La promesa de un Maestro Aire

-Aang, ¿estas seguro de esto? -pregunto Katara a la vez que ella y Sokka volteaban a ver al mencionado.

En este momento, los tres jóvenes se encontraban frente a una enorme puerta, a la que el mismo había entrado y visto las estatuas de los Avatares anteriores en la linea de tiempo original.

Ver esta puerta hacia que el joven Maestro Aire sintiera que a su mente vinieran de golpe varios fragmentos de recuerdos de lo que paso.

Aunque a la vez, también le recordaba que aquí fue donde el mismo se dispuso totalmente a cumplir la tarea que si titulo de Avatar le hacia cumplir.

-Si, según lo que me dijo el Monje Gyatso, al otro lado de esta puerta esta una persona especial que me puede ayudar a entender mi deber como Avatar. -dijo Aang a la vez que seguía con su mirada puesta sobre la enorme puerta frente a el.

-Pero, no entiendo como es posible que alguien haya podido sobrevivir 100 años ahí dentro. -dijo Katara no entendiendo como es que eso siquiera era posible.

-Bueno, no parece que tenga una cerradura en la cual se pueda meter una llave, a menos que tengas alguna especie de método secreto para abrirla niño aire. -dijo Sokka con lo ultimo en un tono de sarcasmo a la vez que volteaba a ver directamente a Aang.

-De hecho si tengo un truco para esto, así que les pido que se hagan a un lado para poder hacer esto. -dijo Aang a la vez que hacia crujir los huesos de su cuello.

Con lo que acababa de decir el joven Maestro Aire, los dos hermanos provenientes de la Tribu Agua atinaron a hacer lo que se les indico y se alejaron lo suficiente.

Viendo que Katara y Sokka estaban a una buena distancia, Aang atina a tomar una gran cantidad de aire para luego comenzar a alzar sus dos brazos y ponerlos enfrente de manera que al exhalar deja salir una gran cantidad de aire que da hacia la puerta.

Y hablando de la puerta, esta al ser impactada por el aire se comienza a escuchar como si se empezara a abrir, hasta que termina siendo empujada directamente hacia atrás y se abre.

Con tan solo ver eso, tanto Katara como Sokka estaban sorprendidos por ver el método que el Avatar había acabado de usar para abrir la puerta.

Una vez que termina de abrir la puerta, Aang voltea un poco la cabeza para ver a sus amigos y al ver la expresión que tenia cada uno en el rostro, no pudo evitar reírse un poco dentro de su mente.

-La llave para abrir esta clase de puertas, es el Aire Control, ahora sigamos a lo que vinimos. -dijo Aang para luego seguir con su camino directo hacia aquel cuarto.

Tanto Katara como Sokka optaron por mejor no decir nada mas y seguir al Maestro Aire y al momento en el que los tres entran se dan cuenta de que lo único que había no era mas que un montón de estatuas que a simple vista parecían ser interminables.

-Pero y esto... no entiendo. -dijo Sokka sonando confundido pero a la vez un poco molesto.

-Créeme yo tampoco pero, por alguna razón siento que hay algo en esto que para mi tiene cierta clase de sentido. -dijo Aang a la vez que veía a todos lados de la habitación.

-Acaso, ¿tu conoces a todas estas personas? -pregunto Katara a la veía al chico con una ceja alzada.

-Pues realmente no pero... ah no se pero por algún motivo siento que los conozco. -dijo Aang a la vez que seguía viendo a todos lados.

En algún punto, la joven oriunda de la Tribu Agua ve una de las estatuas y se comienza a percatar de algo.

-Oye Aang, ¿ese de ahí no es un Maestro Aire? -pregunto Katara a la vez que señalaba la estatua de un hombre con barba, la cabeza rapada y el clásico tatuaje de flecha de los Maestros Aire.

-Así es, y el que esta al lado de el sin duda se trata de un Maestro Agua. -dijo Aang a la vez que señalaba a la estatua que seguía de la anteriormente mencionada.

-Están en un patrón: Aire, Agua, Tierra y Fuego. -dijo Katara a la vez que señalaba cada estatua que era de un maestro de cada tipo de los cuatro elementos.

-Si, este es el Ciclo del Avatar. -dijo Aang a la vez que terminaba de percatarse del detalle que el mismo acababa de mencionar.

-Por supuesto, todos ellos son Avatar, todos ellos deben de ser tus vidas pasadas Aang. -dijo Katara ya entendiendo bien de que se trataba todo.

-Así es, la verdad es que nunca creí que fueran tantas. -dijo  Aang que seguía viendo todas las estatuas a su alrededor.

Aunque claro, al volver a vivir este día era claro que en cierto modo iba a sentir nostalgia por lo que esta pasando.

-¿Vidas pasadas?, ¿Están hablando en serio? -pregunto Sokka quien en serio no creía en lo que el Maestro Aire y su hermana estaban comentando.

-Así es, porque cuando el Avatar muere, este termina reencarnando en la siguiente nación en el ciclo. -dijo Katara explicando como funcionaba el Ciclo del Avatar.

Mientras los hermanos discutían, Aang veía directamente una estatua que sin duda el era mas que capaz de reconocer.

La estatua del Avatar Roku, su predecesor en el ciclo del Avatar.

-Aang, ¿lo conoces? -pregunto Katara a la vez que ella junto con Sokka se acercaban al mencionado.

La voz de la chica llamo la atención del joven Maestro Aire quien termino saliendo de sus pensamientos de una manera abrupta, pero aun así se dispuso a responder.

-Ah, el es el Avatar Roku, fue el Avatar anterior a mi. -dijo Aang a la vez que se pasaba una mano por la parte posterior de su cabeza.

-Así que tu predecsor fue un Maestro Fuego, eso explica la razón por la que termine desconfiando de ti en el principio. -dijo Sokka viendo al joven Maestro Aire con una ceja alzada.

-Aquí no hay ningún nombre ni nada mas inscrito aquí, ¿como es que sabes su nombre? -pregunto Katara confundida por saber de eso.

-Pues realmente no lo se pero, creo que al ser mi predecesor es, como si el espiritú del Avatar nos tuviera conectados de algún modo. -dijo Aang haciendo saber su teoría al respecto.

Sin embargo, en ese momento los tres chicos escuchan un ruido que los pone en alerta pero al momento en el que voltean ven que se trata de un lemur murciélago.

Uno que... sin duda el podía reconocer con claridad.

-Momo. -pensó Aang con alegría y nostalgia al ver a su viejo amigo volador.

El lemur al estar frente a los chicos se detiene sobre el antebrazo del joven Maestro Aire y, por un momento las miradas de los dos se terminan por conectar y Aang siente como...

Como si Momo de un modo u otro lo pudiera reconocer.

Pero antes de poder producir palabra alguna, el lemur abre sus alas y emprende vuelo para salir justo por donde el había entrado.

-No se ustedes pero, algo me dice que mejor lo seguimos. -dijo Aang para comenzar a correr detrás del lemur siendo seguido por los hermanos de la Tribu Agua.

En el fondo sentía, que su estómago se empezaba a revolver a la vez que su corazón palpitaba mas y mas fuerte.

Lo que estaba por pasar... iba a ser revivir uno de los peores momentos de su vida desde que despertó del iceberg por primera vez.

...

Aang sentía pesar en lo que tenia ante sus ojos, y Katara y Sokka estaban sintiendo lo mismo por lo que estaban viendo.

Frente a ellos, había restos mortales de varios Maestros Fuego pero, mas allá de eso había algo que llamaba la atención y mas para el joven Maestro Aire.

Pues, entre los cadáveres había uno que resaltaba, pues vestía una larga túnica amarilla y llevaba puesto un collar de madera con símbolos de aire.

Al verlo, Aang sabía de quien se trataba, era el cádaver del que fue su mentor y figurs de padre desde que tiene uso de razón.

Era el Monje Gyatso.

Sin decir palabra alguna, Aang se abre paso y camina hasta estar frente al cádaver y lo ve detenidamente.

Esta fue una de las consecuencias y le recordaba lo que realmente le termino costando por ausentarse, pero a estas alturas de nada le iba a servir el lamentarse.

Tenia que hablar, y lo tenia que hacer ahora.

-Se que te falle, les falle a todos por no saber afrontar esto, tu has querido siempre lo mejor para mi incluso después de haberme enterado de la verdad, no puedo cambiar lo que ya paso pero puedo hacer algo por lo que aún queda, y así al lograrlo y terminar con esta maldita guerra, tu y nuestra gente puedan descansar en paz. -decía Aang a la vez que sentía que las lagrimas salían y escurrían de sus ojos. -Gracias Gyatso, siempre te voy a llevar en mi mente y en el alma. -termino de decir el joven Maestro Aire a la vez que se quitaba las lagrimas de encima.

Puede que haya perdido a su pueblo, pero no iba a dejar que eso quedará impune.

Y eso, lo iba a lograr.

...

Y Fin.

Bueno, hasta aquí el capitulo espero que les guste.

Lamento haber tardado, pero ahora gracias al haber recibido consejos de parte de un fanático de la historia se que mas hacer.

Es todo por hoy, los invito a que dejen sus votos si les gusta el capitulo, ademas de que los invito a que escriban sus opiniones y calificaciones del 1 al 10 sobre el capitulo en los comentarios, buenas noches.

Bye.

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