Prólogo: Loki y tú van a una cita, aunque al ver la ropa que elegiste tal vez él quiera tardarse un poco.

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–¡¿Mi reina estás lista?! ¡Vamos a llegar tarde a nuestra reserva!–Te llamó Loki desde el primer piso viéndose al espejo en el pasillo de la entrada arreglando las mangas de su traje.

–¡Solo unos minutos! ¡Ya voy! ¡No me tardo!–Le dijiste desde arriba en su habitación.

Loki rio con ligereza rodando los ojos y acomodó el cuello de su camisa junto con su cabello.

Aquella noche irían a una cita después de varias semanas sin compartir mucho.

Últimamente hubieron bastantes misiones y Loki tenía asuntos que atender y ayudar a Thor en Nuevo Asgard, por lo que no se habían visto tanto como les hubiese gustado. Y las veces que podían hacerlo, solo se la pasaban en casa haciendo nada.

–Okey, ya estoy lista. Ósea casi, pero ya me vestí.–Dijiste bajando las escaleras con tus zapatos altos en mano.

Loki se volteó hacia ti y se quedó ligeramente boquiabierto al verte.

Llevabas un vestido/traje entero apretado a tu cuerpo que resaltaba tu figura que tanto le encantaba, el cual era de tu color favorito y un maquillaje que le combinaba.

La única ropa con la que Loki te había visto en todo ese tiempo era tu traje de misiones (el cual te quedaba muy bien y perfecto para su gusto), y tu maravillosa ropa de vagabunda para andar por la casa y una que otra prenda que le robaste a él, aunque de todas formas no era como lo que te habías puesto en ese momento, por lo que tenía sus razones para verte de esa manera.

–¿Loki?–Preguntaste pasando tu mano frente a su rostro haciéndole salir de su trance.

–¿Q-qué? ¿Qué dijiste?–Te preguntó confundido.

–Te preguntaba si te gustaba lo que llevo puesto.–Reíste con ligereza apoyándote en la pared para ponerte tus zapatos.–Wanda me lo obsequió hace algún tiempo.

Loki sonrió y se arrodilló ante ti tomando el zapato de tu mano y apoyó tu pie en su rodilla.

–Te ves absolutamente hermosa y radiante, reina mía. Nadie jamás podría compararse a tu belleza.–Te dijo con una gran sonrisa besando tu rodilla y hasta abajo tu tobillo.

Reíste ligeramente avergonzada y Loki te puso el zapato abrochándolo con cuidado dejando un beso en tu piel, y luego repitió la misma acción con el otro.

Se puso de pie y dejó ambas de sus manos en tus mejillas viéndote con una gran sonrisa antes de acercarse y besar tus labios con ternura.

–Eres la mujer más hermosa que jamás haya visto en todos los reinos y todo el universo.–Te susurró acariciando tus mejillas mientras tus manos estaban en sus caderas.

–Tú también eres bastante guapo, Laufeyson. Suerte la mía de tenerte solo para mi.–Le dijiste con una sonrisa llevando tus manos para arreglar el cuello de su chaqueta y camisa.

Loki rio con ligereza y besó tus labios otra vez.

–¿Ahora si estás lista?–Te preguntó mientras tu limpiabas tu labial de su boca.

–Sip, lista.–Respondiste con una sonrisa alejándote para tomar tu bolsa del perchero.

–¿Y tal vez no preferirías llegar unos minutos más tarde?–Te preguntó viéndote con una sonrisa juguetona.

–No porque tengo hambre, tal vez cuando volvamos te deje ayudarme a quitar la ropa.–Reíste mientras Loki hacía aparecer una chaqueta en tu cuerpo para abrigarte antes de tomar tu mano y besarla para salir.