Estrés del trabajo (Pietro Maximoff)
Prólogo: Llegas estresada del trabajo y Pietro te ayuda.
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Advertencia: fingering (masturbación femenina), marcas, nipple play (o juego de pezón en español, que básicamente es estimular los pezones, ya sea con la boca o dedos), sexo vaginal con condón.
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Desde el primer momento en que pusiste un pie dentro del departamento donde Pietro y tu vivían, el velocista podía deducir que algo andaba mal.
Cuando entraste tenías el ceño fruncido y una expresión molesta. Casi ni lo saludaste más que con un pequeño "hola" mientras caminabas hacia su habitación para buscar tu ropa y encerrarte en el baño, mientras Pietro estaba en la cocina.
El velocista se apresuró en dejar todo listo para cenar y la cocina apagada, y corrió hacia el baño donde se desvistió con rapidez y entró contigo en la ducha.
–Hola printsessa.–Dijo con una sonrisa, abrazándote por la espalda y dejando besos en tu cuello y hombros.
–¿Qué estás haciendo?–Le preguntaste mientras el pasaba sus manos por tu cuerpo.
–Ayudando a relajarte.–Dijo con una sonrisa tomando tú pecho izquierdo con su mano para jugar con tu pezón y masajearlo, mientras su otra mano bajaba por tu cuerpo.
Llegó a tu intimidad donde separó tus pliegues con sus dedos, haciéndote soltar un pequeño gemido y dejaste caer la cabeza hacia atrás en su hombro.
Pietro sonrió dejando besos en tu cuello mientras el agua seguía corriendo, e insertó un dedo en ti.
Comenzó a meterlo y sacarlo dentro tuyo mientras su pulgar hacía movimientos circulares en tu clítoris, y agregó un segundo dedo a la vez que con su boca dejaba marcas moradas en tu piel.
–P-pietro...–Gemiste apretando sus muñecas mientras él seguía moviendo sus manos.
–Ya voy, printsessa, tranquila... aquí estoy.–Te susurró al oído, sacando sus dedos de dentro tuyo.
Cerró el agua de la ducha y te tomó en sus brazos para cargarte hasta su habitación.
Se recostó en la cama contigo encima suyo sin importar que mojaran todo, y pusiste un condón que tenía en su mesita de noche para luego tomar su miembro con tu mano y masajearlo manteniéndote elevada con las rodillas.
Poco a poco te deslizaste en su erección hasta llegar al fondo, haciéndote gemir dejando caer la cabeza hacia atrás.
–Deja ir todo el estrés de hoy, printsessa. Usame como tu quieras.–Te susurró sentándose en la cama dejando besos en tu cuello.
Soltaste un gemido haciendo que se volviera a recostar, y apoyaste ambas manos en su pecho para comenzar a embestirte tu misma, saltando en su regazo.
–Mierda...–Gemiste dejando caer la cabeza hacia atrás, mientras Pietro alzaba tus caderas alcanzando tus movimientos y llevando sus manos a tus pechos para apretarlos.
–Eso es, printsessa... deja ir todo el estrés del día.–Gruñó sintiendo como entraba y salía de ti.
Apoyaste ambas manos a cada lado de su rostro inclinándote hacia adelante y le besaste con desesperación lamiendo el interior de su boca, y Pietro pasó sus manos por tu espalda.
Comenzaste a besar su cuello y el velocista los dio vuelta para así él quedar encima de ti, dejando ambas de tus piernas en sus hombros y apoyando sus manos en la almohada para embestirte más fuerte.
–P-pietro más rápido...–Gemiste agitada, y el velociste dejó un beso en tu frente antes de empezar a usar su velocidad mejorada.
Soltaste un fuerte gemido arqueando la espalda sintiendo a Pietro moverse con rapidez, e incluso vibrando ligeramente dentro de ti.
Llevó una mano a tu clíotirs sin desacelerar sus movimientos, y pronto tuviste un squirt mientras tus manos iban a jalar de su cabello y lo atraías hacia ti para besarlo con desesperación.
Pietro sonrió ligeramente en tu boca y bajó tus piernas para envolverlas alrededor de su pecho mientras se seguía moviendo y te sacaba un orgasmo, antes de él expulsar su semen y llenar el condón.
Soltó un gemido mientras mordías su labio inferior, y siguió moviéndose unos momentos después de ambos haberse corrido prolongando aquellas sensaciones en los dos.
Poco a poco fue desacelerando sus embestidas, hasta colapsar a tu lado sin salir de dentro tuyo y te acercó para abrazarte, dejando tu pierna sobre su cadera.
–Gracias...–Le dijiste agitada y tratando de recuperar el aire perdido.
–Por supuesto, printsessa... cuando quieras. Estoy más que feliz de ayudarte a aliviar tu estrés.–Te dijo con una sonrisa quitando tu cabello mojado de tu rostro, provocando que rieras ante su comentario y te acercaras para besar sus labios con ternura.
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