo ves? Por eso estamos aquí, queremos saber qué es lo que los une.
-¿Puedes ayudarnos?- Se aventuró a preguntar Hill. La joven rubia la observó, se limpió las lágrimas del rostro y asintió, a lo que fue soltada por las otras mujeres.
-Perfecto-. Suspiró con tranquilidad Natasha, y le hizo una seña al soldado para que se acercara-. Bucky, ella es Yelena, mi hermana.
-Hola-, el castaño le sonrió un poco y le extendió la bolsa que ella había dejado caer al suelo un par de minutos atrás.
-Hola- respondió con la voz algo rota, aceptando la bolsa y dándole un pequeño apretón de manos.
-Yo... am... lamento si te hice algo malo alguna vez, de verdad.
-Supongo que, si Hydra te controlaba, no eras realmente tú- murmuró y clavó sus preciosos ojos en los del hombre que tenía frente a ella-. Eso quiere decir que tampoco lo recuerdas a él ¿verdad?
Bucky la observó, lleno de curiosidad y confusión.
-¿A quién te refieres?
-James, estoy hablando de nuestro hijo.
💣💥💣💥💣💥💣💥💣
¿Acaso no lo vieron venir? Realmente espero que no uwu
Amé escribir sobre Sharon y su miedo a que Steve decidiera cambiarla por Peggy, de verdad. Yo amo el Staron y siempre diré que a este hermoso shipp me lo maltrataron demasiado en el UCM💔
Yendo un poquito para Asgard... tenemos a Shawn Mendes como Vali y a KJ Apa como Narvi, hijos de Loki.
Acá están los dos bebecitos hermosos, en un precioso y perfecto banner hecho por -vee14c😍 lo amé.
Aún no estoy segura del cast para Adalsteinn y Sigyn, pero algo se me va a ocurrir (o sea que estoy abierta a sugerencias o ideas).
Por cierto, hablando de Ad... él es un personaje 100% hecho en mi imaginación, realmente no aparece en los comics ni nada. Su nombre lo encontré buscando nombres vikingos 😅 y deriva del nórdico antiguo, está relacionado con elementos como aðal "Noble" y Steinn "piedra". So... me gustó mucho y lo usé, bai.
En otras noticias...
¡YELENA IS IN THE HOUSE! O como se escriba, soy mala en inglés. Con nuestra sensual y perfecta Florence Pugh interpretándola😍🔥
Sé que es corta su aparición, pero creo que es impactante. Además de que su personaje va a tener mucha importancia de ahora en adelante.
Otra cosa que vale la pena mencionar es que, para desarrollarla, no voy a tener mucho en cuenta de lo que pase en BW porque OBVIAMENTE, gracias al señor Coronavirus la peli no se estrenó.
Y.... ya no tengo nada que decirles, solo quiero saber sus opiniones sobre todo lo que está pasando 7u7
Los leo...
Pd: Actualizar de madrugada, sabiendo que tengo que levantarme temprano al otro día es mi pasión, osi osi😆
LadyNerd.
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