Prólogo: Carol llega a casa después de estar en el espacio por mucho tiempo, pero hay algo distinto en ella.

Miiriiam91
○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●

Estabas es el sillón de tu casa leyendo un libro cuando llamaron a la puerta.

Corriste hacia ella con la esperanza de que fuera Carol quien estuviera del otro lado.

Llevaba fuera del planeta más o menos tres semanas, y te morías porque volviera al fin.

Cuando abriste, la viste con una chaqueta de cuero igual a su favorita, aunque era negra.

Al abrir, ella levantó la vista y soltó un suspiro de alivio, y pareciera que los ojos se le llenaron de lágrimas.

–¡Carol!–Exclamaste con una gran sonrisa y te abalanzaste hacia ella, abrazándola con fuerza.–¡No puedo creer que estés aquí! ¡Te extrañé muchísimo!

–Y-yo... oh dios... te extrañé muchísimo, T/N...–Dijo aliviada y abrazándote con fuerza.

Mientras se abrazaban, frunciste el ceño sintiendo que había algo extraño en ella. Algo distinto.

Te alejaste un poco dejando tus manos en sus hombros y ella dejó las suyas en tus caderas mientras tenía pequeñas lágrimas en sus mejillas.

–Tú cabello... está más corto de la última vez que te vi.

–Ah, eso... si... quería un cambio. ¿Te gusta?–Te preguntó soltando una pequeña risita, pero tu seguías con el ceño fruncido al notar algo en su mejilla derecha.

–Ésta cicatriz... jamás la había visto, y se nota que es de hace mucho tiempo...–Murmuraste llevando tu mano para pasarla con suavidad por la marca.

Carol tragó saliva y te quedó viendo preocupada mientras tu seguías inspeccionándola.

Cuando tus ojos volvieron a los suyos, pudiste notar algo diferente en ellos. Una tristeza que cargaban y una esperanza al verte.

Una pequeña sonrisa se formó en tus labios, pero sin alejarte de ella.

–Tú no eres mi Carol, ¿o si?–Le preguntaste con suavidad, acariciando su mejilla.

–¿A-a qué te refieres? Claro que lo soy, ¿quién más podría ser?–Preguntó nerviosa tomando tus manos en las suyas desesperada.

–No... no lo eres... y tampoco creo que seas uno de sus amigos que cambian de aspecto... ¿quien eres? O mejor dicho... ¿de qué universo vienes?–Le preguntaste con suavidad.

Aquella Carol no podía apartar la vista de ti, y después de unos segundos dio un paso hacia atrás y bajó la vista hacia sus manos.

–Tienes razón... no soy tu Carol. Soy de otro universo.–Murmuró con tristeza.

–¿Y qué haces aquí?–Le preguntaste hablando con suavidad, tomando su mano para acariciarla, provocando que levantara la vista hacia ti.

–Solo quería verte... abrazarte otra vez. Tal vez incluso si tenía suerte llevarte conmigo.–Rió apenada con lágrimas silenciosas corriendo por sus mejillas y bajando la vista hacia sus manos unidas.–M-mi T/N... mi esposa, ella... e-ella falleció. Querían cobrar venganza contra mi y ella pagó las consecuencias.

Soltaste un pequeño suspiro por tu nariz y te acercaste para abrazarla.

Carol te abrazó de vuelta con fuerza y escondió su rostro en tu cuello, mientras la Carol de tú universo y con quien llevabas compartiendo los últimos siete años de tu vida llegó volando y aterrizó a unos cuantos metros en el jardín viéndolas con el ceño fruncido.

Tu Carol frunció el ceño viéndote y con los puños apretados con sus poderes visibles en ellos.

Le hiciste un gesto con la mano para que esperara y se calmara, por lo que se quedó quieta pero sin quitar la vista de ustedes y con sus poderes listos en caso de que tuviera que atacar.

Te alejaste un poco para ver a la otra Carol a los ojos, dejando tus manos en sus mejillas y limpiando sus lágrimas.

–No puedo irme contigo, Carol. Mi Carol, la de éste universo me necesita, mi familia también me necesita, no puedo irme así como así. Y lamento mucho lo que le pasó a tu T/N, de verdad que si... pero si yo me voy, entonces mi Carol no será feliz. Además... yo no soy ella, no somos iguales.–Le dijiste con suavidad sin soltar su rostro.

–Pero se ven idénticas...–Susurró llevando su mano a tu mejilla para acariciarla.

–Lo sé... pero no somos la misma persona. Ella ya se fue, y de una cosa si estoy segura, y es que a tu T/N le hubiese gustado que siguieras con tu vida. Eres fuerte, eres valiente, y eres una maravillosa mujer, Carol. Estoy segura de que podrás salir adelante.–Le dijiste con una sonrisa.

Carol asintió con tristeza y dejaste un largo beso en su frente, para que después ella se alejara y bajara las escaleras de la casa, acercándose a la Carol de tu universo que la veía con el ceño fruncido y molesta.

–Cuídala... tienes suerte de aún tenerla a tu lado. T/N es una mujer extraordinaria, no importa en qué universo esté.–Le dijo con una sonrisa triste antes de volar lejos de ahí.

Tu Carol se volteó y se quedó viendo el cielo molesta antes de que corrieras y saltaras en su espalda para abrazarla, provocando que casi paridera el equilibrio pero logró mantenerse de pie y pasó sus manos por debajo de tus piernas para sujetarte.

–¡Eres tu! ¡Eres tu! ¡Estás aquí!–Dijiste con emoción dejando besos en su mejilla.

–Sí... soy yo, pero pareciera que estabas aa punto de cambiarme por alguien que se veía extrañamente igual a mi.–Te dijo con un tono de jugueteo y a la vez algo de celos en su voz.

–Ay por favor, me di cuenta de inmediato que no eras tu, eres única. Jamás podría cambiarte por nadie, ni si quiera por una tú de otro universo.–Le dijiste con una sonrisa sin bajar de su espalda.

–Yo tampoco podría cambiarte por alguien de otro, o éste mismo universo.–Rió dejando un beso en tu mano que estaba alrededor de su cuello afirmándote, y comenzó a caminar hacia su casa para entrar, cargándote en su espalda.