¿Segundo bebé? (parte 1/3)

Aquí una petición que me hicieron, y que también he estado pensando en hacer hace ya bastante tiempo. Espero les guste 😃

<><><><><><><><><><><><><><><><><>

Steve Rogers

Amelia ya tenía dos años y seis meses, y Steve no podía parar de pensar en lo lindo que sería que su pequeña princesa tuviera un hermano o hermana. Al ver a tus sobrinos jugar y compartir entre ellos, y también con Amelia, le hacía querer tener eso también en su propia casa.

–Querida, ¿Estás muy ocupada?–Te preguntó entrando a la pequeña oficina de su casa donde estabas terminando papeleo de una misión, con su hija en brazos, sentándose frente a ti.

–Para ustedes nunca, ¿Todo bien señor trasero de América?–Le preguntaste con una sonrisa, tomando a Amelia de sus brazos, y sentándola en tú regazo, mientras ella comenzaba a jugar con una figurita del Capitán América que había en el escritorio.

Steve movió su silla para quedar junto a ti antes de hablar.–B-bueno... y-yo he estado pensando... y-y... digo, s-sobre—Comenzó a tartamudear haciéndote notar lo nervioso que estaba.

Posaste una de tus manos sobre las suyas, y le ofreciste una sonrisa para calmarlo.–Cariño, respira. Calma, no tienes por qué ponerte nervioso. Ordena tus ideas, y cuando estés listo, sueltas todo lo que tienes por decir.

–Okey...–Dijo soltando un suspiro  tomándose unos segundos, antes de tomar tú mano con ambas de las suyas y verte a los ojos.–He estado pensando bastante... y quiero más...

Quiero agrandar nuestra familia, y no hablo de mascotas... digo, sería lindo tener una, pero me encantaría que Amy tuviera un hermano o hermana.–Te dijo muy suavemente, sin apartar la vista de ti.

Una gran sonrisa se formó en tú rostro, y te acercaste a besar sus labios delicadamente.–Sabía que había hecho la elección correcta al casarme contigo. Porque yo también he estado pensando lo mismo.

–¿E-enserio?–Preguntó sorprendido.

–Sí... solo que estaba buscando la forma de preguntarte si tu también querías lo mismo.–Le dijiste quitándole el juguete de la boca a Amelia.

–Entonces nos inscribiré en el centro de adopción nuevamente.–Te dijo Steve con una gran sonrisa, antes de besarte con pasión.

Tony Stark

–¡Amor de mi vida, dueña de mi corazón y madre de mi hija!–Gritó Tony buscándote alrededor de la casa cuando llegó de haber dejado a Maria en casa de tu padre y tu abuelo.

–¡En la cocina!–Le respondiste mientras preparabas el desayuno.

Tony llegó, y te dio vuelta para que quedaras frente a él, y darte un beso tan apasionado, que te quitó el aire.

–¿Y eso por qué fue?–Le preguntaste respirando agitada.

–¿Ahora no puedo besar a mi esposa solo porque se me da la gana?–Te preguntó con una sonrisa.

–¿Qué es lo que quieres Tony?–Dijiste juguetona, llevando el desayuno a la mesa.

–Tuve un sueño. Fue más bien como una revelación.–Te explicó mientras te seguía y se sentaba en su silla.–Consistía en que teníamos otro bebé. Era un niño.

–Ajá... ¿Y esto me lo dices por qué...?–Le preguntaste no muy convencida apunto de tomar un sorbo de tu café.

–¡NO TOMES CAFÉ!–Exclamó tomando tú taza, caminando hasta el fregadero para botar el contenido, y prepararte un té en su lugar.

–¡ANTHONY EDWARD STARK! ¿¡QUÉ CREES QUÉ HACES CON MI PRECIADO CAFÉ?!–Le gritaste indignada al ver lo que hacía.

–Ahí está, los cambios de humor. Ten querida, el té es mejor.–Te dijo dejando la taza sobre la mesa y dándote un beso en la frente.

–Tony no estoy embarazada.–Le dijiste aún molesta.

–¿Y estás segura de que no hay una mínima posibilidad de ello?–Te preguntó con un brillo en sus ojos.–Porque te traje un par de tests en caso de que quieras hacerte uno.

–No. Tony. No estoy embarazada porque mi periodo empieza—Ibas hablando, cuando te detuviste de la nada  comenzando a contar los días con tus dedos.

Al darse cuenta de lo que estabas haciendo, Tony comenzó a emocionarse, aunque sabía que si empezaba a decir cosas, haría que te molestaras aún más de lo que ya estabas.

–¿Cuando fue tu último periodo, querida?–Te preguntó aguantandose la sonrisa.

–Ay dios... ay dios no... creo que voy a—Ibas hablando, cuando tuviste que correr al baño.

–¡Voy a ir a buscar los tests de embarazo!–Te gritó Tony, antes de ir en busca de ellos, silbando con alegría, con una gran sonrisa en el rostro y celebrando.–Vamos a tener otro bebé... vamos a tener otro bebé...–Comenzó a cantar y a bailar.

Bruce Banner

La verdad es que ambos ya estaban satisfechos con su pequeña familia y no tenían deseos de seguir agrandándola más, muy para el pesar de Tony que quería unos diez sobrinos más. Tal vez una mascota sí, pero ya se sentían completos con su pequeña Diane.

Clint Barton

Clint llevaba en una misión ya cuatro meses, y aún no podías darle la noticia de que estabas embarazada.

Wanda y Nat estuvieron contigo cuando te hiciste el test de embarazo, al igual que Pietro, que esperaba ansioso fuera del baño a que ustedes salieran. Cuando el resultado dio positivo, Wanda comenzó a llorar de la emoción, Pietro empezó a dar vueltas por la granja, mientras Nat saltaba de felicidad con Nate en sus brazos. Eso, hasta que tuvieron que atraparte cuando te desmayaste.

Te habría gustado esperar por Clint para saber el sexo del bebé, pero tenías que hacerte ese chequeo. Y nuevamente, tus amigas también te acompañaron. Ellas entraron contigo, mientras Pietro se quedaba en la granja cuidando de Nate que tenía tan solo cuatro años.

—————

En esos momentos te encontrabas dándole la comida a Nate en el sofá, y ambos estaban solos en la granja. Cuando la puerta principal se abrió, y Clint entró por ella.

Nate corrió a abrazarlo emocionado, y Clint lo tomó en sus brazos, antes de que tu te acercaras y te abrazara por cintura para darte un beso. Pero sintió algo extraño al momento en el que sus cuerpos hicieron contacto.

–¿Querida qué...?–Dejó volando la pregunta, viéndote con el ceño fruncido.

–Vamos a ser padres otra vez, ¡Sorpresa!–Le dijiste con una gran sonrisa, haciendo que una se formara también en su rostro, antes de besarte con mucha más pasión.

–¡Eeewww!–Exclamó Nate cubriéndose los ojos, haciéndoles reír a ambos al separarse.

–¿De verdad me perdí los primeros cuatro meses?–Te preguntó sonando algo triste, dejando a Nate en el piso, mientras él se iba a jugar.

–Sí, pero no te preocupes. Tienes los siguientes cinco para disfrutar de que nuestra princesa siga aquí dentro.–Respondiste pasando tus brazos por su cuello.

–¡VAMOS A TENER UNA NIÑA!–Gritó abrazándote y dando vueltas contigo.

Thor Odinson

Sus pequeños gemelos tenían ya cinco años, los cuales habían pasado muy rápido según Thor, quien aún no podía creer que ya no eran unos bebés.

Los cuatro se encontraban en Asgard de visita. Y mientras ustedes paseaban por los jardines disfrutando de la tranquilidad, Frigga y Daven paseaban por el reino, y Sylvia hacía travesuras con Loki por ahí.

Thor y tú llegaron al mismo lugar donde tuvieron su primera vez, su pequeño lugar secreto al que siempre iban, donde se sentaron a disfrutar de la compañía del otro.

–Thor... necesito hablar contigo.–Le dijiste después de unos minutos de silencio, debatiendo internamente el como decirle lo que tenías en mente.

Loki ya sabía sobre el embarazo, ya que lo había descubierto por si mismo, y sin sus ánimos, probablemente nunca habrías podido reunir el valor suficiente para hablar con tu esposo.

–Por supuesto esposa mía, tienes toda mi atención.–Respondió con una gran sonrisa, viéndote a los ojos.

–B-bueno yo...–Tartamudeaste antes de soltar un gran suspiro, y verle a los ojos, soltando todo de una vez.–Estoy embarazada, Thor. Vamos a tener otro bebé.

El dios se quedó sin palabras, y no supo como reaccionar al escucharte. El miedo comenzó a crecer dentro de ti, hasta que la misma sonrisa que se formó en su rostro cuando le diste la noticia de tú primer embarazo, se abrió paso en la cara del dios, y te abrazó muy fuerte, poniéndose de pie y dando vueltas contigo en sus brazos.

–¡VAMOS A SER PADRES OTRA VEZ!–Gritó emocionado, dejándote en el suelo, para darte un beso que te quitó todo el aire de los pulmones.–Acabas de hacerme el hombre más feliz de todo el universo.–Te dijo con una gran sonrisa.

Loki Laufeyson

–Solo piénsalo mi reina, te verías hermosa embarazada otra vez.–Te iba diciendo Loki, a la vez te seguía por toda la casa mientras tu terminabas de repartir la ropa limpia recién lavada, y Eliana jugaba con Thor en el jardín de la casa.

–Loki, querido, ¿No te parece suficiente con Eli? Además, solo tiene dos años, tendríamos dos pequeños que cuidar. Sería mucho trabajo para ti cuando yo tenga que comenzar a trabajar otra vez.–Le dijiste viéndole a los ojos, deteniéndote en su habitación.

–Lo sé, pero yo puedo manejarlo. Además piensa en que Eli tendrá alguien con quien jugar aparte de Thor.

–¿Seguro que no haces esto para que Thor ya no venga tantas veces a la semana a jugar con ella?–Le preguntaste con una sonrisa.–Porque sí ese es tu plan, debes saber que con dos sobrinos, Thor va a prácticamente vivir aquí.

–No es por eso querida. Quiero agrandar nuestra familia, que nuestra princesa tenga a alguien con quien jugar y crecer a su lado. Vamos a amarlos por igual y los criaremos de la misma forma, así cuando sean grandes, serán inseparables.–Te dijo tomando tus manos en las suyas, y con un brillo en sus ojos.

Sabías que lo que te estaba diciendo, era el como le habría gustado que los trataran a él y a su hermano durante su infancia, y prácticamente toda su vida. Pero aún así, la idea de tener otro bebé no parecía tan mala. Al fin y al cabo, te encantaba ver como era Loki con su hija, y otro bebé lo haría aún mejor.

–Okey...–Soltaste un suspiro con una sonrisa.–Tú ganas, tengamos otro bebé.

El rostro del dios se iluminó por completo, y una gran sonrisa se dibujó en sus labios, antes de darte uno de los mejores besos de tu vida.

–No sabes lo feliz que me haces mi reina.–Te dijo, antes de tomarte y tirarte a la cama, posicionándose sobre ti.–Ahora, comencemos a practicar.

–¡Ahora no! ¡Thor está afuera!–Exclamaste riendo, sacando a Loki de encima de ti.–Sí quieres por la noche cuando se vaya y Eli esté durmiendo.

–Bien.–Respondió acercándose a ti y posando sus manos en tú cintura.–Pero vas a ser toda mía esta noche.

Bucky Barnes

Ambos estaban recostados en su cama en mitad de la noche, simplemente viendo al techo y disfrutando del silencio ya que ninguno podía dormir.

–Bucky... ¿Alguna vez has pensado en... no lo sé... agrandar nuestra familia?–Le preguntaste volteándote hacia su dirección.

–¿Te refieres así a adoptar alguna mascota?–Te preguntó de vuelta copiando tus movimientos.

–N-no... no me refiero a eso... me refiero a... b-bueno...–Tartamudeaste riendo ligera pero nerviosamente, tus mejillas tornándose de un tenue color rojo.–Me refiero a tener otro bebé.

–Oh...–Dijo sin procesar aún, y cuando se dio cuenta, su rostro se tornó completamante rojo.–O-oh... y-ya sé a lo que te refieres.–Rió nervioso.–B-bueno... no te voy a mentir muñeca, lo he pensado en bastantes ocasiones.

–¿Entonces...?–Dejaste volando la pregunta, aún más nerviosa que antes.

–Me encantaría.–Te dijo con una gran sonrisa, acercándose a ti para besar tus labios, posicionándose sobre ti.–Tal vez podríamos comenzar a intentarlo ahora.

–Me parece una genial idea.–Le respondiste igual de coqueta, antes de volver a besarle con mucha más pasión.

Pietro Maximoff

Pietro llevaba días lanzándote indirectas sobre la posibilidad de que Sarah tuviera un hermano o hermana, o te mostraba en su teléfono ropa de bebé, y ese tipo de cosas, lo cual te parecía tierno ya que el velocista no sabía lo que le esperaba.

—————

Un día en el que Pietro estaba a solas con su hija en la sala de estar, comenzó a hablar con ella, sin darse cuenta de que habías llegado a la casa, ya que entraste muy sigilosa como siempre lo hacías. Costumbres del pasado.

–Mini printsessa ya no sé cómo darle a entender a tu mamá que tu quieres un hermano y yo quiero tener otro bebé.–Le dijo a la pequeña de dos años que estaba sentada en su regazo jugando con un peluche de oso con brazo de metal, obviamente de tela para dar la ilusión de que era así.

Te quedaste en el marco de la puerta que estaba de espaldas al sofá donde Pietro estaba, escuchando lo que tenía por decir.

–Porque a ti te gustaría tener alguien con quien jugar, ¿Verdad? Estoy seguro de que a Tommy y Billy les encantaría tener un primo también.–Le dijo mientras jugaba con ella.

–Podrías habérmelo dicho en lugar de solo dar indirectas y esperar a que nuestra hija hablara.–Le dijiste entrando a la habitación, haciendo que el velocista saltara del sofá, viéndote con horror.

–¿Cuando llegaste?–Te preguntó volviendo a sentarse junto a ti, mientras tomabas a tu pequeña en brazos.

–Hace un par de minutos. Lindo discurso por cierto, aunque hubiera preferido que me dijeras directamente que querías tener otro bebé.–Le dijiste con una sonrisa.–De haber sido así, no me tendría que haber vuelto loca buscando formas de sorprenderte.

–¿Sorprenderme con qué?–Te preguntó sin captar lo que querías decir, acercándose más a ti.

Sacaste una ecografía de tu bolso, y se la entregaste a Pietro, quien aún no procesaba lo que estaba ocurriendo.

–Conoce a tu hijo. Ya tengo tres meses, quise esperar para sorpr—¡OUMF!–Le ibas diciendo, cuando te interrumpió tomándote de la nuca, y estrellando sus labios con los tuyos, mientras Sarah reía.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top