Solo había corrido una cuadra y ya se sentía extremadamente cansado.

Había visto pasar al ruso enfrente de su casa, con bolsas del supermercado en ambas manos, así que sin dudarlo salió lo más rápido que pudo de su casa para poder alcanzarlo y ayudarle.

“¡Ay diosito! ¿Por qué no se detiene un momento?” preguntaba con frustración en su mente. Tal vez era difícil alcanzarlo puesto que, a pesar de que el otro solo estaba caminando, tenía piernas largas y, a su parecer, caminaba algo rápido. “¡Ah, pero claro! Como tiene a su pendejo pa' seguirlo” pensó aún si nadie le había mandado a ir con el ruso, el muy tonto había ido en vano, pero prefería culpar a otros en vez de culparse a sí mismo.

Al notar que estaba a tan solo unos cuantos metros del otro, empezó a caminar normalmente mientras intentaba regular su respiración. Rusia escuchó los cansados pasos del mexicano, así que con curiosidad volteó para ver de donde provenían.

—— Hola México. —— saludó con una amabilidad muy disimulada. Incluso México consideró que solo le había hablado para que no pensara que le estaba ignorando.

—— ¡Hola Rusia! —— exclamó aún si le distancia entre ambos se volvía cada vez más corta, ya que el otro había reducido la velocidad de sus pasos para que el más bajo pudiera alcanzarlo.

—— ¿Qué haces por aquí? —— preguntó sin titubear.

—— Eh... —— desvió su mirada, nervioso, pensando en alguna excusa creíble. Se sentía un raro al haber salido de su casa corriendo solo para seguir a alguien. —— A tomar aire fresco y así, ya sabes, a veces es bueno salir a caminar, ¿no? —— sonrió. —— ¿Y tú saliste a comprar? —— cuestionó lo obvio, mirando las bolsas del más alto.

Sacar el tema de conversación para luego preguntar si podía ayudarle y quedar como alguien caballeroso, ¿que gran plan, no?

—— Uhm, pues sí. —— contestó, algo extrañado por la tonta pregunta. —— Fui por algunas cosas que faltaban en la casa.

—— ¿Nadie más podía ir por ellas? Si cargas mucho peso podrías lastimar tus lindas manos. —— dijo en un intento de halagarlo.

—— Vivo solo.

Pero al parecer no había funcionado.

—— Ah. 

Le era curioso que el otro viviera solo, ya que regularmente los países vivían junto a otros. ¿Quién no querría vivir con alguien tan lindo como Rusia? Claro, podía ser algo serio a veces, pero no dudaba que él fuera un encanto.

Un corto silencio se formó entre ambos, ya que México comenzó a pensar en las razones por las que el otro vivía solo, y Rusia no se consideraba muy bueno para tener conversaciones.

—— ¿Tú vives solo? —— se animó a preguntar, sacando al americano de sus pensamientos.

—— No, vivo con el gringo y con Canadá. Pensé que ya lo sabías.

Y ahora Rusia se sentía avergonzado.

—— Oh...

México sentía la plática algo incómoda. Tal vez no le caía tan bien al ruso, y por eso éste se comportaba tan frío con él, pero no dejaría que esa posibilidad lo hiciera sentir mal.

—— ¿Quieres que te ayude? —— comentó señalando las bolsas.

Rusia asintió. Siendo sincero, sentía sus manos algo adoloridas.

—— Solo si tú quieres. No quiero molestarte. —— aquella leve timidez le parecía linda al otro.

—— ¡No es ninguna molestia! —— aseguró con alegría mientras agarraba varias bolsas. —— Tú nomás guíame a tu casa, ¿sí? —— dijo con una sonrisa.

Rusia sonrió de vuelta ante la actitud ajena, solo que su sonrisa era menos notoria.

—— Está bien.

Y siguieron caminando, en un silencio ahora más cómodo que el anterior. México no podía dejar de pensar en lo bonito que se veía el ruso cuando sonreía.

[...]

La casa del ruso era más sencilla y pequeña de lo que creía; tenía varias decoraciones relacionadas con el país, obviamente, pero igualmente sentía tan poco acogedor ese lugar. Dejó las bolsas en el sofá mientras Rusia prendía la luz e iba a la cocina con sus bolsas para guardar las cosas.

—— ¿Podrías dejarlas acá? —— le dijo al mexicano, quien solamente asintió.

3 de enero, 2021.

tenía la intencion d hacer otro fanfic d ellos, pero no tengo ganas d eso.