Prólogo: Loki te lleva a conocer un lugar de Asgard muy especial.

ItzayanaGuadalupeRos
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–¡Loki esto es hermoso!–Exclamaste maravillada caminando por los grandes bosques de Asgard junto a él, hasta que llegaron a una cascada con aguas brillantes y flores doradas con diamantes en el centro plantadas en el borde.

–En efecto, mi reina. Pero la belleza de éste lugar jamás podría compararse con la tuya.–Te dijo con una gran sonrisa, acercándose a ti para posar ambas manos en su rostro.

–Loki por favor... literalmente las flores son de oro y diamantes.–Reíste apenada apartando la vista.

–Y ninguna de esas cosas tiene comparación contigo.–Te dijo antes de acercarse y besar tus labios con ternura.

Después del beso, te alejaste mientras Loki te veía maravillado usando ese vestido asgardiano con colores verdes y dorados que usabas solo por él, viéndote examinar las flores de muy cerca.

Pronto Loki recordó la razón del porqué te había llevado a Asgard, y con su magia hizo aparecer una pequeña caja verde oscuro en sus manos, y la abrió para revelar un anillo simple y pequeño, pero con una diminuta piedra verde en él.

Inhaló profundamente y levantó la vista hacia ti por un segundo, y luego volvió a ver la caja en sus manos, sintiéndose nervioso.

Loki te amaba más que a nada en el mundo, por ti había hecho cosas que jamás creyó que haría por nadie. Y sabía que tu le amabas de vuelta, se lo habías demostrado una y otra vez a lo largo de los años que habían estado juntos. Pero de todas formas tenía miedo de que existiera una posibilidad que le dijeras no.

–¿Reina mía?–Llamó tu atención ocultando la caja entre sus manos.

–¿Mm?–Respondiste volteándote hacia él.

Loki se acercó y tomó tu mano para que te pusieras de pie, mientras tú le observabas con una sonrisa.

–¿Estás bien? ¿Pasa algo?–Le preguntaste algo preocupada.

–Mi reina yo... no te traje a Asgard solo para mostrarte estos paisajes. Te traje a Asgard porque quería hacerte una pregunta muy importante en un lugar hermoso y especial como éste.–Te dijo viendo hacia tu mano, y luego levantando la vista hacia ti.

–Ya me estás poniendo nerviosa, Loki. ¿Qué pasa?–Reíste ligeramente.

–Reina mía, no tienes porqué temer o sentirte de esa manera, el que debería estar así soy yo. T/N... desde el primer momento en que te conocí supe que serías mi perdición. Supe que una vez te dejara entrar en mi vida ya no habría vuelta atrás.

Mi reina, eres lo más importante que tengo, lo más preciado y lo más valioso que pueda tener. Eres la única persona que me conoce tal y como soy, y que no ha dudado de mi ni una sola vez, ni si quiera sabiendo acerca mi reputación en Misgatd o aquí en Asgard.

Y a lo que quiero llegar con todo esto, es que lo único que deseo es poder hacerte feliz por el resto de mi vida.–Te dijo arrodillándose frente a ti, provocando que soltaras un sonido de sorpresa y llevaras una mano a tu boca con los ojos llenos de lágrimas.–Sí me permitieras estar a tu lado y amarte, hacerte feliz y cuidarte por el resto de mi vida, sería el dios más feliz de los nueve reinos.

Es por eso mismo que aquí mismo, en ésta cascada junto a éstas maravillosas flores que no se te comparan te hago ésta pregunta... T/N T/A... ¿me permitirías ser tu esposo y hacerte feliz por el resto de nuestras vidas?–Te preguntó viéndote preocupado y muy nervioso, abriendo la caja para revelar el anillo y sujetando tu mano.

Te quedaste boquiabierta mientras te gritabas internamente por no reaccionar, viendo sus manos temblorosas y sus ojos llenos de temor y también esperanza.

Loki comenzó a ponerse nervioso al ver que no contestabas y te le quedabas solo viendo.

–¿M-mi reina?

–¿Esto es enserio? ¿Así como enserio, enserio? ¿No es ninguna de tus bromas o—

–¡YA DILE QUE SI, LADY T/N!–Escucharon a Thor gritar de algún lugar escondido, provocando que Loki se volteara a ver a todos lados con el ceño fruncido.

Mientras él trataba de averiguar dónde estaba Thor, te abalanzaste sobre Loki provocando que ambos cayeran al suelo y dieran un par de vueltas hasta que quedaste encima de él, y besaste sus labios con fuerza y pasión.

–¡Claro que me caso contigo, Loki!–Le dijiste con una gran sonrisa.

Loki sonrió y soltó una risita aliviado dejando la cabeza en el césped, mientras escuchaba a Thor celebrar a la vez que deslizaba en anillo en tu dedo.

Se sentó contigo en su regazo y te besó mientras ambos sonreían, abrazándote por la cintura y tu por su cuello.

–¡MI HERMANO SE VA A CASAR! ¡TENDREMOS BODA!–Gritó Thor celebrando, mientras tú reías y Loki rodó los ojos soltando un gruñido molesto.