STEVE ROGERS

–Bueno querida, ya me voy. Vuelvo en un rato.–Te dijo Steve acercándose a ti donde aún seguías recostada en la cama, y él se iba a ir a trotar. Si no hubiese sido porque tenías que ir a entrenar de forma obligatoria en ese momento, habrías seguido durmiendo, teniendo en cuanta que eran las 6:30 de la mañana.

–Okey...–Murmuraste pasando ambas manos por tu rostro, mientras te sentabas en la cama.

Steve se acercó y dejó un beso en tu mejilla, sin embargo te lo limpiaste levantándote para ir al baño.

El capitán frunció el ceño, y antes de que pudieras cerrar la puerta para bañarte, te detuvo captando tu atención.

–¿Qué pasa?

–¿Estás... estás molesta conmigo?

–¿No...?–Respondiste soltando una ligera risa.

–¿Y entonces por qué... p-por qué te limpiaste mi beso?–Te preguntó con una pequeña risita.

–No lo hice.

–Si lo hiciste.

–Que no.

–Que si, yo te vi.

–Dios, eres un niño.–Reíste rodando los ojos, y tomaste su rostro con ambas manos para besarlo en los labios.–Ahora vete.

Steve rio dejando un beso en tu cabeza y luego salió de la habitación para juntarse con Sam y Bucky en la sala de estar del campus.

TONY STARK

Estabas sentada en la sala de reuniones del campus terminando de hacer tus reportes de las últimas misiones, cuando Tony llegó con una sonrisa y se sentó en la silla junto a ti.

–¡Aquí estás! ¡Te estaba buscando!–Dijo acercándose girando su silla en dirección tuya, y dejó un beso en tu mejilla.

–¿Ah si? ¿Y para qué sería?–Preguntaste limpiando su beso, antes de seguir escribiendo en tu laptop.

–Para salir a cenar...–Dijo algo confundido, volviendo a acercarse para dejar un beso en tu mejilla.

Nuevamente lo volviste a limpiar, y Tony otra vez repitió su acción, y tú limpiaste el beso de nuevo.

–¿T/N qué haces?

–Mis reportes.

–No eso. ¿Por qué te limpias? ¿Acaso estás enojada conmigo?

–¿Me has dado razones para enojarme?–Le preguntaste con una pequeña sonrisita sin despegar la vista de la pantalla.

Tony se quedó unos momentos con el ceño fruncido observándote mientras pensaba en sí había hecho algo, hasta que te volteaste hacia él.

–Tranquilo Tony, no has hecho nada, es solo una broma.–Reíste acercándote para darle un beso en los labios.

–Menos mal porque ya estaba comenzando a dudar...–Dijo soltando una pequeña risita y acercándose para volver a besarte.–Ahora sobre esa cena...

LOKI LAUFEYSON

Loki iba caminando por los pasillos del campus, hasta que te vio sentada en la sala de estar leyendo un libro provocando una sonrisa en su rostro.

–Buen día reina mía, te ves muy hermosa.–Dijo sentándose a tu lado, pasando su brazo alrededor tuyo y dejando un beso en tu mejilla.

–Gracias...–Reíste ligeramente limpiando tu mejilla.

Loki frunció ligeramente el ceño al verte, sin embargo al principio no prestó mucha atención.

–¿Qué estás leyendo?–Te preguntó dejando nuevamente un beso en la misma zona.

–Uno de los libros que Wanda me regaló hace unos días.–Respondiste volviendo a pasar tu mano donde había dejado su beso.

Loki esta vez si se dio cuenta, y frunció aún más el ceño al verte, por lo que te besó otra vez, y antes de que pudieras limpiarte tomó con su mano tu muñeca provocando que te voltearas hacia él.

–Que. Ni. Se. Te. Ocurra.–Dijo viéndote seriamente.

–¿O si no qué?–Le desafiaste de vuelta con una sonrisita viendo hacia sus labios, y luego sus ojos.

Loki sonrió maliciosamente y soltó una pequeña carcajada acercándose aún más hasta el punto en que sus labios rozaban al hablar.

–No quieres saberlo.

–¿Cómo estás tan seguro?

Soltaste tu mano de su agarre y la pasaste por tu mejilla, provocando que su sonrisa se borrara y se pusiera de pie rápidamente tomándote en sus brazos haciéndote soltar un sonido de sorpresa, llevándote a su habitación.

SAM WILSON

–Bueno, bueno, pero miren que tenemos aquí, la mujer más hermosa de toda la fiesta.–Dijo Sam llegando a tu lado en el bar del salón de fiestas en el campus, haciéndote reír dejando un beso en tu mejilla.–Enserio te ves preciosa.

–Tu tampoco te ves mal.–Reíste limpiando su beso, y te volteaste hacia él arreglando el cuello de su camisa.

–A ver, a ver, a ver... espera un segundo. ¿Acaso... acaso te acabas de limpiar mi beso?–Te preguntó con una sonrisita confundido y alzando una ceja.

–¿Qué dices?

–Te di un beso en la mejilla y después te lo limpiaste, eso no se hace, ¿por qué lo hiciste?–Se quejó haciéndote reír, y luego te acercaste para besarlo en los labios suavemente.

–No seas dramático, solo era una broma.–Le dijiste con una pequeña risita.

Sam rodó los ojos y luego se acercó para besarte nuevamente quitando todo el aire de tus pulmones a la vez que enrollabas tus brazos alrededor de su cuello y él los suyos en tu cintura, haciéndote reír.