Prólogo: Thor se preocupa cuando eres atacada en el Quinjet.

evejant1
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Mientras los demás estaban en la misión, tu estabas en el Quinjet haciéndote cargo de las cámaras, los comunicadores y hackeando el sistema de seguridad para abrir puertas, etc.

En la última misión te habías lastimado la muñeca por lo que debías tener puesta un guante especial, al igual que te doblaste el pie y tenías unos golpes que todavía no sanaban correctamente, por eso les ayudabas como asistencia desde lejos.

–Esposa mía, ¿cómo te sientes?–Escuchaste a Thor preguntarte por su comunicador en una línea a parte.

Tomó un poco de tiempo, pero lograste enseñarle a Thor desviar la comunicación general a una línea donde solo tu pudieras escucharle ya que muchas veces decía cosas que eran solo para ti y se ganaban burlas por parte de los demás.

–Estoy bien, corazón. ¿Tú cómo vas?–Le preguntaste con una sonrisa viéndole por la cámara en el holograma frente a ti en la mesa que lo proyectaba. Tony había integrado su tecnología en todos lados, y la verdad es que era bastante útil.

–Bien, aunque preferiría estar contigo. Me sentiría más tranquilo sabiendo que tienes a alguien a tu lado para protegerte en caso de que algo ocurra.–Te dijo preocupado derribando una puerta de una sola patada dentro de la base.

–Lo sé, pero tampoco es como que no pueda defenderme por completo.–Le dijiste frunciendo el ceño al escuchar ruido, y buscaste en las cámaras exteriores del Quinjet para ver qué había fuera.

–¿Mi Lady te encuentras bien?

–Al parecer tengo algo de compañía.–Le dijiste en voz baja sacando un arma bajo la mesa y apretando tu comunicador.–El Quinjet ha sido comprometido, tengo cinco agentes fuera de aquí.

–T/N ten cuidado. Quien esté más cerca muévase de inmediato a su posición.–Escuchaste a Steve decir mientras tú te escondías en la pared junto a la rampa para cuando subieran atacar.

–¡Ya voy en camino!–Dijo Thor mientras se le escuchaba correr.

Abriste la rampa y los tipos comenzaron a subir.

Al primero le diste con la parte de atrás del arma noqueándolo al instante, y luego comenzaste a luchar con los otros.

Le disparaste a otros dos y comenzaste a pelear cuerpo a cuerpo con otro que tenía una navaja.

Te hizo caer al suelo y él quedó encima de ti tratando de enterrar la navaja en tu rostro la cual sujetabas con todas tus fuerzas, mientras el tipo restante trataba de manejar la consola donde veías las cámaras.

En ese momento el martillo de Thor noqueó al de la consola haciéndole caer al suelo, y luego el martillo volvió a él antes de que te sacara al tipo de encima y lo lanzara fuera de la nave haciéndole volar lejos.

Soltaste el aire que estabas conteniendo y un suspiro de alivio recostándote por completo en el suelo, y Thor se te acercó preocupado con aún el martillo en su mano.

–¡Mi Lady! ¡¿Esposa mía estás bien?! ¡¿Estás lastimada?!–Te preguntó arrodillándose a tu lado y con su mano libre dejándola en tu mejilla mientras que con su vista buscaba señales de alguna herida.

–Estoy bien, tranquilo, no me pasó nada.–Le aseguraste con una sonrisa sentándote en el suelo.

–¿T/N cómo estás? ¿Está Thor contigo?–Te preguntó Steve a través de los comunicadores.

–Aquí está, no se preocupen. Estoy bien.

–¿Lograron llevarse algo?–Te preguntó Clint.

–Sí, una buena paliza.–Reíste mientras Thor te ayudaba a ponerte de pie.

–Esa es mi chica.–Dijo Nat, y prácticamente podías imaginar su sonrisa.

–Entonces para celebrar, ¿por qué no hacemos una fiesta? ¿Eh? ¿Qué les parece?–Preguntó Tony ya emocionado.

–Nos vemos en el Quinjet en diez. Cambio y fuera.–Dijo Steve ignorando su comentario.

Thor te tomó en sus brazos haciéndote reír ligeramente y te sentó en uno de los asientos del Quinjet quedándose agachado frente a ti y sus manos en tus rodillas.

–¿Estás segura de que ninguno de estos apestosos midgardianos miserables no te hicieron nada?–Te preguntó acariciando tús rodillas tiernamente.

–Estoy segura, y gracias por venir por mi.–Le dijiste con una sonrisa dejando tus manos sobre las suyas y acercándote para besar sus labios.

–Iría hasta el fin del universo solo por ti, amada mía.–Respondió con una gran sonrisa antes de volver a besarte.