Prólogo: Scott te invita a una cita en su casa, y le da algo de inseguridad pensar que tal vez no te guste.

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–¿Estás segura de que tener la cita aquí no es molestia?–Te preguntó preocupado Scott, como por quinta vez.

Ambos estaban sentados en el sofá de su sala de estar a oscuras viendo una película. Scott con su brazo alrededor de tus hombros, y tú cabeza apoyada en él.

–Scott... ya te dije que no. La cita me está encantando.–Levantaste la cabeza para verle a la cara mientras reías con ligereza.

–E-es que tal vez querías hacer otra cosa. No es lo ideal tener una cita en casa con la hija de tu acompañante durmiendo arriba en el segundo piso.–Llevó ambas de sus manos a su regazo para jugar nervioso con ellas y evitando verte a los ojos.

–Scott, mírame.–Volteaste su rostro con tu mano con delicadeza, y dejaste un largo y tierno beso en sus labios.–Me encanta estar contigo donde sea. Cassie es parte de tu vida. Y si tienes que cuidarla y la cita es en tu casa, entonces no me molesta para nada.–Le aseguraste con voz dulce y una sonrisa acorde a ella.

–¿Puedo besarte yo ésta vez?–Te preguntó con la mirada hipnotizada en tus ojos.

Una pequeña risa salió de tus labios antes de contestar.

–Claro que puedes.

Scott puso su mano izquierda en tu mejilla y se acercó para besarte con ternura, la otra tomando tú mano libre que no estaba en su rostro.

–¿Papá?–Escucharon a Cassie decir con voz adormilada desde las escaleras.

Ambos se separaron rápidamente y la vieron parada en un peldaño, pasando su mano por su ojo.

–¡Hola pulga! ¿Qué haces despierta a ésta hora?–Le dijo con una sonrisa, acercándose a ella.

–¿Puedo estar con ustedes aquí? No me gusta estar sola.–Se quejó aún con voz de media dormida.

–Y-yo... tal vez no sea—

–¿Por qué no te recuestas aquí con nosotros?–Le ofreciste con una sonrisa, mientras Scott te veía con expresión afligida y sorprendida a la vez.–Puedes intentar dormir aquí, o ver la película con nosotros si quieres.–

Cassie se acercó a ti y se sentó a tu lado, dejando su cabeza en tu regazo y cerrando los ojos.

–Gracias T/N...–Murmuró quedándose dormida.

Scott tomó un manta y la tapó con ella, yendo a sentarse al otro lado de ti para abrazarte y dejar un beso en tu cabeza.

–No era necesario que hicieras eso.–Te susurró viéndote a la cara.

–Lo sé.–Le respondiste con una sonrisa.

Una también se dibujó en el rostro de él, y luego se acercó para besar tus labios con delicadeza.

Luego de que se separaran, apoyaste tu cabeza en su hombro y el te abrazó con aún más fuerza, lanzándoles una última mirada a Cassie y a ti. Las dos mujeres más importantes de su vida.