Prólogo: Vas de vuelta a casa por la noche y unos tipos te molestan.

ilily46
Advertencia: alusión a padre alcohólico, acoso callejero, insinuación a abuso sexual (NO PASA), final feliz.
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Ibas caminando tarde por la noche de camino a casa.

Te habías quedado hasta tarde en casa de una compañera de clases, terminando un proyecto el cual prácticamente hiciste tu sola ya que ella solo se dedicaba a hablar por teléfono, y luego dejó que te fueras sola a casa sin siquiera ofrecer llevarte en su auto para que fueras más segura.

Tu papá tampoco atendía las llamadas así que asumías estaba ebrio desmayado en el sillón o en algún bar por ahí, y realmente no querías molestar a Peter. Era el cumpleaños de su tía y no querías incomodar.

Ibas caminando por un callejón donde unos pasos más adelante, viste a un grupo de tres hombres con botellas en sus manos.

Te detuviste por unos segundos, y ellos se voltearon a verte de pies a cabeza.

Ese era el único camino hacia tu casa ya que no podías tomar ningún otro, a excepción de uno que era aún más largo y tardarías otros quince minutos en llegar.

Tu mente rápidamente tomó la decisión de que lo mejor sería seguir por el camino más largo, y comenzaste a caminar fuera del callejón deseando que no te siguieran.

–¡Oye nena! ¡Ven con nosotros! Podemos ofrecerte una cerveza si quieres.–Te dijo uno de ellos acercándose a ti.

–No gracias, estoy bien así.–Respondiste comenzando a caminar más rápido.

–¡Oh vamos! No somos tan aburridos como parecemos.–Dijo otro posicionándose frente a ti.

–Por favor déjame pasar. No quiero quedarme con ustedes.–Le respondiste de forma seria, tratando de ocultar tu miedo.

–¿Y eso por qué, nena? ¿Acaso tienes miedo?–Te el tercero tomándote de los brazos por detrás con fuerza y haciéndote soltar un grito.

–Shh.... no digas nada, preciosa. La vas a pasar bien con nosotros.–Te dijo el primero que te había hablado, poniendo su mano en tú boca.

El de atrás te tomó de los brazos y otro de los pies mientras te cubrían la boca y te llevaron a donde estaban sentados, mientras tú tratabas de zafarte y gritar.

–¡Hey! ¡Ustedes tres! ¡Dejen a la señorita en paz!–Escucharon a alguien decir desde el principio del callejón.

–Quédate con ella.–Dijo el que parecía ser el jefe y quien te habló primero, sacando una navaja de su bolsillo al igual que el otro, mientras que con quien te quedaste te cubría la boca y te abrazaba con su brazo.

–¿Qué planeas hacer, chiquillo?–Le preguntó el otro hombre.

–Aléjense de ella y todos podrán irse tranquilos.–Dijo el chico.

–¿Por qué no te metes en tus asuntos, hijo de perra?–Le preguntó uno acercándose con la navaja.

Rápidamente el chico dio un salto por encima de él para quedar por detrás y le lanzó telas de araña que envolvieron su cuerpo por completo, y luego puso unas en su boca.

Después comenzó a pelear con el otro y le dejó inconsciente, mientras que quien te tenía empezó a correr, pero el chico le lanzó telas de araña a su cuerpo que le hicieron caer al suelo boca abajo.

Rápidamente se acercó a ti quitándose la máscara, y Peter puso una mano en tú brazo.

Al estar cubriendo tu rostro trataste de atacarlo al asustarte, y él tomó tus manos con suavidad.

–¡Hey! ¡Hey! Soy yo, Peter... tranquila... no pasa nada, ya se acabó.–Te dijo con suavidad y viéndote preocupado.

–Oh gracias a dios que estás aquí...–Soltaste un pesado suspiro y te abrazaste a él.

Peter se sentó en el suelo pasando ambas piernas por tus lados y te abrazó con fuerza.

–¿Te hicieron algo? ¿Te pasó algo?

–No... no, no me hicieron nada  llegaste justo a tiempo.–Le aseguraste con una sonrisa, alejándote para verle a los ojos con lágrimas en los tuyos.

–¿Segura?–Preguntó tomando tú rostro con ambas manos para revisarlo.

–Sí, estoy segura.–Dijiste con una sonrisa.

–Bien... ¿por qué no me llamaste? Podría haberte ido a recoger a la casa de tu compañera.

–No quería molestarte, es el cumpleaños de tu tía y no quería incomodar.

–¿Qué hay de tu papá?

–Ah... no contestó.

–Bien... ahora te vienes conmigo. May y yo estábamos muy preocupados por ti, dijo que cuando te encontrara te llevara con nosotros para cenar.–Te dijo con una sonrisa, acariciando tú mejilla.

–Oh no, no te preocupes, no quiero—

–No incomodas, tranquila. Eres parte de la familia.–Te aseguró con una sonrisa.

Tu sonreíste de vuelta, y Peter dejó un beso en tus labios antes de ayudarte a ponerte de pie, volviendo a ponerse su máscara y te tomó en sus brazos y lanzó una telaraña a un edicio para irse.