Prólogo: Zemo y tu rompieron su relación ya que te hacía mucho daño, sin embargo no puedes evitar extrañarlo, y él a ti.

El o.s está inspirado en la canción con el nombre del título de Olivia Rodrigo, así que espero les guste y lo disfruten ✨️

LaPololaDeZemo
○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●

Realmente no deberías estar extrañándolo como lo hacías en ese momento, no después de todo el daño que Zemo te había hecho.

Si es verdad que la habían pasado muy bien juntos viviendo en Madripoor, yendo de fiestas y otras cosas, sin embargo eso no quitaba el hecho de que a veces podía ser mal genio, o que de vez en cuando mintiera.

Él estaba en prisión, lo sabías. Es por eso que cada vez que le escribías una carta, terminabas por echarla a la basura sin atreverte a mandarla simplemente imaginando las caras de decepción de tus amigos al ver lo que hacías, al fin y al cabo, ellos estuvieron ahí cuando Zemo te hacia sentir mal y terminaron.

¿Lo amabas? ¿Lo odiabas? No estabas segura, quizás solo eran altibajos, aún así no sabías qué hacer.

Querías recuperarlo, hacerle sentir mal, celoso y vengarte por todo lo que te hizo pasar, pero a la vez lo extrañabas y querías estar con él y tenerlo de vuelta.

Mientras que por otro lado Zemo estaba igual que tú.

Tenía muy claro que había arruinado las cosas diciéndote que cuando te hacía sentir mal, solo estabas alucinando, no prestándote atención, etc. Y ahora se daba cuenta del mal que te había hecho, y por más egoísta que fuera, aún así quería recuperarte.

Un día estabas tranquila en tu departamento preparándote algo para cenar, cuando escuchaste que golpearon la puerta.

Solo rodaste los ojos y te quedaste en silencio esperando a que la persona se fuera, sin embargo en un momento escuchaste que insertaban la llave y abrían, provocando que tomaras un cuchillo.

–¡Ah! Así que si estabas aquí.–Dijo Zemo con una sonrisa volviendo a dejar la llave escondida debajo de un macetero junto a la puerta, y luego cerró detrás suyo.–Tranquila mi querida, puedes bajar el cuchillo.

–¡¿Zemo?! ¡¿Qué haces aquí?! ¡Creí que estabas en prisión!–Exclamaste frunciendo el ceño y dejando el cuchillo a un lado.

–Oh si, pero me ayudaron a salir, no soportaba un segundo más dentro de ese lugar, aunque valió la pena.–Dijo con una sonrisa dando un paso hacia ti.

–¿Y qué haces aquí? ¿No tendrías que estar en otro lugar disfrutando de tu libertad?–Le preguntaste mientras seguías cocinando, y él te observaba con una sonrisa.

–Quizás... pero quería verte.–Te dijo con un tono de voz sincero.

Frunciste el ceño deteniéndote en tu lugar, y te volteaste hacia él lentamente donde Zemo ya te estaba viendo con una sonrisa.

–T/N... yo sé que te causé daño, y mucho... sé que quizás sea la última persona que quieras ver, y me lo merezco... pero enserio te extraño.–Te dijo soltando un suspiro y tomando tu mano en la suya al llegar a tu lado.–No hay día que no piense en ti, y enserio me gustaría arreglar las cosas, hacerlas bien esta vez.

–¿Lo dices enserio?–Le preguntaste viéndole con un pequeño brillo de esperanza en tus ojos sintiendo tu corazón latir cada vez más rápido y fuerte, a tal punto que creías se te iba a salir del pecho.

–Muy enserio mi querida, lamento mucho todo lo que pasó, y si me dieras una segunda oportunidad, te prometo que voy a hacer las cosas bien.–Te dijo con una pequeña sonrisa dejando una mano en tu mejilla.

Inhalaste profundamente antes de dejar ir el aire, y una pequeña sonrisa se formó en tu rostro entrelazando tu mano con la suya.

–Yo también te extraño... a pesar de todo.–Le dijiste haciéndole soltar una pequeña risita, y juntó su frente con la tuya.–Por favor no lo vayas a arruinar otra vez...

–Lo prometo.–Te aseguró alejándose para verte a la cara.

Finalmente acortó la distancia entre ambos y te dio un tierno beso tomando tú rostro con ambas manos, y las tuyas las dejaste en su cintura, besándole de vuelta.

–¿Te molesta si me quedo aquí unos días? Hay mucha gente buscándome ahora mismo.–Te dijo en voz baja haciendo que sus labios rozaran, provocando que soltaras una pequeña risita.

–Puedes quedarte el tiempo que quieras.

–Perfecto.–Dijo con una sonrisa antes de volver a acercarse para besarte.