Fin de semana (Reed Richards)***

Prólogo: Reed y tu se van a una cabaña en el bosque para pasar tiempo juntos.
(John Krasinski)

EvaM278

Advertencia: masturbación, sexo oral (hombre y mujer recibiendo), fingering, Reed hace uso de sus poderes, face fucking.
○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○

Reed y tu no habían podido tener mucho tiempo juntos.

Con él siendo parte de los Iluminati, y tú trabajando junto a Christine en el laboratorio, además de tener que cuidar a sus hijos, el tiempo que podían pasar juntos y tranquilos era limitado hasta que algo ocurría y se les necesitaba a cualquiera de los dos.

Por eso mismo Reed había insistido en tomarse un fin de semana libre e irse a una cabaña que tenían a las afueras de la ciudad, solo ustedes dos. Nadie más.

No hijos.
No trabajo.
Nadie más que ustedes dos.

—————

Reed estaba terminando de lavar los platos sucios que quedaron de la cena cuando apareciste por detrás de él, esparciendo besos por su espalda desnuda.

–Hola, querida... ya me estaba preguntando donde estabas.–Te dijo con una sonrisa, dejando un plato a un lado para continuar con el otro.

Tu no respondiste, mientras pasabas tu mano derecha por debajo de sus pantalones de pijama y sus bóxers para comenzar a masajearlo.

Reed soltó un pequeño gruñido, cerrando el fregadero y con ambas manos se aferró al borde, cerrando los ojos.

–Hace tiempo que no hemos podido hacer nada...–Le susurraste al oído, para luego morderlo con ligereza y después besar su hombro.

–Sí... ha pasado tiempo...–Dijo con la respiración cada vez más agitada, mientras tú movías tu mano de arriba abajo en su miembro ya erecto.

–Date vuelta.–Le dijiste con una sonrisa, a lo que Reed obedeció.

Apoyó la espalda detrás en el fregadero, mientras tú seguías masajeandolo sin dejar de verlo a los ojos.

Te acercaste a sus labios y los besaste lentamente pero con pasión a la vez, introduciendo tu lengua para explorar el interior de su boca.

Reed llevó su mano derecha para enredarla en tu cabello y hacer que te arrodillaras ante él.

Le ofreciste una sonrisa coqueta y pícara, bajando sus pantalones mientras él aún tenía su mano en tú cabello.

–¿Estás segura?–Te preguntó solo para confirmar mientras tomabas su miembro en tu mano.

–Por supuesto que si.–Le respondiste dejando besos en su punta, haciendo que dejara caer la cabeza hacia atrás y cerrara los ojos.

Poco a poco lo fuiste metiendo en tu boca, mientras Reed soltaba pequeños gruñidos y gemidos. Hasta que tocó el fondo de tu garganta e hiciste una pequeña arcada.

Después de un par de segundos, comenzaste a mover tu cabeza a lo largo de su miembro, mientras Reed sentía la maravillosa sensación de tus labios alrededor de su erecto miembro.

Lo sacaste casi por completo de ti para darle atención a su punta, moviendo tu lengua alrededor de ella y luego volver a meterlo por completo.

Reed estaba combatiendo las ganas de embestir tu boca como le diera la gana, apretando tu cabello con fuerza, y moviendo sus caderas lo más despacio posible.

En un momento te dio una embestida más fuerte que te sacó lágrimas en los ojos, lo cual le hizo preocuparse, apretando el fregadero con su mano izquierda.

–¡Mierda! L-lo siento, querida...–Dijo con la respiración agitada.

–Usame como quieras, Reed. No te contegas. Te lo mereces.–Le dijiste con una sonrisa, para después volver a meterlo en tu boca.

Te acomodaste para permitirle embestir tu boca, comenzando a respirar por la nariz, y comenzó a embestirte.

Sujetó tu cabello y empezó a embestir tu boca, buscando su propio placer mientras tu gemía alrededor de él, enviando vibraciones por todo su cuerpo.

Metiste tu mano por tus shorts de pijama y comenzaste a tocar tu clítoris para satisfacerte a ti misma, recolectando tu propia humedad y complacerte.

Podías sentir como su miembro se retorcía en tu boca, hasta que se corrió con un gruñido y dejándote quieta para que tragaras todo, mientras tú seguías tocándote a ti misma.

Reed se dio cuenta de lo que estabas haciendo, y una vez su orgasmo pasó, sacó su miembro de ti y apartó tu mano, para sentarte en la mesa de la cocina donde recién habían cenado y te estiró en ella, quitando tus pantalones para abrir tus piernas.

–Reed, ¿qué—. Ni si quiera te dejó terminar cuando su boca comenzó a complacerte y darle atención a tu clítoris, mientras metía dos dedos en ti y los hacía crecer para llegar a los puntos en que lo necesitabas.

Arqueaste la espalda con un gran gemido, jalando de su cabello con fuerza y apretando tus piernas alrededor de su cabeza.

Su lengua dándole atención a tu clítoris y sus largos dedos complaciéndote te hacía rodar los ojos de placer, y construían tu orgasmo con rapidez.

No fue mucho el tiempo que pasó hasta que te estabas corriendo en la boca de Reed, gimiendo su nombre y arqueado la espalda lo más que podías.

Una vez bajaste de esa extraordinaria nube de placer y volviste a tus sentidos, Reed te estaba observando con una sonrisa en su rostro y ambas manos acariciando tus piernas.

–Hola, querida...–Te dijo con una sonrisa, dejando besos en tú rodilla.

–Hola...–Le saludaste de vuelta con la respiración agitada.

–¿Por qué mejor no descansamos un rato y luego seguimos?–Te preguntó con una sonrisa más coqueta, acercándote para sentarte en el borde de la mesa y así él quedar entre tus piernas.

–Me parece una excelente idea.–Respondiste con una pequeña sonrisa, acariciando sus mejillas para después besarlo, ambos saboreándose el uno al otro en sus bocas.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top