Disfrutando del matrimonio (Matt Murdock)***
Prólogo: Matt y tu llevaban tiempo sin poder intimar, y cuando lo hacen, terminan descontrolandose.
rouscasalino
Advertencia: Partes con smut, múltiples orgasmos, un poco de choking kink (ahorcar), siendo descubiertos.
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Las cosas entre Matt y tu estaban bien. Ambos se amaban muchísimo, no tenían problemas, vivían juntos, casados y tranquilos, etc. Lo único malo, es que últimamente habían estado tan llenos de trabajo, que llevaban tiempo sin tener intimidad.
Lo máximo que llegaban a hacer, eran toqueteos, sesiones de besos muy calientes, pero que cuando se estaban quitando la ropa, o ya iban a comenzar, algo o alguien les interrumpía por trabajo u otra cosa, y debían dejarlo hasta ahí.
Y decir que estaban frustrados sexualmente era poco.
A lo máximo que habían llegado, fue que durante uno de tus viajes por trabajo al otro lado del país, ambos se marturbaron por el teléfono, con el otro al lado de la línea. Pero eso nunca iba a ser mejor que el verdadero acto.
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Ambos estaban sentados en el sillón después de una larga semana de trabajo.
Matt estaba sentado con la cabeza apoyada atrás, mientras tu tenías tus piernas en su regazo, a la vez que le leías un libro que ambos tenían ganas ya de poder disfrutar juntos.
En un momento te detuviste, lo cual le pareció a extraño, pero luego entendió el porqué al momento en que te sentaste en su regazo y comenzaste a besar su cuello.
Las cosas avanzaron bastante rápido. No necesitaron para nada de juego previo ya que llevaban así de calientes por semanas. Así que no pasó mucho tiempo hasta que estuvieron ambos desnudos, mientras tu saltabas encima de él.
No pasó mucho hasta que ambos se corrieron ahí mismo, los dos respirando agitados y en la misma posición. Matt abrazándote y tu con tu rostro escondido en su cuello.
–¿Te encuentras bien, querida?–Te preguntó con la respiración ya más regulada, acariciando tú espalda descubierta.
–Sí... llevaba tiempo queriendo esto.–Te alejaste un poco y posaste ambas manos en sus mejillas, viéndole a los ojos a pesar de que sabías que él no podía verte.
Matt llevó su mano derecha a tu mejilla y la acarició, dejando la otra en tú cintura.
–Te extrañé...
–Yo también te extrañé.–Te acercaste y besaste sus labios.
El beso se fue volviendo más salvaje cada vez, sus lenguas explorando la boca del otro mientras le sentías erectarse nuevamente dentro de ti.
Matt te sujetó y se puso de pie, enrollando tus piernas en su cintura para pegarte contra la pared y comenzar a refregar su parte baja contra la tuya, creando fricción entre ambos.
–Necesito hacerlo de nuevo...–Susurró en tu boca a la vez que te besaba.
–Tenemos el día libre así que adelante.–Tú respiración ya se había agitado a la vez que movías tus caderas para sentirlo.
Sin desperdiciar más tiempo, Matt comenzó a embestirte con fuerza, haciéndote soltar gemidos y gritos, a la vez que sus pieles sonaban debido a la salvajidad de sus movimientos.
No pasó mucho hasta que volvieron a correrse una vez más, pero al haber estado tanto tiempo (prácticamente meses) sin poder intimar de esa forma, ambos estaban desesperados y listos para una ronda más.
Matt te dejó en el suelo y salió de ti, pero lo arrastraste hasta la cocina donde te hizo apoyar el pecho en la mesa y elevó tu trasero, para volver a embestirte y comenzar otra vez. Llevando su mano derecha a tu clítoris para sobreestimularte, mientras que movías tus caderas hacia atrás para de alguna forma alcanzar sus embestidas.
Después de lo sucedido en la cocina, decidieron darse una ducha para recostarse un rato en la cama juntos. Pero terminaron yendo por otra ronda más, luego cuando por fin salieron, lo volvieron a hacer en el mesón junto al lavamanos.
Así se lo llevaron todo el día.
En la cama, el baño, contra la pared, en el sillón, hasta que no saben cómo, pero terminaron en la alfombra.
Matt estaba sentado con la espalda apoyada en él sillón tras él, mientras saltabas en su regazo, jalando su cabello y él besaba y mordía tu cuello y tus pechos.
–M-matt...–Gemiste apoyando ambas manos en el asiento del sillón.
Matt te tomó de las caderas y te recostó en el suelo, comenzando a embestirte con fuerza y dejando tus manos atrapadas con la suya sobre tu cabeza. Y con la otra mano puso tu pierna derecha en su hombro, para después apoyarla junto a tu cabeza en el suelo.
–Yo tampoco voy a durar mucho...–Gruñó sin dejar de moverse.
Te levantaste un poco y estrellaste tus labios con los de él, a la vez que dejaba ir tus manos y ponía tu otra pierna en su hombro, sin dejar de besarte.
Dejaste tus manos en sus mejillas y jalaste su cabello con una, mientras que la otra la llevabas a su cuello y apretabas con un poco de fuerza, haciendo que gimiera en tu boca.
Una vez más, ambos se corrieron. Tu antes y Matt siguiéndote pocos segundos después, llenándote por completa nuevamente. Si no fuera porque te cuidas con pastillas anticonceptivas, sí o sí habrías terminado embarazada aquel día.
Ambos dejaron sus bocas juntas pero respirando agitados, Matt bajando tus piernas con mucha delicadeza para después acariciarlas.
Muy despacio se recostó encima de ti, cuidando de no lastimarte y escondiendo su rostro en tú cuello, a la vez que lo abrazabas y besabas su cabeza.
–¿Cómo estás?–Te preguntó riendo con ligereza, apoyándose en su codo para dejar su rostro a centímetros del tuyo, y acariciando tú mejilla con su mano izquierda.
–Mejor que nunca, ¿y tú?–También soltaste una pequeña risa, acariciando su cara con ambas manos.
–También.–Ambos rieron, para después darse un pequeño y dulce beso.–No quiero arruinar el momento, pero Foggy viene caminando por el pasillo.–Pasó su nariz por la tuya, sin moverse de donde estaba.
–Nunca debimos haberle dado la llave extra.
–No...–Rió besando otra vez tus labios.
–¡Hola, hola! ¿Cómo— ¡¿¡QUÉ ESTÁN HACIENDO DESNUDOS EN EL SUELO!?! ¡¡¡MIS OJOS!!!–Abrió la puerta y entró, para después cerrarla. Pero una vez se dio cuenta de cómo estaban, se cubrió los ojos y se dio media vuelta.
–Hola, Foggy.–Le saludaste con una pequeña sonrisa.
–Estamos disfrutando de nuestro matrimonio en nuestro hogar. Que yo sepa no es algo ilegal.–Le respondió Matt sin moverse de donde estaba.
–¡¿PODRÍAN IR A VESTIRSE?! ¡Es extraño hablar contigo mientras estás... estás...
–¿Mientras está dentro de mi?–Completaste la frase tratando de contener la risa.
–¡¡¡NO LO DIGAS!!! ¡¡¡YA VAYAN A VESTIRSE!!!
Tu solo rodaste los ojos mientras Matt reía, y ambos se besaron una última vez, antes de que se levantaran y se fueran a vestir.
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