Prólogo: Zemo lleva a Bucky y Sam para pedirte información, sin embargo su propósito para estar ahí es otro.

LaPololaDeZemo
Advertencia: Se menciona que la rayis es una ex-widow (no tiene útero). Masturbación masculina, sexo vaginal sin protección (usea globito gente), jalar el cabello, mordidas, un poco de aftercare (cuidados y mimos después de tener relaciones sexuales) casi al final.
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–¿Dónde estamos?–Preguntó Sam mientras los tres hombres entraban al club.

–A qué lugar nos trajiste ahora.–Dijo Bucky sonando más como una orden que una pregunta viendo incómodo a su alrededor.

Zemo se quedó en silencio y te buscó con la mirada hasta encontrarte en el pasillo del segundo piso apoyada en la baranda con un vaso en mano y viéndole con una sonrisa.

El Barón sonrió de vuelta y te vio entrar en tu oficina antes de voltearse hacia los otros dos.

–Vinimos a por información de estos tales Flag Smashers, ¿no es eso lo que querían?–Les dijo con una pequeña sonrisa.–Quédense tranquilos, este lugar le pertenece a una muy buena amiga mía.

–¿Esa misma amiga que es una gran y poderosa contrabandista del mercado negro aquí en Madripoor?–Le preguntó Bucky cruzándose de brazos.

–Sería una gran sorpresa.–Dijo Sam rodando los ojos.

–La misma. Es una ex Widow del famoso Red Room ese también, como dato adicional. Y ahora si me disculpan, iré a reunirme con ella. Ustedes quédense aquí y no hagan desastre, los tragos van por cuenta mía.–Les dijo sin dejar de sonreír antes de acercarse a las escaleras.

El guardia le permitió la entrada y subió las escaleras al segundo piso hasta llegar a tu oficina.

Se arregló la chaqueta y pasó ambas manos por su cabello antes de golpear y que abrieras la puerta con una sonrisa.

–Gusto de verlo otra vez, Zemo.–Le dijiste haciéndote a un lado para que pudiera entrar.

–El gusto es todo mio, mi querida.–Dijo mientras cerrabas antes de que te voltearas y te acercara hacia él para besarte.

Inmediatamente llevaste tus manos a su cabello jalando de él y te hizo avanzar hasta tu escritorio donde te sentó encima quedando entre tus piernas mientras le quitabas su chaqueta dejándola caer al suelo.

Zemo desabrochó tu blusa y sus manos fueron hacia tus caderas y espalda sin dejar de besarte desesperado mientras las tuyas bajaban a su pantalón para desabrocharlo.

–Veo que no pierdes el tiempo.–Le dijiste totalmente agitada y los labios rojos además de ligeramente hinchados, al igual que los suyos.

–Tú tampoco, mi querida.–Respondió de vuelta haciéndote reír mientras comenzaba a besar tu cuello.

Bajaste sus pantalones y tomaste su creciente erección para pasar tu mano por ella acariciando la punta con tu dedo pulgar antes de volver a moverla haciendo que se abrazara aún más a ti y mordiera ligeramente tu hombro.

Pronto llevó sus manos para desabrochar tus pantalones y ayudarte a quitártelos junto con tus zapatos y fue dejando besos por tus piernas hasta que le tomaste del rostro para volver a besarle alineando su punta con tu entrada.

–¿Desde cuando te juntas con los Vengadores?–Le preguntaste mientras tomaba tus piernas sujetándolas alrededor de su cintura.

–Barnes me sacó de prisión, necesitan mi ayuda con algo, luego lo discutimos.–Dijo antes de entrar en ti de una sola vez volviendo a besarte desesperado mientras soltabas un fuerte gemido.–¿Sigues sin tener útero?

–¿Sigues con ese humor malisimo tuyo?–Respondiste de vuelta enterrando tus uñas en sus hombros.

Zemo sonrió antes de comenzar a embestirte con fuerza provocando que tuvieras que apoyar ambas manos detrás en el escritorio para sujetarte soltando un fuerte gemido a la vez que se movía con fuerza.

El escritorio comenzó a sonar y rechinar con fuerza por la velocidad y embestidas suyas provocando que sus pieles chocaran creando un sonido en la habitación que no se escuchaba fuera por la música del club.

Zemo te atrajo hacia él para besarte y tomándote en sus brazos para pegarte a la pared más cercana y poder seguir moviéndose pasando su lengua por tu boca y la tuya por la suya.

Bajaste dejando besos por su cuello y Zemo gimió en tu oído sintiendo tus paredes contraerse alrededor suyo.

Finalmente te corriste a su alrededor gimiendo y mordiendo su hombro mientras él seguía moviéndose con embestidas más desordenadas, hasta correrse dentro tuyo provocando que sus fluidos cayeran mezclados por sus piernas.

Zemo dio un par de embestidas más hasta que ya ambos se sintieron sobreestimulados y colapsaste dejando caer la cabeza hacia atrás y el Barón dejó su frente pegada a tu pecho, ambos respirando agitados.

–Esta es una de las cosas que más extrañaba estando en prisión.–Te dijo levando su rostro para poder verte al cara haciéndote reír.

Ambos compartieron un último beso hasta que finalmente te dejó en el suelo con cuidado saliendo de dentro tuyo.

Tomó unos pañuelos de papel de una cajita en tu escritorio y los limpió a ambos antes de subirse sus pantalones, y luego te sentó en una silla para ayudar a ponerte los tuyos dejando besos por tus piernas, hasta que finalmente te puso tus zapatos y estuviste completamente vestida.

–Ahora... volviendo a lo que realmente viniste.–Le dijiste mientras abrochabas tu blusa y él se acercaba a una mesita para servir dos vasos de licor.

–Honestamente esto es a lo que venía yo, son los otros dos que quieren información. Si fuera por mi me la pasaría todo el día así contigo, mi querida.–Te dijo con una sonrisa entregándote tu vaso y sentándose en la otra silla frente a ti bebiendo del suyo.

Soltaste una pequeña risita negando con la cabeza mientras él solo te observaba sin dejar de sonreír y llevabas el vaso a tu boca viendo hacia cualquier otra parte menos a Zemo.