Fría y distante (Kate Bishop)

Prólogo: Ahora que los Vengadores se retiraron, la Tierra necesita de nuevos héroes, los aprendices de sus más grandes y poderosos salvadores. Y cuando se presentan cada uno, Kate no puede evitar fijarse en ti.

jul_barnes23
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Ya era tiempo de que los Vengadores se retiraran. Después de su última batalla contra Thanos, Tony no podía ser Iron debido a que su brazo y casi la mitad de su cuerpo había quedado dañado, Steve había salvado a Nat pero ambos decidieron retirarse y vivir su vida, y los demás estaban simplemente cansados.

Era el día en que todos se iban a presentar e iban a convivir solos sin quienes los habían entrenado.

Estaban todos en la sala de reuniones de la Torre donde ahora vivían y ya se habían presentado casi todos.

Kate y Yelena estaban sentadas una al lado de la otra frente de donde estaban Peter y tú, también estaba América, el hijo de Bruce Skaar, Billy y Tommy, Cassie la hija de Scott, y Kamala.

–Es tu turno.–Te susurró Peter al oído.

Te pusiste de pie mientras todos te observaban vestida en tus ropas asgardianas.

–Mi nombre es T/N, hija de Loki y sobrina de Thor y Hela, del nuevo Asgard. Princesa heredera al trono de Jötunheim y diosa de los trucos y engaños con magia.–Dijiste para después sentarte nuevamente.

–¡Eso está genial! ¡¿Puedes hacer algún truco o algo?!–Exclamó Kamala emocionada.

–No.–Le respondiste seriamente.

Kate te había quedado observando boquiabierta, y Yelena le cerró la boca, rodando los ojos.

Fue en ese mismo momento que Kate ya no te pudo sacar nunca más de su cabeza.

Intentaba acercarse a ti de cualquier forma. Ya fuera preguntándote cómo estabas, qué tal tu día, intentaba entablar una conversación contigo, o cualquier cosa. Pero en realidad nada funcionaba. Eras una persona muy fría y distante, a excepción de Peter que era el único que podía acercarse a ti realmente y te conocía cómo eras en verdad.

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Una noche en la que solo estaban Kate y tú en la Torre, comenzaste a tener una pesadilla en la cual no podías dejar de gritar aún estando dormida.

–Señorita Bishop.–Dijo FRIDAY, despertando a la chica que se había quedado dormida en la sala de estar con un recipiente de palomitas en su regazo.

–¿Mm?–Balbuceó aún sin abrir los ojos.

–Señorita Bishop, lamento despertarla pero la Señorita Lokisdottir requiere de su ayuda en estos momentos.–Le explicó haciendo que la otra diera un salto y las palomitas cayeran al suelo.

–¡¿Qué le pasó?! ¡¿Entró alguien?!–Exclamó buscando su arco por todos lados, pero estaba en su habitación y ella en la sala de estar.

–No hay ningún intruso, Señorita Bishop. Pero la Señorita Lokisdottir parece estar teniendo una pesadilla de la cual no puede despertar, y sugiero vaya a verla en caso de que algo pueda ocurrirle.

–Oh, claro.–Dijo antes de salir corriendo en dirección a las habitaciones.

Llegó a tu puerta y no escuchó nada del otro lado, así que golpeó suavemente en caso de que ya hubieras despertado.

–¿T-T/N? ¿Estás ahí?–Preguntó dándose una cachetada internamente, era obvio que ibas a estar ahí. Lo que ella quería saber era si estabas despierta.

–Vete de qui, Kate Bishop.–Le respondiste con voz ronca.

Kate soltó un pesado suspiro, debatiendo en sí debería de entrar o no, hasta que se decidió por abrir la puerta.

–¡Te dije que no entraras!–Exclamaste desde donde estabas sentada en una esquina de la habitación junto al gran ventanal al lado de tu cama, abrazando tus piernas y el rostro escondido en ellas.

–Lo siento, pero quería asegurarme de que enserio estuvieras bien. FRIDAY dijo que estabas teniendo una pesadilla.–Te explicó acercándose lentamente para sentarse a tu lado con su cuerpo en dirección a ti, procurando no hacer contacto físico contigo.

–No es de tu incumbencia.–Le respondiste con el mismo tono frío e indiferente, pero con la voz ronca como si estuvieras llorando.

–No es necesario que me cuentes tu pesadilla, podemos solo sentarnos aquí en silencio y hacernos compañía.–Te dijo con una sonrisa, a pesar de que no la estabas viendo.

–Dudo mucho que seas capaz de quedarte callada y simplemente estar sentada sin hacer nada.

–Tienes razón... bueno entonces yo puedo hablar y tú escucharme, como siempre.

–¿Para qué viniste, Kate? ¿Por qué no me dejaste sola?–Le preguntaste con el rostro aún escondido.

–Porque me preocupo por ti, y me importas muchísimo, T/N. Más de lo que te podrías imaginar, y me gustas, mucho— p-pero, digo yo... n-no así como tu te imaginas— ¡quiero decir si! Me gustas, pero es que yo— ay ya qué...–Soltó un suspiro pasando sus manos por su cara, para después volver a verte mientras tus seguías ocultando tu rostro.–Me gustas, T/N. Más que a una compañera de trabajo o de equipo, y mucho más que a una amiga, aunque no sé si alguna vez llegamos a ser amigas...–Dijo pensativa la última parte.

–¿Estás segura de eso?

–¿D-de qué?

–De que te gusto. ¿Estás segura de eso?–Le preguntaste ya un poco más calmada, pero pequeñas silenciosas lágrimas corriendo por tus mejillas, sin levantar la cabeza.

–Claro que si, claro que estoy segura. Desde el primer momento en que te—

–¿Incluso así?–Le preguntaste por fin levantando la cabeza y dejándole ver tu rostro en forma Jötunn.

Kate te quedó viendo impresionada, ésta era la primera vez que te veía de esa forma. Los únicos que te habían visto así, eran Loki y Peter, nadie más, ni si quiera Thor con quien eras bastante cercana.

Tus ojos eran rojos, tu cabello negro oscuro y tu rostro tenía ciertas marcas que formaban patrones. Todo tu cuerpo era azul y tenía las mismas marcas en él.

–Wow... eres bellísima...–Murmuró sin dejar de verte, lo cual te hizo fruncir el ceño entre confundida y molesta, mientras lágrimas corrían por tus mejillas.

–¿Acaso te estás burlando de mi?

–¡¿Qué?! ¡No claro que no! ¡Lo digo enserio! Eres hermosa, T/N. Así y también de la otra forma, eres preciosa.–Te dijo algo nerviosa y avergonzada con una sonrisa, sin poder apartar la vista de ti.

Con cuidado extendió su mano hacia tu rostro para secar las lágrimas, pero te apartaste ligeramente viéndola atenta. Kate solo te ofreció una sonrisa y le permitiste acercarse para limpiar tus mejillas.

–Estás helada... aunque asumo es normal para una gigante de hielo.–Rió ligeramente apartando su mano de tu rostro.

–Por favor no le digas a nadie que me viste así.–Susurraste agachando la cabeza.

–Claro que no, tranquila. Éste puede ser nuestro pequeño secreto.–Te dijo con una sonrisa, tomando tu mano en la suya y entrelazándolas.

Te quedaste viendo hacia sus manos juntas, y una pequeña sonrisa se formó en tu rostro. Mientras tus manos temblaban ligeramente.

Soltaste su mano y te acercaste a ella, pasando tus piernas a cada lado de ella para abrazarla y escondiendo tu rostro en su cuello.

Kate se sonrojó ligeramente y te abrazó de vuelta con fuerza sin importarle lo helada que estabas, escondiendo su rostro en tú cabello.

–Tú también me gustas más que a una compañera de trabajo.–Reíste ligeramente al igual que ella, para después alejarte un poco y verla a la cara, tomando sus manos en las tuyas.–Lamento por alejarte y tratarte así...

–Tranquila, te entiendo. Peter mencionó que te costaba abrirte con la gente que no conocías.–Te aseguró con una sonrisa, pasando un mechón de tu cabello tras tu oreja.

Algo dudosa te fuiste acercando a ella, pasando tu nariz por la suya hasta que Kate acortó la distancia y te besó con ligereza, al igual que tú devuelta.

Llevó su mano a tu mejilla y la acarició, para después alejarse con una sonrisa en sus rostros.

Agachaste la vista avergonzada y la volviste a abrazar, escondiendo tu rostro en su cuello haciéndola reír mientras hacías aparecer un abrigo a su alrededor con tu magia.

–Así no te da frío...–Murmuraste aún escondiendo tu rostro.

–No me importa pasar un poco de frío si es para estar contigo.–Tomó tu rostro con ambas manos y te volvió a besar, ambas sonriendo la boca de la otra.

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