Nosotras estamos aquí (WandaNat)*
Prólogo: Wanda y Nat te rescatan de Hydra, y en el proceso de ayudarte a acostumbrarte a la Torre, ambas comienzan a tener sentimientos por ti y tu por ellas.
eternalflamewarrior3
lana_lov3r
Advertencia: Alusión a que la rayis nunca ha hecho nada de esto, WandaNat dominantes, lectora sumisa, poliamor, trío, sexo oral (rayis recibiendo), fingering (masturbación femenina/rayis recibiendo), magic kink (? Fetiche con la magia, si es que existe), nipple play (o juego de pezón en español, que básicamente es estimular los pezones, ya sea con la boca o dedos), menciones de fluidos, cum eating (consumo de fluidos después de un orgasmo), un poco de aftercare (cuidados y mimos después de tener relaciones sexuales).
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Wanda y Nat te conocieron cuando durante una de sus misiones se encontraron contigo. Para ese momento eras controlada mentalmente por Hydra, por lo que la bruja usó su magia en ti para poder librarte de ello.
Ambas te llevaron a la Torre donde te uniste al equipo, sin embargo aún se te hacía algo complicado poder adaptarte a ello, por lo que las dos pelirrojas trataban de hacerte sentir lo más cómoda posible, y en el proceso ambas comenzaron a sentir cosas por ti y tu por ellas, a pesar de que aún te costaba un poco poder aceptarlo.
Estabas en tu habitación en tu cama leyendo un libro cuando Nat y Wanda se asomaron por tu puerta y se acercaron a ti.
–¡Aquí estás! Te estábamos buscando, pensamos que tal vez querrías ir con nosotras a la piscina de aquí de la Torre.–Te dijo Wanda con una sonrisa.
Levantaste la vista de tu libro para encontrarte con que ambas llevaban solo sus trajes de baño puestos y nada más, provocando que te sonrojaras ligeramente y apartaras la vista de ellas.
–N-no gracias, prefiero quedarme aquí.–Respondiste volviendo a ver a tu libro tratando de evitar verlas.
Wanda frunció el ceño confundida, y Nat pareció entender de inmediato lo que pasaba provocando que sonriera, lo cual la bruja notó y leyó la mente de su novia dibujando una sonrisa en su rostro también.
–¿Y eso por qué? ¿No quieres pasar tiempo con nosotras? Seríamos solo las tres en la piscina.–Dijo Nat con una sonrisa sentándose a tu lado y pasando su brazo alrededor tuyo dejando su mano en tu cintura, antes de susurrarte al oído.–No mordemos a menos que no quieras que lo hagamos.
–¿A-ah si?–Preguntaste nerviosa tragando saliva mientras que la pelirroja dejaba un beso en tu hombro.
–Mhm... o si prefieres podríamos quedarnos aquí, no nos importa, solo queremos pasar tiempo contigo.–Dijo Wanda sentándose frente a ti entre tus piernas, abriéndolas ligeramente para que hubiera espacio para ella.
–¿Chicas qué están—. Trataste de preguntar nerviosa, pero Nat te interrumpió tomando tú libro para marcar la página y dejarlo a un lado, mientras que Wanda con sus poderes cerró la puerta.
–Tú nos gustas, T/N. A las dos. Nos gustas mucho, y tenemos la sensación de que nosotras a ti también, y nos gustaría saber si es así.–Dijo Nat con voz firme y viéndote con una pequeña sonrisa.
–Pero si no es así entonces puedes quedarte tranquila que lo entendemos, y tampoco te vamos a obligar a hacer nada que tu no quieras.–Te dijo la bruja viéndote con una sonrisa.
Tragaste saliva nerviosa y bajaste la vista avergonzada con tus mejillas sonrojadas, sin realmente poder formar una frase coherente.
–No te escondas, preciosa. Puedes confiar en nosotras, solo dinos. ¿También sientes lo mismo?–Preguntó Nat levantando tu rostro por tu barbilla quedando a centímetro de ti y sus labios rozando.
–Y-yo... s-si...–Fue lo único que pudiste decir, haciéndola sonreír.
–Excelente.–Dijo antes de besarte mientras Wanda sonreía mordiendo su labio.
Trataste de besar a Nat de vuelta deseando internamente que por favor no pensara que eras mala besando, a la vez que sentías a Wanda sentándose en tu regazo.
La bruja volteó tu rostro hacia ella y comenzó a besarte también provocando que abrieras los ojos sorprendida, pero pronto comenzaste a besarla de vuelta dejando tus manos en su cintura mientras Nat besaba tu cuello.
–Relájate linda, no pasa nada, nosotras vamos a cuidar bien de ti.–Te dijo Wanda con una sonrisa acariciando tus mejillas con ternura.–Pero si quieres parar nos tienes que decir, prometemos no enojarnos, ¿Okey?
–O-okey... e-es que yo... yo no... e-en realidad no sé... n-no sé muy bien qué hacer...–Dijiste con una sonrisita avergonzada.
–Oh hermosa, de eso no te preocupes, es cosa de práctica nada más. Pero si nos dejas, estaríamos encantadas de mostrarte.–Dijo Nat con una sonrisa volteando tu rostro hacia ella.–¿Te gustaría eso?
–Me encantaría...–Susurraste embobada viendo hacia sus labios.
La rusa sonrió y volvió a besarte antes de alejarse mientras Wanda se acomodaba detrás tuyo, y Nat luego entre tus piernas jugando con el borde de tus pantalones.
–¿Puedo?–Preguntó, y tú solo asentiste con la cabeza.–Necesito escuchar tus palabras, linda.
–Claro... perdón... si puedes.–Dijiste avergonzada, mientras Wanda dejaba besos en tu cuello y mandíbula.
–No tienes nada por lo que disculparte, estás en confianza con nosotras.–Te susurró al oído antes de llevar sus manos al borde de tu playera.–¿La puedo quitar?
–Si...–Respondiste en voz muy baja, y en menos de cinco minutos ya estabas completamente desnuda ante ellas.
Nat comenzó a dejar besos por tus piernas y muslos, acercándose cada vez más hasta tu parte baja, y Wanda llevó sus manos a tus pechos para acariciarlos con cuidado jugando muy suavemente con tus pezones.
Soltaste un pequeño gemido involuntario e inmediatamente llevaste tu mano a tu boca la cual Wanda retiró con suavidad.
–No te avergüences por eso, querida. A nosotras también nos gusta ser ruidosas, y queremos escucharte.–Te susurró al oído.
La bruja tomó tu rostro con su mano y te volteó ligeramente para besarte introduciendo su lengua en tu boca, mientras que Nat se acercó a tu parte baja y pasó su lengua a lo largo de esta haciéndote soltar un gemido más fuerte.
La pelirroja en tu parte baja sonrió y tomó tus piernas con sus manos para apretarlo empezando a pasar su lengua hasta llegar a tu clítoris donde comenzó a succionar.
Arqueaste la espalda dejando caer tu cabeza atrás en el hombro de Wanda, y ella empezó a besar tu cuello dejando pequeñas marcas en este mientras una de sus manos la llevaba a tu pecho, y la otra la dejaba en tu abdomen donde con su magia empezó a utilizarla dentro de ti.
–¿Te sientes más relajada?–Te preguntó la bruja dándole un suave mordisco a tu oído.
Sinceramente no podías ni siquiera pensar en nada, por lo que solo asentiste con la cabeza al no poder hablar.
Nat siguió dándole atención a tu clítoris mientras llevaba su mano e insertaba dos dedos en ti suavemente mientras apretabas con tus manos las sábanas a tus lados hasta el punto en que tus nudillos estaban blancos por la fuerza.
Wanda siguió usando su magia dentro de ti para estimularte aún más, a la vez que Nat hacía lo suyo en tu parte baja aumentando el placer.
Comenzaste a sentir que tu cuerpo temblaba por el placer hasta el punto en que ya no lo podías contener más, y sin poder hacer nada te corriste en el rostro de Nat haciéndola gemir enviando vibraciones por todo tu cuerpo.
Wanda se quedó viendo con una sonrisa y mordiendo su labio inferior hasta que la pelirroja se levantó con su barbilla llena de tus fluidos, y le acercó sus dedos para que los limpiara.
Nat se sentó en tu regazo y se acercó para besar a Wanda mientras ella limpiaba su barbilla con su lengua y la besaba de vuelta, antes de que Nat te besara a ti.
Soltaste un suspiro aliviada mientras Wanda con sus poderes removía la parte de arriba del traje de baño de Nat, quien luego junto su pecho con el tuyo.
–¿Cómo te sientes?–Te preguntó acariciando tus mejillas.
–De maravilla...–Murmuraste aún con los ojos cerrados.
Wanda y Nat rieron antes de que cada una te diera un suave beso en los labios.
–Podemos parar si tu quieres.–Dijo Wanda con suavidad acariciando tus brazos.
–¿Enserio hay que parar?–Les preguntaste haciéndolas reír.
–Entonces es mi turno.–Dijo Wanda emocionada antes de alejarse y quitarse el traje de baño.
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