#70
26-Junio-2019.
Pepper respiró hondo, intentando calmar el dolor en su estómago que parecía una piedra. La bebé estaba muy extraña ese día, tal vez era por la inesperada tormenta que había pasado el día anterior o simplemente porque le había caído mal el desayuno. Hope entró a la habitación con un vaso de agua y se sentó a su lado en la cama.
-¿Cómo sigues?
-Igual, aunque ahora se calmó un poco.
-¿Segura que no quieres que le diga a Tony que nos lleve a la clínica?
-Tranquila, seguro es por el mal día.
-Pepp...
-Solo, dame media hora más, si me sigo sintiendo así iremos ¿bien?
-Bien.- Acarició la cabeza de su amiga con cariño.- Te quiero nena.
-Yo a ti. Gracias por estar aquí ahora, es muy importante para mi.
-Lo sé, quédate tranquila, yo siempre estaré a tu lado.
***
-¡Sí! Volví a ganar.- Festejó Cassie.
-No puedo creer que una niña de doce años me gane tres veces seguidas en un videojuego.- Protestó Harley, mientras dejaba el control en la mesita ratona y se levantaba del suelo para sentarse en el sillón, la chica lo imitó.
-Pues créelo, acabo de hacerlo.
-Presumida.
-Solo los miércoles.- Ambos rieron.- Oye ¿por qué se fueron Peter y April y nos dejaron abandonados?
-Es que ¿recuerdas a la chica que pasaron en la tele? ¿la rubia?
-Oh, si, Gwen.
-Bueno, ella falleció, era su amiga y la ex novia de Peter. Ambos han estado muy mal, sufrieron mucho, pero se dieron cuenta que entre ellos pueden apoyarse para seguir adelante, asi que salieron un rato para pasear juntos.
-Entiendo.- Asintió la castaña, mientras se acomodaba la bincha de gatito que tenía.- ¿Y por qué te quedaste conmigo?
-¿A qué te refieres?
-Es que, tú podrías haber salido con ellos ¿por qué quedarte con una tonta niña de doce años aquí, aburrido?- Preguntó bajando la cabeza, el rubio la miró con sorpresa.
-Escucha, antes que nada, nunca pero nunca, NUNCA, vuelvas a decir que eres tonta ¿si? Eres una de las niñas más geniales que conozco, eres original, divertida y muy lista. Jamás me aburriría estando contigo.
-¿De verdad crees todo eso?- Sus bonitos ojos celestes brillaron, un poco por las lágrimas que se habían acumulado en ellos y otro poco por la alegría que le produjo escuchar esas palabras.
-Te las digo con toda sinceridad.- Aseguró el mayor y le dio un abrazo.- Hey, ya que descubriste que yo soy quien ha reemplazado a Spiderman estos días ¿te gustaría ver mi traje?
-¡Me encantaría!- Los dos caminaron rumbo al "garaje" de los Stark.- ¡Wow! Esto es magnífico.- Exclamó.- Algun día quisiera ser tan lista como todos ustedes para poder acompañar a mi papi y a Hope en sus misiones, y tener un traje súper cool como el tuyo.
-Estoy seguro de que serías una heroína increíble.- Le sonrió con ternura.- Oye, mira, April olvidó su cámara aqui, de esas que imprime las fotos al instante ¿te parece si nos tomamos una?
-¡Sí!- El rubio tomó la cámara, se agachó a su altura y ambos sonrieron ampliamente al tomarse la fotografía. El papel salió unos segundos más tarde y, poco a poco, se fue aclarando la imagen.
-Espera un segundo.- Harley se alejó un momento, tomó un plumón, escribió algo bajo la foto y se la dio.
-"Eres más valiente de lo que crees, más fuerte de lo que pareces y más inteligente de lo que piensas."- La niña sonrió con ternura y luego con burla.- ¿Es en serio? Tienes 17 años y usas una frase de Winnie Pooh?
-Oh, silencio, ten más respeto por los mayores.
Empezaron a reir, pero su risa fue cortada por un grito. Harley reaccionó enseguida y corrió hasta el lugar de donde provino: la habitación de sus padres. Scott y Tony ya habían llegado, el castaño estaba junto a su esposa, quien estaba pálida y tenía en el rostro una expresión de miedo indescriptible.
-¿Qué sucede?- Inquirió Ant Man.
-¡Ya viene el bebé!- Gritó su novia, mientras Stark cargaba a Pepper.
El matrimonio salió disparado por la puerta, tanto que Cassie tuvo que hacerse a un lado para que no la chocaran. Hope tomó el bolso del bebé y salió junto a su novio.
-Escuchen.- Empezó a hablar Lang.- Ustedes quédense aquí, todo saldrá bien ¿si? Prepárense, yo llamaré a Happy para que venga a buscarlos. Te amo, pulga.- Besó la frente de su hija y se fue detrás de sus amigos. Harley se quedó quieto, en shock.
-¿Qué acaba de pasar?
-¡Tu hermanita va a nacer!- Chilló Cassie con alegría.
-¡Tengo que avisarle a April!
***
-Entonces ¿crees que SpiderMan debería volver?
-Obvio, a pesar de que creo que mi hermano es un héroe genial, extraño al Hombre Araña. Además, si se conocieran, tal vez podrían hacer un gran equipo.- Peter sonrió.
Él también extrañaba su trabajo como defensor de la ciudad pero sabía que, sin Gwen, volver sería un gran desafío. Pero lo haría, regresaría.
El sol lo encandiló un momento, giró el rostro y sus ojos se clavaron en la chica que caminaba a su lado. El largo cabello castaño atado en una coleta, la pálida piel de sus hombros y piernas al descubierto por la ropa de verano y aquella hermosa sonrisa brillante que, alguna vez, le había hecho verla como algo más que una amiga... ¿alguna vez podría a sentir lo mismo?
Algo en el destino no querría que esa pregunta encontrara una respuesta rápida ya que, cuando estaba por tenerla, se chocó un poste.
-¡Pet! ¿estás bien?- Preguntó su amiga.
-Sí, tranquila, me encandilé con el sol.- Se excusó.
-Para la próxima, te regalo unos lentes de sol.- Contestó ella riendo, luego su celular empezó a sonar.- ¿Hola?... Harls, no te entiendo, habla más claro.
-Mamá entró en trabajo de parto ¡ya viene la bebé!- Se escuchó al otro lado de la línea.
-Está bien, ya vamos.- Cortó la llamada y lo miró irradiando felicidad por cada poro de su piel.- ¡Tenemos que irnos!- Rápidamente lo tomó de la muñeca y lo arrastró hasta la orilla de la calle.- ¡Taxi!
***
Todo estaba listo. Los médicos actuaron con rapidez y prepararon todo en cuestión de minutos para el nacimiento de la nueva integrante de la familia Stark. Pepper era llevada rápidamente en la camilla hacia la sala de parto, con un Tony muy asustado y nervioso a su lado. Una nueva profesional se sumó al grupo y detuvo al castaño antes de entrar al lugar donde nacería su hija.
-Señor, soy la doctora Christine Palmer ¿está seguro que desea entrar? A muchos hombres les causa impresión o miedo ver a sus esposas dando a luz.
-Sí, estoy más que seguro. Por favor, déjeme entrar.- Suplicó. Estaba desesperado, no quería alejarse de su Pepps.
-Está bien, solo... no se desmaye, nosotros vamos a concentrarnos en ellos dos, usted quedará en el suelo.
-Hecho.- No esperó un segundo más y entró.
-¡TONY!- Gritó la rubia al verlo. Le dolía todo y estaba llevando su cuerpo a un punto que nunca lo había hecho.
-Ya estoy aquí cariño, tranquila.
-¡NO ME DIGAS QUE ESTÉ TRANQUILA CUANDO ESTOY AQUÍ A PUNTO DE DAR A LUZ!- Contestó. Tenía la cara roja y sudaba.
-Okay, linda, ya está todo listo ¿si? Necesito que pujes.
Lo que pasó desde ese momento en adelante fue demasiado rápido para el pobre padre. Por un lado escuchaba a los doctores dar indicaciones (debía admitir que, de todos allí, ellos eran los más tranquilos), por otro se encontraba la mujer de su vida dando todo de si para que su hija naciera; y, por último, estaban aquellas voces dentro de su cabeza que se encargaban de idear todos los finales posibles a esa situación, algunos muy buenos y otros no tanto. Respiró hondo, tratando de calmarse, debía estar tranquilo por aquella magnífica mujer que tenía al lado.
Un último grito por parte de Pepper, un segundo de silencio que le pareció eterno y, luego, el llanto de un bebé.
-Ya está con nosotros.
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