Prólogo: Stephen descubre algo que le estabas ocultando.

sienita24
Advertencia: cáncer de mama.
○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●

Stephen hace días había notado que estabas extraña, que actuabas extraño e incluso tal vez un poco distante. Y le molestaba no saber el porqué.

No había razones para que estuvieras molesta con él, así que asumía era algo que había pasado con otra persona, e iba a esperar hasta que te sintieras cómoda para contarle.

O al menos eso planeaba, hasta que encontró bajo su cama en tu lado de la habitación unos papeles cuando se le cayó algo.

Estaban metidos entre las tablas bajo el colchón dentro de una carpeta, y a Stephen le pareció extraño cuando se agachó y los vio. Así que la sacó y se sentó en tu lado de la cama en el borde.

Eran varios exámenes médicos de hacía cosa de una una semana y media atrás, tiempo justo en el que tu comportamiento había comenzado a cambiar.

Frunció el ceño y comenzó a leer lo que decían los papales con el corazón latiendo a mil, hasta que llegó al inevitable resultado que deseaba no estuviera ahí.

Tenías cáncer de mama.

–¿Stephen qué haces?–Le preguntaste entrando en la habitación del Sanctum donde él te estaba dando la espalda.

Strange tenía la mirada perdida en el suelo luego de haber leído los resultados.

–¿Cuándo planeabas decirme?–Te preguntó con voz triste y ligeramente temblorosa, sin darse vuelta.

–¿D-de qué estás hablando?–Le preguntaste temerosa jugando con tus manos.

Stephen simplemente dejó la carpeta a su lado en la cama para que la vieras, apoyando ambos codos en sus rodillas y pasó sus manos por su rostro.

Al ver la carpeta inhalaste profundamente, y te acercaste para tomarla y sentarte a su lado, dejándola en tu regazo.

–No lo sé... no sabía cómo hacerlo.–Le respondiste en voz baja y jugando con tus manos.

–T/N soy doctor... podría haber ido contigo, podría haberte acompañado, podría... ¿querida por qué me lo ocultaste? ¿Por qué no me dijiste que fuera contigo a un chequeo médico?–Te preguntó desesperado girando su cuerpo en dirección hacia ti.

–¡No lo sé, Stephen! No lo sé. Tenía miedo, tenía pánico, no me sentía bien, y-y no quería arrastrarte conmigo. Quería saber primero lo que era y luego decirte.–Dijiste mientras lágrimas comenzaban a correr por tus mejillas.

–¿Cuándo te dieron los resultados?

–Ayer... quería decírtelo pero no sabía cómo...–Soltaste un pesado suspiro pasando una mano por tu rostro.

Stephen asintió con la cabeza y bajó la vista tragando el nudo en su garganta.

Tomó tu mano en la suya para entrelazarlas y luego cubrirlas con la otra suya, provocando que dirigieras la vista hacia él que ya te estaba mirando.

–Te vas a recuperar, ¿si? Me voy a contactar con unos conocidos doctores que harán tu tratamiento, buscaremos soluciones en las artes místicas, y haremos lo que sea, pero te vas a recuperar.–Te dijo viéndote directamente a los ojos, tratando de mantener la compostura.

–Stephen va a ser muy difícil... el cáncer ya está ramificado...–Le dijiste casi que en un susurro, mientras lágrimas corrían por tus mejillas.

–Lo sé, p-pero eso no importa porque voy a encontrar la solución, ¿okey? Me niego... me niego a aceptar, o-o a dejar que te vayas de mi lado. Voy a encontrar la solución, te voy a ayudar, ¿si?–Te dijo con la voz temblorosa.

Tu solo asentiste con la cabeza y una triste sonrisa, y Stephen te atrajo hacia él para abrazarte dejando tu cabeza bajo su barbilla donde te besó con ternura.

Strange soltó un suspiro tembloroso mientras pequeñas lágrimas comenzaban a caer de sus ojos, y te acercó imposiblemente más a él para abrazarte.