Prólogo: Nat y tu tuvieron que pasar por muchas cosas para llegar a donde están.

cami_mads
Advertencia: infidelidad, reconciliación, hijos, final feliz.
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Hacía un tiempo Tony, tu hermano mayor, te había ofrecido trabajar con él en la Torre en el laboratorio y/o el taller, y en general donde se necesitara. Y tú por supuesto aceptaste.

Ahí fue donde conociste a Nat.

Ambas al principio se habían hecho grandes amigas y muy cercanas, hasta que pronto comenzaron a haber sentimientos entre ustedes que iban mucho más allá de una simple amistad.

Así empezaron a salir a escondidas de los demás ya que querían mantenerlo como un secreto, además que la adrenalina les gustaba.

Cuando llevaban más o menos seis meses juntas, descubriste que Nat te había engañado con Bruce durante una fiesta en la que ambos habían terminado ebrios, a pesar de la gran resistencia al alcohol que Nat poseía.

Nadie en el equipo podía comprender el porqué de su repentina enemistad, o al menos porqué habías comenzado a ignorarla. Hasta que un día tuvieron una fuerte discusión frente a todos donde le gritaste todas las cosas en la cara, y ella intentaba razonar contigo y conseguir tu perdón.

Ese mismo día te fuiste de la Torre y volviste a una casa que tenías en medio de la nada en un campo.

Nat cuando logró averiguar después de tres meses donde vivías, fue hasta allá para tratar de arreglar las cosas, y a Thor como no le gustaba ver que estuvieran peleadas porque desde siempre había pensado que podrían hacer una linda pareja, hizo una tormenta tan fuerte que Nat no pudo dejar tu casa por una semana.

Durante esos siete días se gritaron, pelearon, se arrojaron cosas, lloraron, hasta que finalmente hicieron las paces.

Desde ese momento que las cosas comenzaron a ir mejor para su relación, e incluso Nat te había pedido que te casaras con ella.

CINCO AÑOS DESPUÉS...

–¡Clinton Anthony Junior vuelve aquí!–Escuchaste a Nat gritar desde el pasillo de la habitación donde te encontrabas recostada en medio de tu hija Sarah y tu hijo Dennis de siete años, leyéndoles un cuento en la cama de la niña.

Nat y tu adoptaron a Sarah un año después de casarse cuando ella tenía tres junto con su hermano gemelo Dennis. Y a Junior lo adoptaron cuando tenía tan solo tres semanas de nacido. Ahora tenía un año y medio, y era un pequeño demonio andante.

–Parece que su mamá Nat está teniendo problemas.–Reíste ligeramente al igual que Sarah.

–¿No deberías ir a ayudarla?–Te preguntó Dennis preocupado sin poder marcar bien las "s" ya que le faltaban algunos dientes.

–¿Ustedes creen?–Les preguntaste estando en medio de los dos.

Justo en ese momento vieron a Junior correr torpemente con un pañal en la cabeza y sin nada más puesto por la puerta, y luego a Nat tratando de alcanzarlo.

–Nah... ellos están bien, sigue con el libro.–Dijo Sarah acurrucándose a tu lado.

Tu solo reíste rodando los ojos y continuaste con la lectura.

(.....)

Un par de minutos después, Dennis y Sarah estaban ambos dormidos, así que saliste de la cama con cuidado y tomaste a tu hijo con delicadeza para llevarlo a su cama y arroparlo.

Besaste sus frentes y luego saliste de la habitación para caminar por el pasillo y asomarte por la puerta a la habitación de Junior donde le viste durmiendo, y luego seguiste hacia la tuya.

Cuando entraste, viste a Nat esparcida en mitad de la cama con un brazo sobre sus ojos.

Te acercaste y con cuidado te recostaste encima de ella, a lo que la pelirroja respondió abrazándote y dejando un beso en tu cabeza.

–¿Fue muy difícil hacerlo dormir?–Le preguntaste con una sonrisa y tu cabeza sobre sus pechos.

–Cómo no tienes idea, es injusto que a mi siempre me toque el más traviesos de todos y tu leas cuentos todas las noches.–Se quejó riendo ligeramente.

–Eso es porque yo me hago cargo de ellos todo el día mientras tú no estás.

–Buen punto.–Rió ligeramente al igual que tú, mientras te apoyabas en tu mano para levantarte y dejar un beso en sus labios.

Te recostaste a su lado mientras Nat dejaba su pierna sobre tu cadera, sujetando tu mano en la suya.

–No sabes lo feliz que soy a tu lado... a veces pienso en todo lo que pasamos para llegar aquí, y a pesar de que hay cosas que cambiaría, lo que tenemos ahora lo dejaría tal y como está.–Te dijo con una sonrisa.

–Debes parar con eso, el pasado queda en el pasado. Ahora estamos juntas y tenemos una hermosa familia, quédate con eso, ¿okey?–Le dijiste acariciando su mejilla.

–Okey.–Respondió sonriendo, acercándose para besar tus labios y luego acurrucarse en tu pecho, cerrando los ojos y soltando un suspiro.–Te amo tanto...

–Yo también te amo.–Le respondiste sin dejar de sonreír, dejando un beso en su cabeza mientras acariciabas su espalda y jugabas con su cabello.